¡Qué vida la mía! (3)

Eran las 8pm. Alejandra terminó de limpiar.

Eran las 8 pm. Alejandra terminó de limpiar toda la habitación.

Ariel le habia dejado su chaqueta, le dijo: — Para que no me olvides. — Mientras le guiñaba un ojo.

Era una locura, cada que cerraba sus ojos venían a su mente los momentos vividos, pero no solo al cerrar los ojos, también al caminar, ella creía que era un mito pero al parecer sí quedó algo sensible.

Tenía toda la noche sola y aunque anhelaba decirle que se quede necesitaba procesar lo acontecido, tenía un hambre voraz pero tambien tenía en si todo el sudor de su encuentro entonces decidió bañarse, al entrar al baño vió su reflejo en el espejo y aunque era imposible que algo cambie en tan poco tiempo se vió distinta, más atrevida, se sentía mayor. Encendió el agua caliente y esperó a que se llenara la bañera mientras se alistaría.

Primero se quitó la sudadera que se puso rapidamente tras su encuentro de hecho al salir de su éxtasis fue como despertar de un sueño profundo y su primer reflejo fue ponerse lo primero que vio, en cambio Ariel la miraba aún desnudo en la cama, al parecer el anhelaba un segundo encuentro pero el nerviosismo de la muchacha se lo impidieron.

Al verse en brasier veía que tenía leves moretes,  como si de una boca se tratasen se quito el short y se vió en bragas se sintio avergonzada tenian un estampado de flores, no imaginaba lo que pasaría, se las quitó y solo vió su sexo aunque carecía de vello deseaba depilarse, aunque inconsientemente se quería preparar para su próximo encuentro.

Se metió a la bañera, el agua caliente se sentia bien la relajaban decidió cerrar los ojos pero seguía pasando, solo veía a Ariel mordiendo sus pezones, o lamiendo su interior, pero en lugar de suprimir los recuerdos les dio cavida en mente. Su favorito era el de Ariel provocandola con su miembro simulando follarla, se veía tan mojado, y tan excitado, tenía la punta sumamente roja, entre sus recuerdos se mezclaron con la fantasía, ya no tenía solo lo acontecido en mente sino lo que quería que pase, se veía a ella como toda una actriz porno de rodillas frente a él mirando sus ojos color fiel prendidos en una mirada salvaje, se veía lamiendo el glande lentamente circulsrmente sin meterlo en su boca y detener la lengua en el orificio para ver su reacció, él se desesperaría y probablemente la tomaría del cabello solo para empujar su miembro ella lo tomaría del tronco y comenzaría una mamada monumental que solo dejaría en él las ganas de follarla, pero solo era su imaginación nunca se la habia chupado a nadie. Inconsientemente tenía las piernas apoyadas en los lados de la bañera con la vagina expuesta, pusó su mano en medio con la palma tocando su capuchón y el dedo en medio presionando su interior, cayó en cuenta de lo que pasaba, Ariel realmente la calentaba y si pudiera ahora mismo lo llamaría, se preguntaba si el volvería. Se encontraba como un animal en celo apesar de la bañera sentia como salía de sí sus jugos. Se controló un poco y procedió a seguir bañandose cuando estaba en el shampoo se vió en el espejo se veía tal cual una modelo de revistas pornográficas, se puso un poco de espuma en los pezones y otro poco en el monte de venus, su cuerpo ya desvirginado y tocado por un hombre la excitaban tambien.

Dejó ir el agua y volvio a abrir el grifo de agua caliente pero con más presión, probó esa tipo de masturbación que no se animaba a hacer hasta el día de hoy, puso ambas piernas bien abiertas con sus labios vaginales en dirección al chorro potente del agua, era realmente relajante y se sentía muy bien. No sabía como proceder perp a la par que sentía el agua llenando su cavidad movia las manos habilmente, mientras que con la otra pellizcaba su pezon. Lo hacía muy fuerte tsnto que dejo su uñas marcadas, entre su placer vió los ganchos de ropa cerca, no lo dudó más  y se los pusó, quizá sea su excitación pero no la lastimaban en lo más mínimo, con ambas manos libres se tocó con mayor libertad, con la mano izquierda manoseabana el clítoris mientras que con la derecha se metia un dedo, nunca había sentido así su interior, pero le fascinaba aunque era muy nuevo para ella se imaginaba a Ariel hacerle eso, metiendo un par de dedos y tentarla a coger, ya tenía tres dedos dentro de sí no era delicada de hecho solo pensaba en moverlos de adentro afuera más rápido y así lo hizo, los movia freneticamente, tenía la boca abierta pero no le apetecía gemir era como si esos sonidos tenían que emitirse para ser callados con la boca de Ariel, o quizá su miembro, lo imaginó encima de ella como último recuerdo antes de estallar y en un intenso mas no el mejor del día orgasmo, el chorro ayudaba a seguir estimulando el área sensible pero ya era mucho tiempo en la bañera, terminó de bañarse y salió en toalla a su habitación.

Tras vestirse con un brasier azul oscuro y unas bragas blancas solo se puso un polerón viejo y ancho que le llegaba hasta la mitad del muslo, despues de todo su estómago al fin reaccionó tenía mucha hambre, comenzó a preparar su cena quizá solo fruta vendría bien o quizá verduras y carne.

Pusó en los altavoces Sex on fire de Kings of leon y comenzó a cocinar, verduras con carne era lo más ideal para las horas, sería simple simplemente puso un poco de aceite, condimento el corte y procedió a cocinar las carne, solo quedaba cortar las verduras, un poco de lechuga, cebolla, tomates y zanahoria, aunque parecía que se acabó buscó en el fondo del congelador y encontró una falocéntrica zanahoría, cuando la vió no tenía nada en mente pero mientras más la tenía en mano más se aproximaban sus sucios pensamientos, la dejó en el mesón y prefirió comer. Apagó la hornalla y se sirvió, tras lograr cenar se resignó a recoger el plato pero en ello hizo caer el aceite el cual se derramó en la zanahoria, no era su culpa era el destino que la llamaba.

Luchaba con sus pensamientos por lo que decidió limpiar el liquido brilloso y resbaloso solo quedaba lavar la zanahoria y guardarla pero cuando la sentía en mano era inevitable pensar que ya podía masturbarse de tal modo, con ella misma descubriendo como le gustaba que la penetraran, se sentó en la silla del comedor y bajó sus bragas, en esa posición rozó la fría verdura por su ranura, se sentía bien, tenía una crisis de calentura, quizá era que los limites se ampliaron en cuanto a su autosatisfacción, siguió pasando la zanahora recubierta de aceite por sus labios vaginales y comenzó a meterla, era muy similar al miembro que entró en la tarde, no podía creerlo se estaba follando así misma. Lo sacó y lo puso en su boca, sintió el sabor agridulce de su excitación y una vez que se tenía así chupando la zanahoria paró reaccionando a todo lo que hacía.

Se mojó la cara y dejó la zanahoria, apagó las luces mientras decía. —Es mucho por hoy.— subió las escaleras y se metió en cama, mientras aún sola miraba el techo de su habitación.

¿Lo era? ¿Era mucho por hoy?

T.

Psdt: Agradezco sus cometarios. :)