Que comience el espectáculo
Una pareja de amigos van al teatro a ver un musical erótico. hasta ahora no habían hecho nada pero...¿Qué ocurre cuando dos personas que se atraen sienten la excitación en mitad de una sala llena de gente?La pasión se desata.
Que comience el espectaculo
Dicen que los hechos superan las palabras, ¿pero qué me dices de las miradas?. Todo empezó con un par de miradas que se nos iban de las manos, que nos ponía nervioso, tensos, nos hacían coquetear, jugar, como si estuviéramos en una partida de póker donde tuviéramos que hacernos señas visuales. Pero no, estábamos en un teatro, viendo un musical erótico. Sí sí… desconocía su existencia hasta que hace unos meses mi prima, que es la protagonista principal de uno, me lo contó.
Siempre vi la película Moulin Rouge, de mis favoritas, cómo algo ficticio e ignoraba que fuera algo tan habitual en este mundillo. Quizás esta actuación pecase más de erótico que los propios cabarets.
Y allí estaba con el chico con el que había ido, con el que había quedado en más de una ocasión y nunca terminaba de pasar nada, viendo aquella obra.
La melodía de Welcome inundaba el teatro, dando previo paso a las mujeres, perfectamente vestidas para la ocasión con trajes minúsculos y pomposos de seda, corsés apretados, largas piernas cubiertas por medias de brillo que llegaban hasta sus tacones.
Una fila de sillas adornaban el escenario, donde ellas salían en fila para sentarse y contonearse al ritmo de la música mientras cantaban, dando voz a la melodía que las acompañaban.
Roxanne se movía al ritmo de Bumps and Grinds como una introducción previa a reencontrarse con Joel, el protagonista masculino que la debía de coger en brazos tras acariciarla, recorrer su cuerpo y meter las manos por debajo de su corto vestido de seda motoso.
Él sentado la esperaba para colocarla entre sus piernas cuando la clásica lady mermelade empezó a sondar y Roxanne se contoneaba cada vez más cerca de su cara, acercando su gran escote pronunciado por su corsé hasta su cara. Las manos de Joel se perdían dentro de su vestido hasta estirar y dejarla en bragas.
Se sentó a horcajadas sobre el mientras las manos del chico la recorrían lentamente y un coro detrás de ellos simulaban tocamientos entre ellos como si de una gran orgía se tratase.
A mi lado, mi compañía estaba sumida en el erotismo del espectáculo, tenso, nervioso, agudizando sus sentidos mientras veía la escena y yo, disimuladamente colocaba mi mano sobre su muslo para acceder a su paquete, que comencé a acariciar despacio mientras miraba el espectáculo igual que él. Sentí que me observaba, me relamía los labios sonriendo sin apartar los ojos del escenario ni mi mano de entre sus piernas.
Su erección crecía bajo mi tacto y su respiración acelerada podía sentirla pese al alto sonido de la música.
La luz se atenuó cuando un cambio de música dio paso al clásico tango de Roxanne, donde semi desnuda se movía bailando cada vez más sensual junto a Joel. Que en determinadas subidas de tono la agarraba del cuello doblegándola a inclinarse a modo erótico. Cada nota repercutía en sus cuerpos, alterando el ritmo de sus movimientos, sus manos y sus caras, expresando en cada letra emociones que te llegaban al alma.
Desabroché el botón de su pantalón y metí la mano, bajando la cremallera sin esfuerzo hasta llegar a su polla, cubierta por la tela de los calzoncillos que amenazaba con romperse.
Acaricié, haciendo que se removiera en el asiento mirando a todos lados en busca de miradas indiscretas que pudieran descubrirnos. Me llevé el dedo a la boca para susurrar un “shhhh” que dejé en el aire mientras le sonreía y me lamía los labios. Y mientras los protagonistas de la actuación fingían un encuentro sexual empecé a masturbarle bajo la tela, sintiendo su mirada clavada en mí y su mano a cada instante sobre la mía, indicando que parara. Pero no lo hacía, seguía moviendo mi mano lentamente bajo su ropa, subiendo y bajando, al ritmo de la música erótica que se elevaba y cuando sentí que le tenía en el punto donde yo quería, a mis pies, me sentí como Roxanne cuando veía a Joel lamiendo sus tobillos de rodillas en el suelo y subiendo por sus piernas. Una diosa sexual que podía provocarle, manejarlo y calentarlo bajo el erotismo de la música. Llevarlo al límite cuando y como yo quisiera, aunque fuera en una sala con más de 100 personas.
Saqué mi mano de su pantalón, mientras Nasty Naughty boy empezaba a sonar y un coro de bailarines emparejados con el sexo opuesto se pegaban, estando la mujer delante y el chico en su espalda, pegando sus cuerpos.
Mientras él me miraba y miraba al escenario coloqué mi mano en mi rodilla y fui subiendo despacio por mi muslo hasta llevarla al interior de mis piernas, por debajo de la falda negra que llevaba. Abrí un poco las piernas mientras me acariciaba mirando la actuación y me mordía el labio, sintiendo como sus ojos no se apartaban nada más que con un leve parpadeo para continuar observando esa escena de mi mano apartando las bragas a un lado para dejar mi sexo expuesto y que sólo lo viera él y quién se fijara en mí.
Llevé los mismos dedos que estaban entre mis piernas a mi boca, y mientras no le dedicaba mi visión a él, los chupé, pasándolos por mis labios llevando el pintalabios rojo en ellos hasta su boca. Sentí la calidez de su lengua y su respiración agitada en mis dedos. Bajé hasta su mano y la recogí con la mía, la llevé a mi boca y chupé dos de dos dedos, envolviéndolos con mi lengua y succionando, mientras seguía atenta a Roxanne y Joel, que ahora empezaban a cantar una Feeling good mientras montaban una coreografía imposible de seguir sin excitarse. La tensión se palpaba en el ambiente, se susurraba el sexo entre ellos, sus miradas, sus caricias… como las manos de Joel dominaban a una Roxanne que quería escapar de una cadena que se enrollaba en su cuello.
Del techo bajó una enorme jaula que Joel abrió, empujando a Roxanne dentro, para meterse con ella y cerrar con llave un candado y tirarla a uno de sus compañeros. Una vez dentro de la jaula subía su falda, dejando su liguero expuesto, que recorría con sus manos mientras ella, con la cadena en su boca se aferraba a los barrotes de la jaula.
Yo estaba absorbida con la escena, pero sin perder atención del chico que tenía a mi lado y del que chupaba sus dedos, bajándolos hasta mis muslos y subiendo por ellos hasta llegar al interior de mis piernas. Rozaba su mano con mi coño, empapando sus dedos y él no podía dejar de mirar donde su mano se escondía.
No aguantaba más. Dejé su mano entre mis piernas para tocar su paquete que estaba a punto de reventar el pantalón, y bajo mi tacto soltó un quejido de súplica que no pude ignorar y sonreí como respuesta. Le miré y me relamí los labios.
Se acercó hasta mi cuello cuando los actores, rodeando la jaula donde estaban sus protagonistas uno sobre otro acariciándose, se pusieron a hacer una coreografía impresionante interpretando I Will survive.
“Necesito follarte”
Me estremecí, cogí su mano y la puse entre mis piernas nuevamente, la dejé ahí mientras yo cerraba los muslos y le apretaba con ellos evitando que pudiera salir.
Pero me apartó, me cogió de la muñeca y tiró de mí hasta que me levanté y me acerqué a su cara. “¿Qué?”. Se puso de pie y me llevó a la parte trasera del teatro.
En la oscuridad de la noche y bajo la única luz de un letrero de neón desgastado que estaba tirado en una esquina del suelo me puso sobre la pared, de espaldas a ella y me agarró del cuello, presionando lo justo para que le mirase y sonriera, como triunfo de lo que había conseguido.
Sonaba Teeth, cuando empezó a besarme el cuello, apartando mi corta melena a un lado, pegando su erección a punto de reventar en mi barriga. Me besó, mordiendo casi enfadado y dejando un picor en la piel. Abrió los botones de mi camisa para dejarme en sujetador y agarrar mis tetas por encima del sujetador. Las juntó, pasó su cara por ellas y sacó la lengua, lamiendo el escote y terminando en un beso. Las sacó del sujetador, rozó mis pezones ya duros con su lengua y los acogió con sus dientes mientras yo acariciaba su pelo y empujaba la cabeza, obligándole a bajar hasta ponerse de rodillas.
La imagen bajo la música me estaba poniendo a tono, subí mi falda para exponerle las bragas pegadas a mi coño empapado y empujé su cabeza hasta el. Mordió, restregando su boca a la vez que sacaba la lengua y apartaba las bragas a un lado para pasarla por mi rajita y empaparnos mutuamente. Se ayudó de sus dedos para abrirme, y poder lamer más profundamente mi sexo, acariciando con dos dedos la entrada apretada y lubricada. Pasó los dedos por mi coño, los llevó a mi boca, chupé, subió, chupamos a la vez que nos besamos con mis dedos en medio y volvió a estar entre mis piernas, metiendo sus dedos en mi interior mientras acercaba su boca a mi sexo y me seguía comiendo a la vez que entraba y salía de mí.
Dios… iba a morir de placer, ansiaba correrme en esa boquita que me estaba volviendo loca. Agarré su pelo, haciendo presión sobre su cabeza para restregar mi coño por su boca y estimularme con más fricción, acelerando cada vez más mis movimientos mientras su mano libre se servía para abrir mis labios vaginales y tener un acceso total a mi interior.
Me aceleraba, respiraba más rápido, me tensaba, un escalofrío me recorría, la adrenalina de saber que estoy a punto de llegar al placer y de disfrutar, abrí la boca y empecé a gemir sin importar que se me pudiera oír, porque bajo la música que sonaba, poco importaba. Mis jadeos se mezclaban con las notas musicales que estaban haciendo bailar en el escenario a los demás sin ser consciente de que aquí al lado estábamos él y yo a punto de follar de verdad.
El placer de la obra había llegado a nuestros cuerpos y estaba a punto de correrme en su boca mientras él no dejaba la lengua quieta. Me encantaba. Así… dios sí. Apreté su pelo, su cara contra mí todo lo que pude y me corrí mientras las piernas abiertas me temblaban y los pezones duros podía sentirlos tan tirantes como si fueran a romperse.
Me mordisqueó antes de apartarse mientras yo le cogía de la camisa y le pegaba ahora a él en la pared, me tocaba a mí e iba a disfrutar.
Abrí su camisa y subí con mis manos por su pecho, acercándome hasta su cuello, aspirando su olor, respirando en él, rozando con mis labios y yendo a su boca, mordisqueando su labio y bajando por su barbilla con mi boca, pasando la punta de la lengua. Mordisqueé su clavícula, su pezón, bajé por su vientre hasta que llegué a la cintura de su pantalón. Pasé mi boca por su paquete mientras me agachaba y me acomodaba y le observé desde abajo, sintiendo su mano en mi pelo, acariciando mientras veía en su cara la excitación y el deseo.
Me aparté para desabrochar el botón nuevamente, bajar la cremallera y bajar un poco su pantalón. Acaricié por encima de los calzoncillos y pasé la lengua por la tela notando como me apretaba contra él. Agarré la cintura de su ropa interior para tirar, mientras mi boca estaba cerca, consiguiendo el efecto deseado, que su polla diera en mi boca al liberarla.
Saqué la lengua, y sin dejar de mirar a sus ojos, empecé a subir la lengua por él, arriba y abajo, deteniéndome en sus huevos que tanteé con ella para meterlos en mi boca y chupar mientras acariciaba su miembro con mi mano y me rozaba la cara. Subí por su polla, llegué a la punta y mientras tocaba sus huevos con la mano, la envolví con mi lengua, succionando y recorriéndola apretando con mis labios para bajar y subir por ella, llenándome la boca de él.
Me apretó la cabeza cuando la sintió en mi garganta, evitando mi respiración, y me aparté para dejarla salir cubierta de mi saliva y de su humedad. Empecé a chupar, subiendo y bajando con mi boca y mi mano, apartándome solo para rozar la punta por mis labios y volverla a chupar, entera, llegando hasta mi garganta.
Sentía la presión de su mano en mi cabeza, como se movía follándome la boca cada vez más fuerte buscando su propio placer, del cual estaba disfrutando yo de primera mano. Verle tan entregado al deseo, disfrutando del placer que yo y mi boca le dábamos, era tan excitante que sólo conseguía encenderme más pese a haber terminado de correrme hacía poco.
Me agarró el pelo, apartándolo de mi cara para verme mejor y ver como su polla se perdía en mi boca, entrando y saliendo de ella, y me tiró para apartarme “Quiero follarte, ahora”.
Me puse de pie, me colocó de cara a la pared, inclinó mi cuerpo, subió mi falda, echó las bragas más aún a un lado y se pegó a mi culo. Tanteó mi entrada con su mano para llevar la punta de su miembro hasta ella, colocarla y mientras me agarraba las tetas desde atrás me la metió de una embestida haciendo que jadeara y soltara un “ah” al sentirme abierta de golpe por el tamaño, el grosor y la dureza con la que me iba a follar.
Empezó a moverse dentro de mi mientras se aferraba a mis pechos en esa postura y me los apretaba, entrando y saliendo jadeando en mi cuello, mordiendo para evitar hacer más ruido mientras yo, sin importarme eso, gemía y soltaba quejidos por el placer que me inundaba al sentir su polla en mi interior, sintiéndome llena de él.
Bajó su mano hasta mi culo y sentí sus dedos clavarse en mi piel, dando azotes que resonaban haciendo que me encendiera más. Llevó su otra mano a mi boca, metiendo los dedos en ella y susurrando en mi oído “chupa, quiero sentir tu boca mientras te follo”. Mis manos apoyadas en la pared y mi cara contra ella amortiguaban las embestidas salvajes y profundas. Dios bendito, me iba a volver a correr con su erección dentro de mí.
Moví el culo, apretándome contra él, ejerciendo el movimiento a su inversa para follarnos mutuamente en esta postura. Era tan placentero… que pocos minutos después me bastaron para sentir como apretaba su polla con mi coño corriéndome con él en mi interior. Aquello le bastó para, tras unas cuantas embestidas más rápidas y duras, se abandonara al placer. La rudeza de sus gemidos en mi cuello, como su cuerpo se contraía, como su polla palpitaba en mi interior… se corrió dentro de mí, sentí como su semen caliente me inundaba por dentro y chorreaba por mi coño y mis muslos.
Con un azote salió de mí y me dio la vuelta para besarme, agarrando mis tetas y juntándolas. “¿Te ha gustado el espectáculo?“ Pregunté en su boca antes de morder su labio. “Tu sí que eres un espectáculo” me respondió mientras acariciaba mi coño nuevamente.