Que barbaro negrón!

Un viaje de negocios a Chicago le da la oportunidad a una mexicana casada de experimentar por primera vez, sexo con un negro!!!

EL NEGRO TOM 2001 ( 30 )

En uno de tantos viajes que realizo por parte de la empresa para la que trabajo, visité la ciudad de Chicago, una convención que no prometía mucho  hasta que supe que asistiría Tom, quien es jefe de Mercadotecnia de la matriz de uno de nuestros principales clientes y tiene su residencia en Sudáfrica. Anteriormente había tenido un par de charlas con Tom vía telefónica.

Llegamos al hotel ubicado en el centro de Chicago, un sitio muy acogedor y con mucho lujo lo cual siempre crea un ambiente ideal para la pasión, y el erotismo, para dejarte llevar por las fantasías y más si te encuentras en grata compañía.

El día que nos conocimos me pareció un hombre de lo más normal, 1.80 mts de estatura, no demasiado guapo, cuerpo conservado, y lo más importante, es negro. Particularmente nunca había sentido curiosidad por conocer a un hombre de su raza, así que pasé por alto ese detalle. Ya con el pasar de las horas me di cuenta que es un hombre realmente encantador, de trato amable y hasta divertido. Dentro de la charla incluimos algunos temas referentes al sexo, comentó que por sus incontables viajes era muy común conocer otras mujeres y no tenía ningún inconveniente en acostarse con quien estuviera dispuesta, que prefería a las mujeres casadas ya que son menos complicadas además de que corre menos riesgo de involucrarse sentimentalmente con ellas, además de que la idea de estar con una mujer que estaba siéndole infiel al marido lo excitaba sobremanera. La charla con Tom fue haciéndose cada vez más caliente y comenzó a despertar mi imaginación y calentura, poco a poco comenzaron a asaltarme las preguntas – Será verdad lo que dicen del tamaño del pene de los negros? Será Tom como esos negros que salen en las películas? – mis instintos hicieron presa fácil de mi cuerpo, comenzaba a mojar mi entrepierna, mis pezones estaban reaccionado poco a poco, estoy segura que Tom se dio cuenta de la forma en que cruzaba repetidamente las piernas, sentíamos lo mismo.!!!!

Esa noche salimos en grupo a un famoso bar de Chicago, estaba muy cerca del hotel. Dentro del bar me tocó estar lejos de Tom pero eso no nos impidió dirigirnos alguna que otra mirada insinuante. Debo confesar que disfruto mucho de los detalles de la conquista, ese momento en que quisieras abalanzarte sobre la otra persona pero te contienes que vas midiendo el terreno poco a poco, que expresas con lo mirada lo que deseas, ese momento en que tu cuerpo habla por ti de manera casi inconsciente, y con Tom sucedió de manera muy agradable. Pasé todo el día en absoluta tensión sexual, mi cuerpo deseaba sentirse invadido, tan solo al caminar y escuchar y sentir el roce de mis medias me erizaba la piel, pude sentir gotas de mis propios fluidos manar de mi ardiente gruta, era un volcán a punto de hacer erupción.

Salimos del bar y todos se despidieron, Tom se acerco a mí y me invito a bailar en un lugar que esta dentro del mismo hotel donde nos hospedábamos, algunas otras personas lo escucharon y solos se invitaron. Éramos 8 personas, subimos a la parte mas alta del hotel y pudimos apreciar la belleza de Chicago por la noche. Todo estaba a punto para una noche de locura, solo sobraban algunas personas.

Tom me invitó a la pista, enseguida comenzaron a correr los tequilas lo que provocó un mayor relajamiento de mi cuerpo y claro mayor desinhibición, bailando me pegaba cada vez mas a este negro que me tenía en éxtasis por las ganas de algo mas??

En algún momento le di a entender que no me importaba que tocara y sintiera todo mi cuerpo, él respondió con algunas caricias disimuladas pero deliciosas, pude sentir sus manos sobre mis senos, apretó mis nalgas de una manera muy especial, sentí su respiración en mi cuello en mi oreja, yo no pude hacer mucho debido a los demás acompañantes. Para nuestra mala fortuna todo terminó ahí por esa noche con Tom. Al llegar a mi habitación no podía dormir imaginando a ese negro dentro de mí, por lo que comencé a acariciarme, mis manos se deslizaban por toda mi piel tenía que aliviar al menos un poco la tensión de mi cuerpo, introduje dos dedos en mi húmeda vagina, me olvide de la delicadeza con la que usualmente me acaricio, me encontraba en un estado de excitación extrema, rápidamente obtuve mi primer orgasmo. continué con las caricias, saque los dedos de mi coño y los lleve a mi nariz, disfrute de ese aroma característico en mi, saboree mis agridulces jugos vaginales, con la otra mano introduje suavemente un dedo en mi culo y seguí acariciando mi clítoris, tuve un segundo orgasmo, mas lento, más intenso, no pude mas........................................

Mi calentura y nervios me llevo a hablar por teléfono a mi marido Manuel, que se encontraba en la Ciudad de México y le comente que ya quería regresar pues en este viaje andaba yo mas caliente que nunca, al punto de masturbarme, cosa que normalmente no hago, pues no lo disfruto tanto como teniendo a un hombre adentro de mi cuerpo.

Manuel solo me dijo que me conocía demasiado bien y que seguramente algo andaba en el aire pero no me lo preguntaría hasta que yo llegara a México, para no estropear algo que pudiera valer la pena ¿?

Pues no estaba nada equivocado, yo estaba mas cerca que nunca de realizar mas una fantasía de el, que mía, pues sé bien que siempre se le ha antojado verme con un pené de negro bien adentro, de mi vagina.

A la mañana siguiente un rápido desayuno, un reparador baño y de vuelta al trabajo, por suerte todo acabo ese sábado a las 3 de la tarde pero desde la mañana de trabajo el erotismo estaba en el aire!!!!

Para mi sorpresa al entrar al salón de conferencias Tom me tenia reservado un sitio a su lado, cosa que me halagó mucho y mi cuerpo retomó su estado de tensión del día anterior. Ya en la comida Tom me invitó a disfrutar de unas deliciosas costillas bbq, pasamos un rato muy agradable, en algún momento y sin darme cuenta de ello manche mi blusa de salsa. Tom se dio cuenta y me ofreció su servilleta para limpiarla, en ese momento algo en mi reaccionó de manera impulsiva y le dije:

Porque no lo limpias tu....? - hablándole con un tono muy sugestivo y adelantando mis senos, ofreciéndole la mancha para ser eliminada.

Con toda tranquilidad el negro tomó su servilleta y con la otra mano desabotonó mi blusa con el fin de meter la mano y sostener la blusa para facilitar la tarea. Me estremecí tan solo de sentir su mano tocando levemente mi pecho, estoy segura que él pudo notar como respondieron mis pezones, además de adivinar lo que estaba pensando solo de ver mis ojos llenos de lujuria. Obviamente Tom se demoró mas de lo necesario y pudo sentir mi piel respondiendo a una roce que poco a poco se fue convirtiendo en caricia, traía puesto un sostén de lencería fina que levantaban a la perfección mis senos de por sí turgentes. Aprovechando lo apartado del sitio en el restaurante Tom no perdió la oportunidad de sacar de su prisión mi seno derecho y pude sentir su mano de una manera mas firme, más directa.

Seguimos con la comida y la charla, todo en ese momento era relacionado con el sexo, me platicó sin alardear de algunas de sus aventuras, de lo mucho que hacia gozar a sus amigas ocasionales, de Celia su esposa que hacia lo propio en casa y que el no tenia inconveniente alguno. Por mi parte le conté que nunca había estado con un negro, de mis fantasías, le pregunte acerca de las dimensiones de su miembro a lo que el se limito a contestar – espera a la noche y podrás comprobarlo tu misma -, le conté que mi marido estaba de acuerdo en que yo disfrutara de una noche loca en Chicago que no tenía inconveniente en ello.

Él me dijo que quería hacerlo sin condón, que le encantaba ver como escurría su abundante semen de la vagina de una hermosa mujer, que eran cantidades descomunales de semen que brotaban de su pene, esto me calentó sobremanera pero le respondí que sin condón no me lo metería por ningún lado, Tom se limitó a sonreír y dijo que entonces estaba todo listo. Esta charla simplificó las cosas, sabíamos que terminaríamos la noche juntos, cojiendo, descubriéndonos, haciendo realidad la fantasía de mi marido, y me enorme calentura, sin embargo esto le resto un poco de seducción, de conquista, cosa que en lo personal disfruto enormemente. Terminamos la tarde comprando regalos para nuestras respectivas parejas y familias.

Ya en mi habitación me dispuse a relajarme y prepararme para una noche de pasión, de lujuria. Tome un baño de burbujas acompañada de una copa de vino, al salir de la tina observe detenidamente mi cuerpo en el espejo, estaba excitada; senos de buen tamaño, no muy grandes no muy pequeños, firmes y con unos pezones que reaccionan al menor contacto, piernas bien formadas suaves al tacto, culo respingón siempre dispuesto para un buen encuentro, y pelos de la vagina recién recortados para hacerlo mas atractivo a la vista, mi cuello es esa parte de mi cuerpo que generalmente disfruta de los primeros besos y caricias antes de una sesión de sexo desenfrenado y que es una zona vulnerable de mi cuerpo. Comenzaba a acariciarme pero tome la decisión, con gran esfuerzo, de no continuar para disfrutar del tremendo negro que me auguraba una noche de locura.

Tenia todo dispuesto, un vestido largo, de lentejuelas, escotado sugerentemente de la parte trasera para lucir mi espalda, claro está que no usaba sostén. Tenia una abertura amplia del lado derecho que me gustaba mucho, causó furor en un par de ocasiones anteriores que lo usé, medias negras de seda que realzaban la belleza de mis piernas, tacones altos, una tanga negra que acentuaba mi cintura y resaltaba la belleza de mis nalgas, un discreto y fino collar enmarcaba mi rostro ligeramente maquillado, ya que modestia aparte soy guapa!!!!.

Al llegar al salón no pude dejar de sentirme un poco nerviosa por las miradas que me dirigieron la mayoría de los hombres, así como alguna que otra mujer en las que pude adivinar algunas de envidia y otras también de deseo. Me sentí halagada y complacida por mi atuendo. Al poco rato vi entrar a Tom, ese negro que me había mantenido en un paroxismo de excitación sexual sin apenas habernos tocado.

Vestía un traje negro, camisa blanca y corbata amarilla, colores que lo hacían ver muy elegante dado el color de su piel, aunque nunca me había sentido especialmente atraída por un negro debo confesar que en ese momento lo vi muy guapo. La clausura se desarrolló de manera muy normal, la cena de una exquisitez abrumadora y un vino que comenzó a hacer sus efectos ligeros pero desinhibidores muy pronto.

Nuevamente me sentí excitada, y más al descubrirme pensando que era la primera vez que me cojería a un negro y que estaba dispuesta a todo con él. Dispuse de un lugar en la mesa para que Tom quedara del lado donde estaba la abertura de mi vestido, por si se lo ocurría algo durante el evento, mas tarde me arrepentí porque me dio pena cuando él metió su mano y pudo comprobar mi grado de excitación, mi tanga estaba mojada, me sentí como una adolescente con su primer novio. Para el momento que sirvieron los postres mi coño era un manantial ya que Tom había continuado con sus discretas pero decididas caricias, en algún momento Tom me pidió que abriera mas las piernas, así lo hice, el negro logro meter dos dedos dentro de mí empapado coño, yo estaba roja de excitación; A mi lado estaba el Sr. Tomita que estoy segura se dio cuenta de los movimientos debajo del mantel con el que intentaba taparme un poco, o quizá hasta pudo percibir ese olor característico que desprendemos las mujeres calientes, ese olor a sexo.

Al terminar la cena esperábamos para irnos pero todos estaban ocupados, de pronto apareció Tomita en un taxi y como nos dirigíamos al mismo hotel nos invito a abordar el suyo, estoy segura que el japonés pretendía algo mas pero en esta ocasión solo quería al negro para mí, no deseaba distracciones. En algún momento me apené de que se diera cuenta que me iría a la cama con Tom pero ya no quise disimular nada, lo único que deseaba era cojer con este negro.

En el taxi Tom me abraza y me da un beso en los labios mismo que respondí como si fuéramos totalmente solos!!

Entramos a mi habitación y al cerrar la puerta nos fundimos en un beso intenso, profundo, en el que expresamos todos los deseos que habíamos acumulado durante dos días. Nos desvestimos mutuamente, con desesperación, me quitó el vestido y se quedo con la boca abierta al verme solo con mi tanga, medias y tacones, comenzó a besar mis senos, a acariciarlos me calentó mucho ver unas manos negras apretar casi hasta el dolor mis delicados senos.

Por mi parte tenia una urgente necesidad de conocer su verga, era mi prioridad; lo senté en la cama y él me ayudó a quitar sus finos boxers; No puedo describir lo que sentí al ver aquel mástil de ébano totalmente parado, jugoso, las venas resaltaban como queriendo explotar, sus testículos, totalmente lampiños eran también enormes llenos de leche dispuesta a bañar mi cuerpo. En algún momento me preocupó el tamaño de ese miembro y no tanto por el largo, que era considerable, como por el grosor del mismo. Fue mas mi calentura, esa preocupación solo duro un instante ya que mi vagina pedía a gritos que la atendieran. Lo lleve de la mano hasta la ducha, quería limpiar un poco mi empapado coño que para ese momento ya tenia acumulados mis fluidos de toda la noche. Tan solo me enjuagué un poco y no pude resistir más, como pude me aferré a su cuello y él me levantó en vilo y así, el de pie, cargándome inserto su enorme sexo en mi mojada vagina, de un solo golpe, su miembro de ónix. No tardé ni un minuto cuando ya tenia mi primer orgasmo, fue delicioso, avasallador. En esta ocasión Tom no se vino, así que fuimos a la cama y comenzamos una sesión de sexo oral, el negro sabia mover muy bien la lengua también, entraba hasta el fondo, chupaba y besaba mi clítoris con delicadeza, besaba mis ingles, mordía mis nalgas, era yo una muñeca de trapo por la forma en que me manejaba.

Frente a mi tenia por primera vez una cosa tan descomunal, era una belleza: lo tome con una mano que no alcanzaba a cerrar sobre su pene. Estaba poseída por el deseo, hicimos un perfecto 69 hasta que sentí que nuevamente se acercaba mi orgasmo, me separé del negro y traje unos condones, apenas si pude colocárselo, me monté en él y sentí como llegaba a rincones jamás explorados por ningún otro hombre, cabalgándolo logre otros dos o tres orgasmos, grité como loca en ese momento no me importaba que me escucharan, estaba realizando una de mis mayores fantasías y mis expectativas estaban siendo superadas por mucho; gemí, grité, goce como loca, mi cuerpo estaba lleno de sudor, de fluidos corporales. El negro metió un dedo en mi culo lo cual acrecentó el placer que estaba recibiendo, después de eso Tom no tardo mucho en venirse, le quite el condón y vacié su contenido sobre mi cuerpo, sobre los senos. Fue una venida bestial la suya, nunca había visto tanto semen en una sola venida.

Esa noche cogimos dos veces mas, estaba extasiada. Lo chupe cuanto pude, me llene de su olor, de su sabor, él quería venirse en mi boca pero no lo permití no me gusta tragar el semen y ni mi calentura pudo hacer a un lado mis prejuicios al respecto. Lo que sí hizo fue venirse sobre mi cuerpo fue una experiencia brutal ver como su enorme falo escupía su líquido blanco y espeso. En algún momento Tom preguntó si deseaba sexo anal, y aunque consideré que podría soportarlo decidí dejarlo para una próxima oportunidad.

Nos dormimos casi al amanecer y solo despertamos cuando tocaron a la puerta llevando el desayuno que había ordenado la noche anterior, previendo lo duro de la batalla y sabiendo que tenia que preparar todo para mi regreso a casa, al lado de mi marido.

El mesero entra al cuarto con toda mi ropa tirada en el piso, y yo me encontraba totalmente desnuda debajo de las sabanas, solo sonrió y se despidió.

Tom me pidió que desayunara totalmente desnuda, cosa que con todo gusto accedí, pero no sabia lo que me esperaba, pues en unos segundos agarra un frasco de cristal con miel de abeja y me lo hecha en los hombros, lo que me permitió ver como despacio se acercaba a mis senos, y los recorría con erotismo.

Me separa de la mesa y me abre las piernas y todo lo que restaba de miel me lo hecho en la vagina y culo.

Claro que me chupo todo el cuerpo dejándome de nuevo totalmente en sus manos, en lo que empezó a jugar con su pené negro a la entrada de mi coño cubierto de miel. Yo podía ver como la cabeza del pené mas, y más se metía despacio en mi........

Ya no pude mas, lo acosté en el piso, me le subí, y de esta vez, sin condón no deje de moverme hasta que el y yo nos venimos al mismo tiempo. La mezcla de su blanco semen con la dorada miel que brotaba de mis entrañas al terminar este diferente desayuno fue algo novedoso, erótico e inolvidable.........algún día repetiré la receta!!!

Solo nos dio tiempo de bañarnos, pagar la cuenta y cada quien solicito su taxi, pues saldríamos el para Sud África y yo para México.

En el aeropuerto le hable a Manuel para que no dejara de ir a recogerme al aeropuerto pues yo le quería contar todo sin que los niños estuvieran rondando!!!!

Gracias por leer este, uno de mis mas recientes episodios eróticos, que sucedió hace pocos años, a finales de los 90.....

Un besote

Miranda mirandamig@yahoo.com