Que rico placer
Abri los ojos, tenia delante de mi una cara conocida, mi amiga Cristina, me quedé de una pieza, sus labios dibujaban una sonrisa perversa, se apartó hacia un lado para que pudiera ver mas.
Era consciente de lo que estaba sucediendo, a pesar de las copas que llevaba encima, los recuerdos de esa noche se agolpaban en mi mente, mis amigos, la musica, las palabras que me susurraban al oido, todo pasaba como un flashback, y ahora estoy aquí, sintiendo algo nuevo para mi.
Manos ajenas acariciaban mi cuerpo, primero mis pechos, erguidos y duros como roca maciza, despues mis nalgas, redondas y opulentas, sentia miles de manos por todo mi ser, me gustaba, me excitaba.
Abri los ojos, tenia delante de mi una cara conocida, mi amiga Cristina, me quedé de una pieza, sus labios dibujaban una sonrisa perversa, se apartó hacia un lado para que pudiera ver mas, tambien estaba mi amigo Sergio, se puso a la altura de mi cara, me dio un beso en los labios, todo en mi cabeza daba vueltas, pero por dios que me estaba gustando, bajó hacia mis pechos, los besó, mordisqueo mis pequeños pezones sonrosados, siguió amasandolos con ambas manos mientras me volvia a besar.
Siempre pense que Cristina era una golfa redonamada y que hacia a los dos palos, pero conmigo nunca pensé que se atreveria. Sergio se hizo a otro lado para dar paso a otra persona.
_ ¿ Cuantos sois?- Logré preguntar.
_ Calla y disfruta, putita.- Fue la respuesta que conseguí.- La tercera persona que disfrutaba de mi cuerpo era mi novio, no lo podia creer. Pero a cada minuto que pasaba mas me excitaba.
Carlos me miro a los ojos y sonrió, aquello me excitó aun más, descendió directamente hacia mi coñito rebozante de mis liquidos, los sorbió con pasión, undio su lengua lo mas que pudo, yo gemia, agarraba las sabanas con las manos, me retorcia, quise gritar de placer pero Cristina lo impedió poniendo su coño delante de mi cara, yo instintivamente saque la lengua, comencé a lamer sus jugos, ella movia su pelvis ritmicamente.
Logré ver a Sergio en una esquina de la habitacion disfrutando del espectaculo con su verga en la mano. Estaba en extasis, quería mas, Carlos aceleró el ritmo de su lengua, lo que provocó que yo tambien lo hiciera, di un ligero mordisquito al clitoris delicioso de mi amiga, lo que parece que le gustó, porque gimio como una perra.
_ Así zorra, lo haces de miedo...Sigue....Sigue.- El ritmo de su pelvis aumento, gritó de placer, Carlos aceleró aun más, y las dos entre gritos nos corrimos como autenticas putas. Cristina se incorporó y se dirigió hacia carlos, le sentó al borde da la cama y agachandose se introdujo toda su polla en la boca, él se inclino hacia atrás y posó sus manos en mis piernas, Cristina se la estaba mamando muy rico, yo recuperandome y aun excitada miré a Sergio, se dirigió hacia mí e hizo que me pusiera a cuatro sobre la cama.
Se lengua se posó sobre mi culo abriendo mis nalgas con ambas manos, lo escupio, lo lamió, con un dedo dibujaba circulos alrededor de mi entrada, yo mojé uno de mis dedos y acaricie mi pepita, me introdujo su verga, grite, se quedó inmovil dentro de mí, besó mi espalda y poco a poco comenzo un bombeo tranquilo, rico.
Oía los gemidos de Carlos y eso me excitaba aun mas. Sergio acelero el movimiento yo le pedía mas, mas duro, mas fuerte, queria que me atravesara, seguia acariciando mi clitoris, me introduje dos deditos, frotaba cada vez mas fuerte, Sergio me taladraba ya sin compasión, me volví a correr con lagrimas en los ojos, cuando el se venia, salió de mi, me metí su verga hasta lo mas profundo de mi garganta y soboree toda su leche, caliente, espesa, no quedo una sola gota.
Oí como Carlos tambien se corría, y caí en la cama.
Al despertar, unos brazos me rodeaban el cuerpo, era Carlos. Sergió y Cristina ya no estaban y de no ser por que mi culo estaba dolorido, hubiera llegado a pensar que todo fue un sueño.