Putito

Un hombre vestido de negro irrumpe en mi casa y tratandome de dar una lección, me viola.

PUTITO

Tulio: No es la primera vez que lo haces, estoy cansado de ser el imbecil que te perdona tus infidelidades, sabes que te amo y te aprovechas de eso, y ya estoy cansado Manuel

Me decía Tulio mientras en mi mente recordaba la experiencia por la que mi novio estaba furioso

Esta fue la ultima - Se giro y se marcho,

Parecía que no había entendido lo que acababa de pasar, continuaba absorto recordando la aventura y el por que necesitaba desesperadamente estar con otros hombres, cuando a mi lado tenia al mejor de todos, Tulio era un hombre espectacular, ascendencia italiana, cuerpo definido, cara de ángel, labios rosas, ojos aceituna, pelo castaño, hermoso por fuera como también lo es por dentro, una de sus virtudes sin duda era su gran corazón, aun que no era lo único grande en su fisonomía, de todos los hombres con los que había estado era el mejor equipado, era perfecta, rosada, cabezona, gorda y larga, y un trasero durazno, suave al tacto, delicioso al gusto, no se como llegue a hacerle eso, sin duda de la ciudad era el más puto, le había sido infiel con más de quince y el seguía a mi lado, amándome, y yo lo amaba.

Los días trascurrieron y me hundía más en la depresión, carajo como amaba a ese latino hermoso, piel canela, candente como el sol, que me hacia estremecer con sus besos, que con su mirada cimbraba mi ser y me trasportaba a los calabozos del infierno donde los peores pecados se cometían.

Empecé a ir al psicólogo para que me ayudara a descubrir el por que esa promiscuidad, esa oda que mi cuerpo le hacia a las ninfas que se contoneaban por los bosques y que volvían locos a los Dioses del Olimpo, pude vislumbrar algunos patrones de conductas.

¿Alguna vez tu madre fue abusada por tu padre? Me refiero a que le haya gritado o golpeado frente a ti

No lo recuerdo pero creo que alguna vez así fue

He ahí el problema, te identificas con tu madre, te sientes victima, y como todos los humanos te escudas haciendo todo lo contrario, victimando.

Ni siquiera lo deje terminar, me pare y salí caminado, había confirmado mi creencia de que los psicólogos no podían ayudarme.

Empecé a recibir recados, llamadas telefónicas agresivas, otras no tanto, diciéndome que era un puto (que novedad) que me iban a coger y me iban a matar. Iban y venían recados y llamadas hasta esa noche que estaba solo en casa, el teléfono sonó y conteste:

¿Si?

Hola ¿Cómo estas?

Bien… ¿quien habla?

¡Alguien que te va a matar!

Así ya va… pues has fila, que ya hay muchos, y dime como lo harás, al menos será creativo ¿no?

Primero te arranco esa camisita a rayas roja que traes puesta

Sentí un frió helado recorrer desde mis pies hasta mi cabeza, me sentí mareado y con mucho miedo, me temblaban las piernas y sentí ganas de llorar. (Mi casa es por la parte frontal de ventanas grandes, altas y anchas y por lo regular las cortinas están abiertas) Trate de tranquilizarme, cerciorándome que todo estuviese cerrado, corrí las ventanas y respire profundo, me senté en el sofá y empecé a reírme de mi mismo, pero también a preguntarme quien estaría haciendo esto. ¿Algún amante del pasado? Tremendo lió, tendría que pasar la lista de algunos 200, el rechinar de la puerta me saco de mis pensamientos, habían entrado, estaban dentro, quien fuera el que estaba haciendo esto, sabia lo que hacia, fui hacia la puerta y estaba abierta, la cerré lo más rápido que pude y de pronto sentí unas manos, una me sujetaba la boca y la otra me tomaba por la cintura, me giro y aventó contra la pared, el golpe fue tan fuerte que me hizo ana herida en la nuca, empecé a sangrar e irremediablemente a llorar.

Frente a mi estaba un hombre alto, vestido completamente de negro que usaba una mascara negra, me resultaba familiar, pero estaba desconcertado por el golpe como para poder tratar de distinguirlo bien. Me tomo por el pelo y me llevo a la cocina, tomo un cuchillo y ya a esas alturas sentía que era los últimos minutos de vida, lo puso en mi cuello y me dijo que antes de matarme gozaría con mi cuerpo, que ya lo había hecho y que ahora lo volvería a hacer, pero que después acabaría con mi miserable vida de puto. Intente suplicar, pero ni siquiera la voz me salía.

Puso el cuchillo en mi cuello y lentamente lo deslizo haciendo me sangrar, no pude contener mis lagrimas de nuevo y las recibió de mala gana dándome una bofetada, me empezó a quitar la ropa, me arranco la playera y empezó a chupar mis tetillas como desesperado, mientras las lagrimas corrían por mis mejillas y mi sangre por mi frente y mi cuello e irreparablemente mi cuerpecito de puto reacciono a sus caricias y empecé a excitarme besaba mi cuello pero no con la desesperación de antes, sino con ternura, con calma, me tranquilice y lo deje hacer, pero poco rato pude estar quieto, así que metí mis manos debajo de la camisa negra que llevaba puesta y la saque, teniendo cuidado de no volarle la mascara, sabia que si lo descubría, me mataría.

Bese su cuello y fui bajando hasta sus tetillas, transpiraba, y ese olor me traía recuerdos, su piel caliente su abdomen plano que se contraía con cada caricia que le hacia, desabroche el cinturón y de un lirón le saque los pantalones, frente a mi se irguió su verga, me parecía la cosa más hermosa que hubiese visto en mi vida, y lo reconocí, desconocía su jueguito pero no lo iba a delatar.

Tome su pedazo de carne caliente y me lo lleve a la boca, empecé a acariciándola con la lengua, recorría desde sus huevos para pasar por todo el tronco hasta llegar a su cabeza, con mi lengua hacia el frenillo hacia atrás, y relamía su ojito, mientras el acariciaba mi cabello y sus manos recorrían mis espalda, mamaba como loco, ese aroma, esa verga, esas bolas, llenas de leche ya habían sido mías, chupaba cada uno de sus huevos y los soltaba, sabia que eso le gustaba, me detuvo, sabia que estaba haciendo las cosas a mi manera y al parecer eso le molesto, me dio una bofetada que me tumbo al suelo, puso sus manos sobre mi cuello y empezó a besarme con fuerza pero sus labios quemaban en mi piel, escupió en mi agujerito y sin decir nada, me la dejo ir, ocasionándome un dolor inmenso, las lagrimas brotaron de mis ojos, pero el dolor dio paso al placer lentamente, mientras movía sus caderas, sacaba y metía su falo, sus huevos chocaban con mis nalgas, y ese sonido me excito, empecé a moverme despacio contrayendo mi recto, para proporcionarle más pacer.

Eres mi putito, mío, de nadie más, jamás volverás a tocar a otro hombre

Si amor, solo tuyo, jamás dejare que otra piel amanezca sobre la mía, este culo que ahora posees sobre el cual dejas caer toda tu hombría es tuyo, mi cuerpo y mi alma, y sabes que mi corazón también

Acelero su vaivén y sentí chorros de semen inundar mis intestinos y con cada chorro su falo contraerse dentro mío, placer tan intenso que no tarde en expulsar mis jugos en mi pecho y estomago, en el que se recostó después de lamer todo el semen de él.

Permaneció un momento así hasta que empezó a vestirse y se fue.

Al día siguiente fui a buscarlo, pero no estaba, cuando salía de su casa, lo vi venir, pero no estaba solo, estaba con alguien más, sentí rabia y celos y me le fui encima, como una hembra animal que defiende a sus cachorros de los depredadores, pero el me detuvo, y siguieron su camino, me moría de rabia, ese macho latino había sido mío una noche antes y ahora se paseaba con otro, estaba recibiendo una cucharada de mi propia medicina.

Pasaron los días y no sabia nada de el, a veces lo veía y siempre con alguien diferente, hasta una tarde de invierno que lo vi sentado en una banca del parque, me acerque y le dije:

Esa vida que llevas y que yo alguna vez lleve, es muy vacía, con todas las personas que tuve, jamás encontré lo que tenia contigo, entendí lo que sentías, y en tu posición supe, que la fidelidad cuesta, pero es bien pagada, aun te amo, se que es difícil perdonar, pero si tu quieres podemos empezar de nuevo, y con la lección aprendida, trataremos de ser más felices de lo que éramos

Buena tu propuesta, pero ya he encontrado alguien que me da todo lo que tu me dabas, que me respeta y me es fiel, ojalá y seas feliz, como yo lo soy ahora.

Dijo esto y se fue, pero a partir de ese día y en su honor disfrute muchas cogidas con muchos hombres, es cierto, no hay como el amor verdadero, pero mientras llega, hay que darle gusto al cuerpo, coger y coger, con protección claro.

Donde estés, que seas feliz, que yo, a mi manera, lo soy.

¡HAZ LO QUE TE HAGA FELIZ!

A mi hacen felices las VERGAS!