Puta y tonta, un peligro (resubido)

Vuelvo a subir el relato desde una nueva cuenta, no puedo acceder a la anterior. Se agradecen sugerencias y opiniones :) Maqui es una chica muy guarra, solo necesita alguien que explote su potencial como es debido..

Me terminé de abrochar el tacón y me puse de pie para mirarme en el espejo. Estaba muy nerviosa, me había arreglado expresamente para él. Llevaba un tanga pequeñísimo negro, y encima de eso solo un vestido corto con mucho vuelo. Taconcitos, coleta y los ojos muy maquillados. Desnuda me sentiría más vestida. Parecía una puta. Me puse cachonda solo de pensarlo.

Hacía dos semanas que había cumplido 20. Lo conocí justo el día de mi cumpleaños, yo iba bastante borracha y me puse a bailar con cualquiera que rozara mi culo en la pista. Me encanta sentirme deseada, no lo puedo evitar. A esto que un tío me dice que me invita a un chupito si me dejo morder una teta. Me hizo gracia la proposición y no iba muy ancha de pasta así que acepté riéndome.

Nos fuimos a la barra y pidió dos de tequila.

-Primero el chupito y luego el premio, eh- le dije yo haciéndome la chula.

-Jajaja si si claro nena.

Cogí el vasito y no estaba terminando de tragar cuando el tío se abalanzó sobre mis tetas y empezó a mordisquearlas. Yo le aparté mosqueada de un manotazo.

-¿¡Pero tú quién te has creído que eres!? Anda pírate de aquí, imbécil.

El chaval me masculló un “puta” y se largó. El camarero que nos había servido los chupitos y que lo había visto todo soltó una risita.

-No sé de qué te quejas, la verdad.

-¿Cómo? - le miré incrédula e intentando disimular un poco la embriaguez.

-Tú misma habías pactado eso con él, no?

-Un mordisquito, no que se abalanzara como un guarro.

-Bueno es que con esas tetas...

-¿Perdona?

El tío se echó a reír ante mi indignación. Aproveché para mirarle mejor. Tendría unos veintimuchos o treinta y pocos. Cuerpo normal, alto...un tío del montón con un descaro que se lo pisaba. Se echó un poco sobre la barra para acercarse a mí y me dijo:

-Mira, niña, a ti lo que te pasa es que estás muy salida pero luego te viene grande tanto puterío. Necesitas un tío que te de caña y te controle un poquito, que tonta y zorra es un peligro...jajaja.

Me dio un par de palmaditas en una teta, se giró y siguió a lo suyo con otros clientes.

Mentiría si dijera que las bragas no me estaban chorreando. Nunca me había hablado así nadie, y me sentía humillada e insultada, pero estaba jodidamente cachonda.

Me giré hacia la pista y busqué rápido con la mirada un objetivo. Cerca de unos sofás había un grupo de chicos de mi uni que no estaban nada mal bebiendo con sus colegas y por lo que parecía, estaban estudiando el mercado de culitos que se movía esa noche por allí.

Me acerqué directamente a Rafa, con el que siempre había tenido medio pique en las clases de economía.

-Maqui guapa, como va ese cumple! - en cuanto llegué a él, Rafa me pasó un brazo por la cadera y dejó como si nada la mano en mi culo.

Yo no podía más y le dije al oído.

-Voy muy cachonda, Rafa...¿Me follas en el baño?

Estoy segura de que se le puso de piedra al momento por la cara con la que me miró. Me agarró fuerte del culo y tiró de mi hacia los baños sin pensarlo.

Entramos en los retretes de la discoteca. Bastante lejos de ser algo higiénico o glamuroso, pero a mí eso me ponía aún más cerda.

Nos metimos en un baño. En cuanto cerramos la puerta, Rafa me estampó contra ella y se pegó a mi espalda mientras me mordía el cuello.

-Joder Maqui, ya era hora de que te pillara coño...siempre me pones cachondo en clase con esa carita de puton...uf

Me subió hasta encima del culo el vestido pegado que llevaba y me bajó el tanga de un tirón.

-Ahora vas a ver...

Me la metió de una. Dolió un poco, pero no estaba en posición ni en estado para quejarme. Empezó a bombear fuerte mientras con una mano me estrujaba las tetas.

-Ah...joder...te gusta eh? Necesitabas esto?

-Ahh si, sii graciass...

-Me voy a correr...date la vuelta y abre la boca que Adri dijo que eso se te da muy bien – Adri era otro de sus amigos que me había follado hacía poco tiempo. Fue humillante que me dijera eso, y aun así sonreí y me puse de cuclillas con la boquita bien abierta.

Rafa se empezó a pajear rápido hasta que se corrió en mi boca, y parte cayó por mi barbilla y mis tetas, manchándome el borde del vestido. Se limpió la polla en mi mejilla y se la guardó.

-Joder que gustazo, haces honor a lo que dicen de ti nena. Anda abre.

Me incorporé y él salió antes de que pudiera ponerme bien las bragas y el vestido, o quitarme la lefa de la cara. Se fue sin más dejandome la puerta abierta. Fuera en los lavabos estaba el camarero de antes.

Al verle pegué un grito y cerré la puerta del retrete de golpe. Volví a escuchar su risa. Vi sus zapatos acercándose a mi cubículo pero no abrió.

-Joder niña, eres muy puta eh? Jajajaja Mira lo dicho, necesitas un macho que controle ese coño de perra salida que tienes...mira toma mi número – me pasó un papelito por debajo de la puerta – escríbeme cuando te des cuenta de que ir chupandole la pollita a estudiantes se le queda corto a una guarra como tú. Bye.

Y se fue.

Tardé diez días en escribirle. Quería hacerlo, pero eso sifnificaría reconocerle a un tío que apenas conozco lo puta que soy. Es muy denigrante...pero el llevaba razon. Pronto me daría cuenta de que siempre la llevaba. En ese momento no sabía realmente todo lo puta y tonta que era en realidad.

Cuando lo hice, le envié un wa corto. Algo así como “Hola, Soy Maqui de la semana pasada en la disco, a la que le diste el número en el baño. Me gustaría quedar contigo...si quieres claro”

Él no me contestó hasta la noche.

“Nos vemos en tres días en la cafetería que hace esquina en la calle de la disco. Te quiero vestida como lo que eres, depilada y sin haberte corrido desde ya. A ver si se te da bien obedecer puta.”

“Vale...”

Y después de tres días sin dormir por no poder tocarme y de mil cambios de vestuario, a ver con cual apetecía más reventarme, ahí estaba. A punto de ir a ver a ese camarero del que aún no sabía ni su nombre. No tenía ni idea de lo que me esperaba, y si lo hubiese sabido no sé si habría ido a aquella cita, pero ese fue el principio de una larga espiral de sexo, humillación y sometimiento que acabaría convirtiéndome en el despojo con tres agujeros que soy hoy.