¿Qué pasaría si...?

Mi imaginación se está luciendo, por lo uqe subo otro relato. Si quereís que lo continue me lo ejais en los comentarios y si la página me lo permite subiré la conti. Espero que os guste.

¿

Qué pasaría si...?

Introducción:

Primer día de clase, como es normal en mi llego justo a tiempo para que el profesor piense que llevo minutos esperandolo. Me siento al final después de saludar a todos, bueno mas bien que ellos me saluden a mi.

Espero a que empiece a dar su rigurosa charla de primer día de curso, y que nos cuenten que no será fácil... Que esperaban, es el último año.

Paso toda la clase dibujando en mi libreta, solo cuando suena el timbre y todos salen corriendo a tomar el aire para después entrar a otra clase salgo yo.

Todo el que pasa por mi lado me saluda con una gran sonrisa falsa, ¿cómo se puede ser así? Me pregunto a mi misma.

Pensareís que soy una antisocial o algo así, pero no. Soy, no, era una de las más populares del instituto, pero ahora poco me interesa la popularidad y sus privilegios. Sí, estoy amargada como estareís pensado pero este verano no ha sido el mejor.

Siempre supe que me gustanban las mujeres, mis padres también lo sabían y mis amistades también, pero ese no es el punto, mis padres murieron, síp... hace casi 1 mes de ello, supongo que nadie lo sabe dentro de estas cuatros paredes, pero mejor. No me gusta que me tengan lastima. Ahora mi custodia legal la tiene mi tio hasta que cumpla los 18, que tampoco falta mucho, solo unos 7 meses meses más o menos.

Lo pasamos muy mal con la muerte de mis padres, mi tio vivía con nosotros, es joven, tiene 28 años y no tenía pensado que su futuro fuera cuidar de su sobrina y manejar la empresa de su cuñado.

Salgo de el instituto con mis cascos puestos, me dirijo hacia mi moto, es una bmw, azul y negra, la cuidado mas que a nada, me la regalaron al cumplir los 17 después de sacarme el carnet claro. Me subo y acelero, me dirijo a la playa como todos los días desde el accidente de mis padres, me llevaban allí cuando era pequeña y nos quedabamos en la casa que mi padre había comprado para el verano.

Llego, abro la verja y entro para escuchar ladrar a Hulk, es mi perro,lo tengo desde hace poco, me lo regalo mi tio, pero a mi madre no le gustaba y me dijo que en casa no lo podía tener entonces lo traje a esta para que jugara libre, y todos los días venía a darle de comer. No lo llevo a casa porque de cierta forma me parece que desobedezco a mi madre, pero dudo que me vaya a decir algo.

Entro al salón y me siento, saco de mi mochila una botella de ron y bebo, ya se me ha hecho costumbre supongo. Antes de que eso me pasara era una chica normal, bueno entre lo que cabe, era normal, salía, tenía amigos, mis ligues, pero siempre que volvía a casa me esperaba mi padre para ver el partido de fútbol, o jugar a la consola. Nunca fui la niña perfecta, ya que desde pequeña les dije que me gustaban las mujeres y se me notaba, no soy demasiado femenina que digamos, siempre con una chaqueta cuero, menos en verano claro, en verano con camisetas sin mangas y pantalones hasta la rodillas, mis Vans y mis gafas de piloto. Tampoco es que lleve el pelo rapado al cero, lo tengo largo por la mitad de la espalda de color negro, mis ojos son azules, muy azules.

Miro mi reloj, diez y media de la noche, decido volver con mi tio, no se merece tantas preocupaciones, voy a la cocina y tiro la botella ya vacía, me subo a la moto y le prometo a Hulk mi perrito blanco que volveré mañana.

Capítulo 1:

Suena el despertador y lo apago de mala gana, me giro, y sigo durmiendo. No sé cuanto timepo ha pasado sólo escucho el timbre una y otra vez. Me levanto a ver quien es aun rascandome los ojos, y cuando paso cerca de la cocina miro el reloj del microondas para saber si llego al segundo día de clase o lo dejaré para mañana. Nueve y cuarto, supongo que iré, pienso.

Abro la puerta y siento un fuerte abrazo, que correspondo al saber de quien se trata.

-¿Qué haces aquí?- le pregunto a mi mejor amiga, supongo que acabada de llegar de Francia.

-¿Por qué no me llamaste y me dijiste lo que había pasado? Me he enterado por que tu tio llamo a mi madre hace dos semanas a contarselo y ella me llamo a decirmelo, no pude venir antes porque tenía que terminar unas sesiones.

Para que no os perdaís os lo explicaré. Ella, la belleza que tengo delante es modelo, la conocí un verano hace mucho cuando fui ha visitar a mis abuelos de Italia, no se si lo he dicho antes pero soy ialiana, ella también, es modelo, normal, es rubia natural con unos ojos verdes claros preciosos, una nariz perfecta y un cuerpo que envidiar. ¿Cómo la conocí exactamente? Era la nieta de una amiga de mi abuela paterna, y cuando fuí a visitarla (a mi abuela a Italia como ya he dicho), un día vino con su abuela la ví y nos hicimos inseparables, después yo tenía que volver a España porque mi padre debía trabajar y el verano se acababa para mi también y seguimos en contacto, yo cada verano iba a Italia hasta ahora en la que ella es modelo profesinal conocida en todo el mundo, se llama Lucianna.

-Yo...-

-Tú que Julie? Eran como mis tios. Y ni siquiera una llamada-me dijo con tono enfadado.

-Tienes razón, pero tu estabas en Francia.

-Pero hubiera venido nada más saberlo.

Le conté como pasó todo. Solo lloré el día que los ví en el hospital después de aquel accidente donde los dos murieron y solo esperaron para verme. Es, fue y será triste, pero como me dijo mi madre antes de irse: “la vida son momentos, sean buenos o malos hay que afrontarlos con alegría, pensado que mañana será diferente”. Prometí no llorar, y ser fuerte por mi y por mi tio, que habia perdido a su hermana mayor, él se hizo cargo de todo, pero todos los días llegaba a casa se encerraba en el despacho de mi padre con una botella de whisky y bebía mientras lloraba en silencio, yo lo acompañaba, me sentaba y brindabamos en silencio, yo seria, callada, con la mirada perdida y él llorando como un niño. Estuvimso así durante las 3 primeras semanas, después el destino le dio un poco de alegria a mi tio Diego y el amor de su vida llego, como dice él. Yo me empecé a preparar para volver a estudiar, sin ganas pero tenía que hacer en honor a mis padres.

-Me voy a quedar un tiempo amore.- me dijo Lucianna mientras se secaba las úlitmas lagrimas que rodaban por su mejilla.

-Como quieras, es tu casa.-le dije levantandome y dandole un beso en el la mejilla.

-¿Y tu tio Diego?

-Con su novia, es quien le ha sacado de la depresión.

-Me alegro por él, pero tu... tu no estás bien Julie.

-Claro que estoy bien, hace ya un tiempo que lo afronté, ahora solo queda vivir con ello. Los quería y los quiero, y los seguiré queriendo aún que ya no esten conmigo.

-no te hagas la fuerte conmigo, tu y yo sabemos que no estás bien. O sino, ¿me podrías explicar porque esta habitación está llena de botellas? Convertirte en una alcoholica no te va a ayudar.

-No me estoy convirtiendo en un alcoholica, Lucianna. Y no bebo a todas horas.

-Eso espero amore, eso espero...

Se acerco por encima de la cama, me dio un beso en la mejillay se acomodo encima mía.

Al poco tiempo sentí como su respiración se tranquilizaba y su cuerpo se relajaba por el sueño que la invadía.

Como era normal cada vez que no bebía hasta casi quedar insonciente, no pude dormir. Toda la noche estuve recordando los grandioso padres que la vida me había regalado, y como de la misma manera me los había arrebatado.