Putiazafata - Parte 1 - Intro y primer polvo

Cuento cómo conocí a mi primera puta virtual. Relato de dominación psicológica y emputecimiento remoto.

Después de narrar algunas de las historias más morbosas que viví con Silvia, mi primera putita en los años 90’, me propongo contar mi primera relación online con Mili, la putiazafata. Esta puta era bastante exhibicionista y le gustaba exponerse por lo que se va a dar una situación para mi inédita en todorelatos – encantado de que me digáis si hay más casos. Voy a ir compartiendo sus fotos y contando parte de la historia en mi perfil de BDSMLR, por lo que vais a poder ver la carne de la que hablo. Solo tenéis que seguirme y buscar en mi perfil por el hashtag #Mili.

La gente que solo te conoce por algún perfil online más o menos hard, digamos de Fetlife, Bdsmlr o Todorelatos, por poner un ejemplo cercano, tiende a pensar que detrás hay personas oscuras, misteriosas que dedican su vida a someter sexualmente a la gente y su vida consiste en una sucesión de éxtasis prohibidos y placeres carnales. Lamentablemente (o no), eso no es así. En mi caso, y en muchos otros que conozco, la vida transcurre por muchos cauces rizomáticos, con bifurcaciones y nuevas vías abriéndose aquí y allí, de las cuales este mundo de la dominación y la perversión es solo un conjunto (o algunos subconjuntos). Así es que después de que acabara mi relación con Silvia y dejara, casi al mismo tiempo, de trabajar en la noche y en el turismo estudiantil (rubros fuertemente vinculados), puse el foco en estudiar una Ingeniería en una de las mejores escuelas de Buenos Aires. El cambio de ambiente propició también un cambio de costumbres sexuales digamos. Soy un tipo camaleónico. Aunque tuve varias relaciones más con chicas sumisas y siempre desarrollé un lado perverso con mis novias de entonces, buena parte de mi período de estudios y primeros años de trabajo bien pagado los pasé en noviazgos con niñas pijas, más o menos formales, que compaginaba con una actividad bastante frenética de puteríos y salidas clandestinas con mis amigos de la facultad. Todos estábamos más o menos en la misma y no echaba de menos mis años locos de coordinador.

No voy a hacer un relato de todo lo que pasó entre 1995 y 2015. El tango lo dice claramente, 20 años no es nada, pero para contarlos aquí tendría que dedicarle muchas horas y perdería el foco que, aquí, para mí, está puesto en recordar y describir lo mejor posible las experiencias más morbosas, de modo que, recuperando parte de la emoción vivida, erección mediante, logre transmitir parte de la misma a mis lectoras. Jean Luc Nancy dice que el sentido de la escritura es el tacto, pues esta letra que escribo ahora, que no es más que un conjunto de signos y, si me apuras, de 1 y 0 almacenados en un soporte magnético, cobra cuerpo y sentido al ser leída por ti y, zas, la magia acontece. De repente, te he tocado mi letra. El sentido es toque y ese toque es, si cabe, más claro en la literatura erótica. De alguna manera, recordar y revivir estas historias, y escribir con la polla dura, es una suerte acto sexual mediado con las miles de lectoras sumisas que mojan sus bragas al leerlo. Bueno si eres hombre y te defines como “hetero” y te excitas con mis relatos, puedes sentirte un amigo más de los invitados al festín. Mis putas son tus putas.

El fetiche de la azafata de avión está bastante extendido. Es un hecho que un altísimo porcentaje de este colectivo lo componen chicas de carnes firmes, ataviadas en trajes ceñidos que exhiben sus encantos y sugieren un sinfín de placeres oscuros. No puede tratarse de una casualidad. Así como a los hombres se nos castiga con un espacio ínfimo para nuestras piernas y se nos somete a un trato humillante, dirigiéndonos desde que entramos a la aeronave, al son de innumerables prohibiciones y cosas que debemos hacer por nuestra seguridad, como medida compensatoria, las aerolíneas deben haber decidido que esos mensajes antipáticos, cuando no apocalípticos, sean transmitidos por figuras gráciles de labios rojo carmín y cintura entallada. “Si el avión se cae, este ángel vendrá conmigo. Incluso puede que la cercanía de la catástrofe nos lleve a querer combinar los éxtasis: si algo grave pasa, al menos moriré follándome a la azafata rubia en el cuarto de baño”.

En el verano europeo de 2015 estaba yo de vacaciones en una ciudad del sureste francés, acompañando a mi pareja de entonces que participaba en una especie de congreso de yoga. Mi relación con C., la yogui en cuestión, era completamente abierta. Nuestra conexión era más bien espiritual y tántrica y, las veces que había intentado llevar la cosa por el lado sado, o propuesto algún juego de rol, el devenir de las cosas lo acababa llevando hacia el lado de la comedia. No nos lo creíamos. Pero no pasaba nada. Ella sabía que soy un pervertido y de su aceptación partía el horizonte de relajación que hacía posible nuestro vínculo. El deseo tiende a confundirse con su representación, pero es irreductible a ésta. Por eso toda lógica contractualista es del todo ineficaz para describir las relaciones humanas (afectivas, productivas, de poder). Siempre que se quiere hacer primar un contrato, escrito o no, hace falta anteponer una trascendencia, un imperativo moral trascendente ajeno a las fuerzas en relación. Hace falta una teoría de las intensidades, una lógica matemática inmanente al estilo de Spinoza para acercarse a lo que se pone en juego en una relación. La configuración de fuerzas entonces hizo que yo, que no asistía al congreso más que para tomar la clase de la mañana , tuviera mucho tiempo libre y a mi mente viniera la idea de sacarme un perfil de “amo busca sumisa” en Tinder. A ver qué pasaba.

Puse una foto falsa. Ese verano llevaba bigotes así que busqué fotos de tíos con bigote y subí una de un modelo con pinta de tirolés, bastante guapetón. Mucho más que yo, que no estoy mal. Pero ese tipo resultaba decididamente atractivo, además tenía piercings y dilatadores en las orejas lo cual le daba un toque más creíble a eso de que era un amo dominante (Fetlife está lleno de amos tatuados y con piercings). Hice match con varias pero cuando les decía: “Did you read my profile?” el unmatch era inminente. Salvo con Mili, claro. Su respuesta fue: “I certainly did and choose it”. Si, tanto la descripción de mi perfil como mis mensajes con Mili eran en inglés, mi francés escrito da pena.

¡Bingo! Mili tenía 29 años y era azafata en una low cost europea, acababa de salir de una relación de diez años y acababa de terminar de leer 50 sombras de Grey. Le llamaba la atención la sumisión, nunca había sido sumisa de nadie pero estaba decidida a probarlo. Era mi primera experiencia online y la verdad que tuve bastante suerte, porque luego he tenido cientos y esta fue de las más fáciles, de las más duraderas y de las más fructíferas. No pudimos coincidir durante mi estancia en Francia porque ella tenía un viaje y yo me volvía a España a los pocos días, así que seguimos nuestros contactos vía Tinder a la distancia. Establecí una serie de condiciones que ella aceptó. Nada muy sofisticado, tenía el tema bastante olvidado yo también. Pero lo sorprendente del caso, aunque no fui consciente hasta que pasó mucho tiempo, es la confianza que tuvo Mili en mi desde el primer momento. He de reconocer que fue muy ingenua y que, de no haber sido yo, o alguien como yo con principios, podría haberle salido mal la cosa. Lo vemos todos los días. Extorsiones, sexting, venganzas. Pero Mili no pensaba en eso en aquel entonces. Estaba emocionada por tener un primer amo y seguía mis instrucciones al pie de la letra. Le envié un cuestionario y le pedí que me lo contestara en un mail. Lo hizo sin chistar. Pero el correo tardaba en llegar. Empecé a ponerme exigente y a dudar de ella. Le decía que no entendía por qué de un Gmail a otro tardaría tanto, que si se estaba quedando conmigo y se puso supero mal. Se ofreció a enviármelo por Facebook, y accedí: me envió un correo, la añadí a mis amigos. Me acababa de pasar su página de Facebook personal. Eso si me sorprendió. En mis primeros dos días ya sabía como se llamaba mi sumisa online, nombre y apellido, ciudad de residencia, trabajo, hermanos, familia. Todo estaba en su perfil de Facebook. El mío obviamente era uno ad-hoc. Mi perfil de amo BDMS. La relación nunca fue simétrica. Nunca le dije mi nombre real. Nunca hizo falta tampoco. El caso es que, por entusiasmo y por ingenuidad, Mili fue respondiendo a mis órdenes y condicionamientos como una buena sumisa. Y eso es lo que da lugar a esta historia.

El nombre, Mili, se lo puse yo. Así se llamaba una perra que tuve de pequeño y me parecía adecuado para una perra como ella. Obviamente lo aceptó contenta y desde el primer momento empezó a firmar los correos como “Mili”. Cuando volví a España hice match con varias más, pero se caían todas a los pocos días. Lo usual en estos casos podría decir ahora. Una me preguntó directamente: “dame tu fetlife” y ahí descubrí un mundo nuevo. Me hice un perfil y vi que esto de la dominación online estaba muy desarrollado. En menos de dos semanas, había conseguido tener una puta personal a distancia y acababa de descubrir en Fetlife un montón de ideas y cuestiones que probar. La cosa prometía.

Copio aquí su respuesta íntegra, tal y como la escribió ella en ese primer mensaje fuera de Tinder que me mandó por Facebook y que acabé recibiendo también en Gmail unos minutos después. Lo voy a poner en inglés para respetar la literalidad y que pueda verse como escribía en inglés con acento francés, cosa curiosa. Después lo traduciré al castellano y ya me dejaré de rollos, traduciendo directamente el resto de comunicaciones al Cristiano, que si no esto es infumable.

"Good afternoon Sir,

I have lost my virginity at the age of 17 with my boyfriend at this time. Since him I have had about 15 men.

I enjoy sexe very much and I touch myself nearly every day under the shower until I orgasme.

I love sucking but don't swallow. I don't do anal I had try once but did not like it. I have never been tied up but always love the idea. I have been slapped and spanked for my enjoyment. Never pissed I wouldn't like that. I like pain but not much humiliation.

I am single no husband or boyfriend but I see 2 men at the moment only for sexe.

I work as air hostess so I am not able to use my phone during working hours."

Lo que viene a querer decir algo como:

“Buenas tardes Señor,

Perdí mi virginidad a los 17 con mi novio de entonces. Desde él, he tenido relaciones con 15 hombres aproximadamente.

Disfruto mucho del sexo y me toco casi todos los días, en la ducha, hasta que me corro.

Me gusta chupar pero no trago. No tengo sexo anal, lo probé una vez y no me gustó. Nunca me ataron pero siempre me gustó la idea. Me han dado bofetadas y azotes que he disfrutado. Nunca pis, no me gustaría. Me gusta el dolor pero no mucho la humillación.

Estoy soltera, sin novio ni marido pero estoy viéndome con dos chicos de momento, solo sexo.

Trabajo como azafata de avión por lo que no puedo usar el móvil en el trabajo.”

Como veréis es mucho más sexy el inglés con acento francés de mi putita, pero he decidido respetar el idioma de la narración, aunque me cueste más trabajo. Ya veremos si lo mantengo.

Nuestros primeros intercambios fueron para ir descubriendo más acerca de ella. De lo que le gustaba, de lo que la excitaba. Le fui poniendo algunas tareas sencillas. Soy un entusiasta del yoga, la meditación y el tantra por lo que empecé combinando algunas de estas cuestiones en rituales de lo que podría bautizar como “meditación sensual matutina”. Quería asegurarme de que empezara el día excitada, pensando en mi y en su entrenamiento como sumisa. Rápidamente empezó a llamarme Master, salió de ella y me gustó. También le pedí que cada vuelo, al menos una vez, se encerrara en el baño del avión a masturbarse y que no se lavara la mano. En uno de cada tres vuelos al menos tenía que encontrar tiempo suficiente para quitarse el pantalón y las bragas, masturbarse bien (sin correrse) y volver a salir sin bragas. Tenía que escoger bragas baratas porque las iba a dejar en la papelera del servicio.

Antes de pasar a contar cómo iba asimilando Mili su entrenamiento voy a pegar otro email que me envió al inicio, para poner un poco más de contexto.

“”Dear Master,

Acabo de terminar mi día, He estado bastante floja hoy, no me sentía bien, estoy un poco de bajón. Tengo muchas cosas dando vueltas en mi cabeza.

Respondiendo algunas de tus preguntas, tuve una novia pero éramos muy jóvenes, así que solo nos besábamos y nunca tuvimos sexo. No estoy en contra de la idea de acostarme con una chica, pero siento demasiada devoción por los hombres como para que se vuelva algo realmente importante para mí.

Nunca tuve sexo con más de una persona a la vez, me gustaría probar con 2 hombres.

He estado en una relación larga, fueron 5 años con el hombre que pensé que sería para el resto de mi vida. Eso me destruyó. Lo pasé muy mal. Ahora estoy redescubriendo mi curiosidad sexual. Pero pierdo interés en los tíos después de follármelos.

Desde que me dejó mi novio me he dado cuenta de que puedo acostarme con quien quiera. Los hombres son muy fáciles, no tiene ninguna dificultad. Al principio me levantaba el ánimo pero enseguida me siento vacía. Nunca estoy satisfecha. No tiene ningún mérito. Puede que te parezca idiota, pero hace poco leí “50 sombras de Grey” y me encantó. Me vuelve loca ese tipo de devoción entre dos personas. Creo que por eso estaba buscando un Amo.

Me encanta mi trabajo pero es agotador. Después de esas jornadas maratónicas acabo exhausta. Me es difícil conocer gente nueva.

Hay algo de la relación contigo que me da miedo. Es difícil explicar, porque es lo que quería, pero da miedo. Estoy compartiendo mucho sobre mí...

Espero haber respondido todas las preguntas que quería, señor.

Master, te deseo un gran fin de semana, tu dulce puta,

Mili””

Como ven, la situación de partida de mi putiazafata se podía resumir en pocas palabras: una tipa masoca, devota y abandonada por su novio de toda la vida, atravesando un período de bajón del cual el sexo convencional no podía sacarla. Después me enteré que además de eso, tenía una amiga belga bastante buenorra con la que se pegaba unas juergas descomunales. Estaba bastante enganchada a las pastillas y la coca y, oh sorpresa, sus períodos de bajón coincidían con los de resaca. En mis años de fiestero hardcore llamaba a eso;; “pagar la factura” de la fiesta.

“”Buenas tardes Amo,

Como prometí, te escribo justo después de realizar los ejercicios que me mandaste. Llegué a casa hace poco más de una hora.

Me he puesto los guantes de látex y he preparado los cubitos de hielo. Me quité la ropa y comencé a tocarme lentamente por todo el cuerpo. Además, me encanta tocar mi piel, siempre me acaricio el vientre o el pecho cuando veo la televisión.

Empecé a pellizcar mi teta izquierda, retorciendo el pezón. Me dolió pero poco, no sentía realmente dolor, era un sentimiento. Luego apliqué hielo y la sensación cambió, fue estremecedora, sorprendente. La sensación resonaba en la otra teta, como si tuviera envidia.

Entonces empecé a tocar mi coño y sorprendentemente ya estaba muy mojada. Empecé a jugar con mi clítoris y a deslizar mi dedo arriba y abajo por mi coño, perineo y ano. Me di cuenta de que me gusta que me toquen culo, especialmente cuando estoy mojada, pero no me gusta que me metan nada por ahí.

Me metí un dedo en mi coño mojado y me fui dedeando un rato, cada vez más rápido, mientras me pellizcaba la teta izquierda, pero no conseguí que me duela. Tampoco aumentó mi placer. Volví a mi clítoris tratando de intensificar la sensación, pero definitivamente no es como en la ducha. El sentimiento es menos intenso.

Me estaba poniendo menos cachonda. Así que decidí cambiar al pezón derecho. Primero pellizqué y retorcí. La sensación me era familiar, no era agradable ni desagradable. Disfruté el hielo nuevamente, así que empecé a alternar con el cubo de hielo de mi pezón derecho al izquierdo, luego bajé a mi ombligo e incluso lo puse en mi clítoris. Me gustó. Fue emocionante y sensual. Lamí el cubo de hielo y dejé que se derritiera en mi pecho.

Empecé a tocarme de nuevo, más fuerte. Con 2 dedos. Deslizándolos adentro y afuera y arriba y abajo. Fue raro, estaba muy caliente y, de repente, me quedé fría. No es que no me guste jugar sola, pero me resulta un poco frustrante. En ese momento quería un hombre a mi lado y una polla que pudiera deslizarse dentro de mi coño mojado.

Entonces paré. Todo el ejercicio me llevó 20min.

Me puse a ver un poco de porno. Lo que más me gusta es cuando solo se ve la polla entrando y saliendo del coño. Empiezo a mojarme y mi coño me empieza a doler de hambre, de necesidad de polla, quiero que sea el del video. En el sexo me encanta el primer momento cuando la polla empieza a meterse en mi coño. Cuando el tío se toma el tiempo, la frota, y empieza a deslizarla, cuando siento mi coño tragándose cada centímetro de la polla. Lo mismo con las mamadas. Me encanta descubrir la polla con mi lengua y boca, y metérmela poco a poco, hasta el fondo.

Bueno, Amo, me gustaría tener una polla en mi coño… pero sin el hombre! Jaja

Estoy ansiosa por leerte, Master.

Espero que lo estés pasando bien

Tu puta, Mili””

No os voy a aburrir con más mails de estos. La verdad que pierde bastante cuando se traducen. Una palabra que me cuesta especialmente es Amo. Ella me decía “Master”, que puede ser Amo o puede ser Maestro. Me gusta esa ambigüedad que no existe en ninguna palabra del español. Por eso a veces no la traduzco.

Enseguida pude ver que, aunque la puta estaba muy entregada y era muy obediente, tenía varios problemas a resolver. Por un lado, la puta solo podía correrse masturbándose el clítoris con el chorro de la ducha. Por otro lado el tema de su bajón emocional era un arma de doble filo: se aburría rápido sin un hombre a su lado, pero no tenía deseo de follarse a tíos vainilla. La tuve varios días sin dejarle usar la ducha y acabó pidiéndome por favor que la deje correrse en la ducha, que estaba triste y la falta de orgasmos en lugar de ponerla cachonda la ponía de mal humor y más triste. Yo me debatía qué hacer al respecto. Le había abierto un Facebook falso para que se sacara una cuenta de Tinder que pudiera controlar yo pero eso la asustó. Me dijo que no quería que la mandara a follar con otros tíos. Estaba en una especie de callejón sin salida.

Ante la falta de opciones, empecé a dedicar algún tiempo a leer en Fetlife sobre casos similares. Uno de los primeros perfiles que encontré era de un tal X_KOR, un tipo que decía vivir en Antartica, y se especializaba en degradar a mujeres masoquistas, poniéndoles tareas, exponiéndolas y convirtiéndolas en objetos de arte. Me gustó tanto su trabajo que le escribí contándole que tenía una sumisa que estaba flojeando y que, como era nuevo en el tema online, quería un poco de mentoring, le conté un poco la relación, le pasé algunas fotos y empezamos a hablar. Resultó que, aunque el perfil estaba en inglés, el tal X_KOR estaba en realidad en Madrid y estaba encantado de ayudarme en mi tarea, tenía mucha experiencia tanto en online como en real y estaba un poco harto de los sabelotodos del mundillo. Así nació la buena amistad que tengo con PJ, que todavía perdura.

La mano más sádica de PJ se notó enseguida. Y fue dando resultados en la putita. El método se sofisticó con la adquisición de varios juguetes sexuales y elementos caseros de tortura. Enseguida empezamos a trabajarle el culo con un set de buttplugs y a llenarle el cuerpo de pinzas de la ropa, especialmente sus pezones, labios vaginales y clítoris. Como a la zorra le iba el fitness le pusimos varias rutinas de sentadillas sobre dildos, con el culo taponado con el buttplug y los pezones pinzados. También le hicimos comprar un vibrador que le abrió un nuevo horizonte de posibilidades: ya no dependía exclusivamente de la ducha para correrse. La putiazafata empezó a coger temperatura. Y con ella, cayó la restricción que me había puesto de no follar con otros. Lo primero que aceptó fue quedar con un tipo que se había follado hace unos meses.

“”Dear Master,

Estoy lista. Voy a salir en un rato. En tu Dropbox he dejado una foto con mi look casual. Creo que me he puesto guapa. Espero que me folle bien follada, como merezco. Llevo una semana sin correrme y espero poder llegar con él. No siempre lo consigo. Gracias por darme permiso.

Tu puta.

Mili””

Y este fue su reporte a la vuelta. Lo acompañó con una foto de su coño abierto y un texto escrito con labial en su barriga que decía: “I’m Clau’s slut and just been fucked on his behalf” / “Soy la puta de Calu y acaban de follarme en su nombre”. La podrán ver en mi blog pronto.

“”Hola Amo,

Estoy de vuelta. Fui directamente a su piso. Como ya habíamos follado antes, cuando entré me besó y yo fui directamente a agarrarle el paquete, sin preliminares. Se le puso dura inmediatamente y yo me empecé a calentar también. Quería ser muy puta para ti. Me llevó a la habitación y me quitó la ropa. Ya desnuda, me puse de rodillas y le desabroché el pantalón. Se sentó en la cama y le chupé la polla, le lamí los huevos y le comí un poco el culo también. Se puso como una moto. Entonces le pedí que me comiera el coño. Hizo un buen trabajo chupando y metiéndome los dedos pero no logró que me corra. Lo intentó con tesón pero no fue posible. Entonces empezó a follarme duro, muy duro. Primero él encima, me daba rápido y profundo. Después tomé un poco el control yo. Le agarré la polla, se la volví a chupar con ganas. Lo cabalgué un buen rato dándole la espalda, le pedí que me tirar del pelo pero era yo la que me lo follaba. Me di la vuelta y seguí follándolo ahora de frente. Terminamos de perrito, le pedí que me tire del pelo y me de azotes en el culo, que me pegue con violencia. Se corrió en mi espalda. Yo no pude correrme.

Siento no haber podido sacar el teléfono para que me grabe. No supe cómo hacerlo.

Todo el tiempo pensaba en que el que me estaba follando eras tú y en lo que a ti te gustaría que hiciera. Pero me fui un poco frustrada sin poder correrme.

Espero que este reporte responda a tus expectativas.

Tu puta,

Mili””

Su camino de emputecimiento acababa de empezar.