Que morbo!
Polvete indiscreto
Ya nos conoceis por otros relatos y sabreis que mi mujer, Silvia, es muy caliente, cosa que a mi me encanta y me pone muy cachondo.
Hay veces que hemos salido de la rutina con trios, intercambios y otra serie de variantes, pero en esta ocasión todo fue fortuito.
Estábamos en casa de mis suegros pasando unos dias, junto con mi cuñada y su marido. He de decir que mi cuñada siempre me provocó mucho morbo pues, además de estar muy rica, siempre la considere muy mojigata.
Despues del habitual dia en familia, por la noche salieron mis suegros a casa de unos amigos y mis cuñados estaban con los niños en las tareas propias de los padres. Silvia y yo nos fuimos a la piscina donde nos estabamos tomando una copa, relajadamente, al fresquito de la noche. Mi mujer iba con ropa muy liviana, para estar en casa lo mas comoda posible.
En un momento dado pude ver, por accidente, que, en un movimiento de abrir las piernas para acomodarse en el asiento, esta no llevaba nada debajo del playero. Se lo hice ver que que se lo habia visto, y que me habia provocado una erección al verselo totalmente depilado. Ella se sonrió y deliberadamente las abrio de nuevo para que se lo pudiera ver con total detalle.
Me acerqué a ella y acariciando sus mulos, fui subiendo mi mano hasta llegar a su coño, encontrandolo totalmente mojado.
Y esto a que se debe? Le pregunté.
Pues a que estoy muy caliente, me contestó, a la vez que mis dedos recorrían su raja hasta llegar al agujero donde comencé a meter mis dedos, masturbandola, a la vez que miraba hacia todos los lados por si venia inesperadamente alguien.
Silvia ahogó sus gemidos al llegar al orgasmo, pero lejos de calmarla, lo que esto provocó fue que se lanzara sobre mi, arrodillandose, abriendo mi pantalón y permitiendo que mi polla saltara como un resorte al exterior, para enseguida meterla en su boca, comenzando una avida mamada.
Tras unos minutos chupandola, tuve que detenerla pues iba a conseguir que me corriera y aun queria aguantar un poco más.
Esto lo aprovechó para subirse el vestido y, poniendose de culo me lo ofreció, dirigiendo mi polla a su coño, introduciendola de un golpe hasta el fondo, bombeandola fuerte como yo se que a ella le gusta.
Pero cual no fue mi sorpresa cuando pude ver a mi cuñada en una esquina mirándonos a la vez que una de sus manos se encontraba por dentro de su pantalón, acariciandose mientras nos observaba.
No le dije nada a Silvia de lo que ocurría, para no cortarle el rollo, siguiendo mi faena ahora mucho mas excitado de saber que eramos observados.
Cuando vi que ya no aguantaba mas, avisé a mi mujer de ello, por lo que girandose se la metio en la boca para que acabara en ella, lo cual no tardé en hacer, mientras miraba a mi cuñada brindandole mi corrida, siendo correspondido por ella con otra.
Nos arreglamos la ropa y fue entonces cuando hizo aparición mi cuñada, aun visiblemente excitada.
Todo aquello me hizo empezar a darle vueltas a la oportunidad de llegar a montarmelo con ella....
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