¿Qué pasó anoche? Parte 4 (final)

Ahora que ya sé dónde estoy, con quién y con la follada que me están dando, hasta agradezco que me echasen ayer de la otra casa.

Esta va a ser la última parte de este relato (que se me acaban las vacaciones y como lo deje no lo acabo nunca 😂), agradezco todos los comentarios que me han llegado tanto aquí como a mi correo (que lo tenéis en mi perfil, por si alguien quiere comentar), los cuales responderé encantado en cuanto tenga un rato. Como siempre todo lo que tengáis que decir será bien recibido. También pedir perdón por faltas de ortografía pasadas y futuras, pero escribiendo rápido desde dl móvil es inevitable que se me escape alguna. Y ya os dejo que leáis lo que habéis venido buscando.


¿Pero de dónde ha sacado la fuerza para embestirme así? Estoy yo que casi no puedo ni abrir los ojos todavía y el se hs despertado y con las mismas me ha empalado en su polla, esto sí que es un tío de verdad y no a lo que estoy acostumbrado. ¿Y ahora por qué no se mueve? Y como me siga agarrando así de la cintura yo tampoco voy a poder cabalgarle a él. Todo eso pasó por mi cabeza antes de oir un "Shhh, relájate, necesito que te acostumbres hoy bien a tenerla dentro, que esto no es nada comparado con lo que te espera", acompañado de besos por mi cuello, giré mi cabeza como pude sin soltarme de su agarre para besarle yo a él. Ese sabor de su boca era inconfundible, era semen, pero claro si nos acostamos después del polvazo de snoche debe tener restos dd semen por todo el cuerpo, pero seguro que yo estoy igual.

Ese beso parecía eterno, me comía la boca con fiereza, alternando con mordiscos en mi lóbulo y cuello, me iba a dejsr marcas a este paso, pero me daba igual, ers todo suyo en ese momento. Sus manos expertas recorrían mi cuerpo sabiendo donde tocar en cada momento para volverme loco, en vez de 2 msnos parecía que tuviese 200. ¿Y mi polla? Esa ys ni sabía dónde estaba, solo quería correrse y no llevábamos ni 5 minutos, pero sabía que no iba a hacerlo hasta que él quisiese, así que ni me molesté en intentarlo.

Noté como su cadera por fin se movía, me había acostumbrado tanto que ni me aclrdaba que estaba dentro de mí, así que no había dolor solo placer, rozaba justo en el punto en el que perdía cualquier sentido que no me diese placer. Yo solo sabía gemir, entre que estaba recién levantado y su lengua jugando con la mía no podía ni articular palabra. Hasta que salió de mí, sin más, dejandome vacío, necesitado de que algo me llenase y se levantó de la cama, abrió el armario y sacó una especie de antifaz que me puso y algunas cosas más que no pude ver por tener los ojos tapados.

Volvió a la cama y me penetró nuevamente, aunque note que esta vez llevaba un condón, pues por muy preparadl que me tuviese, el lubrcante que llevan se agradecía. ¿Sabéis lo que dicen que cuando se pierde un sentido se agudizan el resto? Pues al tener los ojos tapados y empezar a follarme notaba cada vena de su polla en mi culo, como entraban y salían, como palpitaba estaba empezando a gemir demasiado y escuche en mi oido un susurro "shh, vas a despertar a mis compañeros" y me metió algo en la boca para que no hablase. Al principio parecía una polla, pero la suya seguía en mi culo, cuando acabó todo la vi, era una mordaza, pero no la típica de bola, si no una que sustituía la bols por una especia de polla, no demasiado grande para que no impidiese respirar, pero lo justo para que se notase una sensación parecida a tener una de verdad en la boca.

Y volvió a embestirme, ahora que no podía hacer ruido todavía con más fuerza, haciendo que mi polla saltase con cada movimiento, ya no podía más, tenía que tocarme, pero no me dejó, en cuanto lo intenté me esposó las manos, ¿pero cuántas cosas tenía en ese armario? La imagen era digna de verse, esposado, amordazado y cegado mientras me follaban y pidiendo, ahogado por la mordaza, que me dejasen correrme.

Siempre me ha ido el sexo duro, pero nunca había probado algo así y me arrepiento enormemente de no haberlo hecho antes. Al perder el movimiento y la capacidad de hablar nuevamente sus movimientos se notaban más al detalle. Solo oía nuesttra respiración acelerada, la cama con cada embestida sonando, sus gemidos bajos y los míos callados por la mordaza. Su control ers prácticamente total y yo estaba encantado.

Decidió que ya estaba listo para más y junto a su polla empezó a entrar algo parecido, nuevamente lo vi al acabar, era un dildo con forma de polla también de un tamaño parecido a la suya, este si que sabía montarselo bien. Lo movía con su mano al ritmo de sus embestidas y yo ya estaba prácticamente KO del gusto, no había mordaza en el mundo capaz de callarme. Y entonces oí otra voz, su compañero de piso entró sin llamar.

-Oye, me dejas tu... Joder, si que os lo estáis pasando bien aquí.- dijo su compañero al que no podía ni ver.

-¿Tú no sabes llamar o qué? - dijo él con tono molesto por cortarle el rollo.

-Anda, no te ralles, ¿me dejais unirme?

-Por mí vale pero que elija él - dijo quitándome el antifaz para que pudiese verlo.

Mediruaía 1,70, delgado, pelo castaño claro y con cara de vicioso, aunque viendo la escena que tenía delante como no tenerls, además de una incipiente erección bajo el pantalón de chandal que traía. Asentí y rápidamente se desnudo y se acercó a mí mientras volvían a taparme los ojos. Me sacó la mordaza y la sustituyó con su lengua, que me dio un tierno beso que me acabó de derretir si es que quedaba algo sin derretir ya.

Volvieron las embestidas por partida doble a mi culo, tanto de su polla como del consolador, mientras que la lengua que tenía en mi boca fue sustituida por la polla de nuestro nuevo acompañante. Ers larga, pero poco gorda y sl tenerme boca arriba en la cama me tenía a su merced para meterla hasts donde quisiese. Y allí estaba yo, con dos pollas en el culo, otra en la boca y al borde del mejor orgasmo de mi vida.

Cuando se aburrirmeron de la posición empezó una doble penetración pero ahora con dos pollas reales, hasta que no pudieron más, salieron de mí y se pajearon en mi cara hasta llenarmela de lefa. Yo seguía sin correrme, así que entre ambos me hicieron la mejor mamada de la historia, o lo hubiese sido, si no fuese porque apenas aguante en cuanto me tocaron y les llené a ellos la cara de leche, renovando esas manchas con las que había amanecido.

Tras desatarme y ducharnos volví a casa, donde volví a caer rendido en la cama todo el día y como para no. Después de eso quedamos varias veces más, tanto con uno como con los dos, y no solo para follar si no también en plan tranquis, yo ya era uno más en esa casa, hasta que el virus nos cortó el rollo y se acabó el curso sin volver a vernos. Espero recuperar el contacto em septiembre y que vuelvan a quitarme el estrés cuando haga falta.