Puerta 3025
Historia de una violación ambientada en...
Cancún - México
“Siempre mirando mujeres pero la verdad que tu quieres verga, si mami?” Ella no contestaba pero su concha estaba completamente empapada por las palabras de ese hombre tan atrevido. Una nalgada la hizo chillar, esa situación la atemorizaba pero al mismo tiempo le daba mucho morbo.
“Tremendo culo tienes, te gustan los azotes eh? Contéstame perra!” le decía mientras le apretaba bien fuerte las tetas. La tención que había en la habitación podía cortarse con un cuchillo. Ella no aguantó mas sus provocaciones y por fin le contestó “Si! Si me gustan, hijo de puta!!!!!”.
Puesto tras suyo con la verga dura como roca y bien pegada entre las nalgas de la chica le desplazó las tetas por encima del sujetador y empezó a sobarlas sin compasión, le retorcía los pezones y se los tiraba mientras le lamía el cuello “ya vas a ver como te voy a chingar, vas a gritar como loca….jajajajaja, zorra!” Ella completamente a su merced no podía oponerse, su fuerza la tenía totalmente dominada.
Con furia le arranca el sujetador y le ata las esposas con ese mismo atrás de la espalda. Ella tiene miedo, nunca le había pasado algo así con un hombre. El joven le da la vuelta y le escupe en las tetas para después azotarlas bien duro. Eso era demasiado para ella que rabiosa y casi llorando le grita: “Ay no!!!!! Que hace!!!!!!!” Al oír sus quejas el chico la agarra por el pelo, le mete la mano adentro del tanga y la mira a los ojos con desprecio “cállate perra yo se que te gusta, mira lo mojada que estas!” Sus dedos entraban y salían de la concha de esa pobre chica que no se lo podía creer como ese hijo de puta la pusiera tan caliente contra su propia voluntad. “Te enloquece ser usada y humillada por un hombre como yo, lo veo de tus ojos, con esa carita angélica pero eres toda una puta!”.
Asustada trataba de librarse pero sin excito alguno “Desátame por favor, sueltameeeeee!!!!” Si. Eso era lo que pedía a gritos pero la verdad que ese crabrón la ponía a mil. Después de tanto tiempo sin tener sexo con un hombre, casi un mes, no iba a resistirse mas…. Además ese chico estaba muy bueno, alto, de piel morena clara, cuerpo atlético y musculoso y unos ojos penetrantes y llenos de deseo por esa mujer tan linda y caliente de nombre Mara.
Luis seguía arrinconándola contra la pared con mas furia todavía, sabía que ella necesitaba sentirse mujer, bien aburrida de la rutina de su vida matrimonial tenía el fuego de la lujuria adentro de si, hacía demasiado tiempo reprimiéndolo con todas sus fuerzas que no podía mas y Luis lo sabía. De hecho se había dado cuenta justo unas horas antes, en la fiesta de compromiso de su prima Carla. Una mirada fugaz de Mara y el chico no podía sacarle los ojos de encima.
“Hola primita, que linda estas! Oye, quien es esa chica preciosa con el vestido corto negro?” “Quien la pelirroja? Mara…es una amiga mía de la facultad, pero no es para ti primito créeme” “Como no es para mi? Porque?” “Ella no busca hombres, no sé si me entiendes” “No mira a los hombres…?” “Solo sale con mujeres por estar casada! Pero yo no te dije nada, entendido?” “Sale?” “Si, dale que me entendiste bien Luis, se chinga las mujeres!”.
Luis no se lo podía creer, no solamente linda, sino bisexual! Justo en ese momento ahí venía Mara hacia ellos para felicitar a su amiga. Una mirada de arriba abajo no se la negaba nadie tan preciosa estaba. “Hola Carlita linda, como estas amor? Lista para comprometerte?” “Si nena, estoy muy feliz, deja que te presente a mi primo Luis” “Mucho gusto, soy Mara” “No, el gusto es mío…”.
Fue así que Luis pensó que esa mujer tenía que ser suya si o si, no le importaba la diferencia de edad de casi 5 años, él solo veía una mujer bellísima sonriendo con cara de picara a casi todo lo que él decía, se notaba la atracción que había entre los dos pero Mara no podía ir mas adelante del flirt con ningún hombre, esa era la regla.
Ya eran las dos de la mañana y Mara estaba cansada ya que por eso decidió despedirse de la fiesta antes y se subió a su habitación tres pisos mas arriba, puerta numero 3025.
El cuarto de Mara tenía un baño muy grande, las lamparitas lucían suavemente la belleza encantadora de una mujer de treinta años recién cumplidos. Sacándose el vestido contemplaba su linda silueta al espejo, era toda una narcisa.
Inesperadamente un ruido la hizo sobresaltar, se dio vuelta hacia la recamara pero como no notó nada raro volvió a lo suyo suponiendo que quizás fuera el aire acondicionado. Sin pensar abrió el agua de la canilla y se lavó los dientes.
De repente alguien desde atrás la agarró por la cintura y le tapó la boca. “Shhhhh, no te muevas o te lo vas a arrepentir”. Mara rememoró enseguida esa voz, era el primo de Carla que la había seguida a la habitación sin que se diera cuenta. El muy descarado ni siquiera se había cubierto la cara, al revés su intento era justo que Mara lo reconociera.
“Tranquila princesa que no te voy a hacer nada que ya no hayas experimentado” Ella se meneaba tratando de soltarse pero le resultó simplemente imposible. “Quieta nena, quieta” le ordenaba con voz firme y la inmovilizaba con destreza como si fuera un experto. “Ahora te voy a quitar la mano de la boca pero tu te vas a portar como niña obediente y no vas a gritar, si?” Mara trató de calmarse y afirmó moviendo la cara. “Bien, ahora lo único que tienes que entender es que aquí mando yo y tu vas a hacer todo lo que yo quiera, te ha quedado claro?” La cara de odio de Mara le provocó una fuerte carcajada y pues con violencia la obligó a ponerse en cuatro frente al espejo para empezar la tortura, con el pecho arriba de la mesa del lavabo.
Ella aterrorizada ya no se movía, sentía sus manos por encima sobarla sin pudor, apretarle con morbo el culo en pompa, tirarle suavemente el hilo del tanga negro para estimularle el clítoris y lograr encenderla.
“Mmm, mira que sexi corset con ligas tienes, te lo pusiste para mi?” Mara sabía que ya no podía negarse a ese pervertido. “Y mira la muy zorra que bonitas medias tiene puestas, y esos zapatos, tu si que sabes como llamar la atención de un hombre, pues no te quejes si alguien termina siguiéndote hasta el piso…jajajaja” Ahí empezaron los azotes y la humillación de ser atada con su propio sujetador arrancado por esas manos fuertes y callosas de hombre de laburos manuales y es mas en ese caso particularmente vigorosas por entrenarse frecuentemente al gimnasio.
Mara arrinconada a la pared, las espaldas contra el frio, se sentía humillada en lo mas profundo de su ser. Ese hombre la estaba usando a su antojo dándole el castigo que merecía por haberlo provocado y haberse ido tranquilamente de la fiesta como si nada hubiera pasado. De hecho esa noche era como si Luis estuviera vengando a todos los que habían subido el mismo tratamiento por esa mujer.
Cuando ya se le habían acabado los insultos le agarró con violencia el rostro para que la mirara directamente a los ojos, y fue ahí que no pudo evitar de notar lo sexy que le quedaba el maquillaje negro ya todo esfumado. Ella toda dolorida lo miró como para hacerle entender que había aprendido su lección, que nunca mas se habría portado de esa forma con nadie desde ahora en adelante. Capas por haber entendido su mirada o quizás simplemente por lo cansado que lo había puesto toda esa situación, Luis se tranquilizó y se acercó a los labios de Mara para pedirle suavemente un beso pero Mara se negó.
“Nena ya sabes que aunque te niegues con todas tus fuerzas va a ser inútil, dale dame un beso”. Mara no pudo resistirle por mucho mas y al final se rindió. Los labios de los dos se pegaron con fuerza, pero las lenguas se tocaron suavemente como si no hubiera violencia alguna. Luis quería hacerlo lento porque siempre le había gustado comerse los labios de una mujer, especialmente de una mayor y experta como Mara. Fue ahí que inesperadamente la abrazó y le susurró algo con pasión mesclada a dulzura “Mami que bien que besas”. Ella no sabía que pensar ni decir, pero se había dejado llevar por el deseo y ya no lo rechazaba mas.
Luis siguió besándola, bajó hasta el cuello para llegar a las tetas y finalmente a sus pezones, se los mordía y succionaba como si hubiera la vida en ellos. La chica gemía de gusto pero también se sentía culpable por gozar tanto. “Porque me haces sentir tan bien, yo no puedo, estoy casada….. mmmmmm…..uy……..papi me muero gozando, no puedo mas, por favor déjame ir” pero él no le quiso hacer caso y desatándole las esposa la tomó en sus brazos y la tiró dulcemente a la cama.
Luis se puso arriba suyo y continuó con los besos. Llevándole los brazos hacia arriba se agarraron de las manos como dos enamorados. Era increíble que algo que al principio no fuera consentido se hubiera convertido en todo lo contrario.
Los dos seguían comiéndose los labios con pasión. “Mara, me muero por ti, desde el primer momento que te vi en la fiesta quería tenerte así y hacerte mía” Ella en estasis pero angustiada “yo también quería ser tuya pero no podía….no puedo…” El chico ignorando esas palabras le abrió las piernas levemente para meterle dedos. Ella gimiendo y con los ojos en blanco “ay no, por favor no me toques de nuevo, así me vengo!”. Mas ella se detenía y mas él seguía con lo suyo hasta que bajó la boca para lamerle la vagina rasurada y bien chorreante y mordisquearle el clítoris con maestría. Mara no aguantó mucho mas y se vino rápido.
“Te ha gustado princesa?” Mara aun temblando le contestó con un beso lleno de agradecimiento y pues le comentó “mmmm, que rico el sabor a chocha, siempre me ha gustado”. Esas palabras lo pusieron como un animal, su verga estaba por explotar y con ella hablándole de esa forma no pudo mas controlarse, repentinamente la agarró por las caderas y se la insertó de una. Mara gimiendo y gritando como una posesa se movía al ritmo de las embestidas “ahhhhhhh, ay si Luis, que ricooooo” El tampoco podía contenerse mucho “Mami si….eso es, si…muevete así ahhhhhhhhh, siiii…..me vengo nena….. yaaaaaaa”.
Chorros de leche abundantes llenaron la vagina de Mara que se convulsionaba por su segundo orgasmo.
Los dos siguieron besándose no obstante el desastre causado por no haber usado condón. “Nena lo siento mucho, quería salirte pero no me controlé, es mas quería llenarte toda” “No me importa nada que me dejes preñada, yo tampoco pude sacarme por gozar tanto y me moría por sentir tu lechita caliente adentro mío”.
Mara se sentía feliz y satisfecha pero culpable al mismo tiempo, pensó que quizás mejor se volviera a su casa en vez de pasar toda la noche en el hotel. Salió de la cama para vestirse pero Luis no la dejó “Mami a donde vas, quédate aquí conmigo”. La chica no sabia que hacer y lo único que le salió de la boca fue “Amor me tengo que ir, ya es tarde”. Luis sintió como que si en ese entonces ella se hubiese ido la habría perdida para siempre así que insistió “Nena quiero estar contigo, quiero hacértelo toda la noche”. Al oír esas palabras Mara no pudo que complacerlo y dejarse llevar por las ganas que ella también tenía de hacer el amor hasta el amanecer.
Los dos siguieron toda la noche juntos y desde esa vez no quisieron separarse por nada al mundo. Alrededor de las seis de la mañana quedaron dormidos mirando el alba de un nuevo día.
En conclusión Mara se separó del esposo y terminó mudándose con su nuevo amante. Cada noche Luis volvía del trabajo muerto pero no podía resistirse a ella, nunca usaban protección hasta que al final ella realmente quedó embarazada. Los dos decidieron tener el bebé sin dudarlo ni un momento y fue así que nació un varón bien hermoso y muy parecido a su papa.
Espero que les haya gustado mi relato, lo volví a subir porque no me gustaba como estaba escrito, si hay algún error gramatical lo siento mucho pero es que el español no es mi lengua materna……un beso a todos!