Que gozada con un travestido

Tras probar el sexo con mujeres y hombres disfruté como nunca con un travestido.

QUE GOZADA CON UN TRAVESTIDO

Me hacía ilusión estar con un travesti. Yo tan solo había probado con mujeres y mucho mas tarde con hombres. Mi inclinación hacia el mundillo gay era evidente en los últimos meses y ya no me atraían mucho los masculinos porque había estado con varios de ellos. Pensaba en tener una fantasía con un travestido y al final lo conseguí.

Miré en uno de los periódicos mas leídos de mi provincia y al final encontré un anuncio de uno de ellos se hacía llamar Andrea, decía que le gustaban mucho los juegos amorosos y que ofrecía todo tipo de servicios en su casa. Tras contactar telefónicamente con Andrea quedamos a una hora y tras pagar lo estipulado por una hora - el precio era similar al que se cobra por este servicios en los clubes de alterne que suelo frecuentar- donde sin embargo no llegué a ver ningún travestido, o bien hermosas mujeres u hombres en los lugares a donde acudo.

Llegué y tras tocar me abrió su casa, un modesto y acogedor piso en una calle céntrica de la capital y allí estaba ella. Me deslumbró su boca y sus enormes labios –que gusto me dije como la tiene que chupar pensé- y ataviada con ropa de niña escolar llevaba una falda muy cortita y una blusa blanca con un gran escote, sus medias cubrían sus largas y depiladas piernas y con una voz un poco bronca, se notaba que era un varón, me invitó a pasar al salón comedor.

Bueno que quieres hacer me espetó. Yo ya estaba a cien y tras colocarme en el sofá del salón principal la dije que llevara ella la iniciativa. Me miró a los ojos seriamente y me besó en la boca. Me quedé alucinado. Desvístete me ordenó, mientras ella se quitaba sus pertenencias: la blusa y la corta faldita a rayas y dejaba una minúscula tanga donde apenas se percibía su pollita.

Yo me quedé solo con el slip donde ya se notaba un considerable bulto de mi herramienta y me quedé contemplando su escultural figura. De gran altura, calculo un metro sesenta y unos brazos muy corpulentos y grandes que contrastaban con su cuerpo donde sobresalían unos pequeños senos y una figura delgada toda depilada y sin apenas vello.

Comenzó a darme lametones con su lengua y sus grandes labios por todo mi cuerpo, me hacía cosquillas sobre todo en mi pecho y pronto me llegó a la zona del pene donde tras bajarme el slip se dedicó a chupar y a lamer con asiduidad. Su lengua era viperina como la de las serpientes, nunca me habían dado tanto placer, estuvo diez minutos chupando mientras yo le pedía más y más y no dejaba que su nariz y boca se alejasen de esa zona.

Ella seguía con su tanga y yo le manoseaba sus senos y pasamos a hacer un 69. Su pollita no era muy grande pequeña y juguetona me dijo, me la introduje en mi boca y se la chupé sin parar. Ella me hizo lo mismo y ambos disfrutamos un buen rato.

A punto de venirme le dije que parase y se dedicó a mi culito. Por espacio de varios minutos estuvo lamiéndolo y comenzó a meter sus deditos con gran maestría. Dice que le apetecía penetrarme. No tuvo que dedicarle mucho tiempo porque su polla no era muy gruesa y sin apenas dificultad me la ensartó y sentí una gran ola de placer. Que gusto me decía mientras me follaba, en apenas diez minutos se vino dentro de mi intestino con varios trallazos de leche muy caliente que sentí y que me llevaron a que mi polla se pusiese de nuevo en vanguardia, todo ello aderezado con besos, caricias y juegos entre ambos.

Yo seguía con el sable tieso y pasé a follarla, tampoco me fue muy difícil pues estaba acostumbrada a que se la metieran por detrás, mi polla es normal mide 16 centímetros y no es muy gruesa por lo que también se coló en su agujero sin apenas sufrimiento. Tras varias embestidas que resultaron muy placenteras para ambos se la saqué ya que me pidió que eyaculara en sus senos pues quería probar mi lefa.

Se la saqué y tras varios meneos le arrojé toda la lechita en sus senos que eran muy redonditos y duros como piedras. Los tenia muy erectos, mientras su pollita estaba de nuevo tiesa y la tenía circuncidada.

Fueron varios los chorros de esperma que le eché sobre sus tetitas y que ella con su mano extendió por el resto de su cuerpo, incluso se llevó alguna a su boca porque el esperma me dijo le volvía loca.

Me volvió a limpiar la polla con su sensual lengua y con sus enormes labios me volvió a dar un pequeño masaje en mis genitales comenzando también una suave paja en todo mi pene. Quedaste a gusto con mi servicio me preguntó, si muy bien eres una experta en lamer y dar placer la dije, mientras ella me volvía a besar en mi boca y vi en sus ojos una gran satisfacción.

Piensas volver me dijo, una vez acabé de vestirme, no llegó a la hora ha faltado poco, me aseveró. Esta bien la contesté, que sepas que he gozado mucho contigo Andrea y espero verte pronto de nuevo.

Hace unos días volví a visitar el lugar y Andrea ya no estaba, su anuncio del servicio ya no viene insertado en el periódico, sus vecinos me dicen que se fue de allí sin dejar rastro y a veces pienso que todo ha sido un sueño, pero no fue una gran realidad y he de decir a ciencia cierta que el morbo y el placer de Andrea superan todas mis aventuras en clubes de alterne y visitas efectuadas en los últimos años.