Qué bruto
Cuando el masaje de dos manos se convierte en cuatro manos, el placer tambien se multiplica por dos...
¡QUE BRUTO!
Wow! la sorpresa del encuentro aún la siento en esa piel, la que está más abajo del ombligo . La intensidad de las caricias así como el deseo manifestado podían más que cualquier imagen apoteósica del ser femenino. El deseo, la entrega y sobretodo el disfrute de la caricia recibida o dada eran los elementos que lubricaban, y muy bien utilizada la palabra, la relación entre nosotros.
Pablo sabía como sorprenderme y me convidó a pasar un grato fin de semana en Adicora, una de las playas de Falcón donde en incontables oportunidades había disfrutado de las caricias anónimas de los rayos del sol que para muchos son mas sensuales que las de los dedos de cualquier mortal en la tierra.
Nos encontrábamos en un bonito hotel llamado PLAYA CHIRERE en una suite bellamente decorada con una terraza privada y jacuzzi incorporado. Pablo me había ofrecido una sorpresa a la cual no le había prestado mucha atención. Me dijo: Prepárate para un masaje , y salió. Me quede confundida porque él no sabe nada de masajes y que solo podía ser otra travesura de las cuales apenas me estaba acostumbrando. Pensé, déjame sorprenderlo y me puse una pantaletica muy pequeña blanca y a propósito me la estiré hacia arriba para que me quedara metida entre lo labios y resaltara mi depilación casi total. Esperaba y me aburrí en la terraza y me fui al cuarto.
Al poco rato sentí ruido y Pablo entra en la habitación y me pregunta: ¿Lista para el masaje? y le respondo que si y en el momento que iba a desprenderme de la bata y acostarme en la cama me dice que el masaje es en la terraza. Seguí su broma y pensé lo que se va a sorprender cuando vea mi pantaletica. Salimos junto a la terraza y me encuentro una gran camilla para masajes pero inmensa que podía aceptar dos personas tranquilamente. Bueno, Pablo siempre ocurrente y me quito la bata. Sus ojos expresaron toda la sorpresa y antes de que comentara algo me acosté boca abajo en la camilla.
Pablo se acercó y me dijo al oído: Te queda espectacular, no puede estar más acorde para el momento y me da un beso en la nuca. Siento ruido a mi lado típico de una sesión de masajes y busco el sueño y la relajación. Comienzan dos fuertes manos a aplicarme un masaje espectacular en la espalda y me doy cuenta que estas manos no son de Pablo. Me volteo y me encuentro a un bello joven moreno, que se presenta inmediatamente y me dice que se llama Julián. Pablo ve mi reacción y comienza a reírse y se acerca a mí y me dice: Deja que Julián haga su trabajo es muy bueno. En efecto, sus manos son fuertes y sus masajes logran su objetivo. Me relajo y comienzo a sentir los efectos del mismo. Recuerdo la pantaletica que llevo puesta y lo que había hecho para resaltar mis labios vaginales y mi depilación. Julián por lo joven debe de estar excitado. Por encima de su short blanco se asoma la forma de su pene, y mi totona empieza a lubricar descaradamente.
Julián llegó a mis piernas y comienza con un suave masaje en mis muslos, los cuales separo para que sus manos puedan trabajar libremente, y sus ojos puedan llenarse de una hermosa visión de mi totona apenas cubierta con la pantaletica. La humedad continúa en aumento. Sus manos se mueven con mucha cautela tratando de no tocar mis labios hinchados pero el roce es inevitable. Cada vez que el dorso de su mano me roza se me escapa un suspiro de placer. Siento a Pablo apoyado al lado de mi cabeza y se inclina y me da un beso largo y húmedo. Entre el roce de Julián, la pantaletica blanca entre mis labios vaginales, el sol en la terraza comienzo a pensar que mi fantasía pudiera hacerse realidad. Dos vergas dentro de mí al mismo tiempo. Estiro mi mano y agarro a Pablo por las nalgas y busco su pene bajo el short. Pego mi rostro contra su pubis y la siento, se esta endureciendo.
Las manos de Julián cambian su ritmo, el masaje se convierte en caricias, la timidez de sus roces se convierte en movimientos abiertamente sexuales y toman posición de mi trasero. Mientras Pablo me la ofrece para que se la mame, él comienza a masajearme la totona a través de la tela de la pantaletica y usando el aceite del masaje comienza a acariciarme la raja del culo con ganas. Uno de sus dedos busca colarse en mi agujerito y relajo el esfínter para dejarlo entrar. Su otra mano libre encuentra la vía entre la tela y mi piel y toma posición de mis labios, los cuales a esta altura están chorreando jugos de placer. Me acaricia el clítoris descaradamente, me mete un dedo, dos dedos dentro de mi vagína, los mueve, busca mi punto de máxima excitación y creo que lo consigue. Con tanta excitación no tengo tiempo de concentrarme en Pablo, aún así la mantengo su huevo dentro de mi boca y se lo chupo entre gemidos que se me escapan de placer. Julián es muy bueno, y sí que lo es, me hace acabar de maravillas, el orgasmo viene increcento y me hace gemir y gritar al acabar.
Ahora Pablo me dice: Mi putísima amada, tu fantasía se hará realidad . Julián me obliga a colocarme de rodillas y manos para cogerme por detrás como una perra. Pero mi sorpresa es mayor cuando veo el tamaño del huevo de Julián. Le digo a Pablo con temor;
Me va a hacer daño con ese huevo tan grande.- y el solo me responde
Sé que lo gozaras . relájate y déjate coger.
En mi mente solo transitaba un pensamiento cógeme bruto con ese huevo inmenso que tienes Pablo se coloca al frente y me mete su huevo en la boca. Julián no pierde tiempo y me introduce la de él por detrás poco a poco y siento como me expando y me llena hasta el último rincón de mi vagina. Los orgasmos se ponen en fila y vienen casi uno detrás de otro con ese inmenso huevo abriéndome en dos como una patilla. Con sus embestidas me empuja y me trago todo el huevo de Pablo. Cuando Pablo me empuja, el huevo de Julián termina de meterse completamente. Este vaivén se mantiene hasta que Julián comienza a aumentar la rapidez de sus movimientos. Siento que va a acabar y saca su pinga y eyacula, derramando su leche caliente entre mis nalgas y la siento gotear a través de mi rajita. Mientras Pablo sigue como una estaca.
Pero Julián es muy bueno, lo dijo Pablo. Su erección no cede y me voltea, sube mis piernas y se las coloca en los hombros, y me vuelve a penetrar. Su inmenso huevo nuevamente toma posesión de mis espacios internos y siento como las paredes de mi vagina protestan de placer por el daño causado, casi como quien gritara que quiere más.
En mi éxtasis y con esa necesidad de expresar todo el placer sentido y lo que me excitaba más, le gritaba:
- Cógeme bruto, méteme tu inmensa verga con ganas mientras movía mis caderas buscando que su enorme huevo me llegue hasta el último centímetro de vagina, útero y ovarios que pudiera alcanzar.
- Dame duro y no pares muchacho, eres un bruto adorable repetía incansable.
Dentro del paroxismo del momento mantenía la verga de Pablo en mis manos y me la acerco a mi cara y vuelvo a chupársela. Ahora mi orgasmo comienza a crecer, el sentimiento de que me están follando dos huevos me excita mucho... Chupo duro el de Pablo y se lo meneo de arriba a abajo. Le pido que me de sus bolas para chupárselas mientras se lo meneo con fuerza. Ahora si siento la eyaculación de Pablo, viene y me preparo a recibirla.
Mientras ese bruto adorable me ha bajado las piernas y me las ha juntado de manera que mi cuquita este más estrecha. Coño! que divino, la posición hace que me estimule más con su inmenso huevo, comienzo a sentir el néctar de Pablo salir de su pene y lo bebo con sublimidad, Julián nota mi urgencia y aumenta su ritmo, entra y sale como un martillo y me viene el orgasmo fuertemente, Pablo termina de acabar y le doy un inmenso chupón que lo hago gemir de placer. Mi adorable bruto acaba con inmensos chorros de semen que se escapan y bajan por mi rajita y acarician el culito como despidiéndose del valle del placer donde fueron invitados. Comienzo a relajarme y Pablo me toma en sus brazos y me lleva al dormitorio. Me coloca en la cama y se dirige al cuarto de baño a buscar una toalla húmeda para asearme. Me conciente y cuida. Me limpia, me arropa y me pone a dormir. Estoy satisfecha de haber hecho realidad una fantasía dentro de otra fantasía y no tengo palabras de elogio para ese BRUTO que tanto placer me dio