Punta Cana IV

Queremos probar el auténtico sabor dominicano, para ello mi padre organiza una orgía interracial...

Hemos pasado el ecuador de las vacaciones en Punta Cana, y vamos viendo como poco a poco estas van llegando a su fin. Pasamos la mañana en la playa, me deleito con los cuerpos de mi madre y mi hermana, y con sus bikinis minúsculos que apenas cubren su piel. Además mientras están en las hamakas hacen topless mostrando sus preciosos pechos. Jugamos en el agua y aprovecho para tocarlas cuando las aplico cremas solares, ya vamos cogiendo algo de color, aunque mi hermana se quemó un poco su blanquita piel en la excursión a Isla Saona. Por otro lado los chicos andaluces siguen merodeando a nuestro alrededor, pero Blanca ya no los evita. Creo que hay uno en particular que se siente atraido por ella. Hablan en la orilla, y comparten el agua de un coco, que les ha vendido un nativo, han empezado a entablar amistad.

Por la tarde vamos a la piscina en lugar de ir a la playa. Nos vamos a la piscina mas grande del resort. Una piscina con puentes, cascadas, chorros de hidromasaje y barras en el agua. Nos sentamos en los taburetes de la barra, el agua nos llega a la cintura, hemos ido a una barra que da la sombra para que no nos queme el sol en la espalda. Mi padre pide la carta de cócteles, pedimos unos "Banana Mama" están buenísimos. Cuando nos los tomamos, pedimos otros dos, para mi padre para mi. Mi madre se pide una "Piña Colada" y se la lleva a una hamaka a leer un libro y a tomar el sol. Por otro lado mi hermana se está dando un baño y desde lejos puedo verla hablar con su nuevo amiguito, creo que a ella el también le está empezando a gustar. Mi padre llama al camarero, en su chapa identificativa pone su nombre, Orlando.

-Oye Orlando, cuando puedas por favor.

-Un momentito "pol favol"... (Contestó con acento latino)

-Ponnos otros dos cacharritos de estos... ¿Como has dicho que se llama Guillermo?

-"Banana Mama", papá...

-Pues eso... dos "Banama Mama", Orlando por favor.

-Ahora mismo "señol"...

-Gracias Orlando. Oye por cierto... ¿Te puedo preguntar algo?

-Usted dirá...

-Pues verás... Hace algo menos de un año, un amigo mio vino aquí de vacaciones, y me dijó que se llevó a su habitación a una camarera... Para... Ya sabes... Para tener sexo... ¿Sabes algo tu al respecto?

-Lo dudo "señol", sería en otro hotel...

-Es curioso, fue en este mismo hotel... De hecho fue el quien nos recomendó venir aquí.

-Pues usted perdone, pero es lo primero que oigo...

-No me engañes Orlando... ¿Estarias interesado?... Vamos, ¡Pon tu el precio!(Orlando miró a mi padre con cara de incredulo)

-¿Con usted?...¿Está de broma?

-No hombre no... Es para mi mujer, la chica morena del pelo rizado que estaba aquí y te ha pedido una "Piña Colada"...

-¿La del bikini amarillo?

-Si, la del bikini anarillo. Eso si Orlando... ¡A mi me tienes que preparar una mulatita!... Y bien... ¿Qué me dices?

-Espere un momento si es tan amable "señol"...

En ese instante Orlando salio de la barra y se marchó a otra barra que estaba mas alejada, justo al otro lado de la piscina, al rato regresó con una compañera.

-Hola señol... mi nombre es Mariela...

-Hola Mariela, encantado...

-Orlando me comentó que están buscando un servicio de habitaciones algo especial...

-Si bueno, podriamos llamarlo así...

-Le rogaria hablar en voz baja...

-Claro claro, Mariela...

-Está bien... ¿Podemos hablar a solas?

-Estamos a solas, este es mi hijo...

-¿Y quiere "papi" hablar de esto delante de su hijo?

-Bueno "mami" es que el también estará... ¡Y mi hija también!

-¿La rubita del bikini rosa, que estaba antes con ustedes?

-Si Orlando ella también... ¿No me negarás que está buena?

-Si "señol", es muy guapa...

-Vereis, somos una familia un tanto peculiar, por tanto os ruego discrección a pesar de que aquí no nos conozca nadie...

-Claro "papi", nosotros también queremos discrección, si se enteran nuestros jefes, nos pueden despedir... Ya tu sabes..."

-Si, eso me dijo mi amigo. Pero tranquilos, todos tenemos motivos para ser discretos... ¿Y bien?... Poner el precio...

-Pues verá, si quiere le costará 18000 pesos para cada uno...

-Jajaja... Ya me dijo mi amigo que pedíais mucho... Os doy 10000...

-Es usted muy listo... Lo dejamos en 15000...

-Mi amigo me dijo que también se lo puedo proponer a otros camareros... Os doy 10500 a cada uno, ni un peso mas, o no hay trato...Es mi última oferta...

-Está bien, díganos la hora y lugar... (Dijo Orlando resignado)

Mi padre sacó a pasear sus genes de empresario agresivo y curtido en mil negocios y cerró el trato en 10500 pesos dominicanos para cada uno, lo que al cambio vienen siendo unos 150 euros para cada uno. Pero como comenté en su dia, afortunadamente el dinero no es un problema para mi padre. Les dijo que cuando acabaran su turno, fueran a su habitación, esto seria sobre las once de la noche, y que fueran discretos. Para cerrar el trato Orlando sirvió cuatro chupitos de "Mamajuana" el viagra dominicano y añadió que nos vendría bien para esta noche, brindamos y bebimos. Mi padre añadió que queria darles una sorpresa a mi madre y a Blanca y que por tanto no comentáramos nada a cerca su plan.

Pasamos el resto de la tarde en la piscina y lo pasamos genial. Después de cenar, tomamos algo en una terracita. Pasadas las diez y media, mi padre se las ingenió para que fuesemos a su habitación, alegando que había preparado una sorpresa. Las caras de intriga de mi madre y mi hermana eran un poema, yo también me hice el sorprendido para disimular. A eso de las once y cinco de la noche sonó la puerta de la habitación...

"Toc, Toc, Toc..."

-Llaman a la puerta...

-Si Cristina amor... Debe ser el servicio de habitaciones, con vuestra sorpresa...

-Me tienes en ascuas, con tanta intriga...

-Ahora verás...

Mi padre se apresuró a abrir la puerta, cuando lo hizo entraron Orlando y Mariela, iban muy arreglados. El con unos pantalones de pinzas blancos y una camisa hawaiana, ella por su parte con un vestido rojo muy ceñido a la altura de los muslos y zapatos de tacón.

-Adelante chicos, pasad...

-Gracias señol...

-Bueno chicas... ¡Aquí teneis vuestra sorpresa!

-Buenas noches...

-Hola guapo, buenas noches...

-¿Y bien?... ¿Que os parece la sorpresa?

-Pues me parece que lo vamos a pasar en grande...

¿Y a ti Blanca hija...?

-Está muy bueno papá... Por cierto... ¿Es el camarero de la piscina?

-Si cielo, el es Orlando y ella Mariela... (Tras las presentaciones se dieron dos besos)

-Bueno chicos... ¿Quereis tomar algo?

-Lo que usted quiera "señol" (Dijo Orlando un poco avergonzado)

-Pues voy a abrir unas botellas de champán del mueble bar...

Para romper un poco el hielo, mi padre asaltó el mueble bar, sacó unas botellas de champán, brindamos y bebimos, fuimos charlando y pusimos música, bailamos y comenzamos a besarnos para ir entrando en situación. Acto seguido mi padre propuso irnos al jacuzzi, pero antes de hacerlo indicó a Orlando y Mariela que se dieran una ducha, a pesar de que ellos ya venían limpitos de sus habitaciones, obedecieron sin rechistar.

Cuando se desnudaron para ducharse, nos deleitaron con sus preciosos cuerpos. Orlando de unos 30 años y casi dos metros de alto, muy musculado, pelo corto y rizado, y un pequeño bigote encima de su boca. Su piel completamente negra. Y haciendo gala de su raza, una enorme polla negra, mas grande que las nuestras y eso que tanto mi padre como yo, estamos bien dotados. La de Orlando era muy larga a pesar de estar flácida, no era muy gruesa, era polla de carne, no de sangre, como supuse después cuando se empalmó no aumentó apenas su tamaño. Y estaba rodeada por una buena cantidad de vello púbico pero muy recortadito y escoltada por dos enormes bolas negras y colganderas.

Mariela por su parte rondaba los 25 años, no era muy alta, sobre el 1.65, mucho mas baja que mi madre y mi hermana. Estaba algo rellenita, sus pechos eran mas pequeños que los de mamá y Blanca, con dos pezones grandes y oscuros. Su piel a diferencia de Orlando no era negra, mas bien mulata, como solemos decir coloquialmente "café con leche". Tenía una melena rojiza por encima de los hombros. Un culito duro y respingón, y un chochete negro y depilado y con los labios muy gruesos y marcados. No era ni mucho menos una "sex simbol", era una chica normal, pero eso si muy mona de cara, con ojos negros, labios carnosos y unas uñas enormes pintadas en rojo que llamaban la atención.

Se metieron a la ducha, nosotros cuatro esperamos a que salieran en el jacuzzi. Y comenzamos a besarnos y tocarnos entre nosotros. Cuando se ducharon, se sumaron a la fiesta en el jacuzzi. Rapidamente mi padre se emparejó con Mariela, mi hermana con Orlando y yo con mi madre y comenzamos a besarnos, para despues empezar con el sexo oral. Primero besamos sus tetas, mientras ellas acariciaban nuestras pollas por debajo del agua, que asomaban como periscópios entre las burbujas.

Tras un rato nos pusimos de pie en el centro del jacuzzí, mientras ellas seguían sentadas y asi comenzaron a mamar nuestras vergas. Después de un buen rato de mamada consiguieron hacer que nos empalmáramos. Observé a mi padre que se retorcía de gusto con la mamada de Mariela, por otro lado mi hermana le estaba haciendo una paja cubana a Orlando, el negro acariciaba a mi hermana en el pelo,  mientras ella se metía la punta del capullo del moreno que sobresalía entre sus tetas. Yo por mi parte acerqué mi rabo entre las tetas de madre para que me huciera una cubaba también a mi.

Cuando las chicas se cansaron de mamar, cambiamos y fuimos nosotros los que las dimos placer a ellas con nuestras lenguas. Se sentaron en el borde del jacuzzi y nosotros arrodillados dentro acercamos nuestras lenguas hasta sus rajitas. Además cambiamos de parejas, Orlando ahora comía el coño de mi madre, mi padre se lo comía a mi hermana y yo hacía lo propio con el coñito de Mariela. Cuando acerqué mis dedos para separar sus labios, pude observar que el interior de su raja era de un color rosado, muy distinto al resto de su cuerpo. La comi su delicioso coñito, mientras con mis dedos la masturbaba, después subí hacia arriba y lamí sus pezones. La ordené darse la vuelta y tras comerle el coñito por detrás y viendo su precioso y duro culo, no me pude resistir y se la clavé. Pero pronto paré, tanto ella como mi madre me ordenaron ponerme un condón. Mariela por temor a quedarse embarazada y mi madre aunque ella y mi hermana toman la pildora anticonceptiva, nos ordenaron ponernos condón a todos para evitar contagiarnos de una posible enfermedad de transmisión sexual.

Entonces salimos del jacuzzi, nos secamos y nos fuimos a la cama y al sofá para estar mas cómodos. Mariela sacó de su bolso una caja de condones y nos los entregó. Afortunadamente eran talla grande porque lus tres teníamos unos rabos considerables.

Nos dividimos en dos grupos de tres. Mi madre, mi hermana y Orlando se fueron a la cama, mientras que mi padre, Mariela y yo nos fuimos al enorne sofá chaise longe que tenía la suite. Orlando se tumbó boca arriba en la cama, mientras mi madre y mi hermana le hacían una mamada a dos bocas, le chupaban su enorme estaca de ébano, y sus dos enormes bolas negras, Orlando se retorcía de placer, acto seguido, mi hermana acercó su chochito a la boca del dominicano, para que este la lamiera, mientras mi madre seguía mamándosela.

En el sofá, yo estába tumbado boca arriba, de rodillas, Mariela me chupaba la polla y detrás de ella mi padre lamía su coñito. Mientras me la chupaba, Mariela se colocó un preservativo en la boca, lo acercó a mi polla y sin utilizar las manos lo fue desenrollando a lo largo de esta. Me la chupó y se sentó sobre ella, para comenzar a follarme, mi padre se puso de pie, con sus pies a cada lado de mi cabeza, se apoyó en la pared para no perder el equilibrio y se la metió a Mariela en la boca. La mulata era una máquina mientras me cabalgaba, succionaba la enorme polla de mi pare con ansias. De reojo pude observar a Orlando ponerse un condón, después se regó su enorme rabo con lubricante y se la metió a mi hermana quien dio un fuerte grito cuando recibió tan grande cacho de carne en su coñito estrecho, mi madre por su parte acariciaba por detrás el culo y los enormes huevos de Orlando.

De vuelta al sofá mientras seguiamos en la misma postura, mi padre se bajó del sofá, y se puso un condón. Mariela dejó de cabalgarme, se tumbó boca arriba, abrió sus piernas y mi padre se la metió, yo por mi parte, estaba de pie en el suelo, me quité el condón y acequé la polla a la boca de la mulata para que me la chupara. Mi padre la estaba pegando una follada brutal, de fondo los gemidos de mi hermana dejaron de sonar y entonces fueron los de mi madre los que se empezaron a escuchar. Orlando la estaba dando por detrás. La imagen era de lo mas morbosa, mi hermana sentada con la espalda apoyada al cabecero de la cama, las piernas abiertas, mi madre a cuatro patas comiéndola el coño, y Orlando de rodillas dando a mi madre por detrás. Así continuamos un buen rato, hasta que volvimos a cambiar. Mi padre se tumbó boca arriba en el sofá, y Mariela comenzóba a cabslgarle, me volvi a poner un condón, me situe detrás de Mariela y como pude se la clavé en el coño, Mariela gemía con las dos pollas dentro de su coñito, hasta que después de un rato se corrió. Entonces me re retire y me acerqué a la mesita de noche y cogí el tubo de lubricante, me unté bien y comencé a penetrar a Mariela en el ojete, mientras esta seguía con la polla de mi padre dentro de su coño, ahora la doble penetración era anal, vaginal.

Seguía dando por el culo a Mariela, cuando Orlando se acercó hasta mi y me pidió el lubricante, entonces, se lubricó su enorme polla negra y sodomizó a mi madre quien apenas podía gemir ya que continuaba con el coño de Blanca en la boca. Después de un buen rato, los gemidos que mas se escuchaban en la habitación eran los de mi hermana, lo que me hacía intuir que estaba a punto de correrse. Y asi fue. A los pocos instsntes, Blanca comenzó a gritar que se corría y lo hizo con un squirt brutal en la boca de mi madre, quien también se corrió aunque no de la forma en que lo hizo mi hermana mientras tenía la polla de Orlando aún incrustada en su culo.

Llevabamos ya casi una hora desde que empezamos la orgía y mi padre y yo también nos ibamos a correr.  Dejamos de follarnos a Mariela, quien se sentó en el sofa, mientras nosotros de pie en el suelo, acercamos nuestras pollas a su boca, nos quitamos los condones y Mariela comenzó a chuparnoslas y meneárnoslas  acto seguido, mi padre comenzó a descargar en la boca de la mulata, su lefa fue a parar al fondo de la boca de Mariela que tragaba como podia toda la leche de mi padre, entonces fui yo quien se corrió, sin embargo mi punteria no fue tan certera como la de mi padre y mi enorme corrida salió disparada cayendo en el rostro, el pelo y las tetas de Mariela. Después la mulata lamió nuesteas pollas hasta dejarlas limpias.

En la cama, mi madre y mi hermana, estaban tumbadas boca arriba, mientras Orlando de rodillas meneaba su polla esperando a vaciarse en sus bocas y caras. No tardó en hacerlo y unos enormes chorros de leche espesa y blanca salieron de su enorme polla negra impactando en las caras de mi hermana y mi madre, quien con sus lenguas lamieron la cara de la otra, chupando hasta la última gota del semen de Orlando.

Después de ese polvo, nos volvimos a meter en el jacuzzi, volvimos a bailar y a tomar unas copas y cuando nos recompusimos volvimos a follar los seis juntos. Estuvimos follando hasta las cuatro de la mañana cuando Orlando y Mariela se fueron a dormir, pues al dia siguiente tenían que trabajar.

CONTINUARÁ...