Pudor
Poesía erótica.
Pudor
¿Dónde está el pudor?
¿Qué es el pudor?
¿Existe el pudor?
Pues aquí no creo que esté,
su presencia
no es ni siquiera nítida.
Tus ojos calentorros
no saben lo que es el pudor
ni tienen idea
de dónde está.
Tus manos
tocándome las debilidades
como si fueran la cabeza
de un pequeño cachorro,
tampoco saben.
Ni tu boca transgresora.
Ni tus sublimes pechos.
Ni tus piernas vibrantes.
Ni tus espléndidos y sedosos pies.
Menos aún tu insolente y vanidoso trasero.
El pudor fue tapado por el celo.
Arrasado por el alud de la impetuosidad.
Derretido por la llama de la fogosidad.
Difuminado por la neblina de la concupiscencia.
Desdibujado por la bruma de la lascivia.
Devorado por el desenfreno.
Opacado por el arrebato.
Eclipsado por la libidinosidad.
Diluido por el libertinaje.
Borrado por el enardecimiento.
Reemplazado por la desvergüenza.
Todo sin la más leve beligerancia,
el pudor aquí y ahora,
se transformó
en un concepto escurridizo como las gotas de lluvia.