Pulcra suciedad
Te quiero porque te follo o te follo porque te quiero... ¿hay diferencia?
Vestida sólo con piel, deseo y bañada en sudor... preciosa y elegantemente engalanada para adornar mis mejores fantasías. Emputecida, embrutecida, sucia y casi fuera de control, y aún así preciosa, elegante y supurando clase por todos tus poros y hendiduras. Suenan gemidos, gritos ahogados, maldiciones y bendiciones a un tiempo. Escucho la brisa de las suaves palabras que deja escapar tu garganta silenciada por mis besos y mis embestidas. Te presentaste altiva y desafiante y ahora te giras sin rubor buscando el sol que hace abrir tus hojas y mostrarte en todo tu esplendor, dejando resbalar gotas de dulce y amargo néctar de hembra floreciendo.
Pétalos dispuestos alocadamente alrededor de la estancia, sin orden no control, la flor tendida sobre el colchón llorando placer intencionad
amente y mojando de tí las sábanas mientras en el ambiente huele a ganas de más y aún mejor. "Otra vez", acierto a oír mientras el capullo en flor vuelve a apuntar desafiante y a mostrarse vigoroso ante la implorante rosa desnuda que suspira por otro violento pero delicado ataque que obligue a que el aroma a pasión inunde el mundo desde aquella pequeña estancia mientras esas tímidas flores del jardín que han florecido y desfallecido puedan seguir sintiéndose vivas.
"Me traes una cerveza y vuelves a poner ese disco, ¿por favor?". Como desees...