¿Qué harías por salvar la renta?
Una joven tiene que hacer lo que sea para salvar la renta y a su pareja
El sol entraba por la ventana y lanzaba haces de luz a los pies de la cama. Carmen se levantó de la cama y se dirigió al baño. Era una mujer joven, de 27 años, cabello castaño teñido de rojo fuego, largo hasta la cintura. Era alta y muy delgada, tenía mucha frente, ojos pardos y un piercing en la nariz, en aquellos momentos vestía un sujetador que realzaba sus pechos medianos y unas braguitas que ocultaban su vagina y su culito. Escuchó a su pareja en la habitación y salió a la habitación
-Hola gordi-dijo ella
-Hola-dijo él sonriendo. Él era alto también, un poco más gordo, aunque apenas se le notaban las lorzas y con los laterales de la cabeza rapados
-Bajo a desayunar-dijo ella
-Sí, yo estoy un poco cansado, bajo ahora-dijo él
Ella se puso algo encima de su sujetador y bajó a la planta baja. Vivían en un complejo de chalets de dos plantas, bajo la puerta había cartas que el cartero había dejado, prefería eso a revisar el correo electrónico o ir a Correos a recoger alguna carta
Era la misma mierda de siempre, publicidad, publicidad y más publicidad hasta que se topó con una carta sellada, el remitente era de su casero, aquel hombre no los dejaba descansar, no se podía hablar de acoso porque el hombre necesitaba la renta y ella le entendía, pero ellos no la tenían en aquel momento
-¿El desayuno?-preguntó su pareja
-Saca magdalenas del cajón-dijo ella dejando las cartas sobre la mesa del salón
-¿El casero otra vez?-preguntó él. Ya le cansaba el maldito casero, varias veces les había pedido la renta, en aquel momento no la tenían, cuando la tuvieran sería el primero en saberlo
-Sí-respondió ella
-Iré a hablar con él-dijo él desayunando
Más tarde él salió al trabajo y ella se quedó en la casa viendo la televisión, la verdad es que no tenía mucho que hacer. A la noche llegó Pablo, su pareja, llegaba un poco tarde, había salido hace una hora del trabajo
-¿Por qué tardaste tanto?-preguntó ella
-He solucionado el problema de la renta, voy a ducharme-dijo él
Subió arriba y se duchó, lo que había hecho…no era su estilo, pero tenía que hacerlo.
Al día siguiente iba a salir al trabajo cuando unos oficiales tocaron a su puerta, él se quedó quieto mientras lo apresaban por agresión, ella se quedó varios días sin salir de casa, con las cortinas echadas para que nadie pudiera decirle nada, reunió fuerzas y fue a la casa de su casero. Era un hombre cincuentón, de barba blanca y abundante cabello rizado, tenía varios golpes en la cara
-Mira, la mujer del agresor-dijo a su hijo, que estaba con él, a ella aquel muchacho le ponía nerviosa, nunca le dirigía la palabra ni le había hecho nada malo, pero le ponía nerviosa
-No me llame así-pidió ella
-¿Cómo quieres que te llame?-preguntó él
-Por mi nombre, Carmen-respondió ella
-Bueno, Carmen-dijo él poniéndo énfasis en el nombre-¿qué has venido a hacer aquí?
-Vengo a pedirle que retire la denuncia contra mi pareja-respondió ella
-Jajaja-el casero se echó a reír y su hijo le secundó
Ella se quedó allí parada en medio del salón sin saber que hacer, le gustaría golpear al hombre, pero eso sólo empeoraría las cosas
-¿Quieres que retire la denuncia a tu pareja para que venga y vuelva a pegarme? No gracias-dijo él
-Por favor-pidió ella
-¿Me vas a pagar la renta si le retiro la denuncia?-preguntó el casero
-No, no tenemos con qué pagarle-dijo ella
-Algo tendréis que hacer, yo no me puedo quedar sin renta-respondió él
-Lo que sea...-dijo ella
-Se me ha ocurrido una idea, Carmen, bonita, ven aquí-pidió el hombre
Ella avanzó hasta el hombre y él la observó un rato, le movió la cabeza de un lado a otro, le cogió del cabello y se lo tocó, le sobó el cuerpo, poniendo las manos sobre los pechos
-Ehh, eso no-replicó ella
-¿No has dicho lo que sea?-preguntó él
-Pero...-empezó ella
-Pero nada, vuelve mañana para una exploración más a fondo, si te lo montas bien,, tu pareja saldrá de la cárcel y lo de la renta se olvida-respondió el casero
La dejó en la calle cerrándola la puerta en las narices y ella volvió a casa. Al día siguiente volvió a picar la puerta del casero
-Vaya, si cumples tu palabra, bonita, pasa-dijo el casero
-¿Qué tengo que hacer?-preguntó ella
-Muéstranos el género-respondió el casero, su hijo y él estaban sentados en el sofá mientras ella permanecía delante de ellos. Con una mirada de odio total se llevó las manos al jersey y lo levantó por encima de su cabeza dejando al descubierto su cuerpo. Llevaba un sujetador rojo y el vientre plano, con un piercing en el ombligo, con un movimiento de la cabeza, Pedro, el casero, le pidió que continuara, ella se llevó las manos a los vaqueros y desabrochó el primer botón, luego el segundo y así hasta llegar al 5º botón, entonces cogió los pantalones y se los bajó hasta los tobillos, quitándoselos de un puntapié, se quedó en bragas y sujetador
-Ven aquí y date la vuelta-pidió el padre
Ella avanzó unos pasos y se dio la vuelta, sintió una nalgada en el culo, por encima de la braga y como unas manos desabrochaban el sujetador, sus pechos se soltaron y dejaron caer el sujetador, ella volvió a darse la vuelta y mostró a aquellos hombres sus pechos medianos, una 85. Pedro le cogió el pecho y se lo llevó a la boca mientras el chaval sólo lo tocaba. Ambos hombres volvieron al sofá y observaron la mancha de humedad que se había formado en la braga de la joven, fruto de la excitación de ser tocada después de 5 días sin sexo
-Quítatelas-ordenó Pedro
Ella se bajó las bragas y mostró su vagina completamente depilada y cerrada por los labios menores, al casero se le hacía la boca agua
-No me gusta-dijo el hijo, era la primera vez que hablaba, hasta entonces se había quedado callado
-¿No te gusta?-preguntó el casero estupefacto
-No, no tiene pelo-respondió él
-¿Eso quieres? ¿Peluda?-preguntó el casero
-Sí-respondió el chico
-Ya sabes Carmencita, déjate pelitos en el chocho y cuando lo hayas hecho vuelves-dijo el casero
-¿Ya me puedo ir?-preguntó ella
-Sí, pero aparte de no depilarte nada, a mi hijo le gustan peludas, córtate el pelo, por los omóplatos y deja de teñírtelo, no lleves ropa interior, esta me la quedo-respondió el casero
Cogió la ropa de la joven y la mojó en la vagina, impregnándola más de los jugos, acto seguido se los llevó a la nariz oliendo los efluvios de la mujer
-¿Cuándo he de volver?-preguntó ella
-No sé...digamos...¿un mes?-preguntó el padre
-Sí-respondió el hijo
-Pues eso, un mes-respondió él
-¿Y qué va a pasar con mi pareja y la renta?-preguntó ella
-Tu pareja hoy dormirá contigo, pero manteniendo las distancias, eres mía, que no se te olvide y la renta nos olvidamos de ella, eso sí, decepcionanos el mes que viene y os echamos, sin más avisos-respondió Pedro
La joven cogió su jersey y sus vaqueros y tras mirarlos se dirigió a la puerta
-¿De verdad te gustan peluditas?-preguntó el padre
-Me da lo mismo, la verdad, un coño es un coño, con o sin pelo, pero ella se depila y si le ordenamos que no lo haga estará sometiendose más todavía y será otra humillación más-respondió el chico
-No lo había visto así, no eres tonto, jeje-dijo el padre riendo
Pablo volvió aquella noche
-Cariño, lo siento, ha sido por mi culpa-dijo él
-Da igual, no importa-respondió ella fría
-¿Te pasa algo?-preguntó él
-No, vamos a cenar-respondió ella
-Estás muy rara-respondió él
-Cansada es lo que estoy, no sabes lo mal que lo he pasado hoy-respondió ella
-¿Quieres unos mimitos?-preguntó él acercándose a ella
-No, no me toques-respondió ella
-Vale, voy a ducharme, pero que sepas que no me gusta tu actitud-respondió él
Ella se quedó en la cocina llorando, no le gustaba hacerle eso a su amor, pero no tenía otra.
El mes pasó muy lento, Pablo comenzó a cansarse de su actitud, pero no le dijo nada, simplemente decidió devolverle ell golpe y dejó de hacerla caso, lo que acrecentó aún más la falta de ánimo de Carmen, lo único bueno de aquello era que habían dejado de llegar cartas del casero, aunque Carmen sabía porqué no se lo dijo a Pablo, no quería que aquel esfuerzo hubiera sido en vano. Finalmente el día llegó, Pablo se fue a trabajar y le deseó un buen día. Ella se preparó y salió en dirección a la casa de Pedro
-Vaya Carmen, estábamos esperandote-respondió Pedro, parecía que estaba con el ojo puesto en la mirilla, porque había abierto casi al instante
-He vuelto-dijo ella pasando al interior
-Ya veo ya, bueno, vete desvistiéndote-respondió Pedro
Ella se quitó la blusa y la falda que llevaba aquel día, debajo de las prendas no llevaba nada, dejó mostrar su vagina, que seguía cerrada por los labios menores, pero que lucía una buena mata de vellos rizados y castaños
-Qué gusto adivinar tu color natural y no ese espantoso color rojo-respondió el padre señalando el cabello de la joven, el cual había sido cortado y ya mostraba partes castañas
-¿Y eso?-preguntó el hijo señalando el vello axilar y el de las piernas
-Dijiste que no me depilara y tomé por sentado que eso tampoco-respondió ella bajando al cabeza
-Me refería únicamente al coño, siento si no lo especifiqué más, pero déjalo, así con más vello está mejor-respondió el hijo sentándose de nuevo en el sofá
-Bueno Carmen, hoy vas a hacer algo con lo que vas a salvar la renta y a tu pareja, pues sabes que está con la condicional-dijo el casero
-Sí, algo me comentó-respondió ella
-Bien, pues con esto lo salvarás, es algo muy especial-dijo él
-¿En qué consistirá?-preguntó Carmen
-Mi hijo, ha cumplido 20 años y como no tengo dinero para comprarle un regalo, ya que no me pagáis la renta, pues vas a pagarle tú el regalo-dijo el casero
-¿De qué se trata?-preguntó ella
-Le vas a quitar la virginidad, pensaba llevarlo a un prostíbulo, pero contigo mejor, hay más confianza-respondió él
-No...-dijo ella
-Sí, venga, si te va a gustar-dijo él empujándola hacia el chaval
Sus labios se juntaron y se mezclaron sus lenguas, el joven metió uno de los dedos en la vagina y le estimuló el clítoris, con lo que la joven gimió
-Hace tiempo que no te tocan ahí ¿no?-preguntó el joven
-Sí, más de un mes-respondió ella de mala leche
-No te enfades gatita-respondió el joven volviendo a tocarla
Dejó a la chica en el sofá y se desvistió, mostró su cuerpo fibroso y su pene, de 15 cm de longitud, aunque cuando terminó de ponerse erecta le llegó a los 18
-Jo-der-dijo ella separando las sílabas
-Ya ves bonita, 18 cm de puro placer, y tú eres la primera en experimentarlo-respondió él
Sin darle tiempo a responder le puso la polla en la boca y ella comenzó a mamar a disgusto pasando la lengua por el glandey el frenillo, lo que hizo al joven estremecerse, pero recuperó posiciones y comenzó a coger a la joven del cabello para mantener la cabeza erguida, mientras tanto, el casero se acercó por el coño y se lo lamió, ella estaba tumbada en el sofá, con la polla del joven en la boca y la boca del padre en el coño, buscaba el clítoris con la lengua y se lo chupaba con saña. A la joven se le caían babillas de la boca que manchaban su cuello, pero ninguno hizo nada por limpiárselas y símplemente continuaron hasta que el joven se corrrió dentro de la boca de la joven
-Trágatelo, todo-dijo sin sacar la polla de la boca, ella obedeció y luego le chupó la polla, la verdad es que no le gustaba nada tragarse el semen, pero no quería contrariar al muchacho
-Me voy a correr-susurró ella
-De eso nada-dijo el padre retirándose de su coño
-No, no pares-pidió la joven
-No te correrás, vas a aprender a contenerte, siempre te dejaremos al punto y como te corras...pobre de ti-dijo el padre
-Déjame padre, voy a hacerlo-dijo el hijo
-Venga, pero antes quitémosle esta mierda-dijo el padre tocando el piercing del ombligo
Le quitaron el piercing del ombligo y el de la nariz, luego el joven colocó la verga en la entrada del agujero de Carmen
-¿Lista? Dentro va-dijo él
Comenzó a metérsela y ella abrió la boca para soltar un gemido, pero el casero le puso la polla en la boca para que se la comiera, ella así lo hizo mientras el joven se la metía a fondo por el coño, sus huevos chocaban con el culo de Carmen, se corrió mientras sentía la polla del joven dentro
-Padre, esta puta se ha corrido-dijo el joven
-Muy bien, luego se va a enterrar por correrse sin permiso-respondió el padre mientras comenzaba a pellizcarle los pezones
-Padre, me voy a correr-dijo él
-Venga puta, al suelo-dijo él
Tiraron a Carmen de rodillas en el suelo y le pusieron las pollas frente a su cara, los dos se pajearon enfrente de ella y finalmente la lefa le corrió por toda la cara desde la frente colosalmente grande hasta el labio
-Venga, limpia nuestras pollas-dijo el hijo
Ella se metió primero la del padre, que era más gorda que la del hijo y la limpió, luego se metió la del hijo y la limpió también, finalmente se quedó de rodillas sin saber qué hacer, quería quitarse esa mierda de la cara, pero tenía miedo de que le dijeran cualquier cosa
-¿A qué esperas? Límpiate nuestro semen, y trágatelo-ordenaron a la joven
Ella se recogió el semen con los dedos y se los llevó a la comisura de los labios, era repugnante y asqueroso
-Muy bien, ahora la trasera-dijo el padre
-¿Más?-preguntó ella
-Sí chiquilla, tenemos que comprobar que está todo en orden-respondió él
Levantaron a Carmen y la pusieron de cara a la pared, el padre le dio unos azotes en el culo hasta que le quedaron marcas, ella estaba apoyada en la ventana mostrando las tetas al vecindario
-Por favor ¿podríais azotarme en otro lugar?-preguntó ella
-¿No te gustan las vistas?-preguntó el casero
Sin darle tiempo a responder le abrió el culo y mostró a su hijo el estrecho agujero
-Venga hijo, explora-alentó el padre
El joven metió el dedo en el culo y presionó hacia dentro, ella dio un bote, no era virgen analamente, pero no le gustaba mucho esa práctica, el chico le había metido el dedo índice e iba a meterle el anular, mientras tanto el padre le magreaba las tetas mientras ella mantenía la cara pegada al cristal
Rápidamente el chico fue cogiendo rapidez y sin avisar metió la polla en el culo, ella se sobresaltó y dio un bote que hizo que el padre se alejara, pero el hijo no se salió de ella y volvió a apoyarla en el cristal mientras la follaba con fiereza
-Esta vez me correré dentro-dijo él
-Sabia decisión-dijo el padre mientras se dirigía a la delantera de la joven, la giró y ahora fue el hijo el que se quedó con la espalda apoyada en el cristal mientras que ella quedaba a merced del padre
-Bueno, yo aún no te la he metido-dijo él
Sin lubricar la polla se la metió por el coño, entonces se quedó empalada por los dos hombres, uno por delante y el otro por detrás
-Me corro padre, me corro-dijo el joven
-Yo también, no dijiste que tenía el coño estrecho-dijo el padre
-Quería que lo descubrieras tú-dijo el joven corriéndose en el culo de Carmen. Ella sintió como el semen le subía por el culo, segundos después notó como el padre se corría en su vagina
-No-gritó ella, pero fue demasiado tarde, el casero ya se había vaciado en el interior de su vagina
-Ufff, qué gusto volver a correrse dentro de una mujer, desde que tu madre falta no he podido hacerlo-dijo el padre
-Podría quedar embarazada-dijo ella sollozando, no quería ser madre, al menos no tan joven
-Nosotros siempre nos vamos a correr dentro, tú tomarás anticonceptivos, no queremos embarazarte...de momento-respondió el hijo
-Y ahora ya puedes volver a casa, no te duches, pues queremos que nuestra semilla se quede dentro de ti para que recuerdes la humillación, de nuevo te recuerdo que no te pongas ropa interior y que no folles con ese noviete tuyo, si lo haces lo sabré y me enfadaré-dijo el padre
-Sí-dijo ella sumisa
-Pues venga, arreando que es gerundio-dijo el padre frotando las palmas
Ella se vistió todo lo rápido que pudo y salió de aquella casa
-¿Lo has filmado todo?-preguntó el padre
-Sí, ahí está-respondió él señalando una cámara en lo alto de un armario
-Perfecto-dijo el casero frotándose las manos