Quede aturdido toda la semana (4)
Hacia tiempo que necesitaba una buena polla, la fui a buscar y la encontré
Hacia tiempo que andaba necesitado de una buena polla. Había estado buscando en los anuncios pero sin mucho éxito.
Sin pensarlo, acudí nuevamente a él, que había sabido iniciarme, abrirme bien el culo y llenarme la boca de su semen en contadas ocasiones.
Me acerqué a su tienda, atento había perido su contacto.
Estaba en la puerta, fumando un cigarro. Me vió y me pareció que sus ojos brillaron más de la cuenta.
Que dices? Hace tiempo no pasaba por aquí. Nada nuevo en tu tienda?
Pues pasa a mirar, ya verás, me dijo tocándose lascivamente el bulto.
Sin mucho protocolo, entré de buena gana.
- Pasa , pasa, ya sabés donde ir, indicándome subiera al pequeño desván desordenado.
Así lo hice, mientas escuchaba como le echana llave al cerrojo, corría cortinas del escaparate y apagaba las luces, en un horario en que la mayoría de las tiendas del barrio aún permanecían abiertas.
Subió, se sonrió, masajeandose la polla por encima del pantalón.
- Que andas buscando ? Alguna novedad ?
Ni me molesté en contestarle, comenzando a desabrochar su amplio cinturón de cuero negro, bajando la cremallera buscando la bestia.
Me puse de rodillas, en total entrega y humillación, como sabía que a él le gustaba, y comencé lentamente a besarle la cabeza, embardunarme los labios con ella, y besar el tronco todo a lo largo. Sabía que lo que más quería era bombear su polla en lo más profundo de mi garganta, ahogándome con ella, pero lo insté a calmarse y aguardar su premio.
Luego me tomé mi tiempo besando, lamiendo y absorbiendo sus pequeñas bolas, antes de volver al tronco y esta vez, comenzar a succionar si polla intensamente, creando un vacio imposible de aguantar.
Luego no se hizo esperar, y me la clavó dos tres veces, más allá de la campanilla, provocándome terribles arcadas y babas, que se apresuró absorver con besos profundos. Me llenó ojos de lágrimas, mientras procuraba continuar con mi respiración y su polla golpéandome el paladar.
- Quiero besar tu culito, dijo.
Desocupó una mesa, repleta de envios por despachar, me bajó el pantalón y slip, y comenzó a besar el culo, como si de un coño se tratase, produciendome oleadas de placer. Luego me insertó un par de dedos, jugando con mi agujerito, preparándome para sus arremetidas.
Me incorporó y besó prolongadamente, mientras me enterraba más y más sus dedos.
- Te la pondé despacio esta vez...al comienzo, dijo.
Se calzó un preservativo, me inclinó de espaldas sobre la mesa, y busco mi entrada con su polla. Me comenzó a abrir lentamente, buscando calzarme lo mejor posible.
Cuando ya me había dado un par de enculadas profundas, parejas, comenzó el delirio, y me empezó a follar como un animal.
Podía sentir su polla haciendo tope con mis entrañas, mezclandose dolor y placer en un todo. No podia creer volver a estar alli desnudo, empalado por un increible macho, yo que llevaba mis días con una vida tranquila, normal y sin sobresaltos, con varias mujeres poseidas en mi haber.
Luego de cogerme por vario rato, me invitó a cambiar de posición, reclinandose el sobre una silla, para que lo montara.
- Espera, tengo una mejor idea, le dije.
Me tiré al piso, en cuatro, incliné el tronco, dejando el culo en pompa listo para ser montado.
Me clavó como un poseso, gritando de placer, diciendome que le encantaba culiarme así. En sus embestidas, yo apretaba el anillo de mi culo para abrazar mejor su polla y enloquecerlo.
El efecto no tardó en darse, me agarró de la nunca, me puse de rodillas, y se pajeó sobre mis mejillas para eyacular su lava caliente, sobre mis cachetes, pecho y ombligo.
Yo no tardé en acabar una lluvia de semen, cuando apenas me tocó.
Esa noche, follando a mi novia, repasaba cada momento, endureciendo más y más mi polla...