Que hizo ella para merecer todo eso??? (12.)

Nuestro policía se rinde a lo evidente. Que mejor maestro para enseñarla a follar que su padre.

Las llaves nunca temblaron tanto en sus manos como en esa mañana, algo así parecido a un pavor excitante, no saber y tener la certeza hacia donde se encaminaban sus pasos.

Tras la larga pelea con su conciencia, sus pasos le llevaron irremediablemente hasta la puerta de la habitación de Ana.

La respiración algo entrecortada al girar la manilla abriendo muy despacio la puerta.

La decepción de no encontrarla dentro. Mejor así, se convenció de nuevo. Volviendo sobre sus pasos anduvo de nuevo por cada una de las amplias habitaciones del piso, ni rastro de ella.

Había desaparecido. Tenia la mano sobre el auricular del teléfono, preparado para poner sobre aviso a su amigos de la brigada, – Joodeeer Pedrooo, eres un gilipollas!-- se decía comenzando a marcar los números. Sonaba el primer tono cuando diviso, la mochila del instituto apoyada contra la puerta.

Tenia clase, Eso Era!, No se había largado sin más, lo mas seguro era que hubiera salido a buscar algo para el desayuno.

Aliviado ante esa revelación, colgó el teléfono con al otro lado la voz del Sargento Ruiz sonando ferozmente, el inconfundible sonido de la puerta abriéndose y cerrándose con un suave click.

Procurando sonar indiferente, se acerco para observarla , la compra matinal sobre la mesa.

  • Así que... has ido a buscar algo para el desayuno?-- hablo en tono casual.
  • si..., la verdad es que..., no tienes nada comestible ahí dentro.-- empezó a sacar la comida de dentro de la bolsa .
  • Estoooo..., no suelo comer mucho aquí...-- se apoyo contra la encimera contemplando a su hija colocarlo todo.

Esa mañana había decidido vestirse con uno de aquellos vestidos negros y azules, ceñido por un pequeño corsé , la vaporosa falda tapaba mas que insinuaba , e incluso los pechos parecían casi invisibles en aquel horrendo disfraz gótico. Parecía que aquella mañana había peinado su pelo en una trenza sobre su espalda. Nada de maquillaje en su rostro. Simplemente adorable.

  • No se porque demonios te vistes así...! – eres una chica preciosa...-- dulcifico sus palabras acariciando uno de sus dedos por su mejilla.
  • Yaaaaa..., – Se aparto con brusquedad-- Pero resulta..., que a mi me gusta..-- se volvió dándole la espalda.
  • Siiii... se coloco justo a su espalda, el aliento rozando su oreja-- Mmmmm..., a mi me gusta mas..., la piel desnuda.-- lengueteo su oreja agarrándola por la cintura , el culo de ella descansando sobre la erección de Pedro.
  • Seraaaa mejooor... que me vaya a clase!-- o llegare tarde...,-- se escabullo como buenamente pudo.

La dejo alejarse, disfrutando como nunca de aquella inesperada timidez. Los dos habían descubierto sus jugadas, solo se trataba de dar con el momento exacto.

Bien por su hija, si conseguía intrigarlo tanto en la cama como lo hacia en ese momento, lo tendría dispuesto y colaborador.

Justo como le gustaba.

  • Volveré algo tarde..., esta tarde estudiare en la biblioteca-- grito Ana casi desde la puerta.--

El portazo resonando en sus oídos, por fin algo emocionante en el horizonte-- se dijo, dirigiéndose perezosamente al cuarto de baño y se duchaba machacandosela con la dureza del culo de Ana en su memoria.

Se afeito y curo la fea costura , saliendo del lavabo rejuvenecido. A pesar de sus 45 años seguía trabajando sus músculos.

Así su mañana pasaría mas rápido, algo mas sereno se dirigió hacia su despacho improvisado . La mesa cubierta de papeles sin orden ni concierto, un barullo de hojas donde encontró la agenda.

Rebusco la dirección hasta suspirar encontrándola y marcando el numero en el teléfono, espero cuatro tonos pacientemente, sin saber muy bien que decir.

  • Chaaaoooo cielooo, – le llego desde la lejanía la voz de su ex.-- Alooo?
  • Susanaaaa... susanaaa-- ehh, soy Pedro. – apretó el auricular al oído.
  • Ahhhh tu..., buuufff..-- Ahhhhhh Siii , mi viejoooo ex?--- termino riéndose tontamente al justificarse.
  • Ehhh , bieeeen. Si, bueno. Como no te ponías en contacto..., pues eso... , – hablo cada vez mas confundido Pedro.-- Nos preguntábamos si seguías viva...!
  • Ahhhh cielo, de maravilla...., esto es un paraíso...!, te oigo muy maaallll-- se distorsiono el ruido-- Voy a tener que cortaaaar!-- grito.
  • Clarooo, todo de fabulaaa!-- carraspeo con fuerza cada vez mas cabreado-- Vamooosss, como siempre...-- aclaro Pedro.
  • Barra libre todo el día, Uaaauuuuuhhh !-- apresuro en gritar Susana por la linea-- Te lo imaginas? ,-- soltó cada vez con la voz mas pastosa.
  • Ehhhh, siiii. – retorció el cable del teléfono cada vez mas incomodo— Tu, a tu aireee... – repitió cerrando los ojos-- Estooo Susana..., te dejo..., tengo cosas pendientes...!-- apresuro a despedirse con el murmullo de las olas y las risas tras su ex-mujer.
  • Un beso muy grande para la niña....-- acabo colgando susana.

Su ex era una hija de puta, debía medir las consecuencias. – Joooder, cabrón. La has desvirgado...- negó de nuevo con la cabeza, pero lo peor no dejaba de rondar por su mente.

Y si la había preñado?.

Agarrando las llaves del coche,bajo las escaleras de tres en tres. Subió al coche y condujo hasta alejarse del barrio, aparco junto a la estación dirigiéndose hacia la farmacia 24h.

No conocía a nadie, así que sin pestañear se decidió por el raquítico dependiente.

  • En que puedo servirle? Le miro receloso.
  • Cuatro cajas de condones-- soltó mirándolo fríamente.-- Extra grandes...-- aclaro sin dejar de mirarle.
  • Entendido... – pronuncio el dependiente empanado .-- aquí tiene, cuatro cajas... – empaqueto los condones con el asomo de una sonrisa marcando su cara.-- Algo mas?... quizás.... Viagra?
  • Nooo, – le fulmino con la mirada-- ehhh..., como se llama la píldora esa..., la de después de... ya sabe.
  • Ahhhh, la píldora del día después...? Claro..., como no!-- volvió a desaparecer ,esta vez con el ligero rumor de una risa.
  • Aquí tiene..., esta todo? – o quiere algún tipo de gel..., ya sabe.. para jugar...
  • Ehhh siii, ponga también de eso...

tras lo que le pareció una eternidad, pago en efectivo y sintiéndose como un chaval de 14 años al comprar la primera caja de condones, se subió algo azorado al vehículo.

De nuevo dentro del coche ,rebusco en el interior de la bolsa hasta dar con las pastillas , leyendo como si se tratase la biblia las indicaciones del fabricante.

Arranco el coche algo mas tranquilo, al menos eso si podría solucionarse.

Para cuando llego a su piso, la bolsa de la farmacia no era la única que llevaba, una segunda y tercera colgaban de su otra mano, recuerdo constante de lo desolada que estaba su despensa, había decidido pasarse por el mercado para rellenar los armarios siempre vacíos de su cocina.

Al final resulto divertido, marujear por aquí y por allá. Zamparse una magnifica ración de callos con las bolsas a los pies, mientra ojeaba a las hembras que paseaban con sus carritos.

Una buena tarde, para cuando dejo las bolsas sobre la encimera junto a la nevera, todo seguía igual de silencioso. Coloco tan buenamente como supo las compras dentro de armarios, dejando para el final la bolsa de la farmacia.

Con ella en la mano, fue depositando caja de condones por cada habitación. En sitios estratégicos, pero sin ser demasiado visibles.

Acabo dejando el resto de la compra junto a su cama , dispuesto a probarlos con su pequeñina.

Cuando estuvo satisfecho , se volvió a dirigir a la cocina y abrió la caja de las píldoras, sacando la píldora del estuche, Lleno un vaso de agua y se sentó junto a ella esperando la vuelta de Ana.

Ana , permaneció en la biblioteca hasta que el hilo musical empezó a sonar, avisándoles del cierre . Apurando al máximo la vuelta a casa, se subió la mochila sobre los hombros, inquieta y nerviosa al subir por la escalera hacia el piso. el sol hacia rato que se había escondido cuando entro en el apartamento.

Dejo la mochila en la entrada, como siempre hacia. Olisqueando lo que parecía venir de la cocina. La sorpresa monumental de ver a su padre liado sobre dos sartenes trajinando,la dejo sin habla.

  • Sabes cocinar?... – murmuro con la boca abierta.-- Mmmmmm, eso...huele bien-- se sentó en la silla frente a la mesa.
  • Ahhhh , ya has vuelto! . Veras... esto de aquí..., son scalopini... o eso creo..., me lo ha recomendado una señora muy simpática del mercado.-- Esto de aquí...-- movió la espátula de madera-- Mierdaaaaa... se ha pegado...!-- Es crema de quesoooo... – buuufff... – apago los fuegos , y secándose las manos.
  • Ñaaammm, ñaaammm... me muero de hambre-- susurro Ana viendo a su padre inclinarse sobre ella y con una mano inclinar su cabeza para llegar a su boca, la lengua tocando la suya provocandola devilmente.

Con suavidad, casi como si no hubiese sucedido, pedro acabo separándose de la boca de su hija volviendo a darle la espalda a su asombrada niña.

  • He dejado la pastilla ay, justo en frente tuyo. Tomala .., sera lo mejor-- acabo por llevarse a la boca la espátula de madera.-- Supongo que esta comestible..., --termino volviéndose hacia Ana. – No me digas, que tu padre no piensa en las consecuencias!.

Confundida y algo confusa, tomo la pastilla con la mano izquierda y la trago bebiéndose el contenido del vaso sin dirigirle ni un solo vistazo.

  • Es para..., para...-- para eso..., verdad?-- murmuro casi sin voz.
  • Eso es..., para que no te quedes preñada.-- Vamos, no me digas que no lo conoces?-- Buenoo, en fin. No creo que haya problema alguno, a partir de ahora tomare precauciones.
  • Claaaroooo..., acabo bajando los brazos sobre el regazo sin saber muy bien donde mirar.
  • Buenooo , echo esta. Ahora que te parece si comemos algo?, esto tiene muy buen aspecto.-- se sentó frente a ella ,lanzándose a comer hambriento-- Vengaaa, comeee..., come..., – no esta tan mal!.

Entre un silencio algo tenso, acabaron terminando la cena. Ella sin apenas, levantar la vista del plato, El con los ojos clavados en ella.

Solo cuando ana dejaba los cubiertos sobre el plato vacío fue cuando su padre se atrevió a dirigirse a ella.

  • He llamado a tu madre.., – esta mañana..-- Parece que todo le va fabulosamente...-- siguió pelando una manzana concentradisimo.
  • Le dijiste... algo!-- consiguió hablar Ana levantando la mirada.-- Pregunto por mi...?
  • Mira Ana, no voy a mentirte. – Tu mejor que nadie conoces a tu madre!, Mando besos para todoooo el mundo.-- pero ni me dio la mas mínima oportunidad de decirle algo.
  • Como noooo!-- se levanto furiosa de golpe-- Puta borracha...!--renegó furiosa, escapando de la mesa a la carrera.

Pedro espero hasta escuchar el portazo que retumbo como un trueno furioso, se había encerrado en su habitación, sin duda furiosa por todo y cabreada con el mundo. Apurando los cortes de la manzana, termino comiéndola con escrupulosa lentitud.

Observo con detenimiento todo el desorden, resignado apilo platos y sartenes, abandonándolas sin escrúpulos para el día siguiente.

Si se daba prisa, podía pillar una peli en blanco y negro en el canal de clásicos. Policías y Ladrones ,-- acabo sonriendo con sorna-- , los placeres sencillos.-- se estiro cómodamente sobre el sofá.

Cuando apenas llevaba 2o minutos, la puerta de la habitación se abrió poco a poco. Con los sentidos divididos en la pantalla y en los pasos que se acercaban.

Ana se sentó justo a los pies de su padre, observando la pantalla con los ojos aun algo hinchados y rojos.

  • Que estas viendo?-- le pregunto interesada.
  • Extraños en un tren.-- Alfred Hitchcook .-- una de mis pelis favoritas.
  • Ahhhh, acabo callando, sus ojos fijos en la pantalla.

En silencio contemplaron la película sin pronunciar palabra, la tensión mascándose al terminar y aparecer los títulos de crédito.

  • Buuenooo, ya ha acabadooo...-- bostezo Ana con fuerza-- nos vamos a la cama...-- dijo mirándolo sin emoción alguna .
  • Ehhh, a la cama... clarooo, –

Ana automáticamente subió las manos por las piernas aun estiradas de su padre consciente de sus nuevas obligaciones. Solo las fuertes manos de Pedro deteniéndola, la despertaron del trance que ya había asumido.

  • Esperaa, espera... Ana... mirame!-- le ordeno levantando su mentón.-- Así no hija, no de esta maneraa...
  • Ya no quieres follarme?-- Le soltó con aspereza-- Pensaba que ahora que estábamos de acuerdo...-- se le nublaron los ojos.
  • Nooooooooo, Siiiiiii. A quien voy a engañar-- sacudió la cabeza. Claro que quiero. Pero debes entender... que hay miles de formas, y que yoooo, yoooo escogí la peor de todas...! Mierda..., soltó al fin.-- Debes entender... no siempre es así..!

Pedro acabo soltándola, las manos aun hormigueando al tacto de la piel.

  • Aprenderás... que hay un millón de maneras de gozar..., de disfrutar del sexo..., yo... Yoooo te enseñare...-- acabo susurrante hasta dejar sus manos sobre las mangas de seda del vestido gótico.

Ana contemplo como el cuerpo de su padre iba inclinándose sobre ella, la propia inercia de inclinar la cabeza hacia atrás, tal como hiciera sorprendida en la cocina.

El primer roce de su lengua abriendo su boca, ella aturdida abriéndola ,sintiendo el roce de la lengua envolviendo la suya.

Las manos de él subiendo por el corsé, apretando y soltando las tetas, su lengua comiendo su boca cada vez mas frenético .

  • No me negaras... que esto no te gusta...!--murmuro besando y lamiendo la boca de ana.--los dedos sobando los pezones ya tiesos. Los tíos siempre querrán acariciarte así hija, besarte así-- hablo con la voz cada vez mas ronca.-- Solo tienes que dejarte lleva, cariño.

Juega con mi lengua cielo, – murmuro cada vez mas excitado al rozar la yema de su dedo los carnosos labios.-- Mmmmmm , esooo es muuy bieennn cariño.-- acabo lanzándose a devorar la tierna boquita.-- Mmmmmmmmmmmmmmm, mmmmmmmmmmmmmm--

Pedro notaba como la niña iba cediendo gustosa, las succiones de su lengua era cada vez mas profundas, mas cachondas. Los pezones ya se le endurecían bajo la palma de su mano.-- se sintió satisfecho-- , por fin pudo apoyarla totalmente estirada, su cabeza posada sobre el cojín, los ojos cerrados, las mejillas sonrojadas.

Fueron sus ojos enfervorecidos, lo que le dio valor para continuar algo mas allá sus enseñanzas. Sin apartar los ojos de los suyos , se levanto hasta quedar de rodillas frente a ella , los dos aun sobre el sofá del comedor.

Ana enrojeció confusa, e intento sentarse consciente de atrasar lo inevitable, era demasiado pronto..., en verdad lo era?

Pedro excitado, daba gracias por haber tenido la ocurrencia de ponerse una bermudas anchas , no era preciso preocuparla mas. La erección dolorosa parecía disimularse mejor, o solo era por la poca experiencia de la niña. Pero sabia que aquello debía ser así, así que cuando ella se sentó con las piernas fuera de nuevo del sofá, se arrodillo frente a ella de nuevo.

Como un animal enjaulado, lo miraba nerviosa mientras su padre deslizaba las manos sobre los tobillos, acariciando suavemente hasta llegar hasta el borde de la falda azul, la callosas manos recorriendo sus muslos, acariciando, subiendo, abriendo sus piernas sin dejar de mirarla.

  • Paraaa..., paraaa...-- repitió asustada Ana al notar las caricias sobre las bragas negras-- Es demasiadooo prontooo...-- lloriqueo cerrando los ojos.
  • Shhhhh, – susurro Pedro paciente-- Deja hacer a papaaa!, el sabe...-- continuo diciendo mientras poco a poco deslizo la braga a un lado e inclino su cuerpo hasta que su boca quedo prácticamente en frente del coño de Ana. – Mmmmmm, preciooosooo! . Mmmmmmmmm...,-- Echate hacia atrás hija, esooo es.

Hambriento , se detuvo solo un instante para apreciar la fabulosa vista, los muslos abiertos con los pies sobre la pequeña mesa de café justo detrás de él. Su pequeña Ana callada mostrandole el coño. Un jugoso e hinchado enredo de rizos negros rogándole ser comido y follado con ganas.

  • Voy a chupar tu coño...! – bajo su cabeza y lamió el clítoris sorbiéndolo con ganas. La crispación de Ana solo fue muy corta, cada vez mas..., sin entender como el gustito iba creciendo hasta tener que agarrarse a la tapicería con fuerza- sin dejar de oír los ruiditos de la boca de su padre.
  • Mmmmmmmm, mmmmmmm, mmmmmmm, mmmmmmm, mmmmmmm – Siiiii , asiiiii , asiiii-- repitió Pedro para volver a sujetarse entre sus muslos, Sepultando la cara en el coño de su hija.

A Ana se le olvido todo, y sin poder evitarlo gimió en voz baja levantando el culo para poder gozar mas de aquellos sonidos y gruñidos, su padre sabia de aquello. – Vaya si sabia..., aun así podía oírlo lamer escandalosamente su coño, enloqueciendola a cada lenguetazo.

  • Ufffff.... que me haceeesss?, ufffff..., uffff...., ahhhhhhhhhh-- gimió arqueando el culo para él.

Pudo ver su cara enterrada entre sus muslos, entre gruñidos y punteos de lengua, si seguía así acabaría derritiéndose como un cubito, menudo gustazo!. Cada vez enroscando la lengua hasta hacerla chillar sin saber muy bien por que.

  • Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh-- aulló gimiendo como loca , lanzándose sobre la cara de su padre , empujando su coño hacia él. El calor recorriéndole todo el cuerpo al acabar rindiéndose al sentir las convulsiones de su coño al derramar el espeso fluido sobre la cara de Pedro.

No pareció importarle,al contrario, satisfecho siguió enterrando su nariz como un perdiguero , la lengua marcando el clítoris una y otra vez. Oleada tras oleada, trago con ansia el jugo de su niña, provocandole un nuevo orgasmo.

Los gritos de Ana cada vez mas descarados. Justo como el pensaba.

  • Esooo es...-- penso-- correte mi cielo, correte para papa...-- podía ver perfectamente las reacciones de su hija, ya no había queja alguna. Medio mareado , siguió castigando el coño de Ana durante 15 minutos, estando su coñito relajado siguió mamando solo con su lengua, toda ella acostumbrándose al placer , corriéndose de manera brutal en otro interminable orgasmo, sin duda el ultimo de ellos los suficiente pegajoso y rico para llenarle la boca, pero que mejor manera de compensarla.

Cuando al fin , pudo despegarse de su vagina estaba empapada. Aun recuperándose medio traspuesta.

  • Tenia razón o no? – murmuro volviéndose a colocar de rodillas entre las piernas abiertas de su hija.-- Veras que fácil es ahora..., – continuo acariciando las piernas, trasteando con algo de prisa y rasgando la envoltura de plástico de un condón. – aun sin darle tiempo a protestar, coloco las piernas de su hija sobre sus hombros rozando por primera vez el grueso pollón sobre la lubrificada raja.

Aun con la barrera de látex entre las pieles, podía deslizar la tranca engrasada fácilmente. Su hija lo aceptaba , sin evitarlo ya. Sus manos volaron hasta el cuello del vestido buscando los botones de aquel horrendo vestido, sintiéndose torpe e impaciente, fue la propia Ana la que levanto su espalda para que sus manos dieran con la jodida cremallera.

Con reverencia, fue destapando la piel blanca a su paso, las tetas encerradas en un horrendo sujetador negro. Excitado , deslizo los tirantes hasta liberar las enormes tetas .

La boca se le volvió a secar, al contemplar los pezones oscuros como el café desafiándolo sin piedad.

Así lo hizo, chupándolos hasta hacerlos endurecer como sabrosos toffes. Debió gustarle, pues ya estaba rendida cuando siguió besándola de manera lasciva.

Menuda calentura, solo podía dejarse llevar. Su pequeña ana comenzaba a menear el culito deseosa de algo mas, con la polla dura como el acero se volvió a mecer con suavidad preparándola, podía darse cuenta que pese a todo la niña temblaba nerviosamente al primer empujón del glande entre los labios hinchados de la vagina.

  • Uuuufffffffff.... – siseo girando la cabeza y tensando las mandíbulas.-- Duueleee...,

Pedro no soltó prenda, pero las manos de su hija se aferraron como garras sobre la tela del sofá. según la polla iba clavándose entre las paredes vaginales. La pobre se arqueo, peleando mientras el duro cipote del padre penetraba hasta las mismísimas entrañas. Los vellos de ambos rozándose sensualmente al acabar totalmente empalada.

El esfuerzo era evidente para Pedro, el sudor empezaba a gotearle por todos lados, aun así se refreno, era lo justo.-- se dijo.

Firmemente empotrado en el coñito estrecho de Ana, bajo las piernas de sus hombros para poder gozar mas de la follada.

Sin aquella postura forzada, Ana separo aliviada las piernas.

Pedro tendido sobre su hija contemplaba la expresión avergonzada, el ligero temblor de sus caderas al intentar acostumbrase a tanta carne.

  • Uffffffffffffffff-- murmuro con los dientes serrados, las manos volando sobre los hombros del padre. – Ahhhhh,..., dioooosss – cambio el tono, al sentirse llena de polla.
  • Veees que bieennn , hijaaa, ahhhh que delicia de coñitoooo, uffff estrechitoooo – gruño Pedro – consiguiendo comer la boca de su niña.

A ella todo le daba vueltas, sin saber muy bien el calor la abrasaba. Estaba tan húmeda y resbaladiza , el enorme cipote patinaba enérgicamente, el peso de su padre casi la aplastaba, no le importo lo mas mínimo, al contrario. Esa vez no hizo nada cuando los brazos de él llevaron sus piernas hasta detrás de su cintura.

Acompasando los besos a cada empellón bestial, empujando profundamente dentro de su coño. Que locura....! que buenoooo!.

Seguía follandola duramente, las piernas anudadas a su cintura, las bocas gimiendo imitando el ritmo de la jodienda. Cada vez mas fuerte, mas profundo, mas animal.

Pedro jadeaba sin vergüenza alguna,-- Ahhhhhhh, ahhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhhh-- aullaba mas y mas rápido.

Ella gozando sin tapujos de los latidos de la polla paterna enterrada hasta su mismísimo útero, bañando otra corrida el brutal cipote. La fricción de la tapicería rozándole el culo cada vez mas rápido, los cojones golpeando su culo a cada riñonada.

Los besos se volvieron cada vez mas lascivos, mas cachondos, hasta que al fin levanto el torso y sujetándola de la cintura se corrió berreando como un salvaje.

  • Agggggggggggggggggggggggggggggggggggg!-- cayo medio derrumbado sobre su hija. Estaba fundido y aun así, el corazón parecía salirse de su pecho.

En un abrir y cerrar de ojos, contemplo la expresión encendida de su pequeña Ana.

Suerte del condón!, sin duda hubiera podido preñarla con un polvo semejante.

Pero cojones!, lo que daría por sentir piel contra piel.

En ese instante ambos permanecieron quietos, recuperándose, aun con la polla encajada en el maravilloso coño , apoyo las manos contra la piel del sofá y desalojo su rabo ya algo fláccido. Consiguió ponerse en pie, y llegar a la cocina, solo después de tirar el condón pudo serenarse algo para volver a subirse las bermudas y volver al comedor.

Ella aun seguía en la misma postura que la dejase, las piernas abiertas y el coño expuesto aun brillante por la follada.

Inclinándose solo poso levemente la mano sobre la braga negra, volviendo a tapar el empapado coño, un leve roce sobre la tela pareció despertar a su princesa.

  • Vete a dormir hija, mañana tienes clases...-- acarició con suavidad el mentón.--

Yo..., terminare algo de papeleo y luego me acostare.-- entendido? * Siii..-- contesto agotada-- sera mejor que descanse..., estoy muerta...-- acabo diciendo a la vez que bajaba su falda y abotonaba el vestido ya libre de sujetador. * Buenas noches, Papa.! Se levanto hasta quedar frente a él y lanzarse a comer su boca. * Mmmmmmmm...-- murmuró sorprendido Pedro, buuuenass noches , hija!.-- acabo viéndola alejarse por el pasillo.

A lo echo, pecho. Siempre había sido así, agotado volvió a sentarse en el sofá donde hacia unos segundo se había tirado a su hija, el olor a coño era evidente, se dijo abriendo las fosas nasales gustoso, estiro los brazos satisfecho, sus dedos dieron con el maldito sujetador olvidado de Ana.

Se lo llevo a la nariz, con los aromas a coño y carne tierna de su hija aun en la memoria, sin poder evitarlo el rabo despertó furioso, levantando la bermuda escandalosamente.

Su mano voló hacia la cinturilla y bajo la tela hasta destapar el pepino tieso, con la horrenda prenda en la mano envolvió su grueso tronco, el olor a hembra aun perduraba cuando empezó a machacarsela con fuerza.

La tela negra se deslizaba arriba y abajo cada vez mas rápido, cada tallada de su mano mas y mas dura. El gustazo empezando a recorrerle todas el cuerpo, esta paja se la debía a las tetas de su hija, eso era..., a los sabrosos melones ...-- casi en seguida los dedos se enredaron al empezar a notar las vibraciones de su polla al escupir el semen como un furioso géiser, tallando el tronco mas aceleradamente que nunca, escupió un chorro caliente sobre la tela negra del sujetador, luego otra le siguió , hasta acabar en un gruñido brutal empapando la prenda de su hija.

Abrió los ojos avergonzado, el contraste era claro, la lechada podía distinguirse perfectamente encima de la tela negra. Negando lo inevitable, se apresuro a cubrirse cansado, apago las luces , llevando aun la corrida aun en la mano. Fue lo ultimo que hizo, dejo el sostén acusatorio dentro de la lavadora. Que menos!, arrastrándose exhausto, consiguió llegar a su habitación, por una vez, no necesitaría ni pastillas, ni alcohol. Su niña se había encargado....

Siiii, la vida al fin y al cabo es buena....-- acabo durmiéndose.