¿Qué pasó anoche? Parte 2

Por lo menos ya sé que acabamos en su casa echando el polvo del año, creo.

Antes de empezar daros las gracias a todxs los que leisteis la primera parte, cualquier comentario, crítica, sugerencia o lo que sea, por aquí o por correo siempre será bien recibida 😊. No me entretengo más y  continuamos con la historia (recomiendo leer la primera parte antes que esta)

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Llegamos a su casa igual de calientes que íbamos por el camino, os diría por dónde estaba, pero entre el alcohol y el calentón ni yo lo sé, espero no haber perdido el móvil por el camino, porque solo Google Maps podrá llevarme a casa.

Una vez allí no esperamos casi ni a pasar la puerta cuando volvió a aparecer la bestia con ganas de sexo que había visto al mamar en la calle. Me besaba y mordía a medida que me quitaba la ropa con unos movimientos de manos que mostraban experiencia en lo que hacía, pero yo no me quedaba atrás, aunque estaba claro que mandaba él no pensaba darle todo el control desde el principio, por lo que me adelanté y empecé a mamar otra vez.

Parece que no se esperaba que pudiese ir tan rápido en mi estado, pues su cara mostraba sorpresa y placer a partes iguales mientras se apoyaba en la pared y se dejaba hacer. Poco a poco iba resbalando por ella hasta acabar sentado en el suelo desnudo conmigo a cuatro patas delante y mi boca entre sus piernas.

Mamaba todo lo que podía, me la metía hasta el fondo mientras movía la lengua con ese giro especial sobre su polla que hace volverse loco a cualquiera. Podría haber estado así toda la noche, hasta que noté un dedo yendo hacia mi culo, seguido al poco tiempo de un par más. Yo seguía chupando mientras él me preparaba para que vendría después, casi no noté que poco a poco había ido girandome para empezar a comerme el culo y empezar un 69 como nunca había hecho.

Esa lengua parecía no tener fin, entraba y salía de mi culo mientras yo no podía parar de gemir como una perra, aunque mis gemidos se ahogaban con la polla que tenía en la boca.

La escena tendría que ser digna de verse desde fuera, detras de la puerta de su casa, tirados en mitad del suelo y haciendo el mejor 69 que había tenido nunca. No sé como mi polla no explotaba allí mismo, pues estaba al reventar, como me la tocase no podría aguantar y parece que lo sabía, pues se aseguraba de no rozarla para nada.

Cuando se cansó de la postura me levantó y me llevó al sofá boca arriba , se puso un condón (friendly reminder, no folleis a pelo con desconocidos nunca 💙) y me embistió como un toro. Hubiese chillado del dolor y el placer que le provocó, pero mi boca estaba demasiado ocuapada comiendole la suya como para articular sonidos. El ritmo de las embestidas era cada vez mayor, yo quería aguantar, pero no podía más, así que exploté entre nuestros abdomenes, no sé cuántos chorros de lefa eché, como dirían los matemáticos, tienden a infinito, pero sé que al acabar salió de mí y se pajeó hasta mezclar su lefs con la mía en mi cuerpo y me besó hasta que mi mente de nubló y no recuerdo más

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Volviendo a la mañana siguiente, parece que por lo menos ya sé con quién estoy en esta cama y cómo he llegado hasta aquí, noto que se mueve y que mueve las manos sobre mí, además de notar un bulto rozando mi culo, así que deduzco que debe estar despertándose y cachondo ¿con la resaca que tengo y quiere repetir? Mira, no voy a ser yo el que le diga que no, me giro para comenzar bien la mañana comiéndole la boca y luego ya ver qué más le como y lo veo, este no es mi rubio de ayer ¿quién cojones es este tío? Continuará...