Prueba de sumisión (fragmento)

Traducción de un fragmento de "De rodillas" ("On His Knees", de Rose Thornwell) ofrecido gratuitamente por PF. Una difícil prueba para conseguir ser su esclavo.

De rodillas (fragmento)


Título original: On His Knees

Autora: Rose Thornwell (c) 2002

Traducido por GGG, septiembre de 2004

El teléfono le despertó a las cinco y media. Estaba todavía totalmente vestido, derrumbado sobre la colcha.

"Hola," farfulló, con la cabeza latiéndole como si tuviera resaca.

"Me he enterado de lo que hiciste anoche," dijo Brit. "Jenna me contó como la obedeciste en todo, y casi soportaste una paliza de vicio a cuenta de ello. Estoy realmente contenta de eso, Kyle."

Se sentó mientras la pesadez se esfumaba de sus miembros. "¿De verdad?"

"Sí sí. De hecho tú y yo vamos a pasar el día juntos para que pueda mostrarte lo mucho que lo valoro."

El corazón de Kyle se disparó. "Pero ¿qué pasa con el trabajo?"

"Tienes el día libre. Gracias a mí. Ahora date una ducha y vístete. Algo informal. De caqui estará bien. Reúnete conmigo en el parque dentro de una hora."

Cortó la conexión antes de que pudiera pedir más detalles o darle las gracias por su súbita generosidad. Aunque no importaba; Kyle lo había hecho, la prueba estaba superada, y ahora recogería la recompensa. Brittany le había invitado a salir, oficialmente. No solo eso, le había indicado lo contenta que estaba con él. Ahora serían pareja, seguro. Todo lo que había pasado con Alex y con Jenna pronto sería solo un mal recuerdo. Con Brittany encontraría maneras seguras y positivas de expresarle su necesidad de sumisión, tal como Vixie le había dicho que hiciera. Brit sería esa compañera segura, la que estaba ansiando; simplemente lo sabía.

El parque estaba solo a dos manzanas de su apartamento. Prácticamente flotó hasta allí con su ropa caqui y su jersey. Había tenido cuidado de elegir un par de calzoncillos de seda, unos que consideraba especialmente atractivos. No llevaba ninguna otra ropa interior. Había resultado difícil ducharse a causa de su constante erección, pero había conseguido mantenerse intacto. Brittany le recibiría como un hombre entero, sin disminución de esperma.

Por supuesto, ella podría no querer sexo. Eso también estaría bien. Estar con ella era todo lo que necesitaba; la única cosa que haría que todo fuera bien. Llegó a su hora, y estaba realmente espléndida con un vestido de verano blanco y tacones. Llevaba el pelo recogido en una cola de caballo y se había pintado los labios con un rosa suave.

Antes de que pudiera decir palabra, ella se empinó y la plantó un beso en los labios.

"Esto es por las flores de la última noche, tonto."

Se sonrojó mientras ella le apretaba ligeramente la nariz con un dedo. "Gracias, Brittany. Solo quería que supieras lo que siento respecto a ti."

Le hizo callar, poniéndole un dedo en los labios. "Shh, no hay necesidad de hablar ahora, ¿no es cierto?"

Negó con la cabeza, el rostro resplandeciente con una sonrisa tan amplia que amenazaba con echar a volar por su cuenta.

"Vamos," le arrulló, tomándole de la mano. "Demos un paseo."

Sentir la piel de Brittany contra la suya era como estar en el cielo. La forma en que sus brazos se rozaban, la forma en que el aroma de su perfume inundaba su olfato como si fuera brezo, si tuviera que morir en ese preciso momento consideraría su vida completa. El hecho de que otros hombres les miraran, envidiándole a él y deseándola a ella no le importaba.

"Es complicado," dijo Brit, un poco como caída del cielo. "Tienes que pensar que soy un monstruo, por la forma en que me he comportado."

"No, para nada," dijo entusiasmado, apretando posesivamente su mano. "Creo que eres la mujer más maravillosa que he conocido nunca."

Ella sonrió tímidamente, apartando mechas de pelo negro de su perfecto rostro oval.

"Es solo que yo... no estoy acostumbrada a alguien como tú. Me resulta extraño, pensar como sería si..."

La frase quedó sin terminar. La detuvo justo allí, en medio del camino asfaltado, bajo un dosel de exuberantes árboles verdes. "Dímelo, Brit. Dime que es lo que te resulta extraño."

Se sonrojó, sus ojos verdes centrados en sus pies cubiertos con sandalias. "He estado soñando respecto a ti, Kyle."

Él se lamió los labios. "Soñando respecto a mí, ¿en qué sentido?"

Brittany se volvió de espaldas, como si no pudiera mirarle a la cara. "Es difícil, Kyle." Cruzó los brazos. "Muy difícil."

"Por favor, Brit. Puedes decírmelo."

"He estado imaginando que eras mi esclavo," dijo tímidamente. "Propiedad personal mía. Y no solo como juego, sino en la vida real."

A Kyle se le secó la boca. Quería confesar como ansiaba eso mismo.

"Y-yo no me siento digno de eso, Brit."

La recorrió un escalofrío. "No sabes lo que eso supone para mí, solo suponer que algo así pudiera ser verdad, que pudiera tener un hombre, de mi propiedad. Para controlarlo totalmente. Para que fuera mi marido, mi juguete, mi mascota. Oh, como le adoraría y le castigaría y le guiaría. Para siempre."

El escalofrío se trasladó a Kyle. "Brit," suplicó, incapaz de contenerse. "Pídeme, te lo suplico. Hazme tuyo. Pégame, úsame, haz lo que quieras conmigo."

Se volvió hacia él, en sus ojos una expresión salvaje. "Demuéstramelo, Kyle. ¿Por qué tendría que creerte? Demuéstrame que no me harás daño, que te someterás a mí."

"Cualquier cosa," graznó él.

"Entonces sírveme. Aquí y ahora."

Kyle la miró, vacilante.

"Eso es lo que quiero decir," le dijo con fiereza. "Quiero que te metas ahí debajo, ahora mismo. No llevo ropa interior, Kyle. Si me amas, hazlo o, en caso contrario, lárgate ahora, para siempre."

Él miró a su alrededor, intranquilo. No había nadie a la vista, pero aún así era un sitio público. "Si pudiéramos ir a tu apartamento, Brit, por favor."

Ella retrocedió un paso. "No, Kyle," indicó imperiosamente. "Déjame. No quiero verte más."

"No, Brit, ¡espera!" Kyle cayó de rodillas en el cemento. Con sonrisa satisfecha ella se levantó el dobladillo del vestido, facilitándole el acceso a sus desnudas partes íntimas.

Le besó delicadamente los labios externos, instándola a separar las piernas en busca del placer.

Así lo hizo ella, provocando que un hilillo de jugo fluyera hacia abajo por el interior de su muslo. Kyle lo lamió ansiosamente, trazando con su lengua el recorrido de vuelta a sus partes.

"Sí," respiró ella, su voz un sonido tremendo. "Rinde homenaje a tu diosa. ¿Se te está poniendo dura tu pequeña polla bajo los pantalones? Más adelante voy a marcarte. ¿Me escuchas, Kyle? Voy a grabar mi nombre en tu cuerpo. 'El juguete de Brittany.' Eso es lo que voy a poner."

Kyle gimió en éxtasis. Ella le estaba asfixiando con los muslos. Su mundo se había reducido a este sitio en sombra bajo su falda. Ya no tenía control de nada que ocurriera fuera, de nadie que se acercara.

"No," le agarró del pelo. "No quiero correrme todavía. Quiero que me lamas el culo. Lámeme y bésame el culo, Kyle. Adórame."

Kyle se arrastró hasta el trasero de Brittany. Ella mantenía el vestido levantado, descubriendo dos globos gemelos, perfectos, ni un gramo de grasa que estropeara su perfección.

"Lámelo, cerdo. Lame hasta la última pulgada."

Kyle le puso la cara en el trasero. La carne era cálida y cremosa, deliciosamente en forma. "Brittany," susurró, bañando la gloriosa superficie. "Ama Brittany."

Brit empujó el culo hacia su cara, echando las manos atrás para maniobrarle en su raja. "Diosa Brittany," le corrigió.

Kyle no respondió; estaba demasiado ocupado comiéndosela. No podía imaginar un acto más degradante, servir al agujero del culo de una mujer en público, y al mismo tiempo sentía una intoxicación pura, como si estuviera sorbiendo champán. Siguió así durante lo que parecieron horas. Casi se mea en los pantalones de la emoción, del peligro implícito. Al final, habiendo recibido lo que le hacía tanta ilusión, ella le retiró.

"Vete y límpiate," se burló. "Lameculos."

"Sí," inclinó la cabeza, aceptando el obsceno mote. "Mi diosa."

"Tienes cinco minutos para encontrar un baño y volver."

Kyle se puso en pie, corriendo a ciegas. Afortunadamente había un baño de caballeros cruzando el camino. El parque estaba relativamente vacío ahora y estaba seguro de que no le habían pillado. Limpiarse la boca y la cara resultaba bastante sencillo, usando una generosa cantidad de jabón líquido. Estaba listo para volver con ella, pero para su sorpresa, le estaba esperando justo al otro lado de la puerta.

"¿Ves a ese hombre, al que va a los baños?" Brittany le detuvo señalando con el dedo. Kyle lo siguió, viendo al fornido hombre con vaqueros cortados ceñidos, camisa elástica y musculoso, dirigirse al baño. Era todo lo gay que pudiera ser un hombre.

"Quiero que te ofrezcas a él, Kyle."

"¿Qué?"

"No te hagas el tonto conmigo, Kyle Harmon. No me gusta. Hace que me enfade mucho."

Kyle sintió que el pánico se adueñaba de él mientras ella le daba la espalda, cruzando los brazos.

"Brit, no hagas que me vuelva loco," le suplicó. "Por favor."

"No te escucharé. No hasta que hayas tenido contacto sexual con ese hombre. En el baño."

"Pero, ¿cómo?" explotó Kyle.

"Encuentra una forma." Le pasó un rotulador de fieltro. "Y luego que te marque en el culo como prueba. Solo el lado derecho. El izquierdo está reservado para tu tatuaje posterior."

"Hola," se escuchó Kyle diciéndole un momento más tarde al macizo y bien alimentado extraño.

El hombre estaba en el lavabo. Levantó la cabeza hacia la imagen reflejada. "¿Qué coño quieres, Betty?"

Tragó saliva. "Sexo."

El hombre se rió, con voz grave y profunda. "Muy sutil, polvete, ¿verdad?" Vio el rotulador. "¿Para qué es eso?"

"Y-yo necesito que me firmes en el culo después. Solo en el lado derecho."

Entrecerró los ojos. "¿No te he visto con una putilla estirada hace una media hora?"

"Es mi... novia."

"Sí. Lo hubiera apostado." Se palmeó la parte delantera de sus pantalones bien rellenos. "Vamos, Betty, deja salir la cereza. O ¿debo suponer que nunca antes has hecho este tipo de cosas?"

"Solo una vez."

Kyle podía asegurar que el hombre pensaba que estaba mintiendo. Sin preámbulos tomó a Kyle por la parte trasera del cuello y le empujó la cabeza hacia abajo hasta la corona de su polla ya al aire. El hedor casi le hace vomitar. Sin darle oportunidad de tomar aliento el hombre movió la cabeza de Kyle atrás y adelante como si fuera un juguete sexual. Cuando llegó el momento crucial, la sacó, soltando su carga en la cara de Kyle.

"Déjalo," dijo cuando Kyle intentó limpiarse la cara.

El hombre le hizo agarrarse al borde del lavabo y doblarse hacia delante. Bajándole los pantalones a Kyle apretó el rotulador a fondo en sus nalgas temblorosas y desnudas, marcando sus iniciales.

"¿Te deja que te corras la putilla?" preguntó, deslizando el rotulador de vuelta al bolsillo de Kyle.

"Y-yo no lo sé, quiero decir, no, no me deja."

"Justo lo que me figuraba." Meneó la cabeza como si estuviera realmente familiarizado con la esclavitud moderna. "Debes ser un novato. ¿Te va a marcar a fuego más adelante?"

Kyle se estremeció mientras las manos del hombre exploraban sus nalgas y su entrepierna. "Un tatuaje."

Agarró en la mano la polla de Kyle. "¿Crees que podría venderte a mí?"

"N-no lo sé," se quejó Kyle.

El hombre se rió. "Lárgate de aquí," exclamó administrando un sonoro golpe en su culo con la palma de la mano.

Kyle emergió una vez más a la luz del día, esta vez con una corrida de hombre en la cara.

"Es asqueroso," dijo Brittany, pasándole un pañuelo de papel. "Límpiatelo."

Cuando terminó ella ya se estaba alejando. Tuvo que correr para alcanzarla.