Que hizo ella para merecer todo eso??? (8.)
Pedro descubre al fin a su cenicienta de bragas rotas, que esta princesa viva debajo de su mismo techo y que además comparta sangre no impedirá profundizar la convivencia.
Tenia los pies helados cuando salio de la cama, los ojos legañosos pegados por la falta de sueño,tendría una bonitas ojeras a juego con el vaporoso vestido morado descolgado de la percha. Pero primero, primero tendría que eliminar cualquier rastro de la noche anterior, con el vestido en la mano y su albornoz en la otra, se apresuro en salir corriendo hacia el cuarto de baño.
Tuvo suerte, no lo vio.
Pero si oía perfectamente el canal de deportes a todo volumen, hoy no iba a trabajar?, así no podría escaquearse de las clases para ir a la comisaria a denunciarlo.
Procurando no hacerse notar se metió en el cuarto de baño cruzo el pasillo hacia el baño de puntillas, le resulto algo incomodo pero cuando por fin hubo cerrado el pestillo respiro tranquila.
Paralizada por los recuerdos pasados hacia solo unas horas en aquel sitio, se quito la camiseta lanzándola al suelo , entro en la bañera abrazándose , dejando que el agua fría se fuera volviendo tibia y abrasara. Se restregó tres veces con la manopla de ducha, cuidando de no rozarse mucho su maltratado coño.
Cuando toda la suciedad bajo por el desagüe, se sintió algo mas confortada y salio de la ducha, secándose con cuidado.
Poco a poco con mano algo temblorosa se calzo sus bragas negras y el sostén reductor, cepillo su larga melena oscura dividiéndola en dos y trenzando como Miércoles Adams. Se maquillo los ojos oscuros como la noche y aplico una vistosa capa roja sangre en sus labios.
- se sentía cada vez mas segura, y el vestido cubrió su cuerpo hasta abotonarlo bajo sus pechos.
El efecto fue inmediato, como si se hubiera convertido en otra.
Con el fru- fru de la seda crujir se subió las medias ralladas hasta las rodillas,subiendo la cremallera de sus botines negros.
Con toda la confianza que pudo reunir, salio del cuarto de baño con paso vacilante .
Se acerco a la cocina con mucho cuidado, un plato con tostadas estaba preparado justo delante de la mesa, la mantequilla y las mermeladas justo a la derecha.
- Desayuna algo Ana..., hay tostadas y mermelada. La leche esta en la nevera,-- sonó la voz de su padre desde el otro lado de la puerta.
- Ehh.... , no tengo muchas ganas! – bajo la cabeza...-- quería irme pronto a clase y....
- Va mujer, aprovecha..., no todos los días estoy en casa de baja...,
Se sentó en la mesa sin dejar mirar la tostada, incapaz de levantar los ojos comió en silencio, escuchando de fondo el ruido del partido de fútbol. Trago la comida en silencio hasta que oyó de nuevo a su padre desde el salón.
Oye hija, que te parece si te acerco al instituto?, Si quieres, luego podrías pasarte conmigo por la comisaria , tengo que pillar algo de mi taquilla y salimos para el gimnasio . Que me dices? – pregunto Pedro asomando la cabeza por la cocina
- Nooo.. se si ...-- empezó a decir Ana nerviosa.
- Vamooos..., – podré presumir de hija ante los pelmas de mis compañeros. Luego te prometo que si no quieres acompañarme al gimnasio, podrás quedarte en recepción con Paquita, Eh?.
- Esta bieeennn...-- mordió con rabia la tostada-- , No hace falta que me frías el cerebro..., – mascullo lo suficientemente bajito para que lo escuchara.
- Vaya..., vaya... – alguien se ha levantado del lado izquierdo , eh?-- levanto las palmas en tono jocoso.-- Sera mejor, que te espere en el coche señorita mía!
Y diciendo esto, Pedro se dirigió hacia la calle con el la bolsa deportiva bajo el hombro.
Escucho el portazo y enseguida respiro profundamente. Removiéndose aun incomoda en la silla termino de apartar el angustioso desayuno , que putada..., se dijo cada vez mas nerviosa.
Encima, tenia que soportarlo y no decir ni pío.
Ella que odiaba todo lo relacionado con el deporte, el sudor y el ejercicio físico, encerrada con un puto salido pirado por el fútbol y los gimnasios. Lo que le faltaba, con los nervios de punta , metió unos gastados pantalones de gimnasia y el único top deportivo que tenia para la gimnasia del colegio.
Maldiciendo su suerte se arrastro hacia la calle, consiguió medio arrastrarse hasta el coche de su padre procurando disimular el dolor.
- Que te pasa hoy, Ana? Pareces una abuelita.. joder...! si parece que te hayan dado una puta paliza...!-- se carcajeo mirándola desde el retrovisor.
- Ehhh... esta noche no he dormido bien...-- dejo sin terminar la frase.
- Ahhh.. bueno, ya veras como una buena sesión de ejercicio aclara la mente y cansa el cuerpo.-- Luego estarás como nueva.
- Ehhh, si esooo....
Se bajo del coche con prisa, sin mirar atrás subiendo los escalones del instituto de dos en dos, solo para volverse tras llegar al gran portón de la entrada y echar un vistazo. Allí seguía parado, charlando a voz en grito por el móvil.
- Señorita..., me parece a mi que si no acude pronto a su clase , tendré que citarla en el aula de castigados, hace mas de 5 minutos que sonó el timbre..., así que , va..., a clase.-- regaño el director justo detrás de ella.
- Si, si... voy..-- tartamudeo al alejarse por el pasillo.
Ladeo su cabeza un par de veces enfadado, como era posible que las modas cambiasen tanto. El que siempre había sido partidario de uniformes escolares, . Chicas con falditas de cuadros cortitas, camisas blancas estrechas y corbatas de uniforme.
Ufff... se le ponía tiesa con solo recordar el polvo de hacia unos días en su despacho.
Nunca sabría como demonios había acabado descubierto por el hijo de la secretaria. Pero vamos..., un coñito como aquel no había que dejarlo escapar.
Perdido en sus pensamientos, se dedico a observar como la extraña chica desparecía en la clase del fondo. Torciendo de nuevo la cabeza confundido, las modas de ahora eran de lo mas aburridas.
Como demonio se imaginaria el cuerpo de aquella chica bajo tanta ropa , por dios... cuanto echaba de menos las minifaldas estrechas vaqueras, las camisetas transparentes insinuando... buffff, como no ponerse malo.-- acabo por entrar en su despacho .
Pedro no dejaba de maldecir una y cien mil veces al cabronazo que le había metido en aquel lío.
El gilipollas había conseguido un abogaducho y demandado por lesiones, El mundo al revés. Cualquier imbécil se lo hubiera tomado a broma,pero a él no le hacia puta gracia que su expediente intachable se viera salpicado por un mierda como aquel.
Si el tipo llevaba una estaca y golpea un puto escaparate, luego se lanza a saquearlo , como cojones querían que lo parase? , Acaso quería que le cantase una nana....
Le atizo un par de ostias bien dadas, antes de reducirlo y esposarlo. Lo suficiente para que se estuviese quietecito hasta que llegase el furgón de la comisaria.
Disolvieron el ataque tras proceder igual con el resto de alborotadores.
Odiaba las manifestaciones, todo se salia de madre, y los mas espabilados se camuflaban entre la multitud para hacer de las suyas.
Él solo se encargaba de pararles los pies, así era como le pagaban... con una puta denuncia, sabia por otros compañeros que mientras la investigación siguiera su curso debían apartarle del servicio, entregar la placa y estar calladito sin llamar la atención.
Gruño ante la idea de tres semanas inactivo, subiéndose por las paredes, encima con la cría colgada como un mono.
Arranco el coche incorporándose al fluido trafico de la hora punta, si se daba prisa podría llegar a la galería de tiro a primera hora, disparar sobre algo y luego salir a por la niña. Pasarse por la comisaria como un buen padre, mostrando a todos lo poco que le afectaba la demanda. Si... eso haría. Disparar siempre le calmaba los nervios, disponía de una hora en el túnel.
Para Ana las clases parecieron sumirla en el letargo perfecto que necesitaban sus nervios, escuchar la monótona voz del profesor de historia relatando los comienzos de la primera guerra mundial tumbaba hasta un elefante. Sentada como estaba en la ultima mesa del final de la clase podía dejar la mente en blanco.
Incomoda en su asiento, se tenso algo ante el escozor entre sus piernas.
- Encima tengo que soportarlo..., es que... es demasiado...-- gruño para si. Hacer como si nada..., porque vamos... ni se acuerda de nada...! – termino por taparse la cara.
Cuando finalmente el timbre sonó, el corazón volvió a brincarle asustado. Era la hora de marcharse, suponía que pasaría a recogerle y pasarían por la comisaria. Por si fuera poco, se había empeñado en llevarla al gimnasio, como si a ella le apeteciese correr y dar saltos con ropa ajustada delante del salido de su padre.
Cerro la carpeta metiendola bruscamente en su mochila negra, saliendo la ultima de la clase, todos y cada unos de los gritos del pasillo la empujaron hacia las escaleras, con cuidado bajo hasta quedarse junto al ventanal de la entrada, allí estaba, había regresado tal como prometiera.
En cuanto la vio acercarse al coche y subir en silencio , arranco el motor del coche.
- Que, como han ido las clases?-- hablo pedro incorporándose al trafico.
- Bien..., como siempre...-respondió ausente.
- Vamos allá, conocerás el sitio donde tu padre se parte la cara cada día, no hagas casos de los gilipollas de turno, – dejame a mi, ya veras como alucinan.
- Si, eso... alucine!-- se removió incomoda en el asiento.
- Te pasa algo, Ana?, parece como si tuvieras una serpiente enroscándose por las piernas?-- se cachondeo Pedro al ver los extraños movimientos en el asiento.
- Noo... es que... es que.. estoy algo incomoda... nada mas.-- se sonrojo mirando hacia la calle.
- Vaaaa.... las niñas de hoy..., me parece a mi que mucha tontería...-- murmuro bajito aparcando en su plaza junto a la comisaria.
Ambos entraron en el amplio vestíbulo a la vez, pedro solo tuvo que hacerle un gesto para pasar al interior de la sala de espera y avanzar hacia su mesa cubierta de carpetas abiertas.
Aparto el papeleo sin importarle donde caían las hojas desordenadas, esforzándose por parecer indiferente saco el revolver reglamentario del cajón inferior , – Quedate aquí... vale? Tengo un par de cosas con el capitán... , en seguida vuelvo.
Alejándose de la mesa dejo a su hija sentada en su silla, mirando las fichas desparramadas por todos lados, no parecía haber nadie en la sala , solo el zumbido del radiador resonando en la sala desierta.
Cuando los ruidos de conversación se acercaron pudo ver mejor a dos policías de uniforme riéndose al acercarse a dos mesas de distancias.
- Vaya... tu debes ser la hija de pedro, verdad?-- si que se lo tenia calladito.
- Si..., me llamo ana ,esto... he venido con mi padre , él esta dentro.
- A vale..., tu viejo es un buen tío.., no hagas caso de las mierdas que van diciendo por ahí, de acuerdo?-- le soltó el otro tipo a la derecha.
- Que cosas van diciendo...-- pregunto cada vez mas intrigada.
- Nada... , cosas de gilipollas...-- me llamo Adán, y ese imbécil de ahí es Nuno, acabo por presentarse.
En ese instante pedro apareció justo a la espalda de Nuno, atizándole una colleja impresionante.
- Joder tíos, que es mi hija..., señores... esas lenguas, eh? – aulló burlón al revolverse para evitar un puñetazo del mastodonte.
- Ehhhhh...jodeeer, buenoo, buenooo. Perdone usted señorita!-- Estas contento cabronazo de mierda...-- rió sacudiéndose a Pedro de encima.
- Vale, vale... aclarado no?-- Bueno hija, podemos largarnos, todo arreglado.
Ambos salieron no sin antes de escapar milagrosamente a otra batalla de bolas de papel. Entre burlas y risas consiguieron salir de aquella batalla infantil.
- Debes comprender que los pobres no reciben muchas visitas..., son como putos crios ..buena gente pero simple...-- aclaro pedro atándose el cinturón de seguridad.-- en fin..., mejor que me acerque al gimnasio... eh?... siento la tensión en cada tendón de mi cuerpo.
- Ah....si, Estaremos mucho rato?-- pregunto inocentemente Ana.--
- No se..., un rato..., – murmuro al bajar del coche con la macuto deportivo.
Como siempre que entraba en el gimnasio flirteo un poco con la maciza recepcionista al presentarla como hija suya. A ella pareció cansarle todo aquello, la enana recepción la componían un par de sillas de lo mas incomodas y una mesa con revistas atrasadas de Fitness.
Vio a su padre adentrarse en aquel extraño mundo de maquinas de pesas, cintas de correr y aparatos de musculacion.
Sentándose aburrida, enseguida acabo de ojear las 6 revistas levantando la vista y viendo a través de la cristalera como su padre atizaba un saco de boxeo al fondo de la sala. El sudor cubría la estrecha camiseta azul , marcando exageradamente su torso.
Ana noto como la seda del vestido se cerraba mas a su cuello, casi asfixiandola. Apartándose del cristal paseo por la hilera de trofeos acumulados del gimnasio, observando aburrida la decena de fotografiás y medallas.
- Oye... Ana, verdad?-- Porque no te pones algo mas cómodo y que se yo..., pruebas la bici de spining? – tu padre me dijo que si querías...-- le señalo la recepcionista esperanzada.
- No se...-- respondió dubitativa. Es que...?
- Va mujer..., veras que divertido..., te pongo algo de música y luego me dices... eh?
Que te parece? * Buenooo..., pero solo un ratito, lo justo para que mi padre termine. * Clarooo..., aun le queda un buen rato, venga acompañame te mostrare el vestuario femenino.
Siguiendo los pasos de la recepcionista, se colgó la mochila oscura al hombro y medio temblando se desvistió en el vestuario vacío. Los pantalones se le ajustaban como una segunda piel , así que... ajustándose el top rosa como buenamente pudo se ato las trenzas en un moño prieto, antes de terminar por anudarse las zapatillas se sacudió el agobio al ver a su padre golpeando el saco y salio hacia la sala de spining.
Empezó la clase entre muecas de incomodidad al sentarse sobre el duro sillín, escuchar la música sonando a todo volumen la distrajo lo suficiente para empezar a pedalear sin descanso.
Puede que después de atizar el saco se sintiera menos cabreado, pero la rabia aun le bullía por dentro, sacudiéndose el sudor de encima se coloco en la maquina de pesas , comenzando a subir y bajar la barra concentrado en las quejas de su capitán.-- El muy soplapollas estirado! , cuando los brazos empezaron a dolerle paro un instante, para cambiar de maquina, echando un vistazo a recepción.
- Donde esta Ana...?-- pregunto con la toalla anudada al cuello.--
Paquita, le señalo con una sonrisa la dirección de la música estridente, con cuidado se asomo al lateral de la gran sala de spining, tres mujeres pedaleaban sin parar, pero el aliento se le paro en la garganta al ver sobre una de las múltiples bicicletas, una macizorra pedaleaba con la cabeza gacha, apuro un trago de agua de su botella contemplando el culito duro pedaleando sin descanso, un jugoso melocotón que sin duda mordería una y otra vez hasta correrse dentro.
Mmmmmm..., solo con ver el top rosa meneando esos colosales melones , se le secaba la saliva de la garganta, con que gusto las agarraría para mamarlas y verlas contonearse mientras su polla se deslizaba entre ambas engrasada por la lefa. Mmmmmmmmmmm... chupo el cuello de la botella al ver los pezones duros contra la tela.
El agua que bajaba por su garganta casi lo ahoga al ver como la tía levantaba la cabeza agotada reconociendo a su hija sudando . Tosió hasta casi quedarse sin respiración, Jooodeeer estas mas salido que nunca pedro-- reconoció , Ostia que es tu hija, dijo admirando por ultima vez el cadencioso pedaleo del cuerpazo frente al cristal.
Intentando quitarse de la mente cualquier rastro de calenturiento examen , se dirigió casi corriendo a las duchas, sumergiéndose bajo un abundante chorro de agua helada, tiritando se froto la erección hasta correrse un quejido dolorosamente placentero. Agarro la toalla de la barra de la ducha secándose con rapidez. No quería darle mas bola al asunto, así que cuando salio del vestuario podía notar el cosquilleo de una zona muy sensible de su entrepierna al ver bajarse a su muy sudada hija y dirigirse hacia él.
- Ya has terminado..., yo... esto... mejor me voy a duchar, eh? – esperame no tardo nada.-- se alejo Ana aun medio aturdida al distinguir la erección en el apretado chándal de su padre.
Pedro solo pudo asentir ausente, apenas podía controlar a su polla ante semejante culazo jugoso y tentador. Procuro quitarse de la cabeza aquella locura, pero su mas que evidente empalme contradecía a su cerebro.
Puede que si aquella noche volvía a tirarse a cualquier coño con patas pudiera distraerse de su mas que apetecible hijita. Era muy muy preocupante.
Con ese convencimiento se acerco a Paquita, su descarga- frustraciones.
Hacia algo mas de 7 meses desde la ultima vez que follaran en la oficina del gimnasio, no fue lo que se dice genial, pero al menos ambos disfrutaron aquella tarde.
Pero esta vez Paquita no estaba por la labor, se rieron con ganas como siempre hacían pero aquella vez no parecía que la recepcionista quisiera pasar a la oficina por un polvo rápido.
- Ay Paquita..., lo buena que estas cariño..., mm mm le hociqueo el cuello , dándole a entender sus intenciones folladoras.
- Calla , calla... ayyyy Pedro, eres muyy malooo conmigo!-- se rió con ganas al rechazarle devilmente.-- Acaso no sabes que tengo pareja... eh?.--
- Oh cariñoo... un polvete rápido, eh . Nada mas..., nos vamos atrás , ahí a la oficina le susurro al oído a la vez que restregaba su empalme sobre el culazo de la recepcionista.
- Que noooo, hombreee, que me buscas un liooo!-- volvió a reírse-- si se entera Mariano me mata..., y luego te hace picadillo.-- continuo dejándose magrear.
Vaaaaa para, en serio... que tengo que cerrar. * Ay que suerte tienes , Mariano!, azoto el culo de Paquita con ganas alejándose.-- Tu jefe si que ha encontrado una buena folladora..., – suspiro paseándose disgustado. * Si quieres puedo hacerte una paja rápida, pero nada de mancharme o quieres que Mariano me descubra. * Ay nena, si me haces una paja, querré mas y mas...!, tanto que puede que te espose al puto aparato de pesas y acabe follándote toda la noche. * Entonces sera mejor que me largue..., si pasan mas de 10 minutos del cierre Mariano se preocupa muchísimo, dijo saliendo detrás del mostrador y bajando la persiana.
Uyyyy llego tarde, cariño sabes si tu hija tiene para mucho..., esta noche le tenia preparada algo muyyy picante a mi jefe.-- le guiño el ojo cómplice. * Tu si que sabes nena..., yo de ti pescaría a este tipo antes que otra putilla se te adelante.-- se carcajeo viéndola correr de un lado para otro.-- Si quieres dejame las llaves, yo cerrare. – que te parece? * Harías eso por mi?-- pregunto esperanzada.-- Mira que esta noche cae... – * Claro..., espero a que salgan las clientas y cierro, no?-- la alarma es de las sencillas , no creo que resulte difícil activarla cuando me vaya. * Mira te dejo la contraseña apuntada, – voló la recepcionista al bloc de notas, Eres un amor..., Te debo una....., – pronuncio al agarrar el bolso y salir disparada hacia la puerta. * Si eso... uno o dos, o tres, o cuatro... eh?-- se despidió decepcionado desde el cubículo de la entrada. Anda y dejalo seco!
Atendió un par de llamadas después de que Paquita saliera disparada para su cita, menuda suerte la suya..., su erección seguía siendo dolorosamente evidente, por lo que permanecer sentado detrás de su parapeto le resulto tranquilizador. Cuando las ultimas clientas se despidieron en recepción, salio del escondite preocupado.
Ana hacia casi 35 minutos que había entrado en las duchas, pero no había salido con el resto de las clientas. Extrañado, se dirigió hacia la puerta bajando la persiana hasta el suelo.
Comprobó cada cierre de puertas, haciendo pasar el tiempo hasta que su hija saliera para largarse a casa, nada. Cada vez mas preocupado, se dirigió con paso tambaleante hacia los vestuarios femeninos, todo estaba en perfecto orden. La mochila de su hija abierta encima del banco junto a las taquillas.
Y si le hubiera dado un bajón, o se hubiera mareado, procurando no angustiarse mas se dirigió hacia las duchas , el ruido de agua corriendo le indico que efectivamente alguien seguía dentro de ellas.
Muy despacio se acerco hasta el hueco donde la cortina de flores dejaba un par de palmos a la vista. Allí estaba, y por lo visto estupendamente bien.
Pedro tuvo que pestañear un par de veces para intentar reconocer a su extraña y excéntrica hija.
La hermosa hembra que tenia delante parecía disfrutar de la ducha, susurrando complacida al escurrir la espuma por su espectacular cuerpo.La polla de pedro reacciono empalmándose firme y dispuesta. – Quien no dudaría en follarse a semejante bollito de nata!-- pensó al ladear la vista contemplando los pezonazos tiesos y gordos sobresaliendo de entre sus dedos cubiertos de espuma.
Dioooooos Pedroooo, largateee de aquiiiii-- le decía la vocecita en su cabeza, no seas cabronazo...-- no dejaba de repetirse aun plantado con la visión de su hija enjabonándose.
El suspiro de alivio de Ana , tenso aun mas su polla encabritada. La muy guarrilla se frotaba de lo lindo, uffff... solo había que ver ese culito respingon pidiendo guerra, su mano voló hacia su rabo como si tuviese vida propia.
Estaba tan cachondo que ni cuenta se dio cuando empezó a sobarse la polla con la contemplación del baño de su hija.
Apurando las talladas fuertes, empezó a cascársela con lentitud ,sin dejar de contemplar aquellas tetas grandes y deliciosas agitándose entre gotas de agua.
Ni un terremoto lo hubiera movido de allí, pajeándose arriba y abajo adoptando una cadencia lenta y seca. Acelerando la tallada al ver la boquita de su niña escupiendo espuma blanca. Aquello lo obligo a cerrar los ojos cuando le llego la corrida, apartándose para no ser descubierto descargo toda la lefa contra la cortina en la corrida mas bestial de su vida.
Puede que aquello de quedarse ciego no estuviera lejos de la verdad. Antes de que el ultimo chorro de semen saliera de su polla la cortina se abrió bruscamente, descubriendolo con la polla en la mano eyaculando contra el sorprendido cuerpo de su hija.
- Pero que... intento hablar la estupefacta chica-- retrocediendo asustada hasta el interior de la ducha.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhh... abrió los ojos Pedro lentamente.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh-- chillo Ana retrocediendo hasta dar con la pared de baldosas.
Pedro consiguió enfocar los ojos muy lentamente, avergonzándose por primera vez en sus 45 años de vida.
- Lo sientoooo hija..., estooo no es lo que parece...-- buenooo si...-- pero te juro que no volverá a pasaaaarr....!-- intento avanzar hasta su aterrorizada hija.
- Vete...., veteeeeeeee de aquí....-- consiguió pronunciar Ana tapándose los ojos.
A Pedro parecía sobrepasarle la ridícula situación, allí en medio de las duchas de un gimnasio desierto procuro justificarse torpemente abrazando a su hija sin ni si quiera fijarse en su rabo fuera de los pantalones cuando lo intentaba.
Ana tiritaba helada, el ultimo chorreón de semen le habia dado en el muslo, dejándola paralizada sin capacidad de reacción ante el abrazo de su padre.
Muy poco a poco empezó los brazos de su padre la sujetaron atrayendola al centro de la ducha, despejando su cara de la maraña de pelo mojado que cubría su cara.
- Shhhhhhh, cariño..., yoooo lo sientooo...., de veras lo siento....,-- murmuro acariciando suavemente su cara. – No se como pedirte perdón..., – Perdoname... tengo... susurro dándole un primer beso en la mejilla y continuando en el mentón.
Ana empezó a notar el calor emanando del cuerpo de su padre al abrazarla, los brazos pesados casi muertos a ambos costados, la boca de él dibujando pequeños besos que la dejaban desorientada, aflojámdole todo los músculos del cuerpo cuando su lengua abrió su boca sutilmente, punteando la suya por primera vez.
Aquello provoco una descarga de algo que la hizo revolverse entre sus brazos, peleando por escapar al continuo roce de su lengua contra la suya.
- Mmmmmdfffffff , mmmmmmmmffff... – gruño intentando empujarlo bruscamente de la ducha.
Pedro recupero la poca cordura que pudiera quedarle, allí fuera junto a las duchas con los sollozos de su hija golpeándole las sienes bajo los ojos temblando, el rabo de nuevo tieso ante el roce de la carne húmeda, procurando serenarse se subió el chándal como pudo y salio a toda prisa de aquel sitio.
Paseaba como un león enjaulado procurando olvidar lo visto apenas uno minutos atrás, tan concentrado en ello estaba que cuando Ana se planto en la puerta de recepción con el horrendo traje morado, enrojeció como un colegial virgen.
- Seraaa... mejor que nos vayamos...eh?-- tartamudeo sin mirarle a los ojos.-- Por el camino nos pasamos por el Burguer y pillamos algo..., – intento disimular como si nada hubiese sucedido.
- Por mi bien...-- contesto Ana igualmente incomoda.
Cuando hubo cerrado las luces y activado la alarma , estaban fuera al amparo de una noche horrible de lluvia, es que nunca se acabaría el puto otoño?. Entraron en el coche en un silencio extraño. Y aquella vez no le importo encender la radio para distraer su mente, el rock de los 80 sonaba a todo volumen en el sofocante habitáculo , cabeceando al compás de la guitarra de Slash llegaron al aparcamiento del burguer, pidieron rápidamente dos menús y salieron pitando ante la recia cortina de agua que parecía querer ahogar el atronador solo de Axel Rose.
Llegaron al piso empapados,en silencio con una extraña atmósfera flotando entre los dos, Pedro no podía evitar contemplar los gruesos pezones duros por el agua fría provocandole un empalme monumental, que procuraba disimular con la bolsa de comida rápida convenientemente delante.
Era de locos, pero por fin cuando la puerta de su apartamento se cerro tras su espalda soltó de cualquier modo la bolsa sobre lo que pillo y salio pitando hacia su habitación.
Debía poner fin a aquella locura, aunque tuviera que estar pelándose la polla como un mono hora tras hora.
Se saco la ropa mojada de encima, con la imagen de aquellos pezones tiesos en las retinas. Sin dejar de maldecir entre dientes, se pajeo con rapidez hasta descargar sobre la toalla anudada en su cintura.
- Menuda locura..., En que piensas Pedro..., acaso quieres pasar tu vida en la cárcel...!-- se decía rebuscando en el cajón de calzoncillos .-- Cojoooness que es tu hija...-- le decía la cabeza-- pero hay que ver lo buena que esta...-- le recordaba su polla recobrando poquito a poco la dureza.-- Salidooooo... estas salido...-- revolvió cabreado el cajón-- Es que no queda un puto slip..., – maldijo saliendo del cuarto enfurecido.
Entre reniegos y maldiciones se dirigió al pequeño rincón junto a la cocina donde estaban secadora y lavadora. La secadora aun seguía llena con la colada de esa misma mañana, no estaría bien echar la bronca a la hija después de haberte corrido encima de ella?
- Quitate eso de la cabeza amigo mio...--- de 30 a 40 años en chirona se repetía como un mantra interminable, rebuscando entre medias a rayas y camisetas viejas, se le enredaron un par de bragas negras entre los dedos, cuando ya la soltaba, se quedo mirándola fijamente , los engranajes de su cabeza encajando lentamente . La misma tela, el mismo color..., los ojos se le abrieron hasta desorbitarsele.
Con la garganta seca , brinco hasta recorrer el pasillo en una insoportable y larga carrera. Nunca le pareció tan largo el pasillo, no podía ser..., se repetía..., no podía ser... pero y si...?
toda la ropa mojada aun seguía al pie de la cama, dio la vuelta hasta llegar a la mesilla donde dejara la prueba del glorioso polvo de la noche anterior, la mano temblando al abrir el cajón y sacar del interior las bragas rajadas gemelas a la que sostenía en la mano.
La sangre le subió a la cabeza casi mareándolo, había follado a su hija... pero como...?
joder..., joder..., como si un mazo le hubiera golpeado la cabeza se sentó en la cama con la cabeza apoyada entre los brazos. No era posible...- no....--- no ,nooo...--se decía sin convencimiento.
Ostia Puta...., – se maldijo vistiéndose a toda prisa sin pararse a pensar.
Midiendo sus pasos aterrado llego a la cocina, su hija sentada a la mesa comía de la bandeja de plástico blanco una de las hamburguesas compradas, parecía serena casi como si nada hubiera sucedido en el gimnasio ni durante la noche anterior.
- A lo mejor... era otra chica... hay cientos de ellas con bragas negras...-- se autoconvencio Pedro.
- Mm mm... quieres las patatas?-- le pregunto esperando su respuesta.-- Queee si quieres las patatas...--repitio con voz fuerte.
- Ahhh... No, cómetelas..., – la verdad es que no tengo hambre-- Creo que voy a tomarme algo para este jodido dolor de cabeza...-- aclaro llenándose un vaso de agua y tragándose dos aspirinas.
Parecía de lo mas normal, claro... que, quien iba a comentar algo con su padre después de que este te salpique de semen en un gimnasio solitario.
- Calmaaa... calmaaa – se ordenaba Pedro.-- Todo bien?-- pregunto en tono casual.
Casi con el corazón en la garganta vio como su hija se paraba automáticamente y lo miraba fijamente.
- Mas o menos...-- respondió bajando la vista. Hoy he tenido un día muy raro.-- le dijo fijando la vista.
- Ya bueno... Raro.-- le bajo el sudor por la espalda.--Buenooo la verdad es que... se atropello intentando justificarse.
- Esta bien...-- Corto tajante Ana-- te diría Papa ,recalcando la palabra Papa que... vamoss estoy un pelin dolorida..., esta noche no dormí mucho..., sabes?
- Ahhh... no tenia idea...-- sudo Pedro angustiado.
- Si , me desvirgaron a lo bestia...-- grito levantándose de la silla enfurecida.
- Nooo, noooo... – se llevo las manos a los oídos tapándolos.
- Siii..., me follo hasta que no pude mas..., y luego se corrió dentro de mi coñooooo!-- le grito acercándose hasta sentir el aliento.
Ana estaba poseída por la furia , la locura ardía en sus pupilas al chillarle al hombre que le había dado la vida. Tenia su cara a escasos centímetros de la suya.
Armándose de una rabia que bullía en su interior le sobo la polla por encima del pantalón del pijama.
- Si... esta polla , Papa... estoooo... siguió rozando arriba y abajo hasta empezar a endurecerse contra su palma-- me penetroo hasta rajarme..., – Como pudiste..., a tu hija... empezó a sollozar.
- Ana... no se , nooo puedo justificarme-- tartamudeo Pedro cada vez mas confuso. Yo solooo... – apretó las mandíbulas al notar la mano de su hija frotando su rabo con mayor rapidez.
- Estooo es lo que quieres... verdad.! – desafió ana al meter la mano en la bragueta del pijama y comenzar a menear la estaca dura y tiesa de su padre.-- A que si...,
- Paraaa... hija... , Paraaa... --intento débilmente separarla Pedro con los ojos cerrados.-- Aquella locura lo estaba poniendo de nuevo al borde...
- No te paraste anoche..., porque iba a pararme ahora... Papaito., acelero la tallada... vamos correte para tu nena... Cabronazo.-- insulto acelerando la paja.
- Yaaaa valeee... , yaaaa ! – agarro sus hombros y la separo con las ultimas fuerzas de su debilitada voluntad.
- Noooo valeee, hijo de puta ! Siseo gruñendo-- A mi no me vale... aulló cayendo de rodillas frente a él. Solo querías esto verdad...-- y adelantándose sujeto la polla y se la metió en la boca de una solo movimiento.
A pedro las luces rojas de su floja voluntad se le fundieron en ese momento, su niña estaba de rodillas en la cocina con su boca llena de su rabo. Las neuronas de razonamiento fundidas, ante la cálida boca tragando su carne muy despacio.
La deliciosa lengua punteando el cabezón torpe, los dientes recorriendo el mástil de carne hasta hacerlo sisear de dolor y placer.
Sus ojos fijos en las trenzas negras bajando y subiendo por su rabo, mamando de su cipote con torpeza ,entre deliciosas succiones lascivas.
Que delicia.., nada mejor que aquello..., sujeto sus trenzas con decisión levantando su cabeza para poder follarla mientras esta lo contemplaba. La luz de su furia sustituida por la lujuriosa ninfa de labios rojos y trenzas negras.
La niña chupaba bastante mal, pero poco le importo..., el comenzó a envestir las cálida boca de su niña profundamente, cada riñonada acrecentando los gemidos de ambos,
- Siiiiii, oohhhhhhh siiiiiii...-- respiro Pedro cerrando los ojos alucinado al notar la punta de la lengua de su hija lengueteando el cabezón una y otra vez, tuvo que ahogar el grito cuando palpo los huevos atrevidamente, echándose atrás y mirándolo.
No entendía lo que le sucedía, estaba muy caliente, y sin importarle nada mas se trago la tranca paterna hasta darle arcadas, excitada por el sabor amargo del rabo de su padre , chupo y chupo hasta que Pedro la sujeto con dureza de las trenzas, ahogándola ante tanta carne alojada.
- Meeee corrroooo hijaaa....-- suplico devilmente al sentir las pelotas pulsando al llegar el momento de la descarga.
Ana le echo un ultimo vistazo , desalojando toda la polla de su garganta , apretó con fuerza las redondas bolsas testiculares y se trago la polla hasta sentir la punta en la campanilla. Apurando las envestidas mas y mas rápidas.
Tiraba de su pelo a cada empuje de sus caderas, gruñendo como un loco al empezar a correrse. Por fin estaba a punto.
Antes de que supiera lo que sucedía, se echo atrás sacándose la tranca de la garganta.
- Vamosss papaitoooo , correte en mi boca...-- suplico la lujuriosa boca de Ana.
No soporto mas la tortura,la punta de su rabo apoyada en la gloriosa boca abierta.
- Joooodeeer...-- siseo al descargar el primer chorro de semen dentro de la boquita abierta de Ana. – Traaaagaaa , siiii, tragaaa....!
Ella devoro toda la lefa con ansia, chorro a chorro saboreo el regusto amargo de la lechada de Pedro y levanto los ojos sonriendole. Por fin se trago la ultima gota de amarga semilla paterna, limpiándose la comisura de su preciosa boca. Levantándose del gastado suelo de la cocina.
- Eso era lo que querías, verdad?. Pues... por mi vale!-- pero todo tiene un precio-- lo miro astutamente.
- Quee cojones quieres? –pronuncio Pedro aun trastornado-- Podrías hundirme...
Es mas..., estoy en tus jodidas manos. * No te preocupes..., no diré nada... , a cambio de...-- hizo una pausa al acercarse a la derrotada figura de Pedro sentada a la mesa.-- Mi libertad...-- sentencio. * Tu libertad? Acaso estas prisionera de alguien?-- repuso Pedro con las manos enterradas en su cara.- * Después de estos tres meses le dirás a Mama que me quedo a vivir contigo, – puede que no quiera al principio-- pero te encargaras de convencerla-- el como me da igual. Tu solo le dirás lo que yo también le diré..., estoy mas cerca de la facultad de matemáticas.... , . * Pero..... crees que te dejara aquí..., me odia hija, eso te quede claro...-- anuncio derrotado. * Me importa un huevo... entiendes?, como crees que reaccionaria si le dijera que me violaste una y otra vez , – Y tus compañeros..., que crees que dirían?
Pedro se levanto de la mesa de un impulso , saliendo disparado hacia la soledad de la calle, debía ordenar su maltrecha conciencia , las pulsaciones en las sienes disminuían con las pastillas, solo la huella de lo vivido durante aquellos últimos días le impulsaba a escapar en medio de un torrencial diluvio.
Camino y camino sin rumbo fijo, dando vueltas a las frases de su hija, negándose categóricamente justificándose después. Buscando excusas , encontrando impedimentos .
La zorra de su ex lo despellejaría, no dudaría que buscaría al mejor abogado para dejarlo seco, acabaría sus días encerrado entre la misma mierda que había ayudado a meter entre barrotes.
Se detuvo en medio de un parque desierto, la lluvia había cesado .
Por fin lo veía claro, si estaba perdido, ardería en el infierno.
Sacudiéndose el agua del pelo, apuro el paso de vuelta al apartamento. Si su niña así lo quería, así seria, gozaría una y otra vez entre sus muslo, nadie se lo impediría.
Porque se encargaría de que le costara abandonar su cama sin recordar la polla de su padre.
Ya hacia tiempo que el sol había salido , los ruidos habituales de cada mañana indicando otra jornada de trabajo cuando se Lanzó a la carrera, llego a la portería con el aliento acelerado.
Estaba deseando comenzar la verdadera convivencia con esa pequeña putilla intrigante.