Que rica esta mi hija

Cuando vean la foto comprenderan lo rica que esta mi hija.

QUE RICA ESTA MI HIJA

Me llamo Gustavo y tengo 35 años. Me casé con 17 años con mi novia que tenía 16, ella salio embarazada. Tuvimos una hija preciosa. Siempre hemos sido muy abiertos con la chiquilla, incluso nos espió varias veces.

Hace años, mi mujer enfermó gravemente y murió, con lo que quedamos desolados. Un poco antes de morir, un cura del barrio, empezó a visitar a mi mujer. Ella lo agradecía. Era un muchacho, recién salido del seminario, Y según mi hija estaba simpático. Al poco de morir, una noche que yo estaba hecho polvo y llorando, vino mi hija a la habitación y se acostó en mi cama.

Nos abrazamos fuertemente y al final nos quedamos dormidos. Era verano y hacía bastante calor. Como siempre había dormido desnudo y mi hija me había visto muchas veces desnudo, no hubo ningún problema. Al día siguiente volvió a meterse conmigo en la cama. Yo también la había visto desnuda muchas veces al salir o entrar en el baño y alguna vez la había piropeado con el cuerpo tan sexy que tenía. Al acostarse a mi lado, me dijo que hacía la noche anterior había pasado mucho calor y que también dormiría desnuda. (Mi hija tiene 17 años)

Nos abrazamos y empezamos a hablar. Me dijo que había roto con el muchacho con el que salía. Inmediatamente, la abracé más fuerte y la besé en la boca, ella me respondió con ardor. Me dijo que sólo se había acostado una vez. Tiene unas tetitas pequeñas con unos pezones rosa oscuro, que en cuanto las excitas se ponen duras como piedras. Al principio, mientras le excitaba con una mano sus pezones bajé la otra mano a su conchita que ya estaba mojada... Ella mientras me besaba y acariciaba con sus manos todo mi cuerpo y me agarraba el pene que ya estaba enorme. Luego, la puse encima de mí, mirando al otro lado e hicimos un 69. Ella no lo había hecho nunca. Ella me chupaba golosamente la polla que se iba poniendo más dura y más grande, luego se lo metió a la boca. Mientras yo le lamía y relamía su coño. Tenía unos juguitos riquísimos que me los tragué todos dejándole el coñito limpio. Ella se tragó todo si semen mientras me gritaba ¡¡¡papáaaa, sigueeee, qué ricoooo!

Al día siguiente vino el cura a interesarse por nosotros. Cuando llegó, sólo estaba mi hija y sólo llevaba puesta un paño ya que había salido del baño. José, el cura en seguida se empinó. En ese momento llegué yo a casa y me di cuenta de la situación. Yo sabía que a Normedi, mi hija le apetecía probar con él y le hice un gesto disimulado, asintiéndole. Ella se acercó a José, y le pasó los brazos por el cuello. Me acerqué a ellos y solté la bata de mi hija para quitársela. El cura se desnudó rápidamente, se puso de rodillas y empezó a lamerle su coño. Yo también me desnudé y me hacía una paja mientras los miraba. Enseguida José la penetró en cuatro patas, hasta correrse dentro de su coño.

Así pasó el verano y a mí me destinaron en la empresa a otra ciudad más grande. Mis padres al morir nos habían dejado una buena plata y por mi trabajo, también estábamos en una situación muy cómoda financieramente.

Nos trasladamos y como en la otra ciudad nadie nos conocía empezamos a vivir en pareja. Aprovechando algún fin de semana, volvíamos al pueblo y entonces mi hija volvía a disfrutar con su curita favorito. Al cabo de un año y medio más o menos, Norelis me dijo que quería un hijo. Así como hicimos mi mujer y yo, hacemos el amor en cualquier lugar de la casa o el jardín.

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