¡Que curioso!!!

un hombre, dos penes, las enfermeras, los doctores, la anestesia, el periodico, la imaginacion...

¡Que curioso!!!

Nota al lector:

Con mucho cariño me dirijo a ustedes para excusarme si es que la selección de la categoría resulta inapropiada o la historia no cala en su gusto, la historia es real fifty-fifty, o sea, mitad realidad mitad ficción. Esta noche en mi casa leyendo el periódico me encuentro con esta noticia y lo demás... échenle la culpa a mi imaginación calenturienta.

Sinceramente suya:

Cripseride

Nota de prensa

India. Nueva Delhi

Sábado 26 de Agosto 2006/ Diario libre

Un hindú que nació con dos penes perfectamente funcionales ingresó en un hospital para someterse a una ablación (extirpación de una parte del cuerpo por sección quirúrgica) de su segundo sexo, que le impide según dijo, llevar una vida normal y casarse.

El hombre de negocios, de 24 años, sufre de "duplicación peneana" una rara anormalidad congénita que solo afecta a uno de cada 5.5 millones de hombres. El caso es aun mas particular puesto que los dos son "perfectamente funcionales".

Advertencia:

Producto de la imaginación

En el hospital de Nueva Delhi todo parece indicar que será una noche tranquila y sin muchos sobresaltos, digamos que aburrida para Indira, una nueva pasante de enfermería ávida de nuevos conocimientos de campo; Indira es una chica delgada, de pelo increíblemente negro el cual casi siempre lleva atado en una trenza que acaricia su cintura, morenita, de pechos pequeños y risa fácil, está casi sacando el titulo de enfermera y es solo cuestión de terminar la pasantia, su ambición es la de quedarse en este hospital donde todo el personal ya la conoce y ha hecho un montón de amigos en especial su amiga Indra.

Indra tiene 29 años y tiene bastante experiencia en el hospital como enfermera, tiene la misma piel tostada de Indira pero sus ojos son grandes y seductores al igual que su figura curvilínea bastante voluptuosa. Ambas se hicieron amigas desde el primer momento que se conocieron, Indra le había enseñado bastante del oficio a Indira y juntas habían hecho muchas bellaquerías en el hospital.

Cuando se mudaron juntas al mismo apartamento la relación de las chicas cambió drásticamente, ya no solo eran amigas sino también amantes pero que no se malinterprete la situación: ambas salían con chicos y les gustaban los hombres pero esos momentos de "recreo" la una con la otra le daban un picante adicional a la vida.

Indra iba camino a la sala de descanso cuando por el pasillo la atajo uno de los doctores del turno de la noche, ella se fijó como el médico le miraba la manera en que el uniforme blanco hasta las rodillas se le ceñía al busto haciendo que tuviera que dejarse los botones superiores desabrochados permitiendo así que se le notara el comienzo de los pechos, el doctor trago saliva y con voz un poco ronca le informo:

Licenciada prepare al paciente de la habitación 501 para cirugía, por favor.

Si doctor- dijo Indra alejándose por el pasillo notando la mirada del guapo doctor sobre su trasero, eso la puso caliente: le encantaba que los hombres la miraran, desde que sentía los ojos de un hombre recorriéndole el cuerpo su vicio no conocía fronteras, pensó en buscar a Indira para que la ayudara con el paciente y cuando terminaran hacer un poquito de....

Esa era una de sus bellaquerías favoritas le encantaba que Indira le comiera el coño en la cama de al lado de un paciente eso le daba una sensación de... exhibicionismo ¡si! Esa es la palabra le gustaba sentir ese sustito por dentro de que la descubrirían "in fraganti".

Se dirigió a emergencia, donde seguro estaría Indira buscando que hacer, esa chica era tan insaciable en el trabajo como en el sexo, le gustaba esa característica de ella: trabajadora y obediente. La vio hablando con otra enfermera y se le acerco con todo el aire de profesionalidad que pudo:

  • Disculpen- dijo al llegar hasta ellas- pasante Indira la necesito para que me ayude con un paciente- dijo lo mas serio que pudo.

Si claro...- respondió Indira- no se porque tienes que hablarme así delante de las personas- le reprocho ella una vez se hubieron alejado de la otra- eso de "pasante" suena muy feo.

Es parte del juego mi niña- dije sobándole el culo por encima de la rustica tela del uniforme con lo cual ella se sobresaltó, en ese momento se abría el ascensor y entramos presurosas.

Una persona iba con nosotras y se quedo en el segundo piso, en cuanto se bajo del ascensor, me abalance sobre Indira besándola con pasión e introduciéndole la lengua, cuando ella se pudo alejar de mi jadeante, dijo con mirada picara:

¡Ya me sospechaba yo que lo de el paciente era un invento tuyo!!!

Claro que no amor mío- le dije sobándole las tetas- lo de el paciente es muy real, solo quiero que me ayudes a terminar rápido para continuar con otras "actividades"- ella me sonrió con complicidad.

Llegamos al quinto piso, Indira se arreglaba las ropas desordenadas, juntas buscamos la habitación numero 501 y enseguida ella tomo el record medico en sus manos leyendo lo que decía.

  • Indra es una ablación, el hombre padece de duplicación peneana- me dijo sorprendida Indira, hablábamos a nuestras anchas seguras de que el paciente reposaba tranquilamente en el sopor de la anestesia, pero traviesas sorpresas nos daría el destino.

¡Ohh si!!!- le conteste- se de que se trata: tiene dos penes- le dije dramáticamente.

¿Queeee??- pregunto sorprendida por su inexperiencia - ¿y funcionan?

Claro que si y créeme que perfectamente, tuve un amiguito con esa "dolencia".

Mentirosa!!! - refutó Indira.

Bueno si...- respondí- ¡pero ya quisiera yo tener uno así!!!!

Las dos nos reímos a carcajadas y sacamos los equipos para proceder a depilar a nuestro paciente, Indira abrió mucho los ojos cuando le quito la bata y lo vio: un perfecto animal de dos cabezas con las mismas dimensiones y tamaño, que partía desde la pelvis y se bifurcaba en la base peneana, debajo estaban colgando las dos gemelas inseparables. Le puse la crema de afeitar al tipo lentamente y no pude evitar acariciarlo pensando en lo rico que seria poder follar con un fenómeno así, mi mirada se encontró con la Indira en ese momento, ella me miraba como avergonzada, como si por su mente estuviesen pasando los mismos pensamientos morbosos que me inundaban a mi.

Para cuando terminamos de depilarlo la calentura en la habitación se podía medir en grados Kelvin, sin previo aviso Indra se mete un pene en la boca y comienza a succionarlo yo me quedo de una pieza viéndola hacer eso, pero ni tonta ni perezosa cruzo la cama para llegar hasta ella, me arrodillo a sus pies, su culón redondo y firme queda a mi disposición y le subo la falda: no lleva pantaletas la muy zorra, le comienzo a dar mordiscos en las nalgas hasta pasar mi lengua por su abertura, ella emitía pequeños quejiditos, comencé a comerle el coño a Indra mientras me ayudaba con una mano entre mis bragas.

En un momento dado Indra de repente se detiene y eso en verdad me sorprende ¡porque cuando inicia es imparable!!! Me incorporo y lo primero que veo es al paciente perfectamente despierto, los brazos acomodados detrás de su cabeza y sus dos perfectas vergas en plan de pelea, no se me ocurre nada que hacer, no se me ocurre nada que decir y mas espabiladamente de lo que pensé el carbrón salta con:

-No se corten chicas sigan...sigan nomás

La vergüenza no era precisamente el punto fuerte de mi amiga y se lanzo a chuparle una de las tiesas vergas nuevamente y yo fui a por la otra, el coloco las manos sobre nuestras cabezas y nos dictaba el ritmo que el quería, Indra y yo nos comenzamos a besar mientras lo masturbábamos y de vez en cuando bajábamos nuestras cabezas para poder lamer ese manjar, comida para dos.

El señor paciente estaba excitadísimo, el sabor de la verga que yo estaba chupando me enloquecía, sus líquidos preseminales iban a verter en mi lengua que la degustaban con placer. Indra, que siempre ha sido la más lanzada, montó un 69 en un dos por tres, el paciente le comía el coño y ella trataba como podía de engullir sus dos troncos.

-Esperen un momento- exclamé insatisfecha- debemos hace un arreglo.

Dispusimos que el paciente se acostara en el piso y mientras el le comía el coño a Indra ella mantendría sus manos ocupadas en las vergas y su boca dándome una mamadita a mi. ¡Ahhhh que rico!!! con la pericia de Indra en el sexo oral no tarde en venirme en su boca llenándosela con mis jugos, con ellos mismo lubrico la verga del paciente y me indujo a sentarme en encima de una de sus vergas, me lo metí completito y hasta el fondo por mi cueva y lo galopé lentamente, mi amiga no tardo en unírseme fue una sensación maravillosa: nuestras piernas se entrecruzaban, nuestros clítoris se rozaban y las tetas brincaban triunfales, nos estábamos besando como bellacas y el paciente, loco de placer, nos apretaba las nalgas a una y las tetas a la otra, yo no se si Indra había terminado porque con la cara de concentración que traía no dudaba que le quedaran dos o tres polvos mas en el lujurioso cuerpo.

Yo me saque la verga del chocho cuando tuve mi orgasmo y alterne chupadas entre el clítoris de mi amiga, la cual estaba siendo traspasada por la otra verga del paciente, y la polla que me tocaba a mi mientras el paciente me metía un dedo por mi culito. Indra trataba de reprimir los gemidos y sollozos de placer que les estábamos proporcionando hasta que con una maldición de lo más pintoresca, que le hubiera envidiado hasta el más soez de los marineros, comenzó a aullar:

¡ohh si!! ¡si! ¡si! ¡ me vengo!! ¡Me vengoooooo!!!!! - como si fuera el acontecimiento del año.

Nuestro calenturiento paciente emitía chorros de esperma que iban a parar a mi cuello y mi "querida" amiga no tardo en sacarse la otra verga después de venirse para que las emisiones que salieran de esta fueran a parar directamente a mi rostro.

Luego de lavarnos en el mismo baño de la habitación le hicimos prometer al paciente que no diría nada de aquello con el condicionante de que el tenia licencia absoluta para joder con nosotras cada vez que su monstruo bicéfalo así lo deseara y sin más nos despedimos y salimos de la habitación preguntándonos si terminaría operándose o no, nuestra repuesta llego mas rápido que inmediatamente cuando encontramos al doctor en el pasillo.

Enfermeras ha habido un pequeño error, al parecer no se le administró la anestesia al paciente cuando yo di la orden, tuvieron algún inconveniente?

Indra y yo nos miramos y negamos las dos con las cabezas al unísono, el doctor nos pidió que lo acompañáramos y así lo hicimos, cuando entramos de nuevo para la habitación el paciente estaba vestido con la bata del hospital y cara de satisfacción.

Hola señor- saludó el doctor, nosotras estábamos detrás de el-¿cómo se siente para la operación?

No creo que la operación sea necesaria doctor- respondió el interpelado mirándonos.

¿Que lo ha hecho cambiar de parecer?- pregunto el Doc algo contrariado por el repentino cambio de planes.

Nada- respondió él encogiéndose de hombros- solo que de ahora en adelante no creo que vaya a tener ningún problema.

En ese momento intercambiamos miradas picaras con el conocimiento de un placer que solo nosotros compartiríamos.