Puta

ni siquiera ha puesto pegas cuando le he dicho que iba a fotografiarla… le importa una mierda donde vayan a parar esas fotos… es puta y parece resignada a que ese será su destino

Esta mierda de William Peel… el whisky “low cost “de carrefour es matarratas… si no se rebaja con hielo no hay manera de tragarlo… como la puta que se empeña en enderezar mi polla. Me ha pedido comérmela con condón, pero a mi el condón me destrempa. Ya se que es un riesgo… ¡A saber cuántas pollas han entrado en esa boca y en qué condiciones estaban!, pero no hay caso… o me la come a pelo o…

Hace días que viene por el barrio, dientes desordenados… no debe haber cumplido los treinta, siempre se ofrece a tener sexo conmigo, a comérmela… normalmente le doy dos o tres euros para que me deje en paz… y porque me jode verla mendigando dinero por mamadas. Me jode la prostitución, pero mucho más la mendicidad… al fin y al cabo en la prostitución hay “algo a cambio”, en la limosna no. Me jode que el puto “estado del bienestar” que se supone padecemos permita que haya gente que tenga que comer por la caridad de los bancos de alimentos, es humillante… indigna un Estado que no puede garantizar a sus ciudadanos sus necesidades básicas: comida, vivienda, ropa.

Esta puta se busca la vida comiendo pollas… hoy le dare 20 euros… no es gran cosa, pero es joven, para un viejo verde como yo tener una chavala jóven, de rodillas entre tus piernas, haciendo lo posible por que me corra… Le he hecho desnudarse… en bolas… es una putada… está bien, tetas pequeñas pero es jóven… ésta puta mierda. Si se cuidase un poco, si alguien la cuidase (no un macarra, claro) podría ser una mujer impresionante, un delirio para el género masculino… pero su cara es el reflejo de su vida, no solo las arrugas, los dientes roidos, sino la tristeza de su semblante.

Le paro con mis manos. Miro su cara… y dejo que siga con su trabajo… ni siquiera ha puesto pegas cuando le he dicho que iba a fotografiarla… le importa una mierda donde vayan a parar esas fotos… es puta y parece resignada a que ese será su destino… quizás acabe con una enfermedad venérea… quizás no, tan solo será una vieja prematura rodeada de gatos… ¿quién querria ennoviarse con una puta?

No creo que tenga un chulo. Vaya mierda. Es una mujer que podía ser estupenda: atenta, complaciente, simpática, sumisa… el ideal del 90% del género masculino arrodillada entre mis piernas. A poco que una esteticién se ocupara de ella sería adorada, adorable...

Le he ayudado con mi mano. Mi “ale-manita” no suele fallar. Mantiene mi semen en la boca mientras me pide por señas un kleenex, un papel donde poder vaciarlo.

Adoro esta chiquilla. Y me jode verla así y no poder hacer nada por ella. Le pido su móvil para enviarle clientes, amigos de confianza… pero me miente que no tiene, que la puedo encontrar en no-se-qué rotonda de Santa Pola.

Cuando se va me da por pensar que todos somos putas. Putas del jefe o del cliente, ofrecemos nuestro cuerpo por unos euros, nuestro conocimiento, capacidad, fuerza de trabajo o agujero… aceptamos humillaciones para no acabar en el denigrante e incierto paro…

Y pienso que no quiero volver a verla… porque me duele, porque no quiero volver a usarla como un trozo de carne, como un depósito de mi semen… pero….