Puntos de vista

Comienza como un juego normal, pero Sara logra que me recorra un escalofrío... con una simple llamada de telefono.

-¿Estas comodo?

-!Pues no!

-Ya, no me extraña -dice sonriendo - Ya está, ¿mejor? - dice retirandose de encima mio. Me mira de arriba a abajo satisfecha.

-Si, mejor… - Noto menos presión en mis muñecas, situadas a mi espalda y sujetas por unas esposas. La verdad, es que cuando quiere, sabe hacer las cosas bien. Estoy sentado sobre el sofa del salón. Sara ha pasado una cuerda de un lado a otro, entre el asiento y el respaldo, dejando un lazo justo en el medio del sofá, como el enganche de un cinturón de seguridad de un asiento trasero. Después de forzar un poco, a pasado las esposas por el y me las ha puesto. Asi que ahora permanezco sentado, con las manos a mi espalda sin poder moverme, y cachondo, esperando lo siguiente.

Sara va a la habitación y vuelve con un antifaz, me mira a los ojos, con una mirada excitada y nerviosa. ¿Qué esta planeando? Me coloca el antifaz y luego, se acerca para comerme la boca. Me besa con pasión, metiendo su lengua en mi boca. Después, se retira y oigo como se sienta sobre la mesita de centro, frente a mi.

Permanece sentada, callada, mientras yo espero, inquieto, expectante. Ella sigue quieta, debe estar meditando algo, porque de pronto me retira el antifaz y me obliga a parpadear a pesar de la suave luz de la lámpara de pie. Miro a Sara, que permanece sentada sobre la mesita, con el movil en la mano.

-Hmm… prefiero que lo veas.

No contesto, pero me pregunto, ¿el que? Empiezo a esperar algo mas que un simple polvo. De echo, su forma de mirarme denota un nerviosismo especial. Noto que le cuesta hablar, o decir algo mas, como si estuviera meditando algo por última vez. Quieta, mirando el móvil y mirandome a mi. De pronto, presiona sus teclas y lo lleva a su oido. Silencio

-Hola, ¿Dónde estas? ….. Aha… ¿recuerdas el piso?….. Eso es. …. No, no. Tarda un poco mas, diez minutos, ¿vale?…. Ok…. Un beso, hasta ahora. <>

Estoy flipando. Ella me mira con una mezcla de cara de zorra, y de niña que acaba de hacer una trastada. La pregunta es evidente, pero no por ello dejo de decirla.

-¿con quien acabas de hablar, tia?

Me mira unos segundos, disfrutando de mi creciente nerviosismo, de echo, instintivamente he hecho el gesto de soltarme mientras preguntaba, cosa que obviamente es gratuita.

-Schhhht, tu quieto. - dice sonriendo por mi futil intento. - ¿con quien he hablado?, pues con un amigo.

-¿¿un amigo?? - contesto al instante, aun mas desbordado. De todas las posibilidades, desde luego, esta era la única que no se me habia pasado por la cabeza. Joder, esperaba que me dijera que iba a venir una amiga suya a comerme la poya, como mínimo. - ¿Cómo que un amigo?? - repito.

-Aha… ¿recuerdas todo ese rollito que llevas siempre de liberal? ¿todo ese rollo de tus fantasias y proposiciones? Pues mira, hoy voy a ser buena y hacerlas realidad, a ver que tal. Asi que en … - dice mirando su reloj - … en unos seis minutos va a subir un tio a casa, nos pondremos en ese sofa de enfrente, y me lo follaré, delante de ti. - dice señalando el sofa de al lado. - Si, ahí mismo, delante de ti, para que puedas oirme gemir bien, porque llevaras el antifaz, asi que poco podras ver.

-¿Es coña, no? - mi corazón va a mil por hora. - Es una broma claro, ¿estas loca?

-No, no, Es verdad. De echo… voy a preparar un poco esto. - y diciendo esto, se incorpora y se acerca al sofa situado frente a mi. Se inclina y abate el respaldo, convirtiendolo en cama. - Yo sigo mirandola alucinado, sin creerme todo esto. Cuando termina de adecuar la nueva cama, se acerca de nuevo a mi. Se sienta con sobre mis piernas y coloca su mano en mi bragueta.

-Joder, estas cachondo, niño… porque obviamente, esta cosa tan dura, es tu poya, ¿verdad?

-Dejame, dejame, eso no tiene nada que ver

-Si, si. Tu sigue aprovechando el tiempo con esas respuestas. Mientras... -dice mirandome a los ojos - yo voy a seguir preparandome para recibirle como es debido.

Lleva sus manos a la camiseta y se deshace de ella sacandola por su cabeza de un solo movimiento. A continuación, su sujetador desaparece, dejando sus preciosos pechos al descubierto. Sus pezones, se muestran erguidos frente a mi. Desearía alargar mis manos y tocarlos.

-A ver, vamos a hablar de esto tranquilamente.

-Si, si. T'u habla, que yo mientras te escucho… sigo con esto. - Y poniendose de pie, se quita los pantalones. Ahora solo unas braguitas ínfimas cubren su cuerpo. Las agarra por los lados y me mira como pidiendo un permiso que no necesita. Se inclina hacia abajo, arrastrando las braguitas con ella, y las saca por los tobillos, tirandolas a un lado.

-Bfff, tio. ¿te imaginas la cara que va a poner cuando entre por esa puerta y me vea asi?

-sara, joder! - esta vez grito- ella se acerca de mi, desnuda y se sienta sobre mi de nuevo, rozando su coño contra mi bragueta.

-¿Sabes?, en un par de minutos sonará el tiembre del portal. Si dices algo, le diré que se marche, sino… le abriré la puerta.

Es en ese instante cuando reparo en lo jodidamente cachondo que estoy. Asi que con toda la cara del mundo, se quita la responsabilidad de golpe… Con solo decir "no", todo esto acabará. Pasan unos segundos, cuando hablo. La frase me sale sola, sin pensar, y cuando la escucho reparo en lo que acabo de decir.

-Ni se te ocurra chuparle la poya.

Me besa de nuevo intensamente. Con más pasión aun que antes.

-No lo haré.

<> El timbre suena, Sara se levanta, desnuda a abrir, y yo siento un vuelco en el corazón. Sintiendo el paso del punto de no retorno.

-Hola. Si, sube. Te abro.

Vuelve hacia a mi de nuevo con el antifaz en su mano. Algo en mi estomago no para de moverse. Se acerca y me cubre con el. De nuevo la oscuridad. Su boca me roza la oreja y me susurra.

-Disfruta…. <>

La puerta suena, y Sara se levanta. La puerta se abre. Un suspiro de asombro. Encontrarse a Sara asi debe ser intenso. Saber que se la follará, mas aún.

Un ruido de puerta cerrandose de golpe,y a continuación un suave forcejeo de ropa. Unas zapatillas golpean el suelo, una bragueta se abre y ropa deslizandose ruidosamente. Mi respiración debe ser audible para ellos, si decidieran prestar atención a ello.

Por fin, el ruido de ropa desaparece. Ahora ese cabrón debe estar desnudo, como ella. Tocandola, rozando su piel… lamiendola.

Un ruido rasga el aire. Un condon.

-Déjame,… túmbate ahí, cómodo. - oigo a Sara decirle, para sentir de nuevo que es ella, que es ella … movimientos … gemidos de placer cuando ella le pone el condón … y de pronto comienza. La voz de Sara, entrecortada, suspirando cuando comienza a meterse su poya, follándoselo. Mientras, él, tumbado boca arriba, con todo su cuerpo a su merced. Con solo alargar sus manos se hará con esos preciosos pechos, invadiéndolos, rozando sus pezones, solo míos, mientras ella se mueve arriba y abajo, una y otra vez.

Escucho a los dos gemir, sin ningún tipo de reparo ahora. Ajenos a todo, excepto a su propio placer.

-Ummmm, ¿ te gusta, cariño? Porque a mi me.. Esta… ahhhhh… joder. Me esta encantando como me folla este cabrónnnnnn….

Ardo de celos, y tengo tentaciones de gritar, alto, muy alto, que paren de una vez. Pero algo dentro de mi me inunda de placer, de excitación. En realidad, lo único que quiero hacer es dar rienda suelta a ese ardor acumulado dentro de mi. Pero de momento, eso no va a ser posible. Ahora, los únicos que dan rienda suelta a algo son ellos.

Sara grita como nunca, gime como una zorra, pidiendo mas, y mas. Sabe que tiene público, y lo está explotando.

El tampoco se corta. El cabrón gime de autentico placer, teniendo a una preciosidad como ella entre sus piernas.

-Date la vuelta, nena

No, joder.

-Hmmm, si. Asi. A cuatro patas. Quiero follarte como una perrita.

No, joder. Ruido de piel contra piel, mientras cambian de postura.

-¿Asi? ¿Asi te gusta? Metemela yaaaaaohhhhhh… asii!! Fóllame!!

Oigo el ruido de su culito, chocando contra las caderas, golpeando fuerte en cada embestida, más y más deprisa, mientras Sara sigue gimiendo sin parar.

-Ohhh… siiii, joder!!!

-Arrrggggghhhhhhh, - le interrumpe él, cuando gime corriéndose. - Ohhhhhhhh - pequeñas embestidas, que poco a poco van disminuyendo hasta detenerse.

Ahora el silencio solo es roto por pequeños gemidos, y unas respiraciones jadeantes, mientras se relajan. Yo mientras, sigo hirviendo por dentro.

Pasa un minuto, dos minutos… de nuevo movimiento, sonido de sofá… y una puerta se cierra.

-Ya estamos solos, amor… - me dice ella, besandome el cuello.

-Bffff… joder, tia.

  • ¿Qué? ¿ dime algo, no?

-¿Algo? ¿tu crees que ahroa mismo puedo decir algo???

Noto su manos, forcejeando con mi bragueta.

-Hmmm… está dura, y seguro que deliciosa….

A el no, pero a mi, me hace una mamada de campeonato.