Pura fantasia

Una fantasia, un juego.

Quería ir un paso mas allá, habían probado juegos, cosas divertidas, pero él quería dar un paso más, quería probar hasta donde podía llegar ella,  había pensado el juego y había decidido donde como y cuando, pero no se lo contaría todo, solo fue dándole pistas y proponiéndole cosas, hasta el día de la cita.

Ese día, había elegido el hotel, especialmente indicado y preparado para lo que tenia en mente, ella solo tenia que decir “vale ya” y todo se pararía, se transformaría en una cita mas, normal, excitante como siempre, pero sin nuevos juegos.

Habló con ella por msn la noche anterior, ya sabían que se verían, pero esta vez empezó a explicarle las condiciones del juego, sus condiciones:

-          Harás lo que te pida, sin protestar, iras donde y como yo diga, serás mi juguete, mi capricho, mi instrumento para dar y por supuesto para recibir placer,  si te portas bien, habrá premio, si eres mala y no obedeces, tendras pequeños castigos, no te hare daño, no habrá nada que te pueda hacer sufrir, sabes que nunca lo he hecho y nunca lo hare. Pero este juego es asi, yo lo organizo, yo lo imagino y lo llevaremos a cabo, solo tienes que decir “vale ya” y todo parara.

-          Tienes que llegar al bar donde quedamos siempre antes de las 10 de la mañana, da igual como vengas vestida, ponte ropa cómoda. Debes venir maquillada eso si, me gusta verte maquillada.

-          Cuando llegues al bar, entraras en el baño y te desnudaras entera, puedes dejarte las medias y los zapatos, que deberán ser de tacon, pero nada de ropa, tu cuerpo estará totalmente depilado o rasurado, ya se que luego tienes complicaciones con eso, pero no te da tiempo a depilarte para mañana, asi que rasúrate.

Ella iba leyendo y la verdad es que se iba excitando, sobre todo por lo claro y conciso que era con sus “ordenes”, ya habían jugado antes y sabia que lo hacia bien, aunque había algo especial que no conseguía averiguar.

-          Procura llevar un bolso grande para guardar la ropa, y un abrigo largo para no pasar frio, no quiero que te resfríes, y estos días hace mucho frio.

-          Serás mi juguete, mi fetiche, disfrutaremos como siempre y como nunca, si te portas bien y eres obediente, te hare tocar el cielo como nunca, si te portas mal, bueno tendras pequeños castiguillos. Si tienes alguna pregunta o alguna objeción ahora es el momento, si no, hasta mañana, descansa y empieza a soñar.

A la mañana siguiente, ella se preparo para su encuentro, estaba excitada,  pasar un día entero con él siempre era una experiencia nueva y diferente, además les daba la oportunidad de poder charlar relajados, disfrutar de su compañía.

Se rasuró entera, con cuidado, en ese momento ya empezó a excitarse, no hacia mucho frio, pero siguiendo sus ordenes, se puso las medias, unas braguitas el sujetador, un vestido negro, chaqueta y zapatos de tacón negros, muy altos, no los usaba para trabajar, pero había preparado otros para volver a casa.

Al salir cogió su abrigo largo, era muy calentito y si tenia que desnudarse del todo, era el mas discreto, no dejaba ver nada. Su bolso, una bolsa de una tienda de ropa con los zapatos de repuesto que también le servirían para guardar la ropa.

Llegó a las 9,45 al bar donde siempre quedaban, miró por si el ya había llegado, tenia ganas de verle, vio el coche, pero el no estaba, entro en el bar y tampoco estaba, pidió dos cafes con leche y sacarina, y paso al baño, era estrecho pero pudo desnudarse bien y guardar la ropa, se quitó el vestido y pensó que quitarse la ropa interior se iba a notar, aunque no tenia ganas de castiguitos, porque tampoco sabia hasta donde llegarían, tenia la seguridad de que no la haría daño y que si no quería seguir con decirle vale ya todo pararía, el siempre cumplia su palabra.

Decidió dejarse la ropa interior, podía quitársela en el coche, seria mas discreto, cuando salió del baño con el abrigo puesto la ropa interior y los tacones de vértigo, en la barra ya estaba él, con los cafés y dos croisants que había pedido.

-          No tenia ganas de comer nada – dijo ella

-          Necesitaras fuerzas para empezar la mañana, la comida será tarde y no quiero que desfallezcas, por cierto, me das tus braguitas?, quiero llevarlas yo.

-          No me las he quitado, ahora en el coche lo hago si te parece bien.

-          Acabas de ser desobediente, creo que no, y tienes el primer castiguito, ve al baño y quitate todo como te he dicho, recuerda que debes hacer todo lo que yo te diga y cuando yo te lo diga, nada de improvisar, y cuando vuelvas, no traigas abrochado el abrigo, solo cruzado y sujeto con tus manos.

Sorprendida, y algo nerviosa, se le quedo mirando,

-          anda ve al baño, no me hagas que te obligue a quitártelas aquí,

Volvió al baño, se quito las braguitas y el sujetador, no quería volver otra vez, y sabia que lo comprobaría. Salió  como le había pedido, y al llegar a su altura en la barra, lo primero que hizo fue meter su mano por debajo.

-           Abre un poquito las piernas, quiero comprobar que has sido obediente.

Abrió las piernas y el busco su coño ya húmedo por la excitación,  rozo con las yemas de los dedos, acarició y busco su vagina, metió un poquito el dedo y cuando apartó la mano se la acercó a ella a la boca pasando la yema de los dedos por sus labios para que notara la humedad y el sabor de su sexo excitado.

-          Estas muy excitada, eso me gusta, veo que te vas a portar bien, aunque ahora cuando salgamos recibirás tu primer castigo por no haber obedecido cuando te he dado una orden-  le dijo sin dejar de mirarla y sonreir.

Se tomaron el café y el dulce, pagó la cuenta y salieron esta vez los dos juntos, guardaron la bolsa en el maletero y al ir a subir al coche el le dijo

-           no te ve nadie, súbete el abrigo y siéntate directamente sobre el sillón, ahora estará frio pero luego ya sabes que se calienta jajajaja.

Lo hizo con discreción, y mirando a todos los lados para comprobar que nadie veía lo que estaba haciendo, se estaba poniendo nerviosa, porque no sabía hasta donde llegaría ese juego,  al sentarse subió el abrigo se abrió y sus piernas quedaron totalmente al descubierto, y no iba muy cómoda, todo el abrigo arrugado en la espalda la obligaba a tener una posición incomoda,  se dio cuenta de la incomodidad, pero le advirtió que no irían lejos y que podría aguantar un ratito asi, además ese seria el comienzo de su castigo. Mientras que conducía, le pidió que abriera bien las piernas, y pusiera el culo en el borde del sillón, para que su coño quedara abierto y accesible a el,  necesitaba acariciarla, también le pidió que se abriera el abrigo para poder acariciar sus pecho, quedaría totalmente desnuda y a la vista de gente  y ella en su promesa de obediencia, asi lo hizo, lo de los castiguitos seguía sin convencerla mucho y no quería tentar a la suerte.

El viaje fue como una noria, el, acercaba su mano hasta el muslo, e iba subiendo hasta rozar su coño, lo acariciaba, pellizcaba suavemente su clítoris abultado, abría sus labios e introducía los dedos en la vagina, de forma suave, pero constante, mientras, le exigia que se acariciara el pecho con una mano y con la otra le ayudara abriéndose los labios vaginales para darle mas placer, estuvo al borde del orgasmo, pero el paró y le apartó la mano para que ella no se acariciara, recordándole que ese era su castigo, cuando vio que estaba tranquila otra vez, volvió a hacer lo mismo, pidiéndole las mismas cosas, mientras la miraba de reojo, como se acariciaba ella, como arqueaba su cuerpo para que no parara de darle placer, nuevamente a limite de rozar el cielo volvió a parar, y le ordeno que abriera su cremallera, sacara su pene y le acariciara, mientras lo hacía con una mano, el le pidió que se acariciara, pero sin llegar a correrse, había pensado hacer que tuviera un orgasmo en el camino, pero como se había portado mal, decidió que no se merecía ese placer.

En una media hora, o menos, llegaron a un sitio muy apartado y de apariencia poco acogedora, pero en esos alojamientos siempre era igual, al parar en la puerta le dio un antifaz negro y le pidió que se lo pusiera, asi lo hizo, la ayudo a bajar del coche y la acompaño hasta la habitación.

Ella no sabia donde estaba, el sitio era cálido y había puesta música, se quedo parada donde la dejó, durante un instante intentó hacerse una idea de donde estaba pero no se oia mucho, sólo pasos y ruido, le pareció oir mas de una persona pero lo descartó.

Seguía allí de píe quieta desnuda y con el abrigo puesto, el se acercó a ella, le cogió el bolso, la bolsa de la ropa y después el abrigo, acarició su cuerpo, suavemente, deslizando las manos por toda su piel, sabia que eso le gustaba, la excitaba, no poder verle pero si sentir sus caricias la hacia temblar. No dejo que se quitara ni las medias ni las medias, le excitaba verla asi, como una putita, como su putita, hoy seria su juguete.

Besó su boca, su cuello, sus hombros, bajo a sus pechos y los besó, lamió y mordisqueó, bajo la mano hasta su coño, le ordenó que abriera las piernas, no podía tenerlas juntas, no podía acariciarla como el quería, la masturbó metiendo dos dedos en su vagina, mientras pellizcaba sus pezones, le suplicó que no parara, que siguiera acariciándola, buscaba su cuerpo para acariciarlo pero  el seguía vestido, quiso quitarle la ropa pero no la dejo, siguió masturbándola mientras le ordenaba acariciarse el clítoris y los pechos, cuando empezaron a temblarle las piernas, paró nuevamente, ella no aguantaba mas, así que la dejó quietecita un rato de pie, sola, con las piernas abiertas, jadeando y sin poder tocarse, otra orden.

Poco después cogió sus manos y le pidió que siguiera sus pasos, que se dejara llevar, la situó en un lado de la habitación, la cama estaba cerca, aunque ella no lo veía y seguía desorientada, desde el techo colgaban unas cuerdas y unas correas y en el suelo había otras igual, subió sus manos y ato una a cada lado, y abriendo sus piernas sujeto un tobillo en cada arnes, estaba casi colgada, con los brazos separados, las piernas muy abiertas.

Eso era nuevo, diferente, pero no quiso decir nada por el momento, estaba tan excitada y tan deseosa, ese juego le estaba gustando, no sabia que se excitaría asi, seguía con los ojos tapados y todavía no sabia que depararía aquella situación, el solo le dijo que estuviera tranquila y disfrutara, empezó a sentir caricias suaves por su cuerpo, por lo que sentía podía ser una pluma, el cosquilleo le gustaba, y la excitaba mas si era posible, un cubito de hielo rozo sus pezones y se endurecieron al cambio de temperatura, mientras una mano acariciaba su clítoris inflamado y excitado, nuevamente la masturbó con la mano, esta vez mas rápida y bruscamente mientras sentía su boca cálida en los pezones helados, estaba a punto de correrse, quería que siguiera deseaba que siguiera, no podía moverse mucho, pero empezó a balancearse para acompasar el movimiento y asi correrse y de nuevo el paró.

Dejo que recuperara el aliento, mientras se acomodaba para comerle el coño, le gustaba cuando el lo hacia, la volvia loca. Empezó a comerle el coño, primero solo lamiéndole por encima luego mas intensamente, apresando su clítoris con los labios, jugueteando con la lengua deprisa para hacerle cosquillas, introdujo sus dedos hasta adentro y la masturbó rápido y profundamente mientras que lamia, chupaba, y recorría su coño depilado y sensible, no pudo aguantar mas y se corrió, intentaba cerrar las piernas pero no podía, no conseguía sujetarse de pie, temblaba y cuanto mas temblaba mas la mastubaba, de repente paró, desató sus piernas y le pidió que diera unos pasos a su derecha hasta la cama, las cuerdas del techo se deslizaban a la vez, quedo de rodillas sobre la cama.

-          Abre bien las piernas, todo lo que puedas, quiero ver tu coñito inflamado y mojado, quiero oler tu excitación, bien abiertas y no las cierres.

Seguía con los ojos tapados, pero la sorprendió oírlo al fondo de la habitación mientras sentía como la estaban acariciando por todo el cuerpo, como dos dedos volvían a introducirse en su vagina desde detrás y como pellizcaban sus pechos haciendo que no terminara el orgasmo que la había dejado agotada.

Eso la hizo volver a pensar que no estaban solos y se puso algo nerviosa, le dijo que no abriría las piernas hasta que no le quitara el antifaz, y el le recordó que o bien decía las palabras mágicas o bien tenia que seguir haciendo lo que le mandaba y que si no lo hacia y no decía las dos palabras habría castiguito, ella siguió sin abrir las piernas y el no le quito el antifaz.

Como no obedecía, le pellizcó los pezones un poquito mas, para que notara algo de dolor, nada fuerte, era su castigo, este algo mas severo, se quejó y protesto, pero para compensarla ocupó su boca con un beso, eso la relajó, y al notar como la acariciaba quiso seguir jugando, asi que poco a poco fue abriendo las piernas, en ese momento notó como algo grande era introducido entre las dos piernas y oia un zumbido como de un vibrador, intentó relajarse doblando las rodillas y entonces notó como un vibrador se introducía en su vagina, volvió a incorporarse,

-          No te incorpores, deja que se introduzca dentro de ti, me gusta verte asi, notaras un suave masaje en tu coño y dentro de tu vagina, que te hara gozar.

Cuando ella volvo a sentarse en el potro, el se apartó de ella, y fue en ese momento cuando le quitaron el antifaz.

Cuando consiguió enfocar después de la oscuridad, pudo ver que el estaba sentado en una silla, denudo totalmente mirándola, mientras se acariciaba, noto que alguien la tocaba por detrás, pero no podía darse la vuelta, dos manos de mujer cogían sus pechos y los acariciaban, sintió besos por sus hombros y su espalda.

Ahora si sabia que no estaban solos, una joven con un cuerpo espectacular y totalmente desnuda estaba con ellos, se acercó a el, y se arrodillo delante, empezó a lamerle el pene, despacio mientras que el la miraba a ella, allí atada, con un vibrador entre sus piernas, rozándola, haciendo que volviera  a exictarse, con su sexo totalmente abierto y expuesto para que el la mirara, otra mujer le lamia e introducía el pene en su boca masturbándole, comiéndole los huevos y volviendo a introducir todo el pene en su boca.

Verlos asi la estaba excitando y al mismo tiempo estaba deseando que la desatara para hacérselo ella.

Sus piernas cedían y cada vez se introducía mas el consolador lubricado en su vagina, empezó a subir y bajar, a masturbarse y dejar que el vibrador rozara su clítoris, bajaba cada vez mas para que la presión y la penetración  la ayudaran a llegar al orgasmo que tanto ansiaba, esos movimientos iban acompañados de gemidos que hacían que el se excitara mas, con un gesto hizo que la joven se levantara y se pusiera frente a ella, seguía mirándolos y el la miraba a los ojos, empezó a acariciar a la joven, a pellizcar sus pezones, y a masturbar su coño también depilado.

Ella mientras tanto subida en el potro cada vez se movía mas deprisa, subia y bajaba, hacía círculos con su pelvis sobre el potro, igual que cuando estaba sobre él, y el mientras tanto seguía acariciando a la joven, poco a poco fue inclinándola hacia delante dejándole la cara a la altura de los pechos de ella, y la penetró, de un golpe.

Durante un momento el estaba penetrando a la joven mientras que ella buscaba el placer en el potro con las manos atadas, y la joven acariciaba sus pezones, los movimientos eran cada vez mas intensos hasta que el se corrió dentro de la joven y la joven al mismo tiempo profirió un grito de placer seña de que también se había corrido, los dos pararon.

Vio como la joven lamia su pene después de correrse, como lo limpiaba y jugaba con el mientras que su pene se relajaba, pero ella no había conseguido correrse, estaba como loca, se acercó a ella, y se puso de rodillas en la cama, volvió a mordisquear sus pezones, a lamerlos, la incorporó un poquito  mientras la joven retiraba el potro con el vibrador, le suplico que lo dejara que necesitaba correrse, y el le contesto que lo haría.

Mientras él seguía acariciándola, la joven puso una almohada entre sus piernas, y cuando estuvo preparada, el se tumbó con la cabeza entre las piernas y comenzó a comerle el coño, mientras la joven volvia a comerle la poya y conseguía que se volviera a excitar, verle asi y sentir como la comia y como la masturbaba con su mano hizo que se corriera nuevamente,  con una intensidad increíble.

Quedo colgando, agotada, mientras la joven les acariciaba a los dos, entonces el se incorporó y la desató, dejándola tumbada en la cama, y dijo “ya vale”, en ese momento la joven le beso, se fue al baño y no volvió a verla.

Tumbada en la cama, agotada, espero a que el volviera a la cama, se tumbo a su lado y le dijo

-          son casi las dos, creo que seria bueno comer algo, después tenemos un ratito para nosotros solos.

Trajo unos sándwich a la cama, una coca cola y unos bombones, mientras comían, puso la tele, debía haberse imaginado que lo grabaría, puso todo lo que habían hecho desde que entraron en la habitación, y entonces vio como fue la joven la que había hecho todo, atarla, acariciarla, como le desnudó y le comia la poya mientras ella estaba allí de pie atada, con su sexo totalmente expuesto para su deleite, como ella la acariciaba y como mientras la joven la comia el coño y la masturbaba, el se acariciaba y penetraba a la joven.

Habia formado parte de un trio un tanto especial, pero verlo en la tele, la excitó nuevamente y antes de terminar su comida, ya estaba buscando su boca para besarlo, le pidió que la acariciara nuevamente, que la penetrara y que la hiciera disfrutar como había hecho antes.

-          Todavía tienes que hacer lo que yo te ordene, tu no has dicho vale ya y para ti el juego no ha terminado, te acariciare y te hare el amor, pero antes quiero que te tumbes y te acaricies para mi.

La colocó en la cama con la cabeza colgando, una almohada en las caderas y las piernas bien abiertas, se puso detrás de ella y le ordeno que se acariciara, quería que se diera placer y al mismo tiempo fue colocándose para que le comiera el pene que ya estaba duro.

Ella le comió el pene, lo chupó, lo lamió, le lamió los huevos mientras el iba moviéndose para recibir mas placer y veía como ella se acariciaba y el la acariciaba también.

Se subió sobre ella, y empezó a comerle el coño con esmero, jugando, chupando, apresando el clítoris con sus labios, mientras ella seguía comiéndole el pene, con deleite, con ansia, con las ganas que tenia acumuladas de toda la mañana.

Siguieron acariciándose y dándose placer recorriendo sus cuerpos, sintiéndose, la penetro multiples veces, de todas las formas que les gustaba, siempre el dirigiendo, diciendo que hacer y donde ponerse, diciéndole lo siguiente que le haría, pidiéndole lo que quería que le hiciera, despacio, y recordándole que era su juguete, su puta y seria solo suya, se subió sobre ella y empezó un movimiento más rápido y constante, fuerte, hasta que los dos juntos se corrieron, y quedaron tumbados en la cama agotados.

Se levantó y fue al baño, al volver a la habitación volvia envuelta en una toalla, al verla le dijo

-          No te he dicho que te vistas, o que te tapes, quiero que estes desnuda, tendras otro castiguito, ven a la cama.

Ella sonrio y se tumbó junto a él con la toalla puesta, se acerco a besarle y el le aparto la cara:

-          No, te he dicho que te quites la toalla, seguimos jugando, abre la toalla, y abre las piernas, quiero mi tesoro, quiero mi trofeo.

Sacó la cámara de fotos de la bolsa, y la empezó a fotografiar desnuda,

-          Abre tus piernas, acaríciate para mi, quiero hacerte fotos.

Empezó a hacerlo como un juego pero luego noto como se excitaba nuevamente, le dio un consolador y le dijo que se mastubara, mientras se miraba en el espejo de arriba, termino de hacele todas las fotos que el quería, y entonces le dijo que parara y que fuera a ducharse se iba acercando la hora de irse, se ducharon juntos y nuevamente la penetro apoyada en la pared de la ducha, acariciando su clítoris hasta que se corrió.

Salieron de la ducha y cuando se fue a vestir el, le sugirió que  no lo hiciera, entonces ella dijo Vale ya, se quedaron mirando se echaron a reir y se terminaron de vestir, salieron del hotel, cogieron el coche, pagaron la cuenta y fueron al bar donde habían quedado, tomaron un café y cada uno volvió a su casa.