Putita de millonarios
Aquel tío se tomo mi cabeza como su puto juguete. Su polla entraba y salía de mi boca como a él le daba la gana. A veces solo metía la mitad y otras casi hacia que me atragantara. Tenía que coger aire por la nariz porque llevaba un ritmo brutal. El tío gemía y gemía como un cabrón...
**Continuación (aunque puede leerse independientemente) del relato "follada en el callejón"
http://www.todorelatos.com/relato/117888/**
Estuvimos días hablando hasta que unas semanas más tarde me invitó a pasar la tarde con sus amigos en casa de uno de ellos. Lucas, me dijo que se llamaba, me contó que este amigo suyo, Omar, tenía una casa en la zona más lujosa de la ciudad. Tenía mucho dinero.
-mejor no preguntes de donde lo saca- me aclaró Lucas. Ya en su coche me iba contando un poco a quien conocería. Los otros dos eran Marco y Diego. El primero era un chico de 25 años
italiano que residía en España. Diego era su mejor amigo de la infancia. Me contó
que eran sus compañeros del gimnasio. Me alegró oír eso, seguramente
tendrían cuerpos similares al de mi nuevo amigo. Lucas les había hablado de mí,
les contó la follada que me metió en el callejón. Les dijo que yo estaba
dispuesto a ser la putita de los cuatro amigos. Así como me los iba describiendo me
entraba un temblor por temor a lo que me pudieran hacer cuatro maromos como el
que ya me había follado. Así que supuse que la follada en el callejón no
había sido más que un mero entrenamiento. Me dijo que entre ellos
alguna vez habían hecho algo, pero lo hacían más con una tercera persona, es
decir, juntos pero follándose a otro. Es otro, en esta historia, seria yo. Me habló
sobre la polla del italiano, Marco, uno de los pocos tíos que se ha follado a
Lucas. Decía que aquello era imposible de medir. Se conocieron en el
vestuario del gimnasio y ahí mismo se lo tiró.
-si ves que Marco va a follarte ya puedes abrirte bien- me advirtió Lucas. Ya casi estábamos, paró el coche frente a una entrada para coches. Lucas hizo sonar el claxon del coche dos
veces y a los pocos segundos la puerta comenzó a abrirse. Al fin dentro pude
contemplar la casa. Una mansión enorme que no bastaría un relato para describirla.
En la entrada principal nos estaba esperando un chico joven que supuse sería
Omar, el dueño de la casa. El tío solo llevaba un mini traje de baño de color
rosa fucsia ajustadísimo. Tenía un bronceado perfecto y un cuerpo escultural.
Se notaban las horas de gimnasio. Iba con las gafas de sol puestas y nos
contemplaba desde la puerta. Con solo observarle y se me puso medio dura. A medida
que nos íbamos acercando iba percatándome del bulto que lucía bajo aquel
mini bañador.
-ese es Marco- me aclaró Lucas. Por tanto no era el dueño de la casa sino el italiano. La verdad que tenía toda la pinta. Ahora ya lo tenía delante, nos presentamos y no pude evitar
bajar la mirada. El tío me miró y se rió junto a su amigo Lucas. Yo en cambio
intenté controlarme después de ver aquel paquete gigante. Entramos y una vez
más me quede asombrado por la magnitud de aquella casa. Marco iba por
delante de nosotros así que aproveche para contemplarle el culo. Perfecto, sin
más. Pasamos a una sala grande, donde había varias estancias con sofás, sillones,
mesas. Ese salón conectaba con el jardín por lo que desde ahí se contemplaban
todas las vistas exteriores. En una de las estancias estaban dos hombres
sentados en un sofá. Uno llevaba un albornoz y otro iba vestido normal. Se les
veían cuerpos musculosos, grandes y atléticos. Al vernos se levantaron y se
acercaron. El tío del albornoz se presentó como el dueño de la casa, Omar. El
otro era Diego.
-así que esta es la putita que nos traes- dijo Omar mientras se quitaba el albornoz. Dejo ver así su polla y señalándola dijo:
-¿te gusta?- yo asentí con una sonrisa.
-veras que culito tiene- comentó Lucas a sus amigos.
-¿te folló bien el maricón este?- preguntó el italiano.
-la verdad que lo pasamos bien- respondí.
-que sepas que yo le enseñe a follar- dijo Marco. Y todos se echaron a reír.
-hoy vas a saber lo que es que te follen de verdad cuatro pollas como estas- me advirtió el dueño de la casa, Omar.- ¿Qué os parece si empezamos a calentar esta putita y yo?- preguntó a sus
amigos. Todos asintieron.
Entonces Omar me dijo que le siguiera y me llevó al jardín. Nos dirigimos al jacuzzi que estaba anexionado a la piscina. El acabó de quitarse el albornoz y se sentó en el borde metiendo
las piernas y el resto del cuerpo fuera. Me senté a su lado y me obligó a contarle
las cosas que hice con su amigo Lucas cuando me folló en ese callejón.
Comencé a contar y aproveche para contemplarle el cuerpo. Lo tenía
íntegramente depilado. Era un poco más grande que el de Lucas y más musculado. A
medida que le iba contando la polla le iba subiendo. Cuando tomo cierta altura el
tío directamente con la mano me cogió la cabeza y me la llevo a su tranca.
Me la metí en la boca presionado por aquella mano y comencé a tragar lo máximo
que pude. Luego Omar puso la otra mano y comenzó él a hacer el movimiento. Por
tanto no yo no tenía que hacer movimiento alguno. De fondo oímos la voz del italiano diciendo que parara que me iba a
ahogar.
-para eso están las putas- contestó el dueño de la casa.
Marco llegó a nuestro lado y me separó del cuerpo de Omar. Con su ayuda acabé de desvestirme. Marco entro en el jacuzzi colocándose frente a mí de manera que su polla quedaba a la altura de mi cara. Y otra polla más para comer. Yo la verdad me estaba poniendo las
botas. El pene de Marco permanecía tras su mini bañador rosa, esta vez un poco
más duro por verme a mí tragarme el falo de Omar. Observé sucuerpo y creo poder decir era el mejor de los cuatro que estaban ahí. Tenía una cintura delgada y era alto, además de todos
los músculos bien definidos que tenia por todo su cuerpo. Justo en frente de
mi tenía sus abdominales acabados con una uve marcadísima que me ponía
cachondísimo. Un pectoral y unas espaldas anchas, sin duda me apetecía mucho que aquel
maromo me reventara bien aunque tuviese una tranca como para partirme en
dos. Fui a tocarle pero no sabía por dónde empezar. Antes de poder hacer nada el
italiano se inclinó para meterme la lengua en la boca. Estuvimos un rato así
jugando con nuestras lenguas hasta que se tiró al agua agarrándose a mí, por lo que
caí encima de su cuerpo dentro del agua. El quedó sentado en el jacuzzi y yo
encima de él, perfecto para cabalgarle. Yo movía el culo para rozárselo con la polla
que ya la tenía bien dura. A Marco le gustaba que hiciera aquellos movimientos,
me lo demostró volviéndome a meter la lengua de nuevo. A todo esto Omar se
pajeaba mientras nos miraba. Mientras nos morreábamos yo aprovechaba para tocar el
durísimo pectoral de Marco. Hasta que de repente el italiano se sacó la polla, me
levantó, me colocó junto a su polla y me forzó para introducirme aquel trabuco
directo en mi culo. Pero no pudo. Me puso de rodillas encima del banco del
jacuzzi mirando hacia afuera y me inclinó para así tener para él mi agujerito. Noté
cómo me pasaba la lengua y de repente sentí que había más de una. Me giré y vi que
Omar se había unido al manjar. Ahora tenía aquellos dos hombres comiéndome el
culo, dos lenguas que entraban y salían de él. Me lo abrían y me lo humedecían. Mi
nivel de calor en ese momento ya era enorme y todavía no habíamos empezado. Yo
les miraba mientras me comían el culo, hasta llegaron a meter las dos lenguas
a la vez. Hasta que de repente vi como Marco se levantó y se dispuso a meterme
la polla. Y esta vez no tenía cara de permitir que no entrara. Ahora vi por
primera vez su polla empalmada, joder con la polla del italiano. Me temí lo peor
cuando vi aquella monstruosidad, no sé qué cara debía tener que provocó en Omar una
sonrisa.
-prepárate que te van a petar bien- me dijo el dueño de la casa
entre risas.
Noté la punta, jugaba con su capullo y mi ano. Hasta que introdujo
poco a poco el pene. Y poco a poco se me iba abriendo todo el culo. Seguía
introduciendo carne, no paraba, nunca acababa de meter. Parecía que me estaban
metiendo la península itálica. El falo del italiano parecía no tener final. Yo
gemía con un poco de dolor. Se quedó anclado dentro de mí. Mientras Marco me
intentaba taladrar el culo vino Omar por delante para que acabara de comerle la
polla. El italiano ya comenzaba a coger ritmo en mi culo y lo mismo hice yo con
la polla de Omar. Estando en esta postura se acercó Diego, el amigo de la
infancia de Lucas, se había quitado la ropa, solo llevaba un slip blanco. Se
sentó en una hamaca en frente de nosotros y comenzó a tocarse el bulto por
encima de la prenda. Marco ya comenzaba a disfrutar de la follada, mi culo ya
se había adaptado a su tronco. Yo seguía con la polla de Omar, que de vez en
cuando tomaba él las riendas y me follaba la boca como lo había hecho minutos
antes. Paramos y salimos de jacuzzi. Contemplé a Diego, era el más normal de
todos. Tenía buen cuerpo pero no tan musculado, se había quitado el slip y me
percaté de que su polla era la más pequeña (ahora ya conocía las cuatro), aun
así seguía siendo un pollón de los buenos. Se tumbó en la hamaca y me hizo una
señal para que fuera hacia él y me dijo que me colocara para hacer un 69. Así
que me coloqué plantándole la polla en su cara y yo me tragué la suya. Yo
estaba a cuatro patas encima de Diego que estaba tumbado en la hamaca. Nos
estábamos comiendo las pollas cuando vino Marco por detrás a comerme mi agujero
una vez más. Se ve que le había gustado. Mientras por delante se acercó Omar
para que le comiera la polla. Así que tenía que dividirme en dos, me tenía que
ayudar con mi mano, si pajeaba a Diego se la comía a Omar y viceversa. Ahora sí
estábamos en plena orgia, solo faltaba Lucas para unirse. El italiano dejó de
meterme la lengua por el ano y cambió para taladrarme con su polla. Ya volvía
tener el trabuco italiano abriéndome el culo. Estábamos todo en lo nuestro
cuando se unió Lucas. Este fue directo al culo de su amigo Omar a mamárselo. A
Diego le estaba plantando una mamada de las buenas, el tío lo disfrutaba porque
me comía la polla con más fuerza. Marco se estaba follando mi culo, Omar estaba
siendo pajeado por mí mientras Lucas le comí el culo. Nunca había estado en una
orgia como esa. Lo estaba disfrutando como una buena zorrita. Aquellos hombres
se lo montaban bien. Yo notaba cerca el orgasmo con la comida de Diego. Pero alguien
se adelantó. Fue Marco que acabó llenándome el culo de su leche. Estuvo un buen
rato sacando semen que ya no me cabía dentro, comenzó a chorrearme el ano
cayendo directamente en la boca de Diego que seguía tragándose mi pene. La muy
putita abría la boca para tragárselo, yo apretaba un poco para que saliera
visto que el tío lo disfrutaba. No dejó una gota fuera. Seguro que cuando no me
tenían a mi Diego se convertía es su puta. Yo me levanté dejando libres las
pollas de Diego y Omar. Marco se fue dentro de la casa. Diego me propuso
follarle el culo. Mientras Lucas ya comenzaba a penetrar a su amigo Omar, quien
se puso a cuatro patas sobre la misma hamaca. Diego se tumbó en el suelo sobre
una toalla junto a la hamaca donde estaban follando aquellos dos. Echó las
piernas hacia arriba para que me pudiera incorporar y las colocó sobre mis
hombros. Le metí la polla directamente, el tío tenía un buen agujero, la polla
entraba bien y era apretadito. A aquella zorrita le gustaba que le follasen
porque no paro de gritar desde la primera embestida. Todo eran gritos de
placer, aquello me ponía todavía más cachondo. Fue ahí cuando decidí que me correría
con ese culito. La muy maricona me cogió la mano y me la llevo a su polla para
que le pajeara. Eché un vistazo a los de al lado, seguían follando a lo bestia.
Lucas le embestía como ya lo hizo en el callejón conmigo. Jamás imagine ver a
Omar siendo follado como a tal putita. Diego seguía con sus gritos suplicándome que
no parase y siguiera follando con fuerza. De repente dijo que iba a correrse. Yo
seguía pajeándole y aumente la velocidad. Me estaba poniendo muy burro el cabrón.
Hasta que sentí vibraciones en el interior de su culo a través de mi sable. Su polla
acababa de engordar un poco hasta que explotó. Joder con la corrida del tío. Echó
leche por todo su torso. Yo no deje de pajear ni de bombearle el culo. Casi se
me queda la polla dentro de su culo. Con qué fuerza se corrió Diego que me lo
traspasó a mí y sin casi darme cuenta le llené el agujero de semen tal como lo había
hecho el italiano conmigo. Todo eran gritos de placer, olor a semen, el calor
de nuestros cuerpos. Y todo sin parar de meterle la polla ni dejar de pajearle.
Aun quedaban sus últimos lefazos que hacían que la leche con la que le estaba
llenando el culo saliera disparara. Aquello parecía una guerra de semen. Fue de
las mejores corridas de mi vida. El tío estaba exhausto como yo. Ya nos
vaciamos de leche los dos, le saque mi polla del ano y le solté la suya. Tenía la
mano llena de su semen. La llevé directa a mi torso para recoger un poco de la mía
que había ido a parar ahí. Y luego la mezclé con el resto de la suya que se
encontraba en su torso. Lo esparcí por su pectoral, pezones y abdominales y
pasé la lengua de arriba abajo para dejarle bien limpito. También le limpie la
polla y luego le alcé las piernas y hice lo mismo con su agujero. Al cabo de un
rato me di cuenta de que nos habíamos convertido en un espectáculo ya que teníamos
a Lucas y a Omar mirándonos asombradísimos. Por supuesto se estaban pajeando. Pero
es que realmente les dimos uno de los mejores espectáculos porno.
-después de lo que acabo de presenciar voy a tener que follar ese culo- me dijo Omar.
-¡NO!- gritó Lucas en plan broma.-primero me lo follo yo-dijo en tono autoritario.
Y comenzaron a discutir a ver quién me metía la polla primero. Hasta que llegaron a una conclusión.
El cuerpazo de Omar se tumbó en la hamaca. Yo me tumbé sobre él y con la ayuda de Lucas me metí su trabuco. Ya lo tenía abierto de la jornada de follar que llevábamos así que no costó mucho meter la pedazo de polla del dueño de la casa. Sin embargo Omar no se movía. Con esa postura estábamos cara a cara y aprovechó para decirme:
-ahora vas a saber lo que es que te follen dos pollas-
Actos seguido ya notaba a Lucas como es estaba incorporando por encima de mi intentando meter la polla de mi culo que ya estaba invadido por la polla de Omar. Por suerte tenía lubricante, que esparció por su polla y por mi agujero. Una vez incorporado comenzó a apretar flojito la punta contra mi ano. Con la ayuda de un dedo intentaba abrirlo para que cupieran las dos. Cuando tuvo media punta metida solo fue cuestión de ir introduciendo poco a poco el pene. A mí, todos estos movimientos y rozamientos me estaban volviendo loco. Lo que hacía que tuviese ganas de que me follaran de nuevo y de correrme otra vez. Omar también estaba disfrutando de los roces
-hoy celebramos la fiesta dentro de tu culo- me decía Omar, que podía observar mis caras mientras Lucas acababa de meter su polla.
Lucas consiguió introducir su pene hasta que ya no pudo más. Los dos tenían las pollas apretujadas dentro de mi culo. Ya solo por la situación estaban cachondísimos los dos. Mi culo se fue adaptando poco a poco a aquellas monumentales pollas que luchaban por estar más dentro que fuera de mi agujero. Una vez más o menos adaptadas Lucas inició el movimiento dentro de los límites que la postura nos dejaba hacer. Sin embargo, fue muy placentero para los tres poder estar así un rato. Yo notaba un mar de sensaciones en mis músculos anales que hacían que gritase como un poseído. Omar con el simple hecho de tener dentro su polla ya estaba como para correrse. El que hacía que pasáramos placer era Lucas, que no paraba de meter y sacar, cuanto podía, su polla de mi culo. Pero el tío no se cansaba y aceleraba a medida que se me abría más el culo. Hasta que Omar se unió también al movimiento. Estaban los dos que me iban a reventar de leche como siguieran así. A mí se me puso dura de nuevo. Me follaban a la vez los muy cabrones el mismo agujero. Hasta que Lucas sacó su polla y la trajo a mi boca. Tal y como hizo aquel día en el callejón, me la metió en la boca para follármela. Mientras Omar seguía follándome el culo, esta vez todo para él. Lucas soltó toda su leche en mi boca, lo hizo sin avisar el cabronazo. Casi me ahogo de la cantidad que echó. No paraba el tío. Lefazo tras lefazo. Tuve que tragármelo todo. No me soltaba la cabeza y casi no podía respirar. Se negaba a sacar su trabuco de mi boca. Mientras Omar aceleraba el ritmo dentro de mi culo. Me sentía como una grandísima puta en ese momento. Casi violado por esos dos maromos de pollas monumentales. Al fin Lucas dejó libre mi boca y al rato lo hizo Omar con mi ano. Me quitó de encima y se sentó en la hamaca un poco incorporado hacia atrás. Me dijo que me sentara frente a él y que le comiera la polla. En un momento dado me cogió con una mano la cabeza y me la levantó. Con la otra mano se cogió la polla y apuntó hacia mi cara. Abrí la boca pensando que iba a disparar su semen. Cuál fue mi sorpresa que de repente me veo un chorro de pis directo a mi cara. El tío comenzó a mearme por todo. Abría la boca para meterme un poco y luego se lo echaba sobre su torso. Salía un chorro inmenso de aquella polla. Omar manejaba el chorro cogiéndose la polla. Cuando se cansó de mérame a mi apuntó hacia su cara y se lo metía en su boca para expulsarlo sobre mí. Estuvo un buen rato así. Yo jugaba con el chorro. Ahora su cuerpazo brillaba debido al pis que tenía por todo.
-ven conmigo que voy a descargar en tu culo- y me llevó hasta su habitación.
Me puso de rodillas sobre la cama, me ató las manos detrás de la espalda y me puso una venda sobre los ojos. Me empujó hacia delante pero con al culo arriba de manera que me estaba apoyando con la cabeza y los hombros. Sin piedad alguna metió si tranca entera dentro de mi culo. Comenzó tal follada que supera a cualquier follada que me hayan metido. En la postura en la que estaba no me quedaba más remedio que comerme la almohada de los gritos que pegaba del placer que me metía aquel macho dominante. El tío follaba y follaba con una brutalidad que nos debían estar oyendo por toda la casa. Yo no veía nada por la venda pero al rato escuché a Lucas y sus amigos que estaban mirándonos y comentaban la escena. Seguro que alguna se estaría pajeando. Como que no me podía apoyar con las manos y debido a la fuerza de sus embestidas yo me iba cayendo poco a poco quedando tumbado sobre la cama. Pero esto pareció no importarle a Omar porque siguió follándome esta vez encima de mi cuerpo. Tenía todo su cuerpo sobre mi mientras me metía la polla hasta el puto fondo d mi culo. Yo ya no aguanté más y una vez más me corrí. Esta vez sobre las sábanas de aquella cama que tenía que soportar las embestidas de Omar. Yo sacaba leche mientras el tío seguía metiendo y sacando polla. Ahora éramos los dos quienes gritábamos, Omar debía estar cerca del orgasmo. Tenía ganas de que acabara ya, no podía mas con mi culo, había sido demasiado aquel día. Estaba totalmente sobre mí. Notaba su torso sobre mi espalda, me pasaba su sudor a mi cuerpo. Notaba el golpe de sus glúteos contra los míos. Parecía tener un puta maquina taladradora a mis espaladas. Yo expulsando semen y Omar que no paraba de petarme el culo. Al poco de haberme corrido comenzaron a salir sus fluidos que fueron por todo el interior de mi culo. Omar gritaba de placer y yo un poco por dolor de tanta polla. Siguió con el mismo ritmo hasta que salió la última gota de leche que dejó dentro de mi culo. Al sacar su polla me sentí como liberado. Fueron brutales todas y cada una de las folladas de aquel día.
qué me decís? se portaron bien conmigo? tenían que haberme follado un poco mas? creéis que alguinse portó mal conmigo? pensáis que Omar se pasó de la raya con la lluvia dorada? Todas vuestras opinieones influiran en la proxima entrega en la que el protagonista y el italiano comparten algo mas que pollas.