Que rico jovencito

Cuando vi la foto del amigo de mi hijo totalmente desnudo quise meterlo en mi cama.

No sería nada nuevo que les contase que soy una mujer infiel y que a fuerza de cuernos acostumbré a mi marido a aceptar sin oposición mis aventuras extramatrimoniales, pero hasta yo misma me asombro a veces de no poder dominar mis impulsos de ir corriendo desesperada tras alguna verga que me gusto.

Mas o menos esto fue lo que ocurrió hace cosa de un año atrás, cuando sin prestar mucha atención a los inconvenientes que podría suscitar mi actitud, me empeñé en meter en mi cama a Rodrigo, uno de los mejores amigos de mi hijo. No puedo decir que nunca lo haya mirado, muchas veces lo hice disimuladamente, para apreciar el gran bulto que portaba debajo de sus pantalones ajustados, si bien me atraía como le puede atraer a cualquier mujer, solo era una mirada desinteresada a algo realmente hermoso.

Pero todo comenzó un domingo a la mañana, mi hijo Sebastian se había levantado temprano, sus amigos del club, donde juega Rugby habían vuelto de una gira por Sudamérica y como no pudo ir por los finales en la facultad, estaba ansioso por verlos de nuevo, tan presuroso se fue que no se dio cuenta que dejó encendida su computadora con su correo abierto; ni lerda ni perezosa me dispuse a mirar todo lo que mi hijo guardaba en su correo privado.

Me senté en la compu y empecé a mirar, jactándome de los mensajes que sus amiguitas le mandaban, me sentí orgullosa al leer que esas mocosas recordaban con mucho cariño las cogidas que mi hijo les había propinado, por suerte no se parecía en nada a su padre y demostraba ser un verdadero macho, pero……… me detuve en uno que le mandaba su amigo Rodrigo durante la gira, El correo estaba titulado con mira lo que me comí cosa que hizo que mi curiosidad acrecentara mas de lo debido, abrí el correo y después de una breve descripción de Rodrigo sobre la vida sexual de el y de sus amigos en cada país que visitaban, mostraba una foto de el y de una señora madura desnudos en una habitación del hotel.

Realmente me quede impresionada, como dije antes siempre miré el bulto de Rodrigo, por que era imposible no mirarlo, nunca pasaba desapercibido pero lo que en este momento estaba viendo no estaba dentro de los parámetros de mi imaginación nunca hubiese imaginado que ese chico podría tener semejante instrumento; su rostro denotaba el orgullos de poseer tan increíble falo, largo como pocos pero exageradamente grueso, con una cabezota en forma de hongo y recorrido por enormes venas hinchadas que lo hacían mas parecido a un tronco que a un pija, a la madura se la veía dichosa y sus gestos de satisfacción demostraban que había sido cogida como pocas veces; me quedé un buen rato mirando ese hermoso pedazo, mi cabecita morbosa empezó a fantasear y sentí deseos de mamar esa verga, comérmela por todos mis agujeros y sin darme cuanta empecé a mojarme, mi excitación subió a tal grado que me llevo a masturbarme frenéticamente hasta acabar como una verdadera perra.

Desde el correo de Nico envié la foto al mío, a partir de ese momento Rodrigo se transformo en una obsesión, todos los días cuando quedaba sola entraba a mi correo y admiraba ese cuerpo musculoso, moreno, con su pija gigante, llegaba a masturbarme enloquecida e incluso su foto fue la culpable de otras tantas infidelidades que cometí para saciar el fuego que ese chico producía en mi.

Debo reconocer que ser infiel no fue difícil para mi, en realidad nunca lo fue, los que leyeron mis otros relatos pueden dar fe de eso, pero con este chico empezó a convertirse en algo muy fuerte, mis deseos de coger con el eran tremendos y aunque las posibilidades que se diera tal situación eran nulas, por la relación con mi hijo, no dejaba de tener esas fantasías y masturbarme como adolescente a diario.

Le comente a mi marido lo que había visto y como me calentaba ese chico, Fer sabía que una relación con Rodrigo era imposible y uso mi calentura para también fantasear el, por las noches mientras teníamos sexo me decía que me imaginara a Rodrigo metiéndome su poronga por mi culo, cosa que yo hacía y lograba tener mis mejores orgasmos.

Una mañana Rodrigo llamo a casa diciéndome que quería pasar por casa devolverle a Seba unos buzos le había prestado, era sábado a la mañana, Fer se había ido a pescar con sus amigos y Seba desde la noche del viernes se había instalado en la casa de su novia.

Por primera vez en mi vida sentí nervios de recibir en casa a un hombre estando sola, mas bien era la situación que mas me gustaba, pues si el visitante era apuesto y me gustaba no dudaba en tratar de que la visita terminara en el piso de arriba, para ser mas precisa en mi dormitorio, pero esta vez era diferente, Rodrigo no era un hombre que me gustaba y nada mas, era el amigo de mi hijo y a la vez era alguien que me tenía realmente caliente.

Aún así y comportándome como una adolescente, corrí a mi dormitorio y me puse una bikini, la mas pequeña, sabía que podía ser un juego peligroso, pero aunque como madre de su amigo trataba de ponerme un limite, por otro lado seguía pensando como una puta.

Me puse una tanga amarilla, quería que mis nalgas quedaran totalmente desnudas para excitarlo, quería que se fijara en el diminuto triángulo de la parte delantera, para que se percatara que estaba completamente depilada, quería que observara que mis pechos estaban solamente cubiertos por una fina tira que solo cubría dificultosamente mis pezones, me calcé mis infaltables sandalias de taco aguja y esperé agitada la llegada de Rodri.

Tras el sonido del timbre abrí la puerta ansiosa, allí estaba parado el, alto y fornido, una remera sin mangas dejaban admirar sus hombros anchos y su brazos musculosos, mis ojos recorrieron su cuerpo con premura, sin embargo no pude seguir de largo su bragueta, su bulto estaba tan esplendido como siempre, hinchado y amenazante debajo del jeans ajustado, la imagen de la foto me vino a la mente y tuve ganas de aferrarlo entre mis manos, pero dominé mi instinto de hembra hambrienta y me hice a un lado para que entrase.

El también clavo su mirada en mi cuerpo, por la foto sabía que le gustaban las maduras y por cierto esta perra de 43 años estaba mucho mejor conservada que la de la foto, le dije que me siguiera y nos encaminamos hacia el dormitorio de Sebas para dejar los buzos, yo caminaba moviendo mis caderas, sabía que Rodri venía detrás mirándome el culo y eso me excitaba al punto que mis pezones se pusieron duros como una roca, me di vueltas sin disimular, el me miró las tetas y no pudo evitar lanzar una sonrisa nerviosa.

Dejó los buzos en la cama y me di cuenta que quería entablar alguna conversación, creo que ya no me veía como la mamá de su amigo, sino que delante suyo había una mujer semidesnuda y por cierto muy provocativa que lo calentaba al máximo.

Le ofrecí un jugo, cosa que acepto sin dudarlo y lo invité a tomarlo al borde de la piscina, tampoco dudo en decir que si, solo que me hizo saber que no traía un short de baño a lo que el ofrecí uno de mi esposo, por que los de mi hijo no sabía donde los guardaba.

Le traje un slip de Fernando que se había comprado en Brasil durante unas vacaciones, le traje ese a propósito, pues sabía que apenas lograría ponérselo, cuando Rodri lo vio se sonrió mientras me decía que eso no le entraría, le pedí que lo intentara por que era el único que tenía y mirándole fijamente el bulto le dije - ¡¡a mi esposo le queda suelto!! - , - ¡¡espero que vos no lo revientes!! -, Rodri me miró e interpreto perfectamente lo que le estaba diciendo a lo que contestó - ¡¡pobre Patricia!! - , - ¿Cómo te arreglas? -, solo me quedé mirándolo con postura felina , lo seguí mirando con una sonrisa cómplice mientras desaparecía en el vestuario.

Estaba terriblemente excitada, las cosas se estaban dando muy rápido, fácilmente, sin inhibiciones de ninguno de los dos lados, Rodri, aprovechaba cada instante y cada oportunidad que tenía para intentar algo conmigo, lo vi aparecer caminando incomodo, no sabía en que posición colocar su enorme verga, la zunga de Fer no lograba ni siquiera disimular las dimensiones de su poronga, se sentó en la reposera contigua a la mía y se tapó con la mano cuando su pija se le salió por la parte superior, lo miré y me sonreí para demostrarle que no me molestaba, aún así le dije - ¡¡no te avergüences, era natural que ocurra!! - , - ¡¡si!! -, -pero………., ¿Qué diría Seba si me viera así adelante tuyo? – me contesto recordando la relación que nos unía, - ¿y que crees que diría si me viera con esta bikini adelante tuyo? – le pregunté, - ¡creo que no le gustaría que su madre este casi desnuda adelante de su amigo! – me contestó haciendo uso de su sentido común, - ¡¡¡decime!!! ¿Por qué crees que si a mi hijo no le gustaría vernos a los dos así, vos seguís con una zunga que se te escapa la pija y yo con esta tanga que no me cubre nada? – cuando terminé de hablar me quería morir, me acababa de regalar a Rodri por completo; esperaba que Rodrigo saliera corriendo, pero el quería mas que yo que algo sucediera entre nosotros, me tomó del brazo y me atrajo hacia el, sentí que sus labios se apoyaban contra los míos, completamente entregada los abrí dejando que su lengua penetrara en mi para encontrarse y frotarse contra la mía, no se en que momento, no se si el me lo quitó o simplemente se me cayo, pero me quedé sin la parte de arriba de mi tanga, las manos de Rodri, recorrieron mis pechos y pellizcaron mis pezones, mis manos buscaban acariciar cada milímetro de su cuerpo, a ciegas fui buscando hasta encontrar su verga dura que por la misma erección se había salido de la zunga, la apreté con fuerza y dejé de besarlo tan solo para mirarla, mi mano se veía pequeña aferrando ese tronco, mis dedos no podía cerrarse alrededor de el, ahora, en persona era mucho mas hermoso y deseable.

Durante un buen rato nos besamos y tocamos, me enloquecía aferrar esa pija dura y caliente, era maravilloso masturbarlo y sentir en mi mano la dureza caliente de ese músculo.

Dejé de besarlo, para mirarlo, se veía tan hermoso, desnudo, musculoso, carente de bellos y con su garrote intimidante apuntando al cielo, que no pude contener mis ganas de llevármelo a la boca y me lance de bruces a deglutir esa belleza, la chupé, desesperada, enfurecida, enloquecida de calentura y placer, sentí que me ahogaba y quise soltarla, no pude hacerlo, Rodrigo me aferraba de los cabellos y me empujaba hacia abajo, logrando meter su tremenda verga hasta lo mas profundo de mi garganta; por fin me permitió salir y con mis ojos llorosos pude tomar una bocanada de aire. De inmediato volvió a empujarme hacia abajo y otra vez su pija se metió profundamente provocándome arcadas, - ¡¡¡chupame puta que esto es lo que te gusta!!! – me dijo caliente y salvaje, su frase dominante me hizo estremecer, sentía como me empapaba cada vez mas, una de mis manos se metió entre mis piernas y empezó a frotar mi clítoris, acabé al instante gritando como una puta, pero Rodri, volvió a usar su fuerza conmigo metiéndome su verga descomunal hasta o mas profundo de mi boca, de repente sentí que de su pija emanaba leche sabrosa, espesa, caliente, que llenaba mi boca haciendo que me tragara hasta la última gota de ese manjar.

La chupé hasta exprimirla y luego de dejarla prácticamente seca, me recosté a su lado para darle tiempo a su recuperación, pero Rodri no era mi marido, era un macho joven, hambriento de hembras en celo y su pija no declinó ni medio milímetro, se me acostó encima y de un solo envión me ensartó hasta los huevos, - ¡¡Aaaaaaaghhhhh, que cosa tan hermosa!! – exclamé agradecida por tan perfecta penetración, empezó a moverse, me bombeaba frenéticamente, sus movimientos eran violentos pero parejos, la sacaba prácticamente entera y volvía a meterla de golpe, mientras yo acababa y acababa como metralla.

Me encontraba totalmente exhausta no recordaba alguna vez que me hubiesen dado tanta pija y de esa manera, Rodrigo era un verdadero semental y me estaba sacando unos orgasmos tremendos, aunque estaba gozando como nunca quería que me diera un respiro, necesitaba relajarme, ya había perdido la cuenta cuantas veces me había hecho acabar, el lo había hecho ya dos veces y seguía, podía sentir como su verga se deslizaba con facilidad dentro de mi hueco repleto de leche y carne caliente.

Al fin acabo por tercera vez y se detuvo, su pija se achico dentro mío y se salió sola, recién en ese momento se bajo de mi cuerpo y se acostó al lado quedándose semidormido.

Aproveche que Rodrigo esta descansando para darme un ducha, debajo de la lluvia tibia empecé a recordar tan bella cojida, ayudada por mis manos recogía los litros de semen derramados dentro mío, me sentía dichosa y estaba decidida a complacer a ese chico cuantas veces quiera, sabía de los riesgos, pero estaba dispuesta a correrlos, creo que cualquier mujer lo haría a cambio de ser atendida de la manera que lo hizo este chico.

Sentí la puerta del baño que se abría, era el, me miraba con una sonrisa maliciosa y exclamó, - ¿pensaste que todo había terminado? -, pude ver que su poronga estaba de parada completamente, -¿otra vez? – pregunté, e inmediatamente le dije - ¡¡¡me mataste no doy mas me arde la conchita!!! -, otra vez me sonrió irónicamente y exclamo, - ¡¡ no vengo por tu conchita, ahora vengo por tu culito!! – No pudo negar que sentí miedo, no era una improvisada en el sexo anal, lo practicaba desde mis 16 años y por este culito habían pasado cosas realmente importantes, pero el groso de su verga me hacia pensar que me dejaría maltrecha.

Se lo hice saber, pero el insistía, le dije que lo intentaríamos, pero si se lo pedía debería detenerse y esperar otra oportunidad, Fuimos a mi dormitorio, allí tenía todas mis cremas humectantes que escondía para estas ocasiones. Rodrigo me puso en cuatro y durante un rato se dedicó a jugar con su lengua en mi ano, mi excitación iba en aumento y me percataba que a pesar de su corta edad, Rodri tenía una buena experiencia en el sexo, no muchos tipos, ni siquiera mi esposo habían logrado hacerme sentir tanto placer con su lengua en mi ano.

Al rato ya gemía y pedía a pija a gritos, había dejado de importarme el grosor de su poronga, la quería igual y se lo dije -¡¡¡ cojéeme, cojéeme de una vez, rompeme el culo si es eso lo que queres!!! - la cabezota de su verga se apoyo en mi ano, lentamente empezó a empujar y abrirse paso, mi culito empezó a ceder y aunque dolía un poco era soportable, sentí que su cabeza quedo completamente adentro y aunque fue dolorosa, la penetración fue lenta y constante, la metió hasta llegar a la mitad y se freno, quería darme un respiro, ya que se daba cuenta que era demasiado para mi, al minuto empezó a penetrar de nuevo, noto que entraba mas fácilmente y que yo empezaba a tener sensaciones mas placenteras, fue entonces cuando empujó con fuerza y me la mando hasta el fondo, el grito que lancé retumbo en toda la habitación y empezó a moverse como animal, me aferraba las nalgas y me obligaba a moverme de atrás para adelante, me daba golpes en los glúteos acusándome de puta -¡¡¡ toma atorranta esto te pasa por ser tan puta!!! - mientras sus palabras hirientes me hacia calentar cada vez mas, mi ano estaba completamente dilatado y acostumbrado a las dimensiones de ese falo, luego de sacudirnos un buen rato acabó y me lleno de su leche, nos dejamos caer para descansar de tan ardua batalla, pero antes me obligo a limpiar con mi boca su verga encastrada con restos de leche y materia fecal, no sentí malestar por hacerlo era el premio que tenía ese chico por la garchada que me había propinado.

Mas tarde, Rodrigo se vistió preguntándome si volveríamos a vernos, me acerque, lo besé en la boca mientras le acariciaba su pija y le dije que mi cuerpo era suyo las veces que quiera, me abrazo por la cintura y volvimos a besarnos acaloradamente, cuando se fue me fui a acostar, las piernas me temblaban y mi cuerpo solo quería una cama para descansar.

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