Que delicia hacerlo con un velludito grande...

Fui dilatando mi orto nuevamente, y sin preguntarme nada me la mandó guardar y sentí su hombría hundiéndose en mi agujerito, sentí un dolor inmenso, eran 25 cm de dura carne ardiente, una quemadura que se hizo incendio, se hizo terremoto de placer y dolor en mi, y llorando de placer y locura, grité su nombre, CESAR; CESAR, hazme tuyo, solo tuyo

Que Delicia Hacerlo Con Un Velludito Grande Y Fornido Por Primera Vez

Hola estimados lectores, esta es la segunda historia que publico, no pensaba hacerlo sino es por esa receptividad que tuve de ustedes al leer mi primera historia, quienes fueron los que me motivaron a seguir escribiendo para ustedes.

No les hago mas largo el cuento y aquí esta mi historia.

Todo comenzó cuando me vine a vivir a la capital del estado Guárico, Venezuela, a cursar estudios en la universidad, como muchas personas que emigran hacia esta zona, no tenia familia aquí y por ende, tuve que buscar residencia para hospedarme durante los años de estudio que iba a cursar. El primer año transcurrió sin novedad, muchas clases, dificultades para adaptarme a un nuevo ambiente y sobre todo muchos hombres ricos y bellos, que provocaban en mi el deseo de devorármelos uno a uno, hasta quedar sin fuerza en los brazos de cada uno. Pero no paso de un simple deseo.

El año siguiente, ya estaba cursando el segundo año de la carrera y fue entonces cuando lo conocí. La primera vez que lo vi, me impacto de inmediato, estaba entrando a la casa, acompañado de la dueña de la residencia, me pude enterar que estaba interesado en una habitación que había disponible para vivir allí, ya que ese año ingresaría a la universidad. Realmente me impresiono ese ejemplar de hombre que escasamente se consigue a la vuelta de la esquina, era todo un portento de macho, bello, grande, robusto, fuerte, de bellísimos ojos color ámbar, piernas gruesas pero con una definición de futbolista que puede apreciar por lo ceñido de sus pantalones, con unas nalgas que provocaban morder y acariciar, un enorme paquete que se mostraba como una deliciosa golosina para niños, y lo que me volvía loco de él, sus vellos por todo el cuerpo, era el hombre peludo mas hermoso y varonil que jamás había visto. Tenia vellos por toda la espalda, el pecho, brazos, piernas, y yo me imaginaba como seria ese culito inundado de vellos, que delicia pensaba, ¡¡Cómo me gustaría comerme ese recto peludo de macho!! Que espécimen tan espectacular tenia frente a mí.

Breves segundo pasaron y yo había pensado todo eso de él, entonces me dije: ¡¡ese hombre me gusta mucho, espero que alquile la habitación!!. Yo estaba en la sala de la casa haciéndome el que no sabia que estaba pasando, cuando pasó a mi lado con la señora Maria, la dueña de la residencia, venia a mostrarle el cuarto que casualmente quedaba al lado de mi habitación. Cuando se acercaba me levante para saludar a la señora Maria y por supuesto con la intención de que me presentaran a ese machote delicioso.

Yo: Buenas tardes señora Maria, como esta?

Sra: hola hijo, como esta todo por aquí, no tuviste clases hoy?

Yo: no tengo el día libre

Sra: que bien, fue entonces cuando me lo presento, creía que no lo iba hacer nunca.... Te presento a Cesar, el vino por el cuarto que esta desocupado.....

Yo: que bueno, otro compañero de residencia, espero que se quede con nosotros, somos todos aquí muy amigos, y tratamos bien a la gente...... yo me llamo Rafael...... le dije extendiéndole la mano.

Cesar: hola Rafael, mucho gusto en conocerte, me gusta mucho la casa, voy a ver el cuarto y decidir ahora mismo si me quedo o no.

Pude sentir en aquel estrechón de manos, una piel de macho inolvidable, su mano era grande y fuerte, velluda como toda su piel, y además logre percibir su colonia rica y penetrante y que luego seria objeto de mi obsesión. Que delicia sentir por primera vez el contacto de su mano con la mía, era una sensación estremecedora.....

Al mismo tiempo, nuestras miradas se cruzaron fijamente y nos miramos a los ojos como uno esperando alguna reacción del otro. Yo no quería dejar de verme en esos ojitos lindos color miel, que tanto me atraían y no permitía que volteara la vista, y al parecer a él le ocurría lo mismo. Estuvimos así un ratito y fue entonces cuando desviamos la mirada para no confundir las cosas. Pero esa situación me había parecido extraña, ¿ sería que yo le gustaba a aquel ejemplar de macho varonil ?

No creo, pensaba, sería pura casualidad.......

Acabadas las presentaciones, la señora Maria lo llevó a la habitación y mientras la veía, le iba explicando las reglas de la casa, para mi felicidad era una residencia de puros machos, es decir, solo podían vivir en esa residencia hombres. Una vez realizado el recorrido, llegó el momento de la decisión:

Cesar: para mí esta bien, me gusta la casa y la gente que vive aquí, así que me quedo, señora Maria.

Mis oídos no podían creer lo estaban escuchando, aquel hermoso hombre había tomado la mejor decisión que había escuchado en mucho tiempo, lo tendría de ahora en adelante todo para mí, para buceármelo con detenimiento, podía recorrer cada centímetro de su cuerpo con mis ojos, y mejor aun me haría su mejor amigo y confidente.

Aprovechando la ocasión de que la señora Maria estaba bajando las escaleras para hacerle el recibo correspondiente, no me pude aguantar y lo abrace fuertemente con la excusa de darle la bienvenida, pero lo que quería realmente era sentirlo por completo junto a mí, él abrió sus brazos de forma natural y no esperaba que yo lo abrazara tan fuerte, fue entonces cuando lo sentí por primera vez.

Era riquísimo tocar ese enorme cuerpo, caliente, sudado, velludo, y percibir esa colonia que ya me estaba volviendo loco. Logre palpar su espalda marcada por sus músculos, la cual parecía una montaña por las deliciosas curvas que se le formaban, sentir su rostro tan cerca al mío, sus brazos rodeando mi cuerpo, ...que sensación tan maravillosa..... aunque solo haya durado unos segundos. Él respondió a mi abrazo de la misma manera, quizás estaba confundido por la situación, apenas me acababa de conocer y ya lo estaba tratando cono si fuéramos algo mas que amigos... pero su abrazo también fue emotivo y eso me cautivó.

Nos separamos de nuestro idilio, y él se despidió en mi oído diciéndome con voz grave:

Cesar: gracias por la bienvenida, hacia mucho tiempo que no me recibían con tanto cariño, regreso mañana para mudarme, espero que estés aquí para recibirme... chao.

Mi corazón parecía que iba a estallar de la emoción, ¡¡seria cierto lo que estaba viviendo!! O seria solo imaginación mía? Al día siguiente lo averiguaría, todo lo que sucedería iba a depender de su actitud.

Esa noche no pude dormir pensando en lo que iba a pasar al día siguiente, y recordando sus palabras, su olor, el contacto de su piel, su cuerpo. Era un mar de recuerdos que no permitía que conciliara el sueño. ¿Y si todo lo que había pasado era solo mi imaginación y yo confundí la situación? Además no podía permitir que él pensara que yo tenia algún interés oculto en él, porque podía alejarlo de mí. En fin pensando en tantas cosas me quede dormido.

Al día siguiente, me deserte a eso de las 9:30 de la mañana, desarrolle mi rutina de costumbre, me lave los dientes, me afeite, me rasure pensando en que pudiera suceder alguna situación de imprevisto, y me dispuse a darme un baño.

Ya les había comentado que el cuarto de Cesar esta junto al mío y para mi suerte, ambos compartimos un baño, que tiene dos puertas, una de ellas da a su cuarto, y la otra da a mi cuarto, es decir que los baños se comunican. Como la habitación estaba sola, yo no cerraba la puerta del baño que daba a la habitación de Cesar, simplemente no era mi costumbre. Lo cierto del caso es que como me levante tarde, no me percate que Cesar había llegado y estaba arreglando sus cosas, la música que acostumbro a poner en mi cuarto cuando me baño, no me dejaba escuchar que él estaba allí.

Me termino de acicalar y lentamente me voy quitando la ropa para bañarme, pero sin dejar de pensar en Cesar y en lo que había pasado el día anterior. A medida que me quito la rapa, me acaricio pero pensando que era Cesar el que lo hacia, situación que me puso caliente, toque mis erectas tetillas, las cuales lamía con mi propia lengua, me quite el short y posteriormente el bóxer negro que se ajustaba a mis piernas, pené y culito, toque mi caliente pene y el poco vello que poseo en esa zona producto de la rasurada, esas caricias me permitieron alcanzar una erección descomunal, mi pene estaba totalmente erecto, se podía ver claramente sus venas marcadas por todo el tallo, su cabeza de hongo rojiza y caliente y podía sentir como vibraba en mi mano, de la calentura que había alcanzado con solo pensar el aquel cuerpo de los dioses.

Todo mi cuerpo estaba electrizado y deseoso de hacerle el amor a aquel portento de hombre que apenas conocí. Abrí la regadera para tratar de sacarme la calentura, y puse el agua fría, y me fui metiendo bajo la regadera poco a poco, hasta que ya estaba completamente mojado, el agua corría por mi cuerpo y con ella mi mano que no paraba de acariciarme, tome el jabón y me lo fui estregando por todo el cuerpo, lo pase suavemente por mi pecho, las tetillas, las enjabone de forma circular, primero una y luego la otra, enjaboné mi abdomen, mi ancha espalda, luego baje a los pies y las piernas, que temblaban tanto por el frío como por lo excitado que estaba, y finalmente enjabone mi pene y culito, que ambos estaban deseosos de actividad, uno quería comerse un culito y el otro quería ser comido por un descomunal pene. Con el jabón recorría todo el tallo de mi miembro, lo descubrí por completo para lavarlo y tocármelo, acaricie mi frenillo que aun lo conservo, subía y bajaba mi mano con el jabón, sensación que disfrutaba al máximo, pero sin dejar de pensar en Cesar, en ese hombre, ese cuerpo que tanto me gustaba.

Pasé a lavar mi culito, lo llenaba de jabón, acariciando mis redondas y firmes nalgas, abriendo cada una de ellas para dejar al descubierto mi arrugadito y estrecho ano, me inclinaba y metía un dedo lleno de jabón, luego dos, entraban y salían de mi culito, lo estaba dilatando, luego entraron tres dedos, era una sensación riquísima, me estaba cogiendo yo mismo con mis propios dedos, que rico, así seguí un buen rato, cuando decido colocarme shampoo en el cabello, mi cuerpo estaba todo lleno de jabón lo que me faltaba era la cabeza.

Procedí a colocarme el shampoo y cuando me estaba masajeando el cuero cabelludo, siento que están abriendo la puerta del baño, yo no podía ver por el shampoo que me había caído en el rostro, así que me quede paralizado, tenia todo el cuerpo cubierto de espuma blanca y además estaba erecto de pies a cabeza cada parte de mi cuerpo. Como pude me metí a la regadera a sacarme el jabón y pude ver a mi deseado hombre parado frente a mi, semidesnudo, solo llevaba puesto un bóxer negro muy pegado y que me mostraba esa delicia de mástil que poseía. Ambos nos quedamos estupefactos, él al ver mi cuerpo totalmente desnudo y completamente erecto, y yo al verlo frente a mí, observando fijamente cada rincón de mi cuerpecito tembloroso. ¡¡Que fantástico pensé, mi macho me está viendo como dios me trajo al mundo y si se anima, todo esto puede ser suyo!!!

Por unos instantes nos quedamos mudos, hasta que yo hable:

Yo: hola Cesar, veo que te has impresionado al verme bañándome, espero que supieras que compartimos el baño, o te ha sorprendido otra cosa?

Cesar: no... bueno.... yo, no sé que decir ante esta situación, respondió sin dejar de mirar mi descomunal erección.

Yo: que te pasa, nunca habías visto a un hombre bañándose?

Cesar: si, lo que pasa es que nunca había visto a un hombre tan cerca con una erección como esa.

Yo: ahh... lo que te impresiona es mi pene?

Cesar: si en realidad si, es muy llamativo, y se ve que estas muy caliente, se puede preguntar en quien pensabas para que te pusieras así.... preguntó aun si dejar de recorrer mi cuerpo con sus ojos.

Yo: si puedes preguntar, pero antes de responder, pienso que ibas a tomar un baño igual que yo, te animas a ducharte con otro hombre completamente desnudo?

Cesar: ya estoy aquí, no tiene caso irme no crees?

Yo: tienes razón, ahora si te respondo la pregunta, estaba pensando en ti, en muestro abrazo de ayer, en tu cuerpo junto al mío, y en tu voz diciéndome lo mucho que te había gustado la bienvenida que te di, es mas, no puede dormir anoche pensando en eso y en lo que pasaría hoy. Tu eres el culpable de esta erección, y si te quieres salir del baño yo te comprenderé.

Cesar: nunca pensé que podía causar esas reacciones en un hombre, tengo que confesarte que tu también me has impactado, y que también desee que amaneciera más rápido para poder verte de nuevo. Diciendo esto, se dio la espalda y pude contemplar su velluda pero bien marcada espalda y luego se fué bajando lentamente el bóxer que tenia, descubriendo unas grandes, redondas, velludas y blancas nalgas, que quería devorar de inmediato. Todo su cuerpo era el de un Dios, sus definidas piernas, me enloquecía, su espalda ancha y fuerte, si delicioso culo, era lo que había soñado toda la noche.

Cuando se dió vuelta, puede observar el objeto de mi devoción, un flácido pero grande pene que media aun dormido unos 15 cm de largo, grueso y con mucho vello, su pecho y abdomen varonil, marcado por el ejercicio, que ejemplar de hombre tenia solo para mí. Cuando logró voltearse, me dice: ahora vas a conocer lo que es un verdadero macho, lo vas asentir todo y cada uno de mis 25 cm de largo y descomunal pene, en tu boca, en tu culo, y yo también te quiero sentir a ti, hace mucho tiempo que he querido estar con un hombre como tú y no había podido, pero esta es nuestra oportunidad.

Diciéndome esto, se dirige hacia la regadera donde yo estaba y me agarra por la cintura y la espalda y su boca se funde en un cálido y delicioso beso, donde nuestras leguas se encontraban y acariciaban, intercambiábamos fluidos salivales, se comían la una a la otra. Después de besarme de la forma mas apasionada, como devorándome, no vimos fijamente a los ojos y me dice:

Cesar: yo nunca lo he hecho con hombre, pero siento que contigo me abriré como nunca y espero que esta relación sea para toda la vida, quiero que seas mi hembra y yo tu macho y viceversa. Te quiero poseer para siempre y cada momento, te deseo con locura. Sus palabras me calentaban mas y más, yo le decía que hiciera conmigo lo que él quisiera, que de ahora en adelante seria solo suyo, que en apenas dos días ya lo amaba como a nadie. Nos bañamos juntos bajo la ducha y él enjabonó mi cuerpo con un liquido que olía a jazmín, leche de hombre, coco, y vainilla y allí bajo el agua fría que nos mojaba.

De pronto empiezo a bajar besándole el cuello, y del cuello a su pecho. Disfrutaba mucho cada rincón que besaba de su piel, de ahí a su abdomen bien formado, su velludo y delicioso ombligo, su enorme tronco de 25 cm de largo y muy hermoso lo saboree, lo bese, le lamí la cabecita, la cual ya estaba lubricada. Sentí el olor de sus fluidos, y el sabor de su verga era delicioso. Empiezo a hacer movimientos con la boca. Él mientras me acariciaba el cabello y la espalda. Lo cual es muy excitante. Antes de que se venga beso su verga, la lamo, la chupo la disfruto en cada rincón. Cundo siento dentro de mi boca un liquido caliente y espeso, rico, una sensación muy agradable. Mientas le hacía esto le acariciaba sus musculosas y bien torneadas nalgas que me ponían loco. Baje a sus piernas y me las comí a besos así como sus pies. Me incorporo y le digo que me haga suyo, que quiero sentirlo por completo.

Fui dilatando mi orto nuevamente, y sin preguntarme nada me la mandó guardar y sentí su hombría hundiéndose en mi agujerito, sentí un dolor inmenso, eran 25 cm de dura carne ardiente, una quemadura que se hizo incendio, se hizo terremoto de placer y dolor en mi, y llorando de placer y locura, grité su nombre, CESAR; CESAR, hazme tuyo, solo tuyo, y al hacerlo sentí el chorro caliente de su leche bautizando mi culo de macho, mi orto de macho, mi agujero de macho, ay mi Cesar, que feliz me siento por entregarte todo mi ser....... Y seguí gimiendo hasta que el saco su descomunal pene de mi adolorido culito, sintiendo un vacío que no quería sentir, pero él me comenzó a besar de forma apasionada, haciéndome olvidar el vacío que me había dejado su enorme herramienta.

Sus besos eran cada vez mejores, su lengua producía en la mía una energía eléctrica que se expandía por todo mi cuerpo, y yo no daba mas de la calentura, del deseo. Y él recorría con esa lengua ávida mi cuerpo como adorándolo, y yo acariciaba su culo redondo y suave y él me decía cosas increíbles nunca escuchadas por mí. Cuando siento que pone mi pene entre sus labios y comenzó a lamerme la cabecita con delicadeza y sensualidad infinitas, casi me vengo de la desesperación, pero se la fue metiendo en su boca hasta su garganta y sentí sus chupadas fuertes y dulces como nunca imaginé que podría sentir, ay mi macho, me vuelves loco gritaba y él seguía succionando hasta que el huracán de mi orgasmo le llenó la boca de mi leche hecha crema de tanto reprimir mi deseo, la cual se trago sin desperdiciar ni una sola gota.

Entonces le dije: a cesar, quiero que sepas lo que es sentir un hombre dentro de ti, quiero hacértelo......, él acepto de forma dudosa, por el sufrimiento que había causado en mi, pero al recordar el placer que vino después, accedió gustosamente. Deja que suceda; te dolerá un poco pero después lo gozaras, ya veras, le dije mordiéndole sus hombros. Cesar aflojo su culito al sentir que aquellas mordidas cada vez eran más hirientes; entró el glande y Cesar grito de dolor rogando que lo sacara pero le puse mis manos en su cintura y apoyado con mis piernas le metí aproximadamente 10 cm de mi pene. Cesar no dejaba de gritar deseando que lo sacara; entonces lo comencé a masturbar y Cesar respondió meneando su trasero dejando que lentamente ingresara ese pene enorme y grueso en él.

Sabría que te gustaría y ahora gozaras mas, le dije con voz dominante, sacando un poco mi pene para meterlo de nuevo con mas fuerza. Yo continué embistiéndolo y cesar comenzó a disfrutar de aquello, hasta él mismo se movía para sentir aquel pene invasor mas dentro de él; Cesar sintió debilidad en sus piernas al mismo tiempo que sintió los testículos de mi pene rozarse con sus nalgas. Era tanto el gozo que sentía Cesar que comenzó a mover su trasero de manera circular y vertical provocando gritos de placer en mi.

Cesar con mi enorme herramienta dentro de él dice: Así que deseabas tener mi culo, no; pues ahora será a mi modo, amenazó, haciendo más intenso sus movimientos como su estuviera montando un caballo salvaje. Cesar continuó haciéndolo aun cuando sintiera las paredes de su ano humedecido por mi semen; quería dejarme vacío como lo había dejado yo a él, me tumbo boca arriba en el piso, con mi pene apuntando al techo y el agua cayendo en los dos, y se montó de nuevo pero mirándolo de frente. Ambos nos besamos y nos acariciamos las tetillas mientras continuaba con sus movimientos pélvicos, su ano ya se había acostumbrado a tener ese enorme pene dentro de el y con la ayuda del semen, era más sencillo y menos doloroso. Mi pene volvió a sacar su semen contenido dentro de Cesar y estaba agotado, pero Cesar me llevó a la regadera y ahora él enjabonó mi cuerpo, para enjuagarlo sobre la caída de agua. me besó en la boca penetrándole con su lengua y me recostó en una de las paredes del baño, y nos quedamos acariciándonos y besando nuestros cuerpos por un buen rato, diciéndonos lo que sentíamos el uno por el otro, y así comenzó una de las relaciones más calientes que he tenido en mi vida. Cada vez que lo veo, las piernas todavía me tiemblan y no puedo controlar mi pene que siempre termina erecto cada vez que lo ve......................

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Soy de Venezuela y vivo en San Juan de los Morros, me gustaría compartir mas historias contigo, aunque esta es la segunda que escribo.