Que rico entregarme a mi tío

Estar con mi tío sin presiones, a solas, me hizo gozar mucho de su cuerpo dentro del mío, de su violencia al tomarme, de su fuerza, acostumbrarme a mi hombre, al dolor, al sexo, al placer, placer que solo encuentro en su verga

La otra vez, conté como mi tío me manoseaba, luego como se quedó un fin de semana en casa y me quitó la virginidad, como al otro día me cogió y ya me sentí su amante. Pues el último día, lo gozamos.

Me levanté, me bañé, me tomé un par de pastillas, las que él llevó para no embarazarme y las del dolor, me sentía bien, me gustaba sentir que ya tenía macho, hice comida, se bañó, comimos, nos fuimos a la cama a ver tv, luego de unos minutos, empezó a manosearme el clítoris, estaba sentada, pegada a la cabecera de la cama, con las piernas dobladas, así que las bajé y me abrí, para que el me tocara mejor, empezó a meter sus dedos, sin dejar de ver tv, luego se chupó los dedos y estiró las piernas, me dijo que le diera una mamada, él se acomodó, con las manos en la cabeza, yo me agaché y fui metiendo el garrote, hasta que me daba nauseas, entonces sacaba despacio y volvía a metérmela, él solo estaba allí viendo tv, sin moverse.

Despúes   me dijo que me sentara encima de él y me la metiera, quedé frente a él pero esa posición era muy incómoda, no me entraba, me dolía, me hice para atrás para ver si así me entraba y me dolió pero por fin me pude meter la verga dura, no estaba muy cómodo y me quejaba, me hizo para atrás para desenterrármela y me puso en cuatro, con las rodillas en la orilla de la cama y me dijo: bien abierta mamita, vamos a gozar perra, estoy bien duro y quiero bajarme la calentura, me pasó la verga por el clítoris por debajo y luego me la ensartó y empezó a bombear, sacaba poquito pero me embestía duro, me tenía agarrada de las caderas y me la metía y la metía, dolía, dolía rico.

Te gusta que te monte, pareces perra de la calle, te dejas montar rapidito, te gusta la verga mamita, empezó a sacar un poco más y a meterla de un solo, me jaló del pelo y me embestía, yo tenía los ojos cerrados, le decía, no, me duele, así no. Me dijo que me iba a violar, hasta dejarme panda de tanto clavarme, siguió embistiendo y terminó, y yo me quedé con la gana, se salió de mi cuerpo y se limpio en mi culito, se desplomó y quedé con ganas, se volteó y durmió y yo con la cuca bien caliente y chorreando, quería verga y este idiota estaba bien dormido.

No me quedó de otra que tocarme, despacito, luego empecé a moverme mientras acariciaba mi clítoris y metía dos dedos en mi panocha calientita, se movió y me solté y seguí tocando, de repente se despertó y me dijo, no te basta puta, queremos más verga, tranquilízate, estas muy jovencita para ser tan caliente, sino más grande, no te vas a conformar, me solté y me quedé quieta, él se volteó y me golpeó la pepa, con la mano, yo grite y me ordenó que me dejara y abriera la cuca, te voy a castigar por puta, a ver si se te quita, volvió a pegarme con la mano extendida, yo con las piernas abiertas y eso me puso bien caliente, me aguante unos buenos chingadazos y entonces, me la metió hasta el fondo, bombeaba con fuerza, dejó caer su peso y se impulsaba hacía adelante, yo abracé su cintura y lo aguanté, gemía, le pedí más y me dio una cacheteada, me levantó una pierna y volvió a embestirme hasta el fondo, dolía rico, y las caderas me temblaban, cada embestida le pedía más, por favor papi, dame más, él la metía, duro, y yo estaba a punto de reventar, cerdo, me estas violando, volvió a darme en la cara y luego me dio en las tetas, yo le decía dame más, yo soy tuya papi, úsame, dame esa vergota, clávamela, así papito rico, él reía suave, miraba como me entraba, yo jadeaba, subía las caderas, me pegaba en las tetas,  él con la mirada vidriosa, le pedía que por favor me diera más, él no dejaba de entrar y salir de mi cuerpo, dejando una sensación de placer y dolor mucho menor que antes, mi cuerpo estaba ávido del suyo, quería tenerlo adentro, la vista se me nubló, mi cuerpo empezó a temblar y mi vientre a contraerse, mientras él gozaba de la apretadota que le estaba dando a su verga.

Me quedé inerte, lo empujé y salió de mi cuerpo, yo lloraba de placer y dolor y me agarraba, él se reía, verga querías putita, me abrió y volvió a bombear, pero ya no tenía ganas, me quedé allí, soportándolo mientras jadeaba, frente a mí, hasta que se vino, sentí su primer chorro y la sacó, para metérmela en la boca y terminarme mientras le apretaba con los labios y volvió a acostarse, le acaricié el pecho y le limpié con la lengua su cosa, se quedó bien dormido, luego me dormí yo, al despertar, me preguntó si me gustó y le dije: si papi, gracias, mil gracias por hacerme mujer y por darme tu verga y hacérmelo tan rico, gracias papi, por querer cogerme y querer ser mi hombre.

Se burló y me dijo, me saliste bien puta, pero así voy a tenerte siempre, bien cogidita, te voy a violar muchas veces hasta quitarte las ganas de estar dando la cuca, me reí y le dije, las ganas de verga ya no se me quitan, más ganas de entregártela y que te la cojas me dan.

Me preguntó que sentía, le dije que cosquillas y al terminar era como querer hacer pipi pero ma´s intenso, me preguntó si quería hacerlo otra vez, claro, yo solo quería complacerlo y que me hiciera su mujer, quería aprovechar, ya que seguro, en mucho no lo vería.

Me dejé coger de nuevo, lo hizo más suave, me dijo cosas más suaves, como que le encantaba desde siempre, que siempre había querido metérmela, pero que no se atrevía, pero me había entrenado para meneársela y chupársela bien rico, que se me notaba lo puta desde siempre, que el quería ser el primero en entrar en mi cuerpo, mientras me manoseaba las tetas y el clítoris, como tenía ganas de hacértelo, se puso encima de mi y me besaba, lo abracé y aceptaba sus besos sucios, fuertes, lo succionaba, estuvimos así un buen rato y finalmente se le empezó a parar y me jaló del pelo, mientras se acostaba para guiarme y se la mamara, se lo hice despacio, bien mamadito, me acomodé y el me jaló sobre sus caderas, grite y le pedi que por favor me cogiera de nuevo, empecé a saltar encima de él y él bajaba mis caderas y subía las suyas, haceme el favorcito de darme placer, necesito sentir que te gusta q me la coma por debajo, lo estaba montando, como animal, con todas las ganas, quería todo, necesitaba más dolor, asi que me abrí entera encima de él y empecé a hacerselo, por favor entregame tu semen, haceme un hijo, estaba bien sentada, sentía que me estaba partiendo las caderas, segui cogiendolo, él jadeaba, sudaba, yo le decía que era lo mejor que me había pasado, que nunca me dejara de usar, que quería tenerlo dentro siempre, que yo era su esclava, que podía solo sacarsela, metermela acabarme dentro y dejarme tirada, llename de leche, quiero tu leche dentro de mi, me la sacó, se sentó en mi cara y me la dio a mamar, hasta que me terminó en la boca y me lo tragué todo, luego me metió los dedos, estando en cuatro, hasta que me vine.

Me acossté y él a la par, lo abracé y besé su pecho, le dije gracias por darme tanto placer y por ser el primero en gozarme, quiero complacerte siempre, me dijo que gracias por darle la cuca y la virginidad, que cogía muy rico, que lo había complacido, mejor que puta barata, de las que se levantaba en la calle por unos cuantos billetes, me dijo que siempre pensaba en mi cuando cogía con otras, que le había gustado volarme el tapón y que me quería caliente siempre, para usarme cuando tuviera ganas. Nos quedamos callados y dormimos y fue la última vez que lo hicimos ese fin de semana.

La ventaja de darle sexo al tío, es que te cuida, te usa como le pega en gana, pero cuida que estes bien, hay confianza, este macho me tenía complacida, cuidada y bien llenita de lechita.