Que Bruto
Conocí a Alan en una entrevista de trabajo. Si les gustó escríbeme.
Bruto
Alan es un tipo de 24 años, trigueño oscuro, mide 1.82, pesa unas 170 libras de puro músculo, jugador de basketball, futból y que tiene un hijo de 6 años, su novia y muchas mujeres que lo corretean. Yo lo conocí en una entrevista de trabajo a la que fué, sin éxito y de ahí tomé su número de teléfono.
Me dio un poco de lástima que no lo contrataran y lo llamé para un trabajo eventual en la empresa de un amigo. Ahí pude admirar lo guapo que se veía con su cabello corto al rape, una barba incipiente y una mirada triste pero sexi. Desde el primer momento su mirada me dijo que si bien no era pato, sabía donde quedaba la charca!! Lo invité a salir y le tiré los perros, como decimos acá en mi país y el se los dejó tirar muy bien. Después de conversar un rato nos fuimos para un motel y ahí me di cuenta del error que había cometido.
Alan está acostumbrado a cogerse a los hombres como si fueran mujeres. Primero se desvistió y ví no solo el cuerpazo que se jalaba, producto de muchas horas de deportes, tenía una pinga gruesísima, oscura como el resto de su piel y unas nalgas paradas, duras, como de piedra y unos huevos que le colgaban tanto que se le veían desde atrás.
Se acostó boca arriba, debajo del espejo del cuarto que estaba en el techo y me atrajo hacia sí, agarrandome las nalgas y sobándomelas con satisfacción. Yo tengo un par de nalgas bien ricas, grandes y velludas y un culo muy muy limpio y buenas piernas, aparte que parecía le excitaba ver mi piel blanca contrastando con la suya tan oscura.
El se había depilado y la verga le sobresalía entre los huevos. Yo me puse a mamarla como un desesperado, sintiendo como me zampaba hasta las amígdalas la verga cabezona. Le mamé un buen rato y me atrajo mis nalgas hacia su cara, metió su lengua completa en mi culo y me separaba el ano con los dedos mientras su lengua me ponía a gozar a mil. Gruñía de placer y me lamía de arriba a abajo el culo, sobándome con una mano las nalgas y con la otra pellizcandome las tetillas. Llego inclusive a mordisquearme los pliegues del ano, haciéndome sentir en la gloria.
Mientras tanto el veía fijamente en la televisión como a una mujer unos tipos le chupaban la chucha era una rubia y eso lo hacía el con mi culo, metiendome la lengua todo lo que podía y raspándome con su barbilla peluda. Después me volteó y me puso en cuatro. Con las dos manos me abría el culo y me lo ensalivaba mas y mas. Me comencé a asustar cuando vi que mientras mas violenta se ponía la película, mas me trataba de meter la lengua y me apretaba las nalgas con una calentura increíble. Yo le pasé el tarrito de KY que llevaba y me untó el ano con el. Comenzó metiendome uno, dos y despues tres dedos, abriendome el culo y pajeandose al ver como quedaba abierto cuando el retiraba sus dedones oscuros. Tengo un culo rosado y yo desde abajo podía ver en el espejo del techo como se abría enrojecido. Logró meterme tres dedos y cuando comenzó con el cuarto yo me quejé tan alto que se retiró un poco. Me comenzó a meter la verga lentamente, siguiendo el guión de la película. El se retiraba para ver como me iba taladrando y ajustaba la penetración con sus dedos, bien lubricados. Me cogió en cuatro patas, abriéndome las nalgas y dándome de vez en cuando unas nalgaditas. Después me senté encima de él, meneando el culo para que la pinga no me hiciera daño y el pudiera ver de cerca como me entraba su tranca en mi culito rosado. Después se sentó en uno de los sillones y me hizo sentarme en su pinga, de espaldas y me apretaba las tetillas y me lamía las orejas, llenandome de saliva caliente, mientras me metía el pipi hasta el fondo, haciéndome sentar con fuerza y culeandome hasta mas no poder.
Como tengo unas nalgas bien responsables, carnosas y ricas, se fijó en un potro que había en una esquina. Yo nunca los uso, ustedes saben que esos moteles algunos tienen toda clase de vainas para culear y no sabia exactamente como se usaban. Me acostó boca arriba, se volvió a poner mas lubricante y comenzó a abrirme mas y mas el culo, viendo por el espejo como este me quedaba como una boca, abierto, rojo y con un dolor insoportablemente delicioso.
Me llegó a meter cuatro dedos y me zampó de nuevo su pinga, me levantó las piernas y las puso sobre los barandales, dejándome totalmente abierto y a su disposición y SE AGARRO DE LOS SOPORTES Y COMENZO A BOMBEARME, pero de verdad. Cogía impulso y me metía la verga hasta el fondo, con ganas. Yo sentía un dolor sordo, como si me estuviera matando, pero el placer era a la vez intenso. Vi como me metía la verga hasta los huevos, la sacaba hasta afuera toda y volvía y la metía con mucha fuerza, empujándome cada vez mas hacia el centro del potro mientras me retenía con las manos agarrandome las nalgas. Me culeo y me culeo hasta que ya no aguante mas y comencé a venirme en chorros, apretando con mi pobre culo su vergota y el se sacó el condón y me tiró la leche en la cara, se vino encima de mi, restregándome los huevos encima para regarme su pegajoso liquido en todas partes, especialmente en el pecho.
Salimos exhaustos pero con ganas de volver a repetir la experiencia. Ahora le he propuesto un trío y me dice que con gusto, que solo le ponga fecha!!!