Que haciamos... esperar 4 horas en el aeropuerto?

Un encuentro no imaginado por la demora de un vuelo en un aeropuerto, con una señora que pareciese imposible para alguien como yo. Igual que ustedes.

QUE HACIAMOS ….ESPERAR 4 HORAS EN EL AEROPUERTO??

Bueno, nunca me había atrevido un relato, porque de lo que leía muy pocos me parecen creíbles. Esta fue una de los dos días que por siempre quedaran grabados en mi mente, y que ojala alguna vez esa persona leyera este relato y me buscara de nuevo.

Eso fue hace unos 7 años, recuerdo que era época de mundial de fútbol, por mis actividades profesionales tenía que desplazarme desde Bucaramanga hasta la capital, que es Bogota. Lo malo de esos viajes en avión es la madrugada, el primer vuelo es a las 06:00 de la mañana, pero para llegar al aeropuerto es casi una hora, en fin la levantada es desde las 04:00.

Bueno, como casi siempre llego tarde a ese aeropuerto a chequearme y soy de los últimos de la fila en el pasabordo. Recuerdo que estando en esa fila, la señora que estaba justo detrás de mí, se notaba una ejecutiva, muy elegante y muy bien puestecita. Recuerdo que las chicas de la aerolínea estaban demoradas en el proceso de entrega de pasabordos, la gente se estaba empezando a impacientar. Lo bueno del caso es que la señora que estaba detrás mío, no decía nada solo se limito a expresar su malestar conmigo, de una forma muy discreta. La verdad no soy de las personas que le es fácil relacionarse con el sexo opuesto, es más, cuando una mujer es muy linda, me intimida mas y paso por parco y discreto. Además, es de mal inicio demostrar demasiado interés…no creen.

Después de ser atendidos pasamos al DAS, fila que volvimos a hacer juntos. A mi la verdad me encanto esa señora, pero no se lo hice saber., por temor a pasar por un don Juan. Terminamos los tramites de seguridad y pase primero por el detector de metales y me senté en una silla alejado del resto de los pasajeros. Ahí lo obligan a uno, a quitarse la correa. Yo pase el detector y me dedique a arreglarme de nuevo la ropa y colocarme la correa. Me aleje un poco de todos y ya se me había olvidado la bella señora, y me entretuve en el periódico. Pero para sorpresa mía, cuando voltee, ahí estaba de nuevo la señora, observándome o bueno la verdad era la primera pagina del periódico. La verdad solo me interesaba la deportiva y la judicial y le largue el resto del periódico. Ella me agradeció el gesto, pero la verdad se notaba que quería hablar. Hablamos de trivialidades, de lo demorado que estaba el avión y esas cosas.

Estábamos en esa, cuando nos comentan que en Bogotá hay mal tiempo y que el aeropuerto está cerrado, que por ahora no había posibilidad de viaje a la capital.

El tema principal fue la dificultad que nos acarreaba perder el vuelo, a la larga yo estaba tranquilo, debido a que mi cita en la capital, no tenia ningún problema si la dejaba por la tarde. Igualmente para la señora, a la que llamare Carmen Cecilia, Carmen llamo por un celular y comentó el retraso del vuelo a su oficina en Bogotá, ya eran casi las 8 de la mañana y llevábamos dos horas de retraso.

En ese lapso hablamos de trivialidades, de futbol, de celulares, de políticos. Estando en eso, ella aprovechó y me invito un café, por cierto uno de los más deliciosos, el gualilo. Nos pasamos a donde lo vendían, me apeno que ella hubiese pagado. Debí haber sido yo mas cortes, y haberla invitado, pero bueno, todo por el temor de no pasar por un don Juan.

Durante el café, ella se demoro en la caja y se alejó unos dos metros, tiempo que aproveche para darle un vistazo de forma general y notar que era una bella dama, le calculo unos 45 años, bien cuidada, con unos bonitos pechos y cola. Además, podía ver que a pesar de su edad, usaba cacheteros que se le marcaban un poquito. Creo, que ella noto que la estaba detallando, así que rápidamente cambie la vista.

Nuevamente nos sentamos y es cuando la niña de la aerolínea, nos comenta por el megáfono que el aeropuerto está totalmente cerrado y que si queremos algunos, podemos cambiar la reserva para el vuelo de las dos de la tarde. La mayoría de las personas se disgustaron, porque realmente requerían estar en Bogotá temprano. A mí la verdad también me daba aburrimiento, tener que regresarme a la casa y volver a subir al aeropuerto. A mi compañera le daba igual, ella no vivía oca, y el tema para ella, era que iba hacer hasta la una de la tarde. Eran apenas las 08:00 horas.

Ya en un tono más jocoso, le dije que se podía meter a un centro comercial, a comprar regalos para el esposo o para los hijos, o que se podía regresar al apartamento de la amiga donde se hospedo y dormir un poquito más. Ahí, fue la sorpresa, cuando ella me comentó, que la idea de dormir le entusiasmaba, que tenía sueño y quería descansar. Yo le reposte, pues ahí está, te regresas a donde tu amiga, ella me dijo que si la acompañaba, la verdad yo respondí de una vez que si, que la acompañaría en el taxi, donde la amiga y yo seguía derecho para mi casa, pero ella pregunto nuevamente: ¿ me acompañarías a dormir?, ahí, fue donde me quede de una pieza, pero lo tome por broma y no le hice caso, pensé que era broma y no le preste atención. Ahí, fue cuándo ella repregunto: ¿quieres acompañarme a dormir?, ya repuesto de la pegunte con picardía, que claro, aunque no me lo creía. Entonces ella dijo, pues si quieres vamos a uno de los moteles que quedan aquí bajando el aeropuerto, ahí podemos darnos una siestica.

No te da cosa, meterte a una habitación con un extraño le pregunte ---- No para nada, me inspiras confianza y pareces buena gente, seguro que no me harás nada que yo no quiera, cuando ella dijo eso, ese fue el detonante, esta señora quería estar conmigo, además serían cuatro horas de olvidarnos del mundo.

Salimos del aeropuerto, cogidos de la mano, y en el taxi, le dimos la indicación al taxista, ella me acaricio la pierna y yo aproveche y le pase el brazo. Nos dimos un beso en el carro. Entramos al chalet, pedimos la habitación y dejamos que el tiempo pasara.

Me le acerque y lo que primero que hice fue quitarle la blusa, deseaba esos pechos, eran grandes, olían a rico y me dedique a besarlos. Ella me acaricio la espalda y me quito la camiseta y camisa.

Disfrute desnudándola la parte superior, me engolosine con sus pechos y ella me lo agradeció, en un momento ella se levanto de la cama y me desvistió, me quito el pantalón y el pantaloncillo, (sentía que ya quería guerra), y se dedico a besarme los genitales, y a darme una de las mejores mamadas. Fue delicioso como lo hizo, al principio suave, después como una verdadera profesional. Era una mujer integra en todo, en su trabajo, y en saber complacer a un hombre. La tuve que parar, porque si no llegaba y me sentía en deuda con ella. Me retire, y le quite el pantalón y su cachetero de seda. Era un bonito bosque de vello, bien cuidado y que olía delicioso, pareciera que se echara crema por todo el cuerpo. Estuve jugando con ella, bese su sexo y ella se dejo, bese sus piernas, sus pies, le dije que se volteara, a lo que ella accedió. Verla acostada, viéndole esa colota, fue lo que necesitaba, nuevamente mi cuerpo la sintió dura, y le pedí al oído, que si me regalaba la cola, -- te la regalo, es toda tuya, ella se levanto un poco, para dejar que yo la penetrara por detrás. La verdad, no me gusta mucho el sexo por ahí, y yo entre por su vagina.

Al principio fue suave, porque temía llegar rápido, pero después fue violento, que no me controle y llegue dentro de ella. Fue delicioso, porque ella en ese momento llegó y sentí que sus jugos invadieron mis piernas.

Nos besamos, nos abrazamos y dormimos un poco. Dormimos casi dos horas, porque solo tuvimos tiempo después para bañarnos juntos y regresar al aeropuerto. En el baño, nos enjabonamos, y era rico, ella se arrodilló y volvió a darme una rica mamada, pero la verdad ya mi cuerpo no daba más, ya lo había dado todo, en la primera faena. Recuerdo que el viaje en el avión, fue de sueño. Recuerdo que no nos pedimos teléfonos, ni nada, solo sé que se llamaba Carmen Cecilia, que era gerente de una oficina de productos para la construcción, que gustaba de viajar.

Carmen Cecilia, espero algún día encontrarte o no se.. si te acuerdas de mí o tal vez no se, era ella una coleccionista de estos momentos, pero fue demasiado rico..

Gracias…..

Se que para más de uno, este correo va ser aburrido, pero es una historia de real de un gran encuentro que para mi era imposible. Un recuerdo para Carmen Cecilia donde estés…. Mi correo es jucarmar72@hotmail.com