Que falta me hacia ese masaje
El iba a hacer masajes como emprendimiento, yo quise saber como era y enseguida nos entendimos.
QUE FALTA ME HACIA ESE MASAJE
Hola, acá estoy de nuevo para contarles otro de mis encuentros. Me llamo Ricky y vivo en Zárate, lo que les contaré es totalmente real, verídico, lo único que daré nombres de pila únicamente, ya que a quien me refiero es un hombre casado con hijos, y nunca deschavaría a nadie.
Esto pasó hace ya muchos años, más de 15, vivía solo en un departamento, pero habitualmente iba a visitar a mi madre, generalmente de tarde, tenía para ese entonces unos 25 años, y ya hacia varios que me había hecho puto.
Nunca fui amanerado, y generalmente mantuve mi condición en forma discreta, aunque no renegaba de ella. Al contrario, me sentía tranquilo y consciente de lo que era y no creía por ello hacer mal a nadie.
Una de esas tardes, que fui a visitar a mi madre, ella me comento que estaba esperando a un hombre que posiblemente viniera regularmente para hacer masajes, que le iba a dar la piecita que anteriormente usaba yo de dormitorio para que el instalara su sala de masajes, y que ella tomaría los pedidos y daría los turnos y a cambio recibiría una retribución por ello. Que bueno, era una forma de tener un ingreso extra y que iba a ayudar a un amigo. Le dije que me parecía bárbaro que así se distraía y además tendría una ayuda más para una jubilada, que así podía disfrutar más de la vida.
Al ratito, sonó el timbre y mi vieja salió a la puerta para recibirlo. Cuando entraron, me lo presentó, yo lo saludé dándole la mano. Se llamaba Rubén, tendría unos 48 años, y era flaco, alto. A ser sincero no era ningún adonis, pero tenía algo, que hizo que me fijara inmediatamente en él. No podía precisar exactamente que era lo que hacía que me fijara en él, pero sabía que me gustaba y que tenía "ganas".
Le dije a mi vieja que me iba así ellos hablaban tranquilos y que a la noche venía a cenar con ella. Me dijo no quédate que no molestas, es una reunión entre amigos y solo tenemos que arreglar como vamos a trabajar, los horarios, los turnos y otras sonceras así que no tienes por que irte, me dijo, y accedí. Tomamos mate, mientras ellos charlaban. En cierto momento le comenté que nunca me había hecho hacer masajes y que me gustaría probar, así que le dije a mi vieja que me diera el primer turno, cuando comenzara, y así lo hizo. Cada tanto lo miraba a él, no podía dejar de mirarlo, tenía puesta una camisa escocesa y tenía el cuello y los dos botones que le seguían desprendidos, por lo que se le veía que tenía un pecho con mucho bello y eso me atraía, de a poco me iba dando cuenta de que era lo que me atraía realmente de él. Entonces mi vieja me dijo que al otro día a las 9 de la mañana tenía que venir, pues ese era el turno que me había dado. Acá estaré dije y me despedí ya que tenía que ir a preparar la partida de ajedrez que debía jugar a la noche por el torneo de primera, que estaba disputando.
Al otro día a las 8 estaba en la casa de mi vieja, esperando llegara la hora de mi primer masaje. Rubén va a venir sobre la hora por que tiene que llevar a la mujer al trabajo, pero que va a llegar con el uniforme puesto para que no tuviera que esperar, le dije que no había problema, le dije que le pagaba la sesión ya para no tener que hacerla esperar. Bueno me dijo. A las 9 en punto llegó Rubén y me dijo que pasara a la salita, me desvistiera y que me quedara en calzoncillos que él ya iba. Entre a la salita y me desvestí, estaba nervioso, no lo voy a negar, no porque pensara que pudiera pasar algo, más estando mi vieja pared por medio, tampoco me iba a tirar un lance tan directo, pero me sentía nervioso igual.
La camilla estaba en el centro de la habitación, sobre una pared habían puesto un aparador donde habían colocado las diferentes cremas que utilizaba para los masajes. En el placard estaban acomodadas varias toallas, las que debería usar también, para su trabajo. Cuando hube terminado de sacarme la ropa, me senté en la camilla, mirando hacia la puerta, esperando que él entrara, no tardo mucho.
Cuando entró no pude impedir un escalofrío sentir en mi cuerpo. Llevaba puesto un uniforme de pantalón y chaqueta celeste anudada con dos tiritas sobre la cintura. El pecho prácticamente descubierto y la chaqueta era corta, terminaba justo donde comenzaba el pantalón, el pantalón era de la misma tela que la chaqueta, una tela más bien finita, no dejaba ver nada, pero si insinuaba, Rubén era de piel morena, las facciones de rostro era bien marcadas, sin arrugas pero denotaban una vida más bien azaroza. La chaqueta era de mangas cortas por lo que pude notar que los brazos también eran de mucho bello.
-es la primera vez que me van a hacer masajes, así que me vas a tener que indicar lo que tengo que hacer- le dije.
no te hagas problemas, pero tienes que decirme que tipo de masajes quieres que te haga.
no sé, vos indícame por que ya te dije, no tengo idea.
Pero sabes que partes del cuerpo necesitan masajes.
En todo el cuerpo, hazme un masaje general, no se si se lo llama así acoté
Lo que vos quieres es algo descóntracturante o algo para que desentumecerte?
Algo así, vos hace ese tipo de masaje, y mientras explícame que otros tipos de masajes hay, así voy aprendiendo, y además nos vamos conociendo.
Ok. Acuéstate en la camilla primero boca arriba y empezamos.
Así lo hice me hizo poner los brazos al lo largo como en posición de firme pero acostado, empezó a masajearme el cuello y los hombros, luego siguió con los brazos, de a uno, untándome con una crema, luego empezó a los costados de mi pecho y fue de a poco hacia el centro de mi pecho, luego masajeo mi abdomen. Realmente me excitaba que con sus dedos me tocara y me acariciara el pecho.
bueno, que tipos de masajes hay? pregunté.
hay varios, el más común es este el general, para sacar los nudos que la tensión diaria te crea en el cuerpo, después los hay para descansar el cuerpo y para activar y mejorar la irrigación de la piel, también los hay los antícelulitis, y también de partes específicas, para aquellos que realizan una actividad especial, como pueden ser los deportistas, los que tuvieron un accidente en alguna articulación y necesitan masajes como ayuda para la rehabilitación de la zona afectadas. Me explicaba mientras seguía con sus masajes, ya estaba sobre mis piernas.
Y algún otro tipo de masajes?
Hay muchísimos tipos de masajes, no te los podría explicar a todos, bueno date vuelta que voy a seguir con la espalda- acotó
Disculpa la pregunta, pero tengo curiosidad, no te piden a veces "otro tipo de masajes".- dije remarcando "otro tipo de masajes"
¿cómo otro tipo de masajes? No entiendo que me quieres decir o a qué te refieres.
digo "otro tipo de masajes", a ver si me explico algo mejor, quiero decir que si alguna mujer alguna vez te pidió que le hicieras algún "otro tipo de masajes" más intimo quiero decir, creo que ahora me tienes que entender.
Ah! Ese tipo de masajes, entiendo, si, algunas mujeres lo piden, aunque no solo mujeres, algún que otro varoncito también me lo a pedido.
Si?, que bárbaro, esto me lo contestas si quieres, si no no me cuentes nada, accedes a veces?
Y si se llega algún acuerdo, los he hecho
Y a algún varoncito también.
Esta es una profesión que uno esta al servicio de los clientes y uno no tiene por que discriminar, me entendes?
Si, si, preguntaba, de curioso nomás.
Esto no lo comentes por favor, queda entre nosotros.
Soy una tumba.
Seguía masajeándome, para mi eran caricias, sus manos firmes estaban en mis muslos y hacía presión acercándose a mis glúteos, estaba totalmente excitado, más con la charla, me lo quería comer ya!. Pero mantuve mi compostura. Cuando quise acordar estaba ya terminando la sesión.
Me dio la indicación que ya podía incorporarme, y que me vistiera. Seguimos charlando. Me senté en la camilla lo miré y no se dije sin pensar:
-mirándote no me extraña que recibas esos pedidos de masajes de los que hablamos.
-si, te parece? Por que lo decis?
no fue un comentario nada más, no quise decir nada en especial le contesté sin querer comprometerme más de lo que lo había hecho.
ah, yo pensé que por ahí estabas interesado me dijo
lo dejamos ahí, no me pienso incriminar le contesté devolviéndole la sonrisa.
A que te dedicas? Me dijo
Estudio, juego al ajedrez, doy clases de ajedrez, hago trabajos por computadora, un poco de todo le contesté
Estas casado?, soltero,
-soltero y sin apuros le contesté
-vivís solo, en un departamento, tengo entendido
-si acá adelante, arriba del local, es más tranquilo puedo salir y entrar sin que me estén controlando los horarios, vos entendes le dije.
bueno fue un placer haberte ayudado con el masaje
si, la verdad que estoy como nuevo, pero me gustaría que nos conociéramos un poco más, que se yo pareces buena persona, y por ahí podemos ser amigos, que te parece?
No tengo problemas, que tienes pensado?
No sé pensaba que esta noche podíamos ir a la Caletta a tomar algo y contarnos un poco e ir conociéndonos más y ver si podemos ser amigos.
Dale, a las 22 te parece bien? Te paso a buscar por acá y vamos.
Hecho, quedamos así, yo te espero.
Salí de la salita, y me fui a la cocina, a tomar unos mates con mi vieja. El corazón me latía, la sangre me hervía, como hacía para aguantar hasta la noche, traté de distraerme. Luego de unos mates, volví al departamento a preparar la comida, algo livianito, no quería llenarme, quería estar bien para la noche.
Almorcé, y después me fui un rato al bar a jugar unas partidas, tratando que se me pasara la hora lo más rapido posible. A eso de las cinco volví a casa, quería arreglar un poco el departamento para la noche, suponía, mejor dicho, sabía que esa noche terminábamos ahí. Cuando hube terminado, prepare el baño para una ducha, así lo hice y después me fui a recostar un rato a descansar a la pieza, eran las 8 muy temprano para cambiarme.
Acostado en mi cama no dejaba de pensar en esa noche, mientras meditaba, me fui percatando de lo que era aquello, que tanto ansiaba. Rubén no era atlético, ni nada parecido, no era lindo, para nada, pero era bien hombre, en su aspecto, en sus gestos, en sus pelos de los brazos y pecho, eso era lo que me excitaba tanto, quería que llegaran las diez.
A las 21:45 salí ansioso a la puerta, a esperar que él llegara. No veía la hora de estar con él. Estaba ensimismado en mis pensamientos, cuando sentí la bocina de un Falcón, era él, me acerqué, y me subí , lo saludé y arrancamos para el boliche. Cuando llegamos me preguntó donde prefería sentarme y le conteste que en algún lugar tranquilo, donde pudiéramos charlar. Fuimos a una mesa del rincón, no teníamos cerca a nadie que nos molestara. Yo estaba seguro que él sabía lo que yo quería, que no había pasado desapercibidas las preguntas de la mañana.
Pedimos tan sólo dos cafés y charlamos de un montón de cosas, me preguntó por el ajedrez, por mi trabajo, yo hacía lo mismo hacia él, y así fue pasando el tiempo, el en un momento se extrañó el interés de hacernos amigos, yo le contesté que no tenía problemas con la edad, y que me parecía una buena persona e interesante para conocer.
En cierto momento, los dos nos quedamos callados, sin hablar y mirando uno para un lado y el otro para otro lado. No era que no sabíamos de que hablar, los dos sentíamos que llegaba el momento de sincerarnos y creo, estábamos esperando que el otro tomara la iniciativa.
De pronto preguntó:
¿realmente qué es lo que andas buscando?
¿ no sabes? . le contesté
-creo saberlo, pero no me animo a preguntártelo.
.me gustas le dije así, sin más me gustas como hombre, pero no te quiero obligar a nada, sólo es eso lo que me pasa y agregué no quiero que lo tomes a mal, pero te lo tenía que contar.
-me gustan cuando son directos, sin vueltas contestó
-y para que voy a dar vueltas, si yo me di cuenta que vos te habías percatado que soy puto y que estoy caliente con vos. Eso no quiere decir que te esté haciendo una propuesta.
- no lo quiere decir pero
-no, tómalo así como lo que te digo, te lo cuento y nada más, vos podrás decidir lo que quieras.
-¿Quieres que vayamos a tu departamento?, yo estoy dispuesto, si es por eso.
No contesté, para que lo iba a hacer si él sabía perfectamente que no lo quería, más bien lo ansiaba. Pagué la consumisión y nos levantamos de la mesa. Fuimos en busca del auto y subimos. Esta vez no me senté cerca de la puerta, directamente me puse al lado de él. Arrancó el auto, puso primera empezamos a andar y él inmediatamente pasó su brazo derecho sobre mis hombros y me aproximó más hacia él. Yo apoye mi cabeza sobre su hombro, a la vez que con mi mano le toqué la pierna. Llegamos a casa, él estacionó y cerró el auto, inmediatamente, empezamos a caminar hacia nuestro nidito de amor.
Entramos, cerré la puerta y ya no pudiendo aguantar más me di vuelta y le estampe un beso en la boca, a la vez que con mis manos recorría todo su cuerpo y lo apretaba contra el mío. Luego subimos la escalera y fuimos directamente al dormitorio, para que esperar.
Cuando entramos, ni siquiera prendimos la luz, yo te llevo le dije. Igualmente era una noche clara, por lo que lo podía ver tranquilamente. Nos pusimos al lado de la cama y lo volví a besar. Esta vez con más intensidad. Mis manos tocaban su cuerpo y lo aprisionaba contra el mío. De a poco lleve mi mano hacia su bulto y lo toqué. Era hermoso lo que estaba sintiendo. Con la otra mano comencé a desabrocharle la camisa botón con botón. Cuando hube terminado, se la saqué y comencé a besarle el cuello, me lo quería comer todo. El con sus manos acariciaba mis nalgas. Bajé luego al pecho y puse mis labios en su pecho, luego en e abdomén. Le aflojé el cinto, y le desabroché el pantalón. No tenía ropa interior. Así que vi, ese enorme y hermoso pene, todo para mí. Bajé, entonces con mi boca hasta la altura de su pene, y pasé la lengua muy lentamente por su miembro, recorriéndolo en toda su superficie. Luego lo besé y por último lo introduje en mi boca, de a poco sin apurarme, teníamos toda la noche y yo quería disfrutarlo a pleno. Su pene se fue haciendo cada vez más grande, cada vez más apetecible, y lo metía una y otra vez en mi boca. Hasta tragármelo todo. Su miembro entraba y salía lentamente de mi boca.
No tenía ni idea del tiempo, estaba extasiado de placer, cuando de pronto, él con sus manos me indicó que me levantara, así lo hice, y volví a poner mis labios sobre los de él. Y lo besaba, el introdujo su lengua dentro de mi boca y me hacía estallar de placer. Yo tenía en mi mano su miembro, acariciándolo y deseándolo. Entonces el empezó a quitarme las ropas y quede otra vez como a la mañana en slip. Me soltó y yo me acosté en la cama, con mi colita hacia arriba, él se acostó sobre mí y me abrazó. Refregó su pene contra mi cola, totalmente mojada, y ansiosa por cobijarlo dentro de ella, mientras me besaba la nuca.
De a poco me fue sacando el slip, ya no había nada que separara mi cola de su pene. Me acomodó un poco levantándome hasta quedar como un perrito, me abrió las piernas y él puso detrás mio arrodillado, y fue acercando su pene a mi cola, hasta apoyar su cabeza en mi ano. Empezó a ejercer un poco de presión sobre él, y mi ano empezó a ceder, empecé a sentir como entraba en mí ese miembro grande y viril. Yo no podía creer lo que estaba viviendo, me parecía un sueño. Pero no era un sueño, el fue yendo cada vez más dentro de mi ser, y sentí posar sus caderas sobre mis nalgas, y sentí sus testículos posarse sobre mis nalgas abiertas, lo mantuvo un ratito así y luego lentamente fue sacándolo y luego a introducírmelo nuevamente, repitiendo la operación una y otra vez, cada vez con más velocidad. Yo estallaba de placer, no quería que se terminará más esa noche. Entramos en un frenesí, difícil de explicar con palabras, cuando de pronto sentí como acababa dentro mío, sentí como su leche, hermoso jugo de su pasión invadía mi ser. Luego lentamente fue sacándomelo de la cola.
Volví a acostarme sobre la cama. Y él con sus brazos me abrazó y apoyo su pecho sobre mi espalda. Su pene quedó sobre mi cola, sentía su presencia y nos quedamos quietitos así, en momentos que yo también acababa.
Me dí vuelta y lo besé nuevamente, quería que supiera lo bien que estaba con él y lo bien que me había sentido en sus brazos. Paso más o menos diez minutos y seguimos tocándonos y besándonos.
Luego él se levantó y fue al baño, al ratito volvió, me corrí un poquito para que se acostara al lado mío, así lo hizo, no sin antes volverlo a besar
Puse mi mano otra vez sobre su pene, y lo volví a acariciar. Volvimos a besarnos y fui nuevamente con mi boca en busca de su miembro. Comencé a besárselo nuevamente y otra vez comenzó a tomar vida, lo puse en mi boca, continué así hasta que estuvo totalmente erecto. Entonces empecé a introducírmelo en mis fauces, hasta casi atragantarme. El se volvió a arrodillar y yo seguí acariciándole su pene con mis labios. El tomo con sus manos mi cabeza y la mantuvo quieta, y siendo él quien me introducía su pene en mi boca, y lo sacaba y lo volvía a meter una y otra vez, me estaba cojíendo por la boca. Yo disfrutaba a más no poder sentía los latidos de su pene dentro de mi boca. Paso bastante tiempo haciéndolo, cada vez más rápido y en forma rítmica. Parecía que iba a explotar y realmente así lo hizo, cuando quise acordar sentí dentro de mi boca el inconfundible sabor de su semen que inundaba toda mi boca. Cálido elixir dentro de mi boca sentía, y estallaba de placer. Luego sacó su pene de mi boca pero no lo alejo, yo no lo dejé, lo lamí y se lo limpie todo con mi lengua. Tragando su semen, con mi mano me ayudé a acabar yo.
Nos tiramos luego nuevamente en la cama y me puse de espaldas a él. El volvió a abrazarme y me acariciaba, yo no decía una palabra. Su pene apoyado en mi cola, su peho sobre mi espalda. Sus brazos sobre mi cuerpo. Así quedamos, así nos dormimos. Así me desperté-
Fue mi primera vez con él. Fueron muchas noches más, todas distintas, todas sublimes, todas inolvidables.