¡Qué calor!
Dos amigos se van a la playa y se calientan viendo a dos lesbianas
Amaneció un día caluroso como hacía tiempo que no se daba. Me desperté sudando a pesar de haber dormido desnudo toda la noche. Sin pensarlo dos veces me metí en la ducha con el agua más fría que pude imaginar. Al salir del baño, el calor estaba esperándome de nuevo. Desnudo desayuné y me tiré en el sofá con el aire de un ventilador que refrescaba un poco mi pene y mi culo. Sonó el teléfono. Era Manuel, mi amigo Manuel.
-Jesús, ¿vamos a la playa hoy?
-Por mí vale pero.... ¿no habías quedado hoy con Sandra para follártela?
-Ya, tío, pero tiene la regla y no quiere hacer nada.
-Joder, ¡qué faena! vale, pues vamos a la playa.
-Dentro de media hora estoy buscándote. Lleva algo para comer.
-Vale, hasta ahora.
Busqué en la nevera, cogí unos huevos, pelé unas patatas e hice una tortilla. También metí en la nevera dos litros de cerveza para sobrellevar el calor del día. A la media hora exacta estaba Manuel llamando a la puerta de mi casa. Solo me faltaba ponerme el bañador, es decir, aún estaba desnudo. Manuel es amigo mío desde la infancia, así que la confianza que en él tenía hizo que abriera la puerta desnudo.
-Vaya, Jesusito, si me recibes así siempre voy a tener que cambiarme de acera.
-Anda ya. Espera que me cambio y nos vamos.
Pusimos rumbo a la playa. Como era día laborable no había mucha gente en la playa. Nos pusimos en un rincón bastante tranquilo y colocamos nuestras sombrillas. para crear un búnker que nos protegiera de miradas de extraños y algún balonazo aislado de chicos jugando con la pelota. Una vez ubicado nuestro campamento nos fuimos al agua pues el calor de la arena era insoportable. En el agua empezamos a hablar y la conversación comenzó a subir de temperatura.
-Qué putada lo de Sandra, ¿no?
-Ya ves, yo que tenía unas ganas. Llevo dos meses queriendo follármela y cuando dice que sí va y tiene la regla... Esta tía lo ha hecho queriendo.
-Seguro... pero caerá, si a Sandra le encantan las pollas. Seguro que caerá.
-¿Tú cómo lo hiciste para follártela?
-Pues la culpa fue de la playa. Cuando ella aún estaba con Juan vinimos a la playa en parejas, yo estaba con Noelia todavía. Noelia se tuvo que ir antes y Juan fue a comprar más bebida, yo me quedé a solas con ella. Le pedí que me echara crema y me dio un masaje que ni te imaginas. Claro, entre el masaje y el roce de sus pechos en mi espalda me empalmé y cuando me di la vuelta lo notó. Ya sabes que no me gusta fardar pero ando bien despachado y ella se encaprichó de mi polla. Quiso hacerme una mamada en ese momento pero no quise. Días después se coló en mi casa y follamos como salvajes.
-Eso quiero yo, follar. Hace dos meses que no hago nada y me estoy matando a pajas.
-Yo te gano, llevo tres meses y me conozco todas los vídeos porno de internet.
-Somos unos salidos de mierda, Jesús.
-No sé si salidos pero mira la tía que se va a poner al lado nuestro en la playa... espectacular.
-Wow, ya ves... joder me he empalmado nada más mirarla... mira.
Manuel me cogió la mano y la llevó a su paquete. Efectivamente estaba muy duro. No sé si esa erección era fruto de ver a esa mujer o venía ya caliente de la conversación. El caso es que al notar aquel bulto, mi polla reaccionó y también se puso dura de golpe.
-Tío, ¿qué haces?
-No pasa nada, mira, te toco la tuya y no pasa nada.
Manuel agarró mi duro paquete.
-Vaya, también estás duro. Vamos a tener que nadar un poco para que baje y poder disumular cuando salgamos.
Así lo hicimos. Salimos del agua y nos dispusimos a comer. Desde nuestro sitio se veía perfectamente a la chica que acababa de llegar. Llevaba un tanga diminuto que apenas tapaba su sexo y hacía topless. Comíamos sin quitar ojo de aquel monumento. Ella se fue al agua y Manuel y yo nos pusimos a hablar de ella.
-Madre mía, ¡Qué tía! -dijo Manuel.
-Ya ves, impresionante. Yo creo que le voy a entrar.
-Cuando salga del agua la saludamos y que se ponga con nosotros, está sola.
-Mira, sale del agua corriendo.
La chica salía del agua corriendo y dejando que sus tetas bailaran ante nosotros. Llegó hasta su toalla al mismo tiempo que otra chica impresionante. Ambas se fundieron en un largo y apasinado beso. Manuel y yo nos quedamos de piedra, aunque había una parte de nuestro cuerpo aún más dura que la piedra. Nuestra vecina le quitó la ropa a su novia sin dejar de besarla. Ambas hacían topless y tenían cuerpos envidiables. Se fueron para el agua y no paraban de besarse, abrazarse y frotarse.
-Tío, esto es insoportable... yo me voy a hacer una paja -dijo Manuel
-Y yo
Manuel se tumbó en la arena y se ladeó un poco. Sacó su polla y empezó a frotarla fuertemente. Yo hice lo propio. Por un momento, nuestras pollas estuvieron frente a frente mientras las pajeábamos con fuerza. Nos corrimos a la vez lanzando grandes y largos chorros de semen. Con el calentón no miramos para quitar la comida de en medio así que mi tortilla se pringó de nuestro semen.
-Vaya, ya nos hemos quedado sin tortilla -dijo riendo Manuel.
-De eso nada.
Cogí un trozo bien impregnado de semen y me lo comí ante la mirada asombrada de Manuel.
-Dios, tío, no sé cómo puedes hacer eso, qué asco.
-¿Nunca has probado tu semen? Está rico
-Me da asco pensarlo.
-Coge un trozo de tortilla. Te gustará. Ahorrarás mucho en pañuelos de papel si te pajeas y te tragas tu semen.
-¿De verdad haces eso?
-Claro, siempre que me pajeo.
-Pero esa tortilla tiene semen de los dos.
-Eres amigo, no me importa. Está bien buena la comida.
-Me dio curiosidad voy a probar.
Manuel cogió un trozo que tenía poco semen y le pegó un pequeño mordisco sin rozar la corrida. Con la mirada le pedí que lo hiciera sin pensar. Él metió el resto de la tortilla en su boca y se lo comió.
-Pues sí que está bueno... no entiendo por qué mi ex no quería tragarse mis corridas si está rico
-No es lo mismo comerte tu corrido que el que un tío te llene la boca de semen y lo tengas que tragar.
-También es verdad... Estoy muy caliente ¿vamos al agua?
-Sí... por favor.
Fuimos al agua. Nuestras vecinas ya se habían salido y estaban secándose una a otra. Nosotros no parábamos de mirarlas.
-Qué dura es la vida algunas veces -dijo Manuel.
-Ya ves... ellas tan buenas... y tan lesbianas
-Y nosotros tan buenos y comiéndonos nuestra corrida.
-Te ha impactado eso por lo que veo.
-Sí, nunca imaginé que me gustaría algo así... siempre pensé que sería cosa de maricones... ¿tú no serás maricón?
-Pregúntale a tu exnovia no te jode. No soy maricón, aunque sí que es verdad que tengo curiosidad por saber qué se siente al tocar otra polla o metérsela en la boca.
-Sinceramente... yo también... -quedamos en silencio unos segundos- ¿por qué no nos las tocamos? nos hemos comido una tortilla corrida con leche de los dos, no nos puede dar asco algo así.
- Vale.
Manuel alargó la mano hasta mi paquete. Bajó mi bañador y empezó a agarrarme la polla. Yo hice lo mismo. El agua estaba muy turbia y como nos llegaba al cuello nadie notaba qué hacíamos. Nos estábamos pajeando el uno al otro. Yo agarré mi bañador y me lo quité aguantándolo con la otra mano. Manuel hizo lo mismo.
-¿Te das cuenta de lo que estamos haciendo? Nunca imaginé que haría algo así. -dije.
-Ni yo
Manuel se sumergió en el agua y al instante noté como pasaba su lengua por la cabeza de mi polla antes de introducírsela en la boca entera. Salió a la superficie y me miró con una sonrisa que me invitaba a que hiciera lo mismo. Me sumergí y me fui directo a su polla. Hice lo mismo que mi amigo. Tenía la polla dura y la notaba latir dentro de mi. Salí a la superficie y seguimos pajeándonos.
-Me voy a correr
Manuel fue el primero en correrse. Yo todavía necesitaba más. Manuel se dio la vuelta y dirigió mi polla a su culo. La puso entre sus nalgas y yo empecé con los movimientos de cadera. No lo follaba. Me estaba pajeando con su culo. Me corrí en su espalda.
-Tío ¡cómo me has puesto! -dije
-Vamos a casa, quiero que me folles.
-¿Qué dices?
-Sí, sí, fóllame.
Salimos del agua y empezamos a recoger nuestras cosas. Mientras recogíamos vimos como nuestras vecinas estaban masturbándose una a otra por debajo de esos diminutos tangas. Esto nos volvió a calentar. Durante el viaje a casa ninguno dijo nada. Llegamos y nos dirigimos a la cocina,
-¿Quiéres un trago? -ofrecí
-Sí, por favor.
Serví un vaso lleno de whisky a cada uno.
-¿Estás seguro de que quieres hacerlo?
-Sí. Hoy me pusiste muy caliente. Puede ser que sea bisexual y quiero salir de dudas.
-Yo también pienso lo mismo... ¿Nos duchamos antes?
-Vale.
Fuimos a la ducha y nos metimos los dos. Nos enjabonamos bien y nos enjuagamos. Nos secamos y nos sentamos desnudos en mi cama. No sabíamos qué hacer. Yo tomé la iniciativa. Miré a Manuel y le di un beso con lengua que fue correspondido. Sin dejar de besarnos nos tumbamos en la cama. Le besaba la boca, el cuello, bajé a sus pechos y sus axilas. Seguí por el ombligo hasta llegar a su entrepierna. Sin pensarlo dos veces, mi lengua comenzó a jugar con el glande de Manuel que salía en la búsqueda de mi lengua mientras su miembro se ponía más y más duro por segundo. Me metí su polla en la boca y comencé a hacerle la mamada del siglo. Noté que él se revolvía. Me sacó la polla de la boca y me tiró en la cama. Comenzó a besarme boca, cuello, pecho, axilas, ombligo y llegó a mi polla. Se la metió de una tacada en la boca y sin sacarla la lengua jugaba con toda mi polla que explotaba en su boca. Cuando notó que estaba dura la sacó y me pidió que le comiera el culo para penetrarlo. Así lo hice, lo lubriqué con mi lengua y hasta que pude meter un par de dedos sin dificultad. Manuel gemía de placer. Me puse detrás suya y coloqué mi polla dura y lubricada por la boca de Manuel en el agujero de su culo. Comencé a meter mi polla lentamente. Manuel se retorcía de dolor al tiempo que me pedía que no parara. Al poco rato la tuve entera dentro y empecé a follarlo despacio. Disfrutábamos de una sección de sexo improvisada que nos estaba dando los placeres que hacía tiempo que no nos daba una mujer. Me iba a correr y Manuel me pidió que lo hiciera en su boca. Se lo tragó todo. A pesar de ser la tercera vez que me corría en el día, eché bastante semen en la boca de mi amigo. Me miró y me dijo:
-Ahora me toca a mí.
Me dio la vuelta y comenzó a lamer mi culo. Se puso tras de mí y me la metió de golpe. Grité del dolor y le pedí que parara pero él continuó hasta que poco a poco el dolor fue cambiando a placer. No tardó mucho en decirme que se corría así que yo también acabé por tragarme su semen. Estaba sabroso. Sabía distinto al mío pero me encantaba.
Quedamos los dos cansados encima de la cama. El móvil de Manuel vibró. Lo cogió y leyó un mensaje de Sandra: "ven esta noche a mi casa. Ya se me fue la regla, quiero que me folles". Lo miró y apagó el móvil.
-Hoy no -dijo
Se dio la vuelta y se tiró encima mía besandome con lengua.
FIN