¿Puedes hacerlo mejor?

Me pilló mientras me comía la polla. Su cara de zorra advertía que sería capaz de hacerlo mejor. Vaya si lo hizo.

-¿Acaso crees que eres capaz de hacerlo mejor? -Por supuesto. Cuando me pongo zorra, lo soy y mucho. Tienes suerte, hoy es uno de esos días. Dile a esa puta que se quite, que tu polla hoy es solo para mí.

Me mira con cara de vicio. Viene decidida hasta mí. Observa mi polla erecta con restos de saliva de la otra. Me la coge y empieza a jugar con sus dedos; los va pasando despacio sobre la punta. Consigue que el capullo se me ponga todavía más gordo.

-          ¿de verdad quieres que te demuestre lo puta que puedo llegar a ser? -          Sí, por favor.

-          Con una condición, guapo. Me tienes que follar como un animal.

Quiero correrme como una perra con tu hermosa polla pegando fuerte dentro de mi coñito. No quiero que me digas cariñitos. Trátame como una cualquiera, dime guarradas.

-          Come y calla, demuéstrame que eres tan buena.

Empieza a darle lametones a todo lo largo. Me la está poniendo durísima.

Abre su boca y se la traga entera. Joder que gusto me está dando. Se para.

Me mira. Está preciosa mirándome con ojos de guarra con mi polla en su boca. Sigue chupando, más y más.

-          ¿Crees que está suficientemente dura para que me la metas en el coño? -          No se, pruébalo, cerda. Me agarra la cabeza y se pone en cuclillas delante. Su coño va bajando poco a poco hasta llegar a rozarse con la punta. Me vuelve a mirar con la cara más guarra que nunca antes he visto. Se la mete de un solo golpe y en su cara se entremezcla el placer y el dolor. Cabalga como una auténtica profesional. Me clava las uñas en la espalda. Me chupa el cuello. La oigo jadear.

-          Fóllame, cabrón, fóllame. Dame fuerte, rómpeme el coño. Quiero que me salga por la boca, clávamela. Insúltame.

-          ¿Te quieres correr marrana? ¿Eso es lo que quieres? Quiero que tu coño chorree como una fuente, ¡córrete zorra! Empieza a gritar como una loca. Se está corriendo. Lo noto. Su coño se convulsiona. Se abre y cierra muy rápido. Le cojo el culo y empiezo a frotarla contra mí, su clítoris se va a romper mientras mi polla le está llegando al útero. La miro. Está desencajada. Llora. Abre la boca. Le falta el aire. Nunca antes se había corrido de esa forma. No para de gritar.

Su respiración se va normalizando, descansa todo su cuerpo sobre el mío. Me besa dulce, me dice que me quiere. Está a punto de quedarse dormida.

Saborea su brutal orgasmo.

-          Un último favor -          Dime -          Lléname la cara con tu leche, quiero ver como explota tu polla contra mis labios. Inúndame de semen. Córrete sobre mis pechos.

-          Nada de eso bonita. Me voy a correr, por supuesto. Pero donde yo diga. Te voy a reventar el culo y el orgasmo que acabas de tener, no será comparable con el tengas ahora