Que bonito es Barcelona

Pues volvemos a la ciudad donde empezó todo. Y es que como aquí, no se vive en ningún lado....

La segunda parte del viaje, fue de relax total. La Polynesia es lo más parecido al paraiso que se puede encontrar: playas de aguas transparentes y arena blanca, bungalows encima del agua, cocktails en la piscina...

Los dias consistian en: levantarse, desayuno, piscina, comida, siesta, playa, cena y vuelta a empezar. Estuvímos en un hotel que ocupaba toda una pequeña isla, del archipielago de Bora Bora.

Todo muy bonito, pero nada especial para contaros.

Un detalle importante, durante esos días, Anna y yo estuvímos valorando la posiblidad de volver a Barcelona a vivir. A los dos nos gusta, nos encanta NY, es una ciudad espectacular, sobretodo si vives en Manhattan. Pero Barna es Barna, y a los dos nos tira mucho. Como no hace mucho que he adquirido un pisazo en la gran manzana, podiamos ir alternando entre una ciudad y la otra, según que época del año, o según nos apetezca. Además el trabajo no es problema para ninguno de los dos.

Por parte de Anna lo hace desde casa, y hace visitas puntuales a sus clientes, algunos en Europa y algunos en EEUU. Y por mi parte, como ya os he contado alguna vez, constiste más en viajar que en otra cosa. Si que es verdad que tener oficina en Wall Street queda muy bien de cara a los inversores, pero tampoco tengo porque cerrarla.

Los dos tuvímos la idea, y le fuimos dando forma durante esos dias de relax total.

Como pequeña anécdota sexual de aquellos dias, de lo poco “fuera de lo normal” que nos paso, hicimos una sesion de Snorkel privada para nosotros. El guia era un chaval de veintipocos años, que llevaba unicamente un pareo anudado a la cintura. Y cuando nos sumergíamos se le veía todo. Anna se puso cachonda, y se paso toda la tarde insinuándose, cuando nos explicaba algo, se arrimaba a el, de manera que sus pechos le rozaran....y el tio no le quitaba ojo a su culo, ya que el tanga le queda espectacular a mi mujer.

Al final Anna tuvo su premio, y nos reímos un buen rato, al observar la más que evidente erección que tuvo el chico, que pobre, no sabía a donde mirar.

Por un momento llegué a pensar que Anna se lo llevaría debajo de una palmera, pero el “Polynesio” no tuvo tanta suerte....y todo quedo en un simple “calentamiento de bragueta”.

Volvímos de viaje a principios de Septiembre. En el aeropuerto de Los Angeles, donde teníamos que hacer escala, Anna se fue unos dias a Seattle (ya os imagináis con quien) y yo me vine a Barcelona a preparar todo el traslado. Se me había girado trabajo, pues había que mirar casa (todo lo que tengo por aquí está alquilado), y tenía que visitar unos clientes en Paris a mediados de mes.

Yo estoy bastante acostumbrado ya a estos “traslados radicales”, es mas, desde hace bastantes años uso una agéncia de mudanzas que se encargan de absolutamente todo. Pero claro, me faltaba decirles “desde-hasta”....

Llegué a Barcelona el dia 10 de Septiembre, y como hacía desde que me mudé a NY, me hospedé en un Hotel de Paseo de Grácia, al lado de mi despacho.

El martes ya tenía concertadas tres visitas con Marta, una agente inmobiliaria que domina mucho la ciudad, y gestiona mis pisos en la ciudad.

Fue divertido, la primera tarde-noche, como hacía siempre, me bajé a la terraza que hay debajo del despacho. A los pocos minutos de sentarme pasó por allí Conchi, la panadera. Pensé que pasaría sin saludarme, y todo lo contrario, me dio dos efusivos besos, y me saludo con alegria. La vi muy cambiada, sigue estando igual de buena que siempre, pero noté algo distinto en ella.

Se sentó conmigo a tomarse algo, y me explico que tenía pareja desde hacía un tiempo ya, y la verdad es que le sentaba de maravilla, se la notaba feliz.

El echo de verla, me puso muy cachondo, así que una vez nos despedimos me fui al hotel a pegarme una ducha, y como no, a buscar algo para la noche.

Roger no estaba en la ciudad, y Tete tampoco. Al final, me acordé de Judith, la escort que nunca me falla.

La llamé y estuve un montón de rato hablando con ella. Sigue haciendo de agente para escorts, y por lo que decía la cosa le va muy bien. Pero esa noche no podía quedar, pues tenía una cita.

-si quieres te mando alguien-me dijo con su habitual dulzura-pero donde, a tu despacho, o al hotel?

-mejor a mi despacho, asi no doy explicaciones, total, el sofá de ese despacho ya está acostumbrado a estos trotes.

Me puse unas bermudas, y bajé al despacho, que está a cinco minutos del hotel. Recibí una llamada de NY, y al rato recibí una llamada en el portero electrónico. Abrí sin mirar por la cámara, y continué hablando. Dejé la puerta del despacho entreavierta para que no llamara al timbre, y me volví a mi mesa.

A los diez minutos, cuando colgué, caí en la cuenta de que tenía alguien en el recibidor de mi despacho. Me fui disparado, y me llevé una buena sorpresa. Mi querida Judith me había mandado dos tios, brasileños, de veintipocos años, altos, cachas, negros. Me quedé mudo, y ellos que se dieron cuenta, se rieron.

-creo que somos una sopresa-me dijo uno de ellos.

-y que sorpresa...esta chica me conoce muy muy bien....

Sin hablar mucho con ellos, pasamos al despacho, y me senté en el sofá. Se desnudaron los dos mutuamente delante de mi, mientras yo solo observaba.

Se besaban y se sobavan por todo el cuerpo, hasta que quedaron en pelota picada.

Eran dos armarios, muy cachas, y si, tenian los dos un pedazo de polla, nivel Tete por lo menos....

Justo en ese momento, se me pasaron las ganas de mirar, y les pedí que se acercaran.

Como las tenían flacias, me meti los dos capullos en la boca, y empecé a comérsela a uno, mientras masturbaba al otro. Ellos gemian ligeramente y me dejaban hacer.

La primera que me comí se puso dura rapidamente, asi que pase a la otra. No sabria deciros cual era más grande...pues eran las dos enoormes...

Cuando tuve los dos pollones duros, me levanté y me desnudaron. Entonces uno de ellos, me invitó a ponerme a cuatro patas en el sofá, y con sus enormes dedos, empezó a dilatarme el culo.

Su amigo se puso enfrente mio, para que continuara con la felación.

En pocos minutos, noté como algo enorme se abría paso dentro de mi. Tuve que dejar de chupar un rato, para poder aguantar. La sensación mezcla de que iba a reventar y gustazo era brutal. Noté como me la metía hasta dentro, suavemente, pero sin detenerse ni un instante. Cuando la sacó tuve la sensación de que aquella polla media un metro....la segunda envestida fue igual que la primera, suave, y hasta dentro. Me escupió un poco en el culo, y se puso más lubricante. La tercera ya fue mas directa....y en unas cuantas, ya me estaba follando de lo lindo. Menudo gustazo.....

Siempre que estoy entre dos tios, canalizo el gustazo del que me folla a mi boca, y mis mamadas mejoran mucho (ya de por si, soy un gran chupador de pollas). El chico que tenía en frente, hacía esfuerzos para no correrse asi que se cambiaron de lado.

Este ya se encontró todo dilatado, asi que sin tiempo para quitarle el condón a su amigo que me la queria meter en la boca, noté como empezaba a envestirme moviéndome entero.

Justo en ese momento, llamaron a la puerta del despacho.

Asustado, me fui a mirar por la mirilla: era Judith.

Le abrí la puerta completamente desnudo, y con restos de lubricante cayendo por mis piernas, y dos negrazos esperando en el sofá.

Judith cambio la cara en cuanto me vio.

-me apunto, he acabado antes, te importa?-me dijo al tiempo que se dirigía a mi despacho, quitándose los zapatos.

Les dio dos besos a cada uno, y sin más, empezo a comerle la polla al que hacía un momento se la comía yo.

Me quedé unos instantes en la puerta, medio atontado. El otro chico me hizo una señal, y volví donde estaba.

Esta vez con algo más de tacto volvío a endiñarme aquella pedazo de tranca hasta el fondo de mi culo.

El chapero me cambio de postura y me puso boca arriba. Judith se quedó con el rollo y me puso su precioso y húmedo coño en la boca, mientras ella seguía comiéndole la polla al otro tipo. Estábamos todos más o menos servidos.

Judith, en un instante se dió la vuelta, y haciéndo un 69 conmigo, empezó a comerme a mi la polla mientras su colega seguía follándome.

El otro chico dió cuenta del precioso coño de Judith en pocos segundos. Sus huevos pasaban rozando mi cara, y mi lengua entorpecía su trayectora, asi que puse especial interés en su clitoris.

Judith se volvía loca con mi polla, sin conseguir una erección completa, ya que el chaval que me la clavaba tenía toda la zona ocupada. No tardó mucho en desistir.

Mi brasileño, se corrió en mi interior, sacando su enorme miembro ya flácido, con el condón lleno de leche.

Lejos de abandonarme, el otro chico se volvio por mi de nuevo, y vuelta a empezar. Esta vez, Judith nos miraba atentamente.

Cuando se corrió este último, entonces si, Judith se lanzó por mi, o mas concretamente a por mi polla.

Ahora si consiguió una erección completa, y se sentó encima mio, haciendo desaparecer mi polla entre sus piernas.

Al tiempo que le besaba y sobaba las tetas, ella no dejaba de cabalgarme, hasta que obtuvo su premio.

Nos quedamos los cuatro un buen rato desnudos, tirados en el sofá, hasta que ellos, dieron su faena por acabada, se vistieron y se fueron.

Judith y yo nos quedamos despiertos hasta altas horas de la madrugada, pues la tuve que poner al dia de todo lo que nos había pasado en el último año.

Evidentemente antes de despedirnos, echámos un último polvo...y es que esta chica es una auténtica “non stop”.