Puta sumisa con marido cornudo

Me siento sobre ti y me restriego. Restriego mi coño contra tu polla y me comes las tetas y no se te pone nada de dura, porque eres un impotente. Y yo lo sé. Sé que eres un impotente desde que éramos novios y me case contigo. Por qué lo hice.

Lo hice porque  sabía que al ser un impotente no tendrías más remedio que permitir que una puta sumisa y zorra como yo  busque machos de verdad para que me follen, para que le den gusto a una puta zorra sumisa, ninfómana, que se muere por ser tratada como una puta, como una perra, como una cerda y guarra zorra que suplica que la follen. Pero por un macho de verdad. Así que tú, impotente y sumiso, además de cornudo, me servías de perlas.

Por eso nos casamos. Por eso me casé contigo. Por eso te lo recuerdo mientras estoy sentada sobre ti mientras mi coño se restriega sobre tu ridícula y flácida pilila, porque tú tienes pilila y los demás hombres tienen polla. Que lo sepas.

Y mientras estoy restregándome sobre ti, recordándote lo impotente y cornudo que eres, te digo que  vas a tener que llamar a un amigo tuyo para que me folle de verdad, para que me  trate como merezco, como se merece una hembra como yo tan   puta zorra como yo soy. Así que te obligo, claro.

-Venga cornudo, ve y llama que estoy muy cachonda.

Y mientras viene tu amigo me voy a poner muy,  muy sexy,  para que se le ponga dura nada más entrar. Pero tú  tienes que ayudarme a escoger la ropa (que sea fácil de subir a mi cintura ya que,  por supuesto,  no llevaré bragas).  Creo que te gustará que lo seduzca delante de ti  y que le enseñe partes de mi anatomía y que le proponga  guarradas para excitarle, hasta que consiga que le dé  igual que tú estés delante y que me ponga  a cuatro patas contra el sofá para que me folle.

Quizás deberíamos ponernos al lado tuyo mientras lo hacemos, porque quiero comerte la boca mientras su polla dura me está follando, y que te metas mis tetas en la boca mientras su   polla tiene que estar chorreando  mi coño, porque me he corrido.  Y me  siento a tu lado para que me toques todo lo que quieras, porque tus manos sí que te funcionan… mmmmm… y él me empieza a follar la boca… mmmm… que me llega hasta la garganta, me está ahogando con su verga dura y gorda y, ¿sabes lo que hago?... te toco la tuya, a ver si noto algo, y  te la pellizco, te la aprieto, te la golpeo a ver si de alguna manera se endurece. Pero nada.

De pronto me la saca de la boca y empieza a regarme con su leche caliente toda la cara… mmmmmmm… y  me llama zorra y me lo dice muy pegadito a mi cara, mientras ahora baja a mis tetas y me las llena de su leche caliente…ahhhhhh… mientras te digho que me digas lo zorra que soy y lo cornudo que eres ´tu que permites que tu amigo se corra sobre mi cara, mis tetas.  Porque llevo tu boca de cornudo a mis pezones y te doy de mamar, sí, pero la leche de otro macho, de otro hombre que tiene polla y no pilila como tú.

Y eso no es todo porque me follaré  a todos los hombres que conozcas para que todos sepan que no se te levanta y la zorra que tienes en casa que necesita verga. Porque  soy  una zorra de verdad, un putón verbenero que se ha follado a todos los vecinos del edifico en el que vivimos, tanto solteros como casados, para que cuando te encuentres con ellos en el ascensor te miren y te digan con la mirada lo cornudo que eres  y lo puta que soy yo, tu mujer,  que ha sido y es follada por todo el edificio. Con sólo llamar a la puerta.

Y a veces hasta paran el ascensor y se bajan un momento para entrar en casa y    follarme, sin decir palabra, y  delante de ti. Me encanta como les ayudas a desnudarme, como me ayudas a mantenerme en pie mientras me clavan su polla dura en mi coño, o en el culo… mmmmmmm…  Y lo que me vuelve loca es que cuando se van, te arrodillas para limpiarme con la lengua…mmmm… te gusta limpiarme, ¿verdad? Llevarte la leche de los que sí que son hombres de verdad y pueden follarse a tu zorra. Por eso me casé contigo aunque sabía que eres impotente, porque sabía que una zorra como yo tendría a todos los machos que quisiera porque a ti te gusta que sea la puta del bloque, ¿verdad? Y que todos te feliciten por lo zorra que soy y que se les ponga dura mientras lo recuerdan al contártelo.

Porque a mí se me moja el coño al oír el timbre pues sé que seguro es una verga dura que viene a usarme para darse gusto. Y corriendo te aviso para que vengas, por si el que viene tiene prisa y no te da tiempo a verme, ya sabes que me encanta que veas como me usan y me dan gusto. Como me tratan como la puta zorra que soy que se ha casado con un impotente cornudo para poder follar a sus anchas.

Porque follo con todos, con tus compañeros de trabajo, con los vecinos del edifico y, sobre todo, con el butanero que ya sabe lo zorra que soy y siempre que viene al edificio aunque no sea a nuestra casa, llama al timbre porque sabe que aquí vive una puta zorra, un putón verbenero casada con un cornudo,  que siempre tiene el coño caliente, encharcado y dispuesto para ser usado y follado. Porque me gusta ser usada, cornudo. Usada y follada por todos porque tú no puedes darme gusto con esa pilila que tienes, con ese pene ridículo que nunca se pone duro.

Bueno sí, se pone duro cuando me ves follando con otro, usada por otro, follada por otros. Cuando te hago cornudo y te humillo. Entonces sí, entonces se te pone dura porque eres tan cornudo que te excita verme usada como una puta. Pero entonces yo no te dejo que  me folles. No has hecho méritos. Tú no puedes follarme, jamás podrás follarme porque en cuanto me la metes se te baja, se te pone el pito flácido y yo necesito hombres de verdad, machos duros que me pongan bien zorrona y puta. No putitas sumisas como tú que sólo gozan cuando usan a su mujer en tu cara, cuando otro se la folla hasta encharcarle el coño.

Una puta zorra que mientras folla con otros te suplica que me abofetees la cara y me escupas. Humíllame, insúltame, eso hace que me corra más fuerte, sobre todo si imagino que estamos delante de gente, aunque sólo tú lo haces, no se lo permites a ellos,  porque solo soy tu zorra, no la de ellos.

Por eso me gusta mucho, cornudo, porque me haces sentirme cada día más zorra. Más puta y más perra. Y porque me comprendes y cuando    otro me folla el culo,  pones tu polla a la entrada de mi coño y te meas. Humíllame, te digo, y luego dámela para que te la limpie con mi lengua en un último intento de ponértela dura.

Restriégamela un poco antes por la cara y luego llévala a mi boca, agárrame del pelo y usa mi boca para limpiártela. Y lo haces, pero no se te pone dura. Eres un cornudo impotente. Y yo una puta zorra ninfómana y sumisa con cualquier macho que acerque su polla a un metro de distancia de donde estoy. A veces hasta tres metros. Soy más puta que las gallinas, pero tengo un cornudo consentidor que me ayuda a follarme hasta las sillas. Somos la pareja perfecta, ¿verdad querido?. ¿verdad querido, cornudo?