Quedé aturdido toda la semana (2)

Después de un tiempo de dudas, a partir de mi primera experiencia, decidí avanzar con otro encuentro, esta vez oral.

Después de un tiempo de dudas, a partir de mi primera experiencia, decidí avanzar con otro encuentro.

Esta vez había contactado con un hombre maduro de unos 45 años, activo, que había prometido ser paciente y aceptar un simple magreo.

Me citó cerca de Madrid Río, en un tranquilo piso.  Apenas abrió la puerta noté que era un hombre calmo y robusto, con barba en candado y una amplia sonrisa.

Me hizo pasar, me invitó una cerveza y sin dar vueltas empezó a sobarme por encima del pantalón. Ni lerdo ni perezoso me desnudé sin vueltas. El hizo lo propio y noté que tenía una polla no muy larga, pero gruesa, que descapullaba bien.

Me empezó a frotar la misma por todo el cuerpo y a abrazarme como oso, lo cual retribuí-

Me di cuenta que le agradaría que lo bese, e intercambiamos unos besos sorprendentemente pasionales mientras nos masturbábamos mutuamente.

Colocó su polla frente a mi cara, y sin mas dudas lo empecé a mamar. Cual fue mi sorpresa cuando me di cuenta que le gustaban mamadas profundas y brutas. Empezó a follarme la boca, literalmente, y a producirme arcadas que lo volvían loco. Intenté parar su ardor, lo acosté boca arriba y de rodillas le propicie una terrible mamada. Su polla me llenaba toda la boca y la garganta y sentía golpear su cabeza en lo profundo de mi garganta. Yo no sentía mucho, sino me dedicaba con energía a mejor mi técnica.

Luego de un rato se puso de pie, le tomó de la nuca y el cabello y sacudió mi cabeza violentamente contra su polla.

Me dijo que estaba próximo a acabar, y me preguntó donde quería la lefa. Le dije que me llenara la boca y el pecho con ella, y asi fue, acabando en pequeños chorros rítmicos, y propiciandome leche algo amarga.

Tras ello, para mi gran sorpresa, se vistió e indicó la salida, dejándome desnudo, manchado de leche y yo entero sin haber derramado una sola gota.

Ahora aguardo ansiosamente que me vuelva a contactar, queriendo esta vez entregarle mi culo virgen, sin vueltas...