Prueba de dioses

Tan solo queda una semana para coronar a la nueva lider del clan Fey. Maya tendrá que demostrar a los dioses que ella es la merecedora de ese título.

17 de Agosto 13:30- Bufete Wright & Co

  • Paz, paz, armonía, paz… - Susurraba Maya sentada con los pies cruzados encima de la mesa del despacho de Phoenix.

Una dulce música salía del teléfono móvil que estaba junto a ella y el olor a incienso llenaba toda la habitación. En aquel lugar el tiempo se había detenido, la médium se encontraba en trance total, tenía que entrenarse duro, los dioses le habían entregado un gran poder y sabía que ese gran poder requería una gran responsabilidad, y con un trabajo duro y un gran esfuerzo físico conseguiría dominar todo su potencial y llegar sin miedos al día de la coronación.

Phoenix y Pearl no volverían hasta pasado un rato, les había mandado a hacer unos recados al centro, aunque ahora mismo eso no le importaba, Maya tenía sus cinco sentidos concentrados en su cuerpo, notaba fluir su poder espiritual por él, cada vez lo sentía con más fuerza, sentía como se movía alrededor de ella como si fuera un vendaval de aire.

Pero todo lo que era paz y tranquilidad cambió de golpe al sentir como se abría la puerta. Pearl y Phoenix entraron en la habitación y se sorprendieron al ver todo aquello. El ruido de la puerta sacó a Maya del trance y su energía espiritual se descontroló haciéndole caer de la mesa, por suerte, Phoenix tuvo los reflejos suficientes para cogerla en brazos antes de que impactara contra el suelo.

  • Gracias Phoenix me has salvado la vida, pero la próxima vez… - Hizo una pausa para coger aire - ¡La próxima vez tocar la puerta cuando esté meditando!

  • Lo siento Maya pero la próxima vez avísanos de que vas a meditar. – Dijo Phoenix intentando exculparse.

  • También tienes razón. – Dijo la joven sonriendo. - ¿Habéis traído todo lo de la lista?

  • Sí, ya hemos comprado todo. Podríamos ir a comer a la hamburguesería que ya es tarde para andar cocinando.

  • ¡Madre mía es tardísimo! – Dijo Maya consultando su reloj. – Vamos antes de que cierren.

Los tres salieron corriendo de la casa rumbo a la hamburguesería. No tardaron mucho en llegar y mucho menos en atenderles ya que iban allí una media de dos veces por semana y todos los camareros sabían que es lo que quería cada uno. Una vez tenían las hamburguesas frente a ellos, los tres comensales comenzaron a comer con voracidad y apenas hablaban. Maya estaba inmersa en sus pensamientos, llevaba mentalmente el entrenamiento que debía realizar antes del día de la coronación, sabía que ya estaba cerca, tan solo le quedaba la última fase. Los entrenamientos que había realizado hasta la fecha eran tanto físicos como espirituales. Maya se había puesto las pilas en aquel sentido, no todos los días se coronaba a alguien como líder del clan Kurain, tan solo quedaban cinco días para aquello, pero sabía que estaría preparada para aquel día.

Terminaron de comer y tras pagar la cuenta salieron del establecimiento. Anduvieron durante varios minutos hasta que llegaron a un parque. Pearl salió disparada hacia allí al ver a sus compañeros de clase, Maya y Phoenix aprovecharon para sentarse en uno de los bancos que habían por la zona.

  • ¿Va todo bien? – Preguntó Phoenix preocupado. – Antes en la hamburguesería te he notado un tanto ausente.

  • Tranquilo Nick, todo va bien. – Dijo con una sonrisa en la cara. – Tan solo estaba pensando en que solo quedan cinco días para que me convierta en la líder de la aldea Kurain. – Tragó saliva. – La verdad que estoy un poco nerviosa.

  • Ya verás como todo va bien, llevas mucho tiempo entrenándote a conciencia.

  • Espero que así sea… - Se quedó pensando unos segundos. – Nick quiero pedirte ayuda.

  • ¿Ayuda? ¿A mí? – Preguntó sorprendido. – Pero si yo no se nada sobre espiritismo.

  • Tranquilo, estoy en la última fase de mi preparación y para dar este último paso necesito tu ayuda.

  • Por mí no hay problema, lo único que vas a tener que explicarme cual es la tarea que tengo que desempeñar. – Dijo bastante confuso.

  • Vale, luego te explico todo en un lugar más tranquilo.

  • Perfecto.

Los dos se levantaron del banco y fueron en busca de Pearl que seguía jugando con sus amiguitos. La cabeza de Phoenix estaba muy perdida y no dejaba de hacerse preguntas: ¿Qué tendré que hacer? ¿Por qué me pide ayuda a mí?... Maya en cambio pensaba las palabras que usaría para explicarle el entrenamiento que llevarían a cabo los siguientes días. Era muy sencillo de explicar pero a la vez muy vergonzoso. Aunque no le quedaba otra Phoenix era el único actualmente que podía ayudarle a dar su último paso para que los dioses decidieran si era digna de merecer el título de líder del clan.

Estuvieron un rato más en el parque hasta que Pearl se despidió de sus amigos en miniatura. Después fueron al coche de Phoenix que lo tenía aparcado dos calles más allá. Una vez dentro fueron a la aldea Kurain y dejaron allí a Pearl. Maya no se quedó allí ya que puso la excusa de que tenía que pasar por el bufete a por unos documentos, no tardaría en volver. Se montaron en el coche y salieron rumbo a ninguna parte, aquel lugar sería el idóneo para hablar del secreto tema.

  • Como ya te he dicho antes estoy en la última fase de mi entrenamiento. – Dijo Maya convencida. – A esta última fase se le llama "la fase de validez".

  • ¿Fase de validez? – Interrumpió Phoenix.

  • Se llama así ya que los dioses deciden si soy valida o no para ostentar el cargo al que aspiro.

  • ¿En serio? – Dijo Phoenix sobresaltado. - ¿Y si no te sirvo de ayuda y no consigues ser valida?

  • Tranquilo Nick tu solo serás el vehículo de transmisión, tu serás el que me diga si soy o no válida.

  • ¿Y cómo voy a hacer eso? – Preguntó el abogado con impaciencia.

  • La última fase se divide en tres sub-fases. – Comenzó a explicarle la médium. – Se llaman "Presentación", "Vinculación" y "Ejecución". Una vez completemos las tres sub-fases sabré el resultado de mi entrenamiento.

  • Pero… ¿Qué tengo que hacer en cada fase?, ¿Cómo voy a darte yo un mensaje de los dioses? – Preguntaba inquieto el abogado.

  • Tranquilo, ahora te explico cual es tu quehacer en todo esto. – Cogió aire. – En la primera fase lo que haremos será bañarnos juntos en la cascada, con esto conseguiremos que tu cuerpo se vaya acostumbrando a mi aura espiritual. En la segunda fase tendremos que dormir juntos agarrados de la mano para poder establecer un vínculo y podamos pasar así a la última fase… - Tragó saliva. – En la tercera fase… - Maya se puso roja como un tomate, intentaba hablar pero no era capaz, tan solo balbuceaba palabras sin sentido. – Bueno, la tercera fase ya te la explicaré si todo va bien.

Phoenix aún no entendía muchas cosas pero vio que su compañera estaba bastante apurada y no quiso presionarla más, bastante tenía con lo suyo. Dio media vuelta en una rotonda y se dirigieron de nuevo hacia la aldea Kurain, Phoenix puso la radio y de ésta se oía la noticia de un nuevo caso de corrupción en la política nacional. Gracias a esa noticia el viaje fue mucho más ameno ya que ambos comenzaron a hablar sobre el tema, para cuando se quisieron dar cuenta, ya habían llegado a su destino. Maya se bajó del coche y se acercó a la ventanilla del piloto.

  • Nick, duerme bien, incluso échate una siesta. Mañana tenemos que estar en la cascada sobre las 10 de la noche y puede que se alargue bastante el día, así que te necesito despierto.

  • Entendido jefa. – Dijo el abogado sonriendo.

  • Gracias por tu ayuda Nick, hasta mañana.

  • Hasta mañana Maya.

Dio media vuelta y se volvió a casa, una vez allí se tomó un vaso de leche caliente y se acostó. Se puso a pensar en el entrenamiento con Maya pero no por mucho tiempo ya que la leche caliente le hizo efecto introduciéndole en un profundo sueño.

El día siguiente no fue demasiado fructífero, Phoenix se pasó la mañana durmiendo y gran parte de la tarde frente al televisor, aunque su cabeza no paraba de especular con que se encontraría al ir a la cascada. En cambio Maya se paso todo el día bajo la cascada mejorando aún más su potencial espiritual. Quería que llegaran ya las 10 pero al mismo tiempo deseaba que eso no ocurriera nunca. Phoenix era un compañero muy especial y tenía miedo de lo que pudiera pasar los próximos tres días.

Phoenix miró al reloj, ya eran las 21:25 así que decidió tomar rumbo hacia la cascada para no llegar tarde a su cita. Tras conducir durante 20 largos minutos, el abogado aparcó y tras andar 5 minutos más llegó a la cascada. Allí se encontró a Maya flotando boca arriba en el pequeño lago que se formaba gracias a la cascada. Phoenix no se atrevió a decir nada, esperó a que su compañera se diese cuenta de su presencia, no quería recibir la misma bronca que recibió a la mañana. Maya estaba en un estado de concentración total y de pronto se dio cuenta de que algo estaba cambiando en su universo particular, abrió los ojos y se encontró a Phoenix mirándola a la lejanía. Con un gesto le pidió que se acercara a ella, el abogado no tardó en comenzar a andar hacia la joven. El cuerpo de Maya llevaba más de 5 horas en un estado de relajación total, pero aquella tranquilidad se había acabado en el momento en el que Phoenix apareció en la cascada. Un sentimiento de vergüenza y miedo le invadió todo su ser, temía contarle toda la verdad a Phoenix y que este se echara atrás pero bueno, ya no había vuelta atrás, levantó la mirada y ahí se encontró a su compañero frente a frente.

  • Bien Maya, ¿Empezamos con tu entrenamiento? – Preguntó con una sonrisa en la cara.

  • Perfecto, según estemos en el agua te explico que es lo que debemos hacer. – Contestó bastante nerviosa.

Phoenix comenzó a desvestirse, supuso que acabaría metiéndose al agua así que llevaba un bañador por debajo del pantalón. Una vez se quitó toda la ropa se metió al agua, donde le esperaba su compañera. El agua no estaba excesivamente fría pero esperaba no tener que estar mucho tiempo quieto ya que tenía claro que acabaría acatarrado.

  • Bien Nick, para comenzar el entrenamiento tenemos que estar totalmente desnudos.

Ese comentario le cogió por sorpresa pero no había nada que temer, estaban solos y estaba lo suficientemente oscuro como para que no se viera nada. Maya se llevó las manos a la espalda y se soltó la parte superior del biquini sin mayor problema, después ambos se llevaron las manos hacia sus caderas y se quitaron sus respectivos bañadores. Phoenix entonces comenzó a notar una extraña sensación, era una sensación de calma, de relajación, se sentía realmente a gusto y eso se reflejó en su rostro.

  • Veo que ya estás notando el poder de la cascada.

  • Vaya sensación, así que esto es lo que sentís los médium ¿Eh? – Dijo el abogado sonriendo.

  • Más o menos. – Respondió un poco más tranquila. - ¿Recuerdas como se llamaba la primera fase?

  • Creo que era presentación. – Dijo algo dubitativo.

  • En efecto, lo que vamos a hacer es presentarnos a mis dioses para que sepan que te he escogido a ti como comunicador entre ellos y yo.

Phoenix no creía en dioses pero había visto en más de una ocasión la canalización de espíritus así que no tenía ninguna duda en las palabras de Maya, además, el abogado notó un tono de seriedad que nunca había oído en los labios de su compañera.

  • Bien, pues comencemos cuanto antes. – Dijo Maya acercándose a Phoenix.

Maya comenzó a darle todo tipo de órdenes para ir haciendo los diferentes ejercicios y rituales. Hicieron el baile tradicional, meditaron juntos, nadaron, etc. Todo aquello duró varias horas y de pronto sucedió algo sorprendente. Al cuerpo de Phoenix lo rodeó un aura verde, Maya le había explicado que si eso pasaba es porque los dioses lo habían aceptado como comunicador, ahora faltaba que aceptaran a ella como aspirante al liderazgo del clan Fey.

  • Nick, yo ahora me voy a dar media vuelta, te pido que salgas del agua y te quedes mirando a la cascada.

Maya se puso mirando a la cascada mientras el abogado salía del agua. Una vez fuera Maya comenzó a concentrar toda su energía espiritual, estaba muy nerviosa ya que esta era la parte más importante de la primera fase. Poco a poco su energía iba fluyendo y notaba como iba haciendo efecto. Al otro lado, Phoenix sentía un calor infernal llenaba todo su ser, no sabía bien porque pero se estaba excitando y eso lo pudo comprobar al ver que su miembro estaba totalmente erecto. Un nerviosismo se apoderó de él, no podía creerse que se hubiera puesto así en un momento tan importante, teniendo a Maya a menos de veinte metros. Intentó pensar en otras cosas pero eso no bajaba, seguía arriba, duro como una piedra. Entonces las cosas se pusieron más difíciles.

  • Nick, voy hacia allí, vamos a hacer el último ejercicio de la noche, ahora sabré si los dioses desean ser la aspirante al título.

Maya comenzó a andar hacia atrás en dirección al abogado que no sabía ni donde esconderse, miraba a su erecta polla que lo miraba a él rodeada del aura verde. Maya cada vez estaba más cerca, y él cada vez estaba más nervioso, que pensaría Maya de él, pensaría que es un salido que sin ni siquiera verla desnuda estaba totalmente empalmado. Entonces llegó el momento, Maya salió del agua, estaba a menos de dos metros de él. Phoenix no pudo evitar mirarle el culo, era pequeño y tierno con dos redondas nalgas. A Phoenix le vino a la cabeza separar esas dos nalgas y meter la lengua hasta el fondo, idea que rechazó al instante, en ese momento la médium se dio la vuelta. Los ojos de la Maya se centraron en el erecto miembro de su acompañante, lo que estaba viendo no era lo que esperaba. El rabo de Phoenix era enorme y estaba totalmente firme. El abogado también se fijó en los atributos de su compañera. Sus pechos eran pequeños y redondos, parecía que aún no habían terminado de desarrollárseles. Su rajita en cambio era una preciosidad, estaba totalmente rasurada y tenía unos rosados labios que lo hacían muy apetecible. Al abogado le costó resistirse a la tentación de arrodillarse frente a la médium y comenzar a lamer aquel cáliz de la vida, pero no hizo nada ya que podía echar por la borda el entrenamiento de Maya.

  • Bien Nick, ahora que los dioses saben que tú serás mi pareja, he de saber si ellos quieren que yo sea la aspirante al título.

Tras decir eso la médium se arrodilló frente al abogado y se tragó gran parte de su miembro. Se puso las manos en la espalda y comenzó un rápido mete saca con la boca. Phoenix estaba en estado de shock, no se creía lo que estaba viendo, y mucho menos lo que estaba sintiendo. La dulce boca de su compañera se tragaba con voracidad su polla mientras que la energía espiritual lo llevaba a un estado de relajación total. Para el abogado el tiempo se había detenido, lo único que notaba era las caricias orales de Maya, todo a su alrededor era paz y tranquilidad.

Por el otro lado la médium se tragaba más y más el miembro de su pareja, cada vez le costaba más introducírselo ya que era bastante grueso. Maya aumentaba el ritmo de la mamada, necesitaba sentir la corrida de Phoenix, necesitaba saber si era válida. En ese momento un nerviosismo invadió todo su ser, temía que los dioses no aceptaran su proposición, pero también pensó en todo lo que había entrenado y todo lo que se había sacrificado esos últimos años por satisfacer a los dioses. Maya volvió a la realidad y se dio cuenta entonces de que se estaba tragando casi la totalidad de la polla de Phoenix. Intentó metérsela por completo pero se notó como aquel pedazo de carne le golpeaba la campanilla y eso la asusto un poco, así que continuó con la misma profundidad pero a una velocidad endiablada. Phoenix comenzó a gemir de manera entrecortada, había llegado el momento, Maya continúo succionando aquel aparato hasta que Phoenix dijo las palabras mágicas.

  • Maya no puedo más, me corro, me corro, me

Y así fue, varios chorros de caliente semen comenzaron a llenar la boca de la médium que comenzó a tragarlos con avidez. Una vez había tragado hasta la última gota de semen, se sacó de la boca el miembro de su compañero totalmente limpio. Un aura verdosa comenzó a cubrir el cuerpo desnudo de la médium. Al ver esto comenzó a dar saltos de alegría.

  • ¡Soy válida! ¡Soy válida! – Tras decir eso le dio un fuerte abrazo a Phoenix.

La alegría de ambos duró varios minutos, después una fría brisa los sacó de sus ensoñaciones. Decidieron que lo mejor sería vestirse, si no querían coger una pulmonía. Primero Maya sacó una toalla y se secó, tuvo que prestársela a Phoenix ya que él había olvidado traer una. Tras estar ambos secos, se vistieron y montaron en el coche del abogado. Éste la llevó a casa, por el camino intentó averiguar en que consistía la segunda fase del entrenamiento pero Maya no soltó prenda. Una vez llegaron a la aldea kurain Maya se bajó del coche.

  • Mañana quedamos aquí a las 9, ¿vale? – Preguntó Maya.

  • Perfecto.

  • No cenes, cenaremos juntos.

  • ¿Es nuestra primera cita? – Dijo en tono burlón.

  • No digas tonterías Nick. – Dijo un poco sonrojada. – Muchas gracias por ayudarme.

  • Tranquila mujer, para eso estamos.

Tras decir eso la médium se dio media vuelta y se fue, Phoenix dio media vuelta y volvió a su casa. De camino a casa no paraba de pensar en que consistiría la próxima fase, Maya le había comentado algo de que tenían que dormir juntos. Sus pensamientos más perversos salieron a la luz, en parte tenía razón para pensarlo ya que el final del entrenamiento de hoy había sido impresionante. Impresionante en dos sentidos, tanto en el sentido de que no se esperaba que acabara el entrenamiento así como por la habilidad que tenía Maya dar placer con su boca. Aquellos pensamientos hicieron reaccionar el miembro de Phoenix que se puso totalmente erecto. En ese momento bajó del coche y se metió en su casa. Se puso el pijama y notó que aún estaba erecto, no le dio mayor importancia. Se tumbó en la cama y cerró los ojos, la última imagen que tuvo Phoenix antes de dormirse fue la del cuerpo de Maya desnuda frente a él.

El día siguiente fue bastante tranquilo, salió por la mañana a hacer unas compras y a darse un paseo ya que el sol lucía con fuerza. La tarde se la pasó leyendo al aire libre. Cuando dieron las 20:30 cogió su coche y salió hacia la aldea Kurain. Había pensado llevar una botella de vino pero finalmente desechó la idea ya que aquella no iba a ser una cena normal, sería una cena llena de simbolismo y ofrendas a sus dioses.

Aparcó su coche a las afueras y tuvo que andar varios minutos hasta llegar a la entrada de la aldea, allí le esperaba Maya.

  • Buenas. – Dijo la médium mientras saludaba con el brazo. – Vamos a cenar, ven sígueme. – Tras decir eso se dio media vuelta y comenzó a andar.

Phoenix la siguió sin poder decirle nada, tras pasar varias calles llegaron a una casa. Maya miró a atrás para asegurarse de que su compañero seguía ahí, tras confirma aquello, abrió la puerta e invitó al abogado a entrar dentro. Una vez estaban los dos dentro lo que allí se encontraron fue una pequeña habitación en la que había una mesa en medio, estaba rodeada de velas y también había incienso. Phoenix se sentó en una de las sillas y Maya comenzó a traer la comida de otra habitación. Comieron, rezaron, meditaron, cantaron, bailaron, etc. A Phoenix le volvió a cubrir el aura verdosa, una sonrisa apareció en la cara de Maya al ver que todo iba según lo previsto. Una vez conseguido eso, tan solo faltaba el último ejercicio de la fase. Un nerviosismo llenó el cuerpo de la médium, pero no se podía volver atrás, los dioses querían ver el grado de vinculación que había entre ellos y ella iba a demostrárselo ahora mismo.

  • Nick, ¿te acuerdas de cómo se llama esta fase?

  • Era la fase de los vínculos. – Dijo Phoenix haciendo memoria.

  • Eso es, ahora tendremos que vincular nuestros cuerpos.

  • ¿Cómo se hace eso? – Preguntó el abogado intrigado.

Maya tragó saliva. Tras eso le explicó en que consistía el último paso de la fase.

  • El número tres es un número sagrado en la familia Fey ya que es la resta de nueve y seis que son los números que representa la magatama. – Maya cogió aire. – En la fase de vinculación lo que hay que conseguir es que nos consigamos sincronizar, que podamos trabajar juntos gracias al poder espiritual. – Maya lanzó un suspiro, su corazón latía a mil por hora. – Tendremos que acostarnos juntos y practicar sexo anal, tendrás que depositar tres veces tu semilla en mí. – Maya hablaba con total seriedad y cada vez se sentía más confiada. – Se que es difícil pero te ayudaré con mi poder espiritual.

  • Bien. – Dijo Phoenix en tono serio.

  • Acompáñame. – La médium comenzó a andar hacia otra habitación.

Entraron en una habitación en la que había una cama en medio, estaba llena de lujos, tanto en telas, como en joyas, etc. Maya se acercó a la cama y sacó de allí una pequeña botella.

  • Ésta es el aceite especial Kurain, lo usaremos para facilitarnos nuestro entrenamiento. – Tras decir eso se la entregó al abogado.

Entonces la médium comenzó a desnudar a su compañero, éste al ver las intenciones de su pareja comenzó también con la misma labor. No tardaron en estar totalmente desnudos uno frente al otro. Phoenix hizo el amago de besar en la boca a Maya pero ésta le detuvo.

  • Ya tendremos tiempo para los besos. – Dijo poniéndole un dedo en los labios. – Ahora tenemos que entrenar. – Dijo yendo hacia la cama.

Phoenix se acercó a Maya, le resultaba extraño ir a tener sexo con una mujer de esa manera, sin besos, sin caricias. Cuando estaban cara a cara Maya levantó las palmas de las manos, Phoenix también lo hizo y en ese momento el miembro del abogado comenzó a crecer a toda velocidad hasta alcanzar su máxima plenitud. Maya lo miró y después miró a su compañero, la cara de éste era de sorpresa total, no podía creerse lo que acababa de ocurrir.

  • ¿Cómo prefieres hacerlo? – Preguntó la médium.

  • Pues no se, podríamos ir variando las posturas, si es que es posible.

  • Me parece buena idea, todo el rato en la misma postura puede llegar a ser incomodo.

Tras esa breve conversación Phoenix tumbó a Maya en la cama, le pidió que abriera las piernas y él se colocó entre ellas. La médium comenzó a sentir mucha vergüenza ya que veía que Phoenix miraba a su sexo con lujuria, las mejillas de ésta se sonrosaron y más aún cuando Phoenix se untó la mano con aceite y se embadurnó todo el miembro, cogió algo más de aceite y acercó la mano hacia el cuerpo de Maya, entonces comenzó a impregnar el ano del mismo aceite. Aquel aceite desprendía un calor que empezaba a filtrarse por los cuerpos de la pareja, eso haría que la relación fuese más placentera y así se consiguiera con más velocidad el objetivo.

Phoenix estuvo varios minutos masajeando la entrada del trasero de Maya, no quería hacerle daño y eso es algo que la médium comprendió por lo que no puso ninguna pega. Aquel dulce masaje había calmando bastante los nervios de Maya ya que había oído muchas historias en torno al sexo anal.

De pronto Phoenix comenzó a acercarse, con una de las manos agarraba su polla y la dirigía hacia el agujero de Maya que miraba expectante. Colocó la punta en la entrada y comenzó a meterla lentamente.

  • ¡Para! – Gritó Maya sobresaltada. – No puedes meterla así, tiene que entrar de golpe.

Aquellas palabras asustaron al abogado un poco ya que no quería hacer daño a su amiga pero no le quedó más remedio que hacerlo así. Cogió algo más de aceite y lubrico bien la zona. Después con un golpe de cadera atravesó el culo de Maya por la mitad. Ésta pegó un grito y Phoenix le miró a la cara, la cara de su amiga era una mezcla total de sensaciones parecía que le había dolido, pero no solo había dolor en aquel rostro. Una vez tenía el miembro completamente dentro comenzó a sacarla con suavidad esperando que aquel agujero pudiera acostumbrase a lo que se le venía encima. Una vez fuera volvió a meterla de golpe y otro grito salió de la boca de Maya, esta vez el grito era más sensual y eso le calentó más a Phoenix que comenzó a meterla y a sacarla con velocidad, con cada una de las manos sujetaba cada una de las piernas de su compañera, mientras que con las caderas marcaba el ritmo de las embestidas. Phoenix no pudo evitar fijarse en el coñito de su compañera, estaba totalmente depilado, tenía un brillo especial gracias al aceite que usó antes y ahora era aún más apetecible que cuando lo vio por primera vez. Le dieron ganas de agarrarle fuerte las piernas y metérsela en aquel agujero con violencia hasta acabar dejándole su semilla dentro. Pero aquellos pensamientos desaparecieron de la cabeza al oír que Maya comenzaba a gemir, parecía que le gustaban las dosis de carne que le estaba dando. La verdad que él también había comenzado a disfrutar con fuerza de aquello, el agujero de la joven era muy estrecho y apretaba con fuerza cada vez que Phoenix metía la polla. Era la primera vez que la metía por detrás a una mujer y la verdad que era una gozada, no había ni punto de comparación y más teniendo delante un culo como el que tenía. Sin darse cuenta había aumentado el ritmo de las embestidas y en ese momento supo que su cuerpo iba a alcanzar su primer orgasmo.

  • Aquí va el primero, aquí va

Phoenix penetró con violencia varias veces hasta que su miembro comenzó a escupir chorros de esperma, en ese momento el abogado lo introdujo hasta el fondo para que no se escapara ni gota.

  • ¿En qué posición nos ponemos ahora? – Preguntó Maya intrigada. El placer que acababa de sentir no lo había sentido jamás.

  • ¿Qué te parece hacerlo a cuatro patas?

Maya ni siguiera respondió, se puso a gatas con el culo en pompa en dirección hacia su compañero. Phoenix se levantó se puso de pie fuera de la cama para estar más cómodo, pidió a su compañera que se acercara un poco y ésta lo hizo sin rechistar. La joven se detuvo cuando su trasero contactó con el miembro del abogado. Éste lo colocó en la entrada y tras agarrar a la joven por las caderas metió todo su miembro de un golpe. La joven gritó con sensualidad, aquel grito endureció aún más el miembro de Phoenix que salía y entraba con violencia del culo de la médium que no paraba de gritar. Aquellos gemidos llenaban la habitación de lujuria, Phoenix estaba acostumbrado a oír a Maya gritar por cualquier cosa pero jamás le había oído gritar de esa manera, estaba desbocada, estaba totalmente fuera de sí. Al abogado le ponía aún más caliente saber que esos gritos eran gracias al trato que le estaba dando con su polla.

Se oían los chapoteos de la polla introduciéndose con violencia en el culo de la médium que no cabía en sí de gozo. Phoenix vio que los gritos de Maya iban en aumento con lo que él aumento la velocidad de las embestidas, los gritos de la joven eran cada vez más intensos. Phoenix metía y sacaba todo su cipote del culo de la médium y ésta tras lanzar un grito de puro gozo llegó a su primer orgasmo, jamás había sentido algo parecido, la polla de Phoenix taladrándole el culo a esa velocidad le había llevado a ese fantástico momento, que aquella maravillosa sensación. Pero aquello no había acabado, el miembro de su amigo seguía embistiéndola con fuerza. Phoenix seguía metiéndola con fuerza, al menos con toda la que le quedaba, ya que llevaba más de media hora embistiendo a la joven. El abogado deslizó una de sus manos de la cadera a la nalga de Maya. Palpaba con dulzura aquel pedazo de carne, no sabía si era por la excitación del momento pero aquella nalga era dulce, suave, delicada… Le ponía a mil tener aquel pedazo de cielo en su mano, notó que llegaba lo inevitable, iba a volver a correrse. Agarró con fuerza ambas nalgas y comenzó un mete-saca extremo. La polla entraba y salía con gran brutalidad mientras que las manos de Phoenix amasaban con fuerza las nalgas de la joven que gemía con fuerza. Unos fuertes gemidos del abogado advirtieron a su compañera de lo que iba a suceder, y así fue, Phoenix introdujo todo su miembro en el interior del agujero de nuevo y vertió allí su elixir de la vida. Todo el semen se estaba mezclando en el interior de Maya que aún parecía conmocionada por la sobredosis de placer que estaba sintiendo.

Phoenix estaba sudando la gota gorda, aquel entrenamiento era mucho más duro de lo que se esperaba. Estaba sumamente cansado, con el poder espiritual las relaciones se alargaban mucho más y el esfuerzo físico de ambos era mucho mayor. Para la próxima posición Phoenix lo tenía claro, se tumbó boca arriba en la cama y le pidió a Maya que ella se pusiera encima y que lo cabalgara con fuerza. Maya accedió a la proposición ya que el abogado llevaba un rato largo penetrándola, ya era hora de que ella fuera la que llevara el ritmo de la relación. Se puso encima de Phoenix y tras dirigir su polla al interior de su culo se sentó sobre ella con fuerza. Un gemido salió de los dos, ambos estaban ya en un grado de excitación total. Maya poco a poco comenzó a saltar sobre el miembro del abogado que permanecía aún erecto. El ritmo era vertiginoso, estaba claro que Maya quería alcanzar su segundo orgasmo con velocidad. La médium comenzó a susurrar unas palabras y el aura de Phoenix se hizo mucho más brillante, a su vez el placer que sentía era mucho mayor, muchísimo mayor, con cada salto de la joven sentía que se iba a desmayar de placer, parecía que le había hecho el mismo efecto a Maya ya que ella también gemía como si estuviese viendo el cielo. Maya comenzó a brincar con fuerza, Phoenix también movía las caderas hacia arriba para que la penetración fuese más profunda. Ambos iban a alcanzar el orgasmo, lo iban a hacer juntos, así debía de ser, y así fue. Maya se tumbó en el pecho de Phoenix al momento que este lanzaba por última vez su semilla en su interior. La médium le agarró las manos al abogado y entonces el aura de Maya se volvió del mismo color que el de su compañero. Una sonrisa apareció en el rostro de la joven, todo había salido bien, al menos eso parecía.

  • Ha sido genial. – Dijo Phoenix exhausto.

  • La verdad que sí, pero esto aún no ha acabado.

  • ¿Qué tenemos que hacer ahora? – El tono de Phoenix sonaba un tanto desesperado.

  • Tranquilo Nick, tan solo tenemos que dormirnos en esta posición.

Phoenix respiró tranquilo, su cuerpo no tenía fuerzas ni para poder levantarse. Maya cogió una de las sábanas con la mano y se la echó por encima, ambos cerraron los ojos y no tardaron en dormirse.

La mañana siguiente Phoenix notó como una corriente de aire frío congelaba su cuerpo desnudo que intentaba protegerse bajo las sábanas, pero no fue suficiente. Abrió los ojos y se encontró a Maya en frente abriendo las ventanas.

  • Buenos días dormilón.

Phoenix aún estaba intentando localizarse.

  • ¿Qué te gustan más las galletas o los cereales?

  • Las galletas. – Dijo Phoenix totalmente dormido.

  • La ducha está aquí al lado. – Dijo señalándole una puerta. – Para cuando salgas tendrás hecho el desayuno.

Tras decir eso Maya salió de la habitación. Phoenix comenzó a desperezarse mientras oía los sonidos típicos de la cocina. Se puso en pie y se dio cuenta de que estaba totalmente desnudo, así que salió pitando hacia el baño. Una vez dentro vio que había un par de albornoces se tranquilizó, una cosa era ayudarle a entrenar a Maya y otra muy diferente andar por hay desnudo en casa ajena.

Maya estaba recogiendo la casa, dejando todo como lo había encontrado, una extraña sensación invadía el cuerpo de Maya, estaba nerviosa ya que era el último día de preparación, hoy se decidiría todo, pero también sentía una gran alegría al sentir la compañía de Phoenix. Esperaba no estar enamorándose ya que eso sería fatal, Phoenix tan solo era un amigo que le estaba echando un cable, nada más que eso.

Phoenix ya había terminado de ducharse, se secó y se tapó con el albornoz. Fue a la cocina y ahí se encontró a Maya, ésta según le vio sacó dos tazones llenos de galletas. Se sentaron y desayunaron juntos.

  • Ya estamos en la fase final del entrenamiento. – Dijo Maya con una mezcla de alegría y terror.

  • Sí, el gran día se acerca.

  • En parte estoy deseando que llegue mañana, pero al mismo tiempo deseo que no llegue nunca.

  • Es normal, pero tranquila, seguro que sale todo bien, te has estado esforzando mucho todo este tiempo.

  • Eso espero. – Soltó una risa nerviosa.

  • ¿En qué consiste la prueba final?

  • Pues no puedo decirte nada, pero tranquilo, te voy a dar un papel con todas las indicaciones.

  • Perfecto.

  • Tenemos que ir al templo Hazakura a hacer el entrenamiento, así que será mejor salir cuanto antes, tenemos que llegar allí antes de que anochezca.

  • Bien, si eso vete vistiéndote mientras te friego lo del desayuno, después pasamos por mi casa y me pongo algo limpio y ya vamos al templo.

Maya asintió con la cabeza y salió de la cocina. Phoenix estuvo fregando los cacharos y Maya no tardó mucho en aparecer, así que cogieron el coche y fueron a casa del abogado, este se cambió de ropa y finalmente, salieron rumbo hacia el templo Hazakura.

Maya por el camino le explicó que el entrenamiento de hoy era muy duro. Que ella estaría sumida en una meditación muy profunda y que él iba a tener que trabajar bajo una gran presión.

Cuando llegaron no les recibió nadie, no hacía falta, Maya sabía de sobra a donde tenía que ir. Anduvieron un rato hasta llegar a un pequeño templo, no era el templo Hazakura, este tan solo tenía dos habitaciones: la sala de espera y la sala de meditación. Allí tan solo iban las grandes médium a meditar, por eso era tan poco conocido. Una vez entraron en la sala de meditación, se vieron sumidos en la más absoluta oscuridad. Maya encendió unas velas que daban la iluminación suficiente como para poder situarse. Habían entrado descalzos, el suelo de aquella sala era muy blando y muy cómodo. Estaban arrodillados uno frente al otro.

  • Nick, estas son las instrucciones que tienes que seguir. – Dijo metiéndole algo en el bolsillo. – No las saques hasta que yo esté totalmente en trance.

  • Bien, ¿Qué debo de hacer con ellas? – Phoenix estaba un poco confuso, tenía miedo de poder equivocarse.

  • Son un listado de tareas, tú vete haciéndolas en el orden que te pone, son muy fáciles de entender. – Dijo con una sonrisa en la cara. – Bueno Nick, yo ya voy a empezar, no me falles.

Tras decir eso Maya cerró los ojos y comenzó a susurrar unas palabras que Phoenix era incapaz de entender. No sabía si era otro idioma o simplemente hablaba demasiado bajo. Pasados diez minutos Maya se había desplomado hacia atrás, tal y como le había dicho a Phoenix con lo que él sacó la hoja de papel del bolsillo y comenzó a leer.

  • Punto uno, saca la magatama de mi bolsillo derecho. – Leyó el abogado.

Phoenix se acercó a Maya y le metió la mano en el bolsillo, allí estaba la magatama brillando, según la cogió vio que la vista se le nublaba, un intenso dolor de cabeza le vino y sentía que se desmayaba. Se oyó un gran estruendo cuando el abogado cayó al suelo de espaldas, sentía que perdía la consciencia, buscó en el suelo el papel e intentó seguir leyendo.

  • Punto dos, si no te has mareado, llévate la magatama al corazón y repite la palabra Fey 15 veces.

Phoenix se llevó la mano derecha al pecho, en ella tenía la magatama, comenzó a decir la palabra pero le costaba mucho hablar, es como si estuviese sedado o drogado. Consiguió repetir la palabra 15 veces y la situación se calmó un poco, parecía más despierto pero aún sentía que se le iba la cabeza.

  • Punto tres, desnúdate.

Phoenix tuvo que leer varias veces aquella orden, le parecía muy extraño lo que estaba a punto de pasar. Una vez desnudo continuó leyendo.

  • Punto cuatro, coloca la magatama en el suelo y hazla girar. Fíjate en el número que forma.

Phoenix obedeció al instante, y tras varias vueltas la magatama se detuvo formando el número 9. Una vez vio el resultado, cogió de nuevo el papel y continúo leyendo.

  • Punto cinco, quítame toda la ropa de cintura para abajo.

Phoenix no podía creerse lo que había leído, miles de pensamientos le inundaron la cabeza, pero se deshizo de ellos y continuó con su cometido. Llevó sus manos al pantalón de la joven y suavemente se lo deslizó hasta sacárselo de las piernas, hizo lo mismo para retirarle el tanga que llevaba, entonces descubrió una vez más el precioso tesoro que guardaba Maya entre las piernas, se pasó varios minutos observándolo hasta que se dio cuenta de que se estaba erectando y continuó leyendo.

  • Punto seis, penétrame hasta que vayas a llegar al orgasmo, procura no desmayarte, cuando estés apunto de llegar apunta con tu miembro sobre mi cara y lanza allí tu semilla, el número de chorros a de ser el mismo que el de la magatama. Si es así, los dioses habrán dado por finalizado mi preparación. – allí se acababan los puntos pero el texto seguía así que continuó leyendo. – Espero que todo salga bien, ten cuidado, si no es así, gracias por haberme ayudado.

Hay se acababa el escrito de Maya, lo dejó en el suelo y se acercó a su compañera. Se quedó mirando aquella rajita y volvió a erectarse, entonces se acerco para comenzar con la última parte del entrenamiento.

Posó su mano derecha en el sexo de Maya, aquello estaba muy seco, pensó en lubricarlo un poco antes de penetrarla ya que podía causarle mucho daño y sacarla del trance. Entonces se dirigió a hacer su sueño realidad. Colocó su cabeza entre las piernas de la joven y se quedó varios segundos admirando la belleza que tenía ante él, no pudo contenerse y en seguida sacó su lengua para comenzar a lamer aquella preciosidad. Movía su lengua muy despacio, saboreando todo a su paso, le lamió el clítoris durante un rato no muy largo, temía poder sacarla del trance. Después le introdujo la lengua en la vagina y la movió con cierta velocidad. Saboreando con fuerza aquel intenso aroma. Poco a poco el flujo comenzó a aparecer y Phoenix supo que era el momento que había esperado era el momento en el que su polla tenía que coronar a Maya.

Ésta tenía las piernas abiertas así que tan solo tuvo que colocarse encima de ella. Apuntó con su miembro al sexo de la joven y lo colocó en la entrada. Había pensado introducirlo despacio para no poner en peligro la situación pero en cuanto los dos órganos entraron en contacto el cuerpo del abogado enloqueció. De pronto le introdujo el miembro hasta el fondo, no hubo ninguna reacción de Maya, sin embargo Phoenix gritó de placer, el agujero de Maya era muy estrecho y eso le transportaba al cielo, había imaginado mucho ese momento pero sin duda la realidad había vencido a la ficción. Pero el cuerpo de Phoenix seguía descontrolado ya que penetraba a la joven con una brutalidad enorme, la polla entraba y salía con fuerza del coño de la joven que no tenía ni una mueca en la cara. Phoenix no era capaz de dominar su cuerpo, no podía hacerlo detener, aunque en parte no quería parar pero al mismo tiempo sentía que se le iba la cabeza, recordó que en el punto seis ponía "procura no desmayarte", ahora entendía a que se refería, tenía que lograr conseguir de nuevo el control de su cuerpo. Se sentía cada vez más cansado, es como si toda su energía estuviera en su cadera. Cadera que no paraba de moverse, metiendo y sacando el rabo del cuerpo de la joven. Phoenix intentó concentrarse pero con el placer que estaba sintiendo todo era mucho más difícil pero poco a poco notaba que estaba mejor, entonces se dio cuenta de que el aura verde lo estaba rodeando, con la ayuda de ella podría completar su misión sin problemas. Entonces notó que era él quien movía las caderas, así que comenzó a moverlas lo más rápido que pudo. Aquella polla chapoteaba entre el flujo vaginal que salía a borbotones del sexo de Mata, y eso hacía más placentera la penetración ya que el miembro resbalaba hasta el fondo del agujero. Poco a poco un calor fue extendiéndose por todo su cuerpo, por desgracia, sabía que había llegado la hora. Por un momento pensó en terminar dentro de su amiga, pero desechó la idea al instante. Ni él, ni ella se lo perdonarían. Así que hizo lo que marcaba en las instrucciones. Sacó su miembro del interior de la joven y lo puso en frente de la cara de ésta. Entonces una imagen apareció en su cabeza, era la magatama marcando el número 9, lo había olvidado, nueve chorros tendrían que salir de su polla e impactar en la cara de la médium. Eso le cortó un poco pero no había tiempo de echarse atrás, comenzó a masturbarse con fuerza y enseguida notó como el semen brotaba de su miembro.

Entonces varios chorros golpearon contra la cara de la joven, Phoenix en una mezcla entre placer y terror iba contando los chorros… Uno, dos, tres. La cara de Maya poco a poco se iba tiñendo de blanco… Cuatro, cinco, seis. Phoenix seguía masturbándose mientras su miembro seguía disparando… Siete, ocho. El abogado notó como alguien le agarraba del corazón, no podía creerse lo que estaba pasando, cuando de pronto un vigoroso y potente chorro salió con velocidad impactando contra la boca de la joven. En ese momento Phoenix perdió el sentido, su cuerpo no aguantaba más.

Maya se despertó y una potente aura verde la acompañaba, todo había salido bien. Miró al suelo y encontró a Phoenix con la magatama a su lado, ésta ya no brillaba en absoluto, Phoenix había conseguido completar su objetivo aun teniendo que luchar contra el poder de la magatama. El hombre estaba tirado en el suelo totalmente dormido, Maya estaba llena de felicidad, todo había salido bien y todo gracias a haber elegido bien a su compañero. Una amplia sonrisa apareció en la cara de la joven, entonces se dio cuenta de algo más, y es que tenía la cara empapada de semen. Maya sacó la lengua y se lamió los labios.

  • Ya echaba de menos este sabor.

Tras decir eso se llevó todo el semen que tenía esparcido en la cara hacia su boca para acabar tragándose todo, pero Maya quería más, no se había quedado satisfecha y no dudó. Se abalanzó sobre el miembro de Phoenix y empezó a lamerlo con intensidad. Maya ya había perdido las vergüenzas con su compañero en estos tres días tan intensos que había vivido y todo gracias al entrenamiento Fey. La médium sentía como se iba hinchando el cipote de su amigo en la boca y eso le puso como una moto. Empezó a tragársela con voracidad, como si llevara días sin comer. Que en parte era verdad, ya que habían pasado dos días desde que Phoenix le dio por primera vez aquel alimento. Poco a poco Phoenix comenzó a despertarse pero no dijo nada cuando vio a su compañera entre sus piernas, a fin de cuentas el había hecho lo mismo. Maya se dio cuenta de que el abogado ya se había despertado así que comenzó a mamarla a un ritmo frenético. Necesitaba sentir ese sabor ya y además sabiendo que Phoenix la miraba, sus deseos aumentaban aún más. Por suerte, aquel momento no tardó en llegar.

  • Maya, aquí tienes… tómalo todo. – Dijo Phoenix entre gemidos.

Maya se introdujo el capullo y una explosión de sabor se produjo dentro de su boca. Maya tragaba con voracidad mientras que hacía círculos con la lengua. No fue una corrida demasiado intensa ya que el miembro del abogado no había tenido descanso.

  • Maya. – Dijo Phoenix.

  • ¿Qué? – Respondió aún con el miembro en la boca.

  • Me gustaría proponerte una cosa.

  • ¿Y de que se trata? – Dijo ya con la boca vacía.

  • Me gustaría invitarte a salir algún día de estos. Ir al cine, cenar juntos

  • ¿Es una cita?

  • Podría decirse que sí, después de todo he de admitir que te estoy cogiendo un cariño especial.

Tras decir eso Maya se lanzó sobre él y le plantó un romántico beso en la boca que Phoenix respondió con la misma dulzura.

  • ¿A qué ha venido eso? – Preguntó Phoenix estupefacto.

  • Ya te dije que tendríamos tiempo para darnos besos. – Tras decir eso volvió a besar con dulzura a su reciente novio.