Proyecto de... (4)

No me siento muy orgullosa de esta cuarta parte, no sigue mucho el estilo de los anteriores... Lo escribí hace un par de noches bien entrada la madrugada, y a una chica MUY especial le prometí que lo leería pronto... Espero que al menos no os disguste Me encantas bebe!! :$

Me quede Recostada sobre ti, esperando a que recuperaras tu respiración normal, me moría de ganas por probar el Jacuzzi... Estuve unos minutos más dándote mimos, jugando con tu pelo y dándote muchos besitos en la comisura de tus labios, todo para hacer que no bajara el calor del cuarto y de nuestros cuerpos. Cuando ya te habías recuperado y comenzaste a tener ganas de un poco de "cariño" me levanté de la cama y me dirigí al cuarto de baño dispuesta a acondicionar nuestra pequeña lago del edén...

Lo llene de agua bien calentita y puse en marcha todos los chorros de aguas y burbujas que había incorporados; Cogí un pequeño botecito que había encima del lavabo y fruto de mi tremenda inexperiencia lo heché entero. Ya estaba dentro del mismo cuando aquello comenzó a hechar espuma ¡como si aquello no tuviera fin! -¡Socorro mi vida, el Jacuzzi me quiere absorber!- Llegaste corriendo al cuarto a los pocos segundos y empezaste a morirte de la risa apoyada en el marco de la puerta. -¿Dónde te has metido vida? ¿El monstruo de la espuma te ataca?- apartaste un poquito de la espuma que rebosaba casi un metro sobre el Jacuzzi y te metiste conmigo. -Mi vida, he pasado mucho miedo, ¡me quería comer! Ven a consolarme mi amor- Te dije con cara de princesita desprotegida. Te acercaste a mí y me abrazaste sentándote encima de mí. Me abrazaste dándome pequeños besos en el cuello. -Y ahora ¿Qué te parece si te doy unos mimitos para que se te pase el susto?- mientras los decías me mirabas a los ojos, tu mano se había vuelto juguetona entre la espuma y bajaba por mi cuerpo haciendo una parada en cada uno de mis pechos, un inicio de la cascada de placer que venía.

Te separaste unos centímetros más de mí, no dejaste de mirarme a los ojos en ningún momento mientras que tu mano ya había llegado a su destino. Aprisionaste mi clítoris con dos dedos, tu otra mano se enredaba en mi cabello obligándome a mirarte fijamente a los ojos. La situación era increíblemente excitante, tus ojos fijos en los míos, buscando cualquier mínima señal de placer. Lo encontrabas en mis ojos que se cerraban por las intensas oleadas de placer, en mis labios que no paraba de morder, en ni respiración cada vez mas agitad y en mis manos que no podían pararse quietas y recorrían tu espalda. Intente acariciarte, mis dedos comenzaron a aferraras a tus pezones quería volverte a hacer gritar de nuevo. Me apartaste, era mi turno y querías verme disfrutar. Un pequeño salto, un gemido más alto de lo normal, dos de tus dedos, intrusos en mi interior comenzaban a hacer que mi cabeza perdiera el poco control que aun tenia de mi cuerpo, haciendo que mi sexo se contrajera sintiendo aun mas tus dedos entrando y saliendo de no cada vez más rápido, cada vez más profundo... Tu dedo pulgar empezó a acariciar mi clítoris una vez mas pero esta vez sí buscabas el final, lo que empezaron siendo pequeñas caricias se convirtieron en intensos movimientos en círculos, en el centro de mi clítoris y tus maravillosos dedos jugaban a la vez en no interior.

Tus ojos no se apartaban, tus dedos no se detenían y mis pequeños suspiros ya eran intensos gemidos y a veces algún grito. No aguantaba más, cada segundo que me mantenía era un triunfo... -Mi vida, no aguanto más, SIGUE POR FAVOR SIGUE- Me seguías retando con la mirada y mis ojos no dejaron de mirarte mientras no cuerpo se estiraba, mis labios no dejaban de pronunciar palabras incoherentes entre gemidos de uno de los mayores orgasmos que he tenido en mi vida.

Me quede abrazada a ti, un segundo, un minuto, una hora o toda una vida no estoy segura. Mi corazón tardo varios minutos en volver a su normalidad y abrazada como estaba te besaba dándote las gracias por todo lo que me habías dado, no solo esa noche, sino todos los días que a miles de kilómetros habías aguantado mis vicios, mis pequeñas (y no tan pequeñas) manías, mis infinitos rebotes con el trabajo y la familia... Por lo que todos saben, por lo que solo nosotras sabemos, y... Por lo mucho, muchísimo que te quiero ¡GTACIAS PEQUEÑA ASALTAASILOS!

TE QUIERO BEBE!