Psicópata loca y Romántica singona
Considero que soy una mujer completa en todos los sentidos.
Como cosa rara, vamos con el tiempo, compartiendo un sin fin de cosas. Es un proceso que no acaba nunca. Definitivamente, mientras más el ser humano va conociendo a los demás, más se adentra, también más se decepciona, ocasionando la desmoralización, la pérdida de los sentimientos. Esto es tan simple, como que mientras más juntos estamos más conozco tus defectos y menos me gustan hasta que menos me gustes. Nadie lo puede cambiar. Para cambiarlo, ello se requiere uno, ser que ceda y el otro que lo entienda. Es un proceso, que permite a la pareja estar unido, pero que nadie es capaz de aceptarlo-
A ambas partes le ocurre. Estoy llena de defectos. Eso me es interesante aceptarlo. Juntamente con ello, tengo grandes virtudes. Si los años no son suficientes, para ver mis defectos y sopesar con mis virtudes entonces, la consecuencia es la desunión.
Es muy difícil para mí. Esta relación se está tornando verdaderamente dura, fastidiosa, menospreciable. No me controlo ante mi pareja, la cosa es que ya estoy cayendo en un vicio terrible, de arañar, morder y hasta golpear, lo peor es que no me da miedo, que mi pareja tenga una reacción y me de un carajazo, que si es capaz de hacerlo me ocasionaría grandes lesiones o quizás hasta la muerte. Verdaderamente él, es un hombre muy grande en todos los sentidos y muy fuerte, por el contrario soy pequeña y muchísimo más delgada que él, incluso como unos 40 kilos menos. Bueno, a eso no le temo, cuando se abre esa puerta donde la furia me toma, creo que a él no le da tiempo para reaccionar de la rapidez y la violencia a la que llego. Luego callo, entro en un silencio lleno de ansiedad. (Claro, porque hoy tampoco lo jodí como quería) y luego me deprime, aunque para ser sincera mi orgullo (mi más grande defecto) no me permite evidenciar con facilidad estas debilidades ante las personas. Puedo ir a trabajar como si no hubiese ocurrido nada y me desconecto fácilmente de lo ocurrido. Luego me causa risa y luego pena. Es un proceso duro. Luego escribo y desahogo todo aquello que llevo, con sólidas razones, donde acudo a mi egoísmo y me justifico.
Considero que soy una mujer completa en todos los sentidos. Una excelente trabajadora de la Oficina (proveo a mi familia de lo que mejor necesitan, bien alimentados, educados y vestidos) y también de mi hogar, soy organizada, autosuficiente, buena administradora, músico, escritora, y soy madre ejemplar y cariñosa a veces y a veces autoritaria a pero sobre toda muy romántica. Como amante, mi esposo, no debe quejarse. No será todos los días, pero cuando pasa ocurre maravillas, porque como amantes somos extraordinarios. Por el contrario, también soy posesiva, controladora (que incluso me avergüenza), muy nerviosa con los asuntos del hogar y de mis hijos y cuando las cosas no van como creo que deben en mi hogar, caigo de ser esa mujer, tranquila, paciente y serena para entrar en un vicio que a veces a mi misma me molesta. Y lo peor orgullosa y celosa.
He aprendido mucho de mis hijos, pero creo que debo aprender mucho más. Pero no se como, por cualquier cosita mi esposo y yo caemos en serias y terribles discusiones que incluso, no tienen sentido llegar a mucho más. Y ninguno ya nos controlamos.
Eso de salvar matrimonios, no es un pensamiento que se me cruza y digiero con facilidad, pienso que cuando las vainas no van por buen camino es mejor abandonar ese proyecto y comenzar una nueva etapa de serenidad. También esto, puede ser producto de mi imaginación e inventiva para justificarme y buscar un culpable que siempre no voy a ser yo. Pero es que cada uno de nosotros tiene mil razones. El amor no es como lo pintan. El amor no existe. Nosotros inventamos amar y luego deshacemos todo, porque es como un plan perverso, que a uno le da placer de momento, caray, pero cuando la magia termina!... Lo que si existe es el respeto, la consideración y otras cosas, pero esa vaina no es amor, es sólo lo ya expresado, asociado con la responsabilidad que se tiene para con los tuyos (hijos y esposo, es decir, el hogar).
Quiero algo diferente quiero, liberar potencialidad, remover obstáculos, impulsar el crecimiento individual y proporcionar orientación referente a los objetivos propios y los de mi familia, pero sobre todo adquirir la serenidad de sobrellevar las cosas, incluso sin mi esposo o con él. El amor, no es el fuerte de nadie, menos mío. Ciertamente, soy terca y muy arriesgada, no siento miedo de hacer las cosas, ni de quedar sola y no me convenzo de la fatalidad de aceptar vainas y mas vainas; no más, porque ya tengo cierta edad y el tiempo se acaba para volver a comenzar. Nojodas que joder de la vida, o de lo que la gente se inventó para joderse así misma.