Punta Cana I

Ese verano, por problemas personales y laborales, mi padre nos dijo que no podíamos ir de vacaciones, pero que lo haríamos en navidades...

"Señores pasajeros, bienvenidos al Aeropuerto Internacional de Punta Cana,  hora local las 17:24, y la temperatura es de 25° centígrados. Por favor permanezcan sentados en sus asientos y con el cinturón de seguridad abrochado hasta que el avión haya parado por completo los motores, y la señal luminosa de cinturones se apague. Los teléfonos móviles deben seguir apagados hasta la apertura de las puertas. Les rogamos tengan cuidado al abrir los compartimentos superiores ya que el equipaje puede haberse desplazado. Por favor, comprueben que llevan consigo todo el equipaje de mano y objetos personales. Les recordamos que no está permitido fumar, hasta su llegada a las zonas autorizadas de la terminal. Si desean cualquier información, por favor dirijanse al personal de tierra en el aerouerto, muy gustosamente les atenderán. Buenas tardes y gracias por volar con nosotros".

Escuchar el mensaje de la azafata es lo que mas deseaban  mis oidos, por fin habíamos aterrizado. Las mas de ocho horas y media de vuelo entre Madrid y Punta Cana, se me habían hecho eternas. Miraba por la ventanilla y solo se veia el Atlántico, si a eso le sumamos las tres horas de espera en el aeropuerto y lo poco que me gusta volar, la verdad es que estaba hasta las narices. En los asientos de delante mi padre se habia chupado dos películas, y mi madre había devorado un libro. En el asiento de al lado, mi hermana se había pasado casi todo el vuelo durmiendo, osea que, conversación poca. Se apoyaba sobre mi hombro para dormir, mientras lo hacía ponía una carita muy dulce, además a pesar de ser diciembre, llevaba una camisetita muy escotada, que me permitía ver parte de sus preciosas tetas. El señor que estaba sentado a su lado, también la miraba de vez en cuando disimuladamente. Estaba ansioso, deseando llegar al hotel, y no precisamente para descansar, estaba deseando llegar para follarme a mi hermana, como llevaba haciendo desde hace varios años en Madrid. Por cierto en esta historia ireis descubriendo las aficiones tan "raritas" que tenemos en mi familia.

Mis padres son Julio de 53 y Cristina de 49 años. Este verano por unos problemas laborales y personales, mi padre dijo que no podíamos irnos de vacaciones, pero que lo haríamos en navidades. Las opciones que nos dio para elegir fueron o un crucero o Caribe. Mi padre es el propietario de una empresa de griferias y sanitarios, que funciona bastante bien, por lo que no tenemos problemas económicos, por su parte mi madre trabaja con el, lo ayuda llevando la contabilidad de la empresa. Mi madre, y mi hermana Blanca de 19 años, barajando las opciones que nos dio mi padre, se decantaron por el viaje al Caribe, alegando que aquí en navidades la temperatura es veraniega. A mi me daba igual, solo que como os he comentado antes, no soy muy dado a las alturas.

Y aquí estábamos, en el aeropuerto, recogiendo nuestros equipajes y esperando el autobús que nos llevara hasta nuestro resort de 5 estrellas con todo incluido en Playa Bávaro.

Llegamos a la recepción del hotel, hicimos el "check-in", nos pusieron unas pulseras fucsias, y nos acomodamos en nuestras estancias. Las habitaciones del resort eran una especie de bungalows pareados, con forma que imitaban como de cabañas nativas. En una habitación mis padres y en la otra Blanca y yo, por cierto aún no os he dicho que me llamo Guillermo, tengo 23 años y soy estudiante de empresariales.

Después de llevar las maletas a las habitaciones e instalarnos, nos fuimos a cenar a un enorme buffet y después de la cena salimos a tomar algo a una de las terrazas del complejo. La terraza era una enorme cabaña, junto a una enorme piscina de esas que tienen barra en el agua y todo, aunque como es lógico esta ya estaba cerrada, al fondo había un pequeño escenario y la animación estaba haciendo un espectáculo, y pedimos cuatro daiquiris.

-Ummm.... esto está buenisimo, pruebalo Guiller.

-Es verdad, está muy bueno.

-Guillermo...¿Estás ya mas tranquilo?

-Si mamá.

-Es bonito el complejo... ¿Te gusta Blanca?

-Si papá, lo que pasa es que ahora de noche no se ve muy bien, mañana lo veremos mejor.

-Claro hija.

-Chicos, un camarero muy simpático, me ha dicho que por ahí se va a una discoteca, por si quereis ir, vuestro padre y yo nos vamos a ir a dormir, que estoy muerta.

-Normal cariño, es que con el cambio de horario llevas ya levantada casi veinticuatro horas.

-Guiller... ¿Quieres que vayamos tu y yo a marcarnos una bachatita...?

-Claro Blanca, ahora vamos tu y yo un rato a la disco, aunque nosotros tampoco nos liaremos mucho...

Nos tomamos los daiquiris y mis padres se fueron a su habitación y Blanca y yo nos fuimos a la discoteca. Mi hermana iba muy guapa a pesar de no ir muy arreglada, como no pensábamos salir hasta muy tarde, se puso unos shorts vaqueros, una camiseta blanca de hombreras y unas zapatillas, pero claro ella es modelo, y las modelos están guapas con lo que se pongan. Yo también salí muy informal, con unas bermudas vaqueras, un polo negro y también con playeras. Llegamos a la discoteca, esta era grande, con dos salas y dos ambientes diferentes. Una sala interior techada donde ponían música moderna, y una terraza exterior, ajardinada donde ponían música latina, como salsa, vallenato, bachata, etc. Nosotros nos fuimos a esta segunda, allí habia mucha gente, turistas europeos en su mayoria y algún que otro dominicano. Nos acercamos a una de las barras y nos pedimos unos ron colas. Después de un rato hablando y mirándo el panorama Blanca me cogió de la mano y me llevó a la pista y empezamos a bailar. Nos marcamos unas bachatas, y aprovechando la sensualidad del baile, nos besamos y nos metimos mano a base de bien. Allí nadie conocía nuestro parentesco, además como físicamente prácticamente no nos parecemos, podíamos pasar como una pareja mas normal y corriente como las muchas que allí había.

-Guiller... ¡Estoy muy cachonda, vamos a la habitación!

-Jajaja... ¿Tan cachonda estás?

-No lo sabes tu bien... ¡Tengo las bragas chorreando!

-Si Blanca, yo también estoy a cien...

-Jajaja, ya lo noto por el bulto de tu pantalón...

-Pues venga, terminate la copa y vámonos.

-Voy... Ayúdame anda que no puedo con todo...

-Trae anda que te ayude y vámonos.

Llegamos a nuestra habitación que como he dicho anteriormente era una cabaña, que dividia dos habitaciones. En su interior se encontraba una enorme cama de matrimonio, mi padre se encargó personalmente de reservar dos habitaciones con camas de matrimonio, para que estuvieramos a gusto, ya os dije anteriormente que ireis descubriendo las aficiones que nos gastamos en mi familia. Abracé y besé apasionadamente a Blanca, y nos tumbamos en la cama y seguímos besándonos, mezclando y mordiendo nuestras lenguas, mientras lo hacíamos podiamos oir los ruidos del cabecero de la cama, y del colchón de la habitación de mis padres, así como a mi madre jadeando y chillando como una loca, el complejo era enorme, las habitaciones también y las camas, sin embargo las paredes parecían papel de fumar.

-Mira Guiller... ¡No han perdido el tiempo!

-Jajaja.... Dejalos que disfruten solitos...

-Es verdad, pobrecitos, hoy los hemos dejado sin orgia...

-A mi mientras no me dejes sin tus tetas...(Dije mientras empecé a sobarselas)

-¿Te gustan mas estas o las de mamá?

-Las dos rubia... Pero estas son naturales, las de mamá operadas... y a ti... ¿Que polla te gusta mas?...¿ La mia o la de papá?

-Jajaja, no te enfades, pero papá la tiene mas grande, además ¡Folla mejor que tu!

-¡Que folla mejor que yo!... Esperate... ¡Ahora verás el polvo que te voy a echar...!

-Lo estoy deseando...

Continuamos besándonos, y mientras lo hacíamos comenzamos a desnudarnos, Blanca se quitó su camisetita y su sujetador blanco, mostrando ante mi sus preciosas tetas. Son gordas una talla 95, muy blanquitas y con dos aureolas grandes y rosaceas. Comencé a lamer y morder sus pezones, mientras amasaba esas preciosas tetas, Blanca estaba muy excitada, seguí besandola, cambiaba sus tetas, con su cuello, volvía a buscar sus labios, su lengua, volvia a buscar sus pezones, y poco a poco fui bajando hacia su vientre. Lamí y besé su ombligo, decorado con un bonito piercing, junto a este a un lado del vientre, junto a un costado, tenía un pequeño tatuaje, una media luna, acompañada de tres estrellitas, según Blanca, ella es la luna y las estrellas somos mis padres y yo. Lamí la zona del tatuaje, su piel se iba erizando, hasta que continue bajando, y por fin llegué a sus braguitas blancas, ya se había quitado sus pantaloncitos cortos, pude observar una mancha en las braguitas, justo en la zona de la rajita, acerqué mi nariz y mi boca, podia oler el aroma de su sexo, podia oler su excitación, acerqué mis manos a sus caderas y comencé a quitarle las braguitas, Blanca levantó levemente su culo para facilitarme la operación, separé sus largas piernas y me acerqué a su chochito rosaceo y completamente depilado. Estaba húmedo, comencé a acariciar  su clítoris con mi dedo corazón, estaba hinchado, empecé a masajearlo, con movimientos circulares, pegado a mi dedo salia un hilito de su húmedo coño, como si de un hilo de pegamento se tratara. Después acerqué mi cara a ese precioso coño, separé sus labios y lo abrí con mis dedos índice y pulgar de mi mano derecha y conencé a lamer su clítoris con mi lengua, al mismo tiempo que introducía mi dedo corazón izquuerdo en el interior de ese caliente y húmedo coñito, Blanca se retorcia de placer me estiraba fuertemente del pelo, y su vientre plano subia y bajaba de forma rítmica mientras ella no paraba de gemir, se estaba corriendo, y yo succioné todos los jugos que salían del interior de su coñito.

Tras varios minutos practicándole un cunilingus, mi hermana dijo que era hora de cambiar y que la que queria chupar era ella. Entonces cambiamos las posiciones yo me tumbé boca arriba y ella a gatas sobre mi, comenzó a besarme, bajó a mi cuello, siguió bajando y llegó a mis pezones, los lamió y mordió y continuó bajando por mi torso depilado hasta mi pubis. Me quitó los bermudas y los boxers y ante ella apareció mi aparato de 17 centímetros completamente depilado. La tenía morcillona y con algo de líquido preseminal brillando en el capullo fruto de la excitación. Blanca acercó su boquita hasta mi polla, pero su larga melena rubia cayó sobre su rostro angelical molestándola. Entonces se levantó de la cama, se acercó hasta su bolso y sacó una goma del pelo, acto seguido se hizo una coleta y comenzó a mamarmela, poco a poco mi polla se fue poniendo dura, Blanca chupó mi glande, haciendo circulos con la punta de su lengua, mientras me miraba fijamente a los ojos, después fue lamiendo toda mi polla entera desde la punta, hasta los huevos, que también lamió, mientras con su mano derecha movia mi rabo. Finalmente se la tragó entera y continuo con su felación, haciéndome una espectacular garganta profunda, hasta que unos minutos después consiguió que me corriera en el interior de su boca, en lo mas profundo de su garganta. Abrió la boca y con una mirada viciosa, me enseñó mi corrida en su lengua, moviendola de forma juguetona, después se la tragó. El ruido procedente de la habitación de mis padres se dejó de escuchar.

En ese instante y con mi polla todavía dura, debo reconoceros que por norma general soy hombre de dos disparos, Blanca acercó su conejito hasta mi polla, la agarró con su mano derecha y se sentó sobre ella, y poco a poco se la fue introduciendo en su coñito húmedo, después comenzó a subir y bajar. Tras un buen rato así, Blanca aceleró el ritmo de su cabalgada, después de un rato y sin sacarsela, dio un giro de 180° para comenzar a cabalgarme dandome la espalda, podia observar su precioso culo y su larga melena rubia por mitad de su espalda, con la coleta que se había hecho. Continuamos follando como locos, en diversas posturas, misionero, y a cuatro patas después. Estándo dándola a cuatro la agarré de la coleta y la di con fuerza, soltándola algún que otro cachete en su firme culo. Mientras se podía escuchar el peculiar ruido de mis pelotas chocando contra su culo, comencé a acercar mi dedo ensalivado a su ojete. Me detuve y arrodillé tras ella y comencé a lamer su culito, cambiaba también a su chochete y le lamia todo. Del coño subía la lengua hacia arriba y lamia su culo, y de su culo bajaba la lengua hacia abajo y volvia a lamer su chochito y tambien su perineo.

Le pregunté a mi hermana que donde estaba el lubricante, ella me contestó que en el baño, ya que no se había dado cuenta de sacarlo de su neceser. Entonces me acerqué al baño y saqué el tubito de lubricante del neceser de mi hermana. Volví a la cama, me apliqué un poco de lubricante en el dedo índice y empecé a estimular el ojete de Blanca. Tras un buen rato jugando con mi dedo en el culete de mi hermana, haciendo circulos y metiéndolo y sacándolo, la introduje un segundo dedo, ya estaba, ya había dilatado lo suficiente. Entonces me apliqué otro poco de lubricante en la punta de la polla, la acerqué a su culito, empecé a empujar y poco mi rabo se fue enterrando en el interior del ojete de mi hermana, quien gemía de placer. Cuando le había metido la mitad, de un fuerte empellón, le enterré la otra mitad, a lo que Blanca se quejó dando un grito. Poco a poco comencé con un lento metesaca, hasta que pasados unos minutos fui cogiendo velocidad. Una vez mas me agarré fuertemente a las caderas de mi hermana, la volví a agarrar de la coleta y a darla algún que otro cachete en las nalgas. De vez en cuando saqué mi polla del culo de Blanca y se la metí en el chochito que ya estaba encharcado de flujos y así me la lubricaba y volvía a cambiar al ojete. Comencé entonces a acariciciar su clítoris y a agarrar y sobar sus tetas mientras la enculaba y Blanca comenzó a gritar que se corría, entonces yo también aceleré el ritmo de mis embestidas, y por segunda vez en esa noche volvía a correrme en el interior de mi hermanita, esta vez dentro de su culito. Me quedé un buen rato dentro de ella, cuando se la saqué una enorme cantidad de leche comenzó a ser expulsada del intetior de su culito  y le fue escurriendo por el largo de sus muslos hasta hacer una enorme mancha en las sábanas blancas de la cama. Nos tubamos boca arriba, recobrando la respiración, después fuimos al baño a orinar, mi hermana aprovechó para lavarse en el bidé, volvimos a la cama, apagamos la luz y nos dormimos haciendo la cuchara y abrazaditos.

CONTINUARA...