Proyecto de... (2)

Siguen nuestros primeros días juntas, el cariño cada vez es mayor y la cama... poco a poco se va preparando... Muchas gracias por vuestros comentarios (Creo que en este me han respetado los párrafos). Gracias por todo Leire mi niña preciosa!

Nos montamos en el coche, ya eran las 5 de la tarde e íbamos a llegar casi a la hora de cerrar la piscina; puse el coche en modo automático y mientras con una mano conducía, con la otra te agarraba la mano que reposaba en tu pierna. El camino aunque no muy largo de recorrido si duro media hora, parecía que toda la ciudad le había dado por llegar tarde hoy a la piscina. Nos pasamos la primera parte del camino hablando de mi proyecto en León, y más cosas sin mucha importancia, a las dos nos daba vergüenza hablar sobre lo que íbamos a hacer esos días... Ya llevábamos 10 minutos de camino cuando te llamaron por teléfono, tus amigas estaban impacientes, ya llevaban casi una hora en la piscina y no dabas señales de vida, aparte de que nadie sabía quién era yo. Las empezaste a dar largas, y yo me sentía bastante divertida y porque no decirlo algo juguetona... Aproveche que me habías soltado la mano cuando te llamaron por teléfono y no dejabas de esparabanear con ella mientras hablabas para posar la mía sobre tu pierna.

Empecé a acariciarla, casi rozarla, mientras que tu seguías al teléfono prestando cada vez menos intención a lo que te decían y me mirabas con una pequeña sonrisa. Yo me hacia la tonta, siempre pendiente de la carretera mientras mi mano ya empezaba a rozar el borde de tu vestido... Creo que te asustaste un poquito, porque sin querer cerraste un poquito tus piernas; yo retrocedí unos centímetros la mano, y volví a jugar de nuevo. Ahora mi dedo índice comenzó a pasar rozándote de una pierna a la otra, milímetro a milímetro iba avanzando hacia donde hacia unos segundos estaba. Vi el cartel de las piscinas, quedaban 5 km, aunque con la cantidad de coches que veía delante mío, aun me quedaba tiempo para seguir haciéndote maldades. En un par de minutos había llegado de nuevo al borde de tu vestido, y tu poquito a poco te habías ido relajando escurriéndote unos centímetros en el asiento d coche y sin querer haciéndote que tu vestido casi se elevara hasta la parte de abajo de tu bikini. - eres insaciable- me dijiste muy bajito. Esa fue mi particular clave de acceso a ti, seguí jugando con mis dedos, solo rozándote, casi sin tocarte, hasta que por fin llegue al principio de tu bikini. Había prometido ser buena y cuando llegue hasta ahí ya me había metido en el embotellamiento de entrada a la piscina, lo que aproveche a mirarte fijamente y ver tu cabeza recostada contra el respaldo y tus ojos cerrados. Recorrí el borde de tu bikini, no sé si esperabas algo mas en ese momento, pero para mí debía de ser especial, y ese no era el sitio. Aun así, iba a hacer que durante toda esa tarde desearas que acabara lo que había empezado. Pase por encima de la tela de tu bikini, rozándola y viendo como tu tripita tembló un poquito al notar mi roce por tan bonito tesoro...

Seguí jugando, pasando de una pierna a otra rozando tus muslos, cada vez las caricias eran un poco más fuertes, ¡quería hacerme sentir en cada rincón de tu alma! Por mala suerte el camino se hizo demasiado corto y al fin llegamos a la piscina. Aun no sé como aparcamos a la primera, bastante cerca del acceso. Apague el contacto del coche y justo cuando iba a mirar para ti con una sonrisa enorme me encontré con tus labios furtivos en los míos. Tu brazo rodeo mi cuello para que no me escapara (nunca me alejare de esos labios) y tus labios empezaron a juguetear con los míos durante un par de minutos. Beso a beso acompasamos muestra respiración de tal manera que parecía que nos robábamos el aire cada vez; cuando apartaste tus labios me sonreíste y divertida me dijiste -¿Qué pasa? ¿Piensas estar ahí todo el dia? Nos estan esperando desde hace una hora.- antes de que pudiera contestar ya habías salido del coche e ibas directa a la taquilla. Tuve que salir literalmente corriendo, cerrando el coche a distancia (siempre queda bastante cool) y aprovechando que estaba medio distraída te agarre de la mano. Creí que ibas a intentar soltarte, pero en vez de eso acomodaste mejor tu mano a la mía y la apretaste mientras sonreías.

No sabía cómo comportarme en ese momento, estábamos agarradas de la mano jugando con nuestras miradas y haciéndonos carantoñas... Pero cuando llegáramos a donde estaban sus amigas ¿Qué podría hacer? Era tu decisión, aun así yo seguiría a tu lado jugando contigo cuando no nos viera nadie.

Pagamos las entradas y entramos al recinto, justo antes del acceso a las piscinas había un edificio de una sola planta con una gran puerta central por laque los clientes se separaban, los chicos a un lado y las chicas al otro, donde se disponían unos cubículos que hacían la función de vestuarios. Pasamos de largo y dejamos las mochilas, carteras y todo lo de valor en la consigna. Justo antes de salir hacia las piscinas me soltaste la mano, -lo siento mi vida, entiéndeme-  te sonreí, te entendía mejor de lo que creías, no es fácil llegar delante de tus amigas con una chica de la mano; ya habría tiempo de decírselo si querías.

Llegamos hasta donde estaban tus amigas, y se quedaron como cuadros... Estamos muy buenas, pero aun no nos habíamos quedado solo con el bikini ¿verdad? Típicas presentaciones, esta es Laura, esta Julia, esta Anaïs y yo... Yo soy María por cierto jejejeje. Hacía un calor tremendo, sobraba hasta la piel, y las sombras estaban completamente copadas por gente que debía de llevar desde primera hora en la piscina. Te di la crema por la espalda, cada vez que podía rozar tu cuerpo sacaba todas mis armas para hacerte subir al cielo. Me senté encima de ti y comencé a extender la crema por tu espalda, con la excusa de decirte algo al oído pase mi pelo por toda tu espalda erizando cada célula de tu piel. Acabe de extender la crema por tus costados, te había desabrochado el bikini para hacerlo más fácil, y me aproveche para palpar esos dos tesoros que me moría por probar... Volví a atar tu bañador y me heché en la toalla lo mas pegada a ti que pude viendo como tus mejillas se habían vuelto a sonrojar.

Las chicas dijeron que se iban al agua que se estaban muriendo de calor, y nos invitaron a ir con ellas. Amablemente las dije que se fueran metiendo, que en cuanto su amiga se dignara a echarme la crema por la espalda iríamos... seguías roja como un tomate maduro (no sabes que bien te sienta), y no levantaste la cara de la toalla hasta que no se alejaron. Yo estaba boca arriba muriéndome de la risa por dentro... Cerré los ojos unos segundos para poder volver a componerme, y cuando los abrí una de las mejores visiones de ni vida estaba delante de mí, sigilosamente te habías puesto encima mío, y nada más que abrí los ojos te echaste sobre mi plantándome un beso en los labios que me dejo sin respiración. Siempre me sorprendes, cuando parece que mas distraída estas, tu mente a veces calenturienta maquina la forma de dejarme una vez tras otra sin aliento. Ni siquiera moví mis brazos, estaba paralizada de la impresión, -Cuando no eres tú la que tiene el control ya no pareces tan segura ¿NO?- me dijiste riéndote con cara de picara. Eso me llego muy adentro y con un movimiento lo más rápido que pude tire de uno de los lazos del bikini haciendo que se soltara por la parte de tu espalda. Tu respuesta fue inmediata, te lanzaste contra mi cuerpo para cubrirte quedando tu cara hundida en mi pelo. - me muero de ganas por comer lo que hay detrás de toda esa tela bebe- te dije al oído con la voz más sensual que tenia; tu respiraste profundamente, y tu única respuesta fue un mordisco en mi cuello que hizo que todo mi cuerpo se pusiera en modo "cama"... Cuando logre volver a la realidad vi como Anaïs una de las chicas que se habían ido al agua apenas un par de minutos antes estaba paralizada delante de nosotras con el reloj que venía a guardar en su toalla colgando entre dos de sus dedos.

-Bebe tenemos visita...- te susurre al oído, mientras tu levantaste la cabeza y vistes a tu amiga a menos de un metro guardando el dichoso reloj en un bolsillo de la toalla. Apunto estuviste de salir corriendo detrás de ella cuando (menos mal) recordaste que tenias el bikini desatado, cuando por fin lograste ponerlo en su sitio ya se había marchado. Nos fuimos al agua, la verdad estaba un poco preocupada por lo que pudiera pasar con tus amigas; cuando las vimos te dije que iría a hacer unos largos, y así podrías hablar a solas con ellas y contarlas lo que quisieras.

Aun no sé lo que las contaras, pero diez minutos después una misteriosa mano agarro mi cabeza hundiéndola mientras nadaba de la que me escape bajo el agua apareciendo 10 metros más allá. Las chicas se habían acercado a donde yo estaba nadando y empezaron a bromear y a hablar conmigo, principalmente Anaïs que estuvo muy divertida metiéndose con los coloretes que te salían cada vez que decíamos algo subido de tono. A partir de ahí la tarde paso de lo más normal, un grupo de chicas riéndose y compartiendo anécdotas de clases y fiestas, a las cuales siempre tenían que acompañarse con su respectiva aclaración/explicación para que no sintiera vacío. Al final todas las historias acababan hablando de ti (la mayoría me las habías contado), a lo que yo aprovechaba para acercarme a tu, hacerte cosquillas y abrazarte. Al poco tiempo ya estaba sentada detrás tuya abrazándote y acariciándote de nuevo. Todo parecía demasiado bonito, casi idílico, ¡no quería salir de allí nunca!

Ya eran las 20'30 y la megafonía anunciaba el próximo cierre de las instalaciones, por lo que irremediablemente me tuve que despegar de ti; empezamos a recoger, deje que las chicas se adelantaran un par de metros y agarrando por la cintura te dije: - Tú te vienes al vestuario conmigo, tengo algo que darte... Y mucho que ver jijijijiji...-

Por primera vez no te pusiste roja, todo lo contrario, giraste tu cara y mirando hacia mí me dijiste que te siguiera con una cara de picarona y te adelantaste contoneando tus caderas un metro por delante de mi... La verdad es que tienes razón, siempre he estado acostumbrada a ser yo la que tome la iniciativa, la que te pone entre la espada y la pared, ahora era yo la que se había quedado completamente alucinada mirando cómo te contoneabas delante de mí...

Cuando volví a la realidad ya estabas a más de 10 metros y tuve que ir corriendo para alcanzarte y de paso un pellizco en el culo para que te dieras cuenta de quién manda en casa :-P. Por fin llegamos a la taquilla y recogimos nuestras cosas. Suerte que cuando llegamos a la piscina habías salido corriendo dándome tiempo a guardar mi regalo en tu mochila, y con ello conseguiría sacar a una pequeña lobita que se que tienes dentro. Nos dirigimos al final del ala izquierda del edificio donde se encontraban los vestuarios más grandes, y de los pocos que aún conservaban el pestillo para cerrarlos por dentro. Entramos dentro del más alejado del mundanal ruido, aunque aun se seguían oyendo a las chicas que se estaban cambiando alrededor nuestro bromear de unos a otros cubículos. Entraste tu primero y te quedaste apoyada a la pared más del fondo del cuarto, apenas a un metro y medio de mi; yo cerré la puerta y muerta de los nervios apenas si pude cerrar el pestillo. -creo que ya es hora de continuar con lo que deje en el coche ¿no crees?-  te dije mientras poco a poco me acercaba a ti mirándote a los ojos y sonriéndote. Deje mis labios apenas a unos milímetros de tu boca, quería que fueras tu quien me besara, quien me diera pista libre hacia tu cuerpo. Jugué con mi nariz, rozándola con la tuya y bajando con ella a tus labios,  la besaste tímidamente... Volví a poner mis labios tan cerca de los tuyos que podía saborear ya tu aliente, prácticamente notaba como se humedecían poco a poco mientras mis manos irremediablemente ya se habían pegado a tus caderas y hacia que estas poco a poco se pegaron a las mías al igual que el resto del cuerpo.

Di un paso más, quería saber cuanto aguantabas sin abalanzarte sobre mi boca; cogí tus manos que estaban pegadas contra la pared e hoce que una de ellas pasara por mis labios, rozara mi cuello y bajara por todo mi cuerpo hasta colocarse en una de mis caderas. La otra ya había tomado vida propia y acariciando mi espalda se había posado también en mi cadera. Te bese en el cuello y antes de separarme me acerque a tu oreja y dándole un pequeño mordisco te susurre -Ni se te ocurra cerrar los ojos mi vida- me separe un poco de ti, siempre manteniendo tus manos en mis caderas, que poco a poco habían retrocedido hacia mi culo, yo echándome el pelo hacia delante  desate la parte del cuello del bikini quedando ambas cuerdas colgando por mi espalda. Tenías los ojos fijos en mí, creo que en esos momentos ni respirabas, así que volví a recoger tus manos y las dirigí hacia mi espalda, quería que terminaras el trabajo que yo había iniciado...

Dudaste durante unos segundos, me miraste a los ojos esperando lo que no necesitabas, mi aprobación. Tus manos estaban heladas, Y me provocaban un pequeño escalofrío cuando avanzaron por mi espalda. Por fin cogiste de las cuerdas, y tiraste de ellas, yo esperaba que se hubiera caído solo, pero no fue así, solo se escurrió un poquito dejando ver un poco más de lo que antes estaba a la vista. Me mirabas fijamente a los ojos, tus manos se habían quedado pegadas a mi espalda, titubeando sobre que tendrían que hacer ahora. Iba a seguir poniéndotelo fácil, yo misma con mucho disimulo cogí una de las cuerdas que colgaban del bikini y tire de ella hacia abajo dejando que la prenda se deslizara ahora si por ella sola por mi cuerpo. Me volví a acercar a ti, y por fin me abrazaste y me besaste. Creí que no iba a llegar nunca, aquel beso sí que me supo a gloria, por fin te habías soltado de verdad y habías conseguido que yo lo hiciera; empecé a morder tus labios mientras mis manos recorrían tu espalda, se enredaban en tu pelo para que no te escaparas jamás.

Pare de besarte, el primer roce de verdad con tu cuerpo había hecho que cada célula del mío se pusiera de punta y quería que fueran tus manos las que lo calmaran. Aproveche que tus manos estaban enredadas en mi pelo para que al separarme poco a poco de ti se posaran en mis hombros y poco a poco se fueran acercando a la zona anteriormente "prohibida". Mire como tus manos se quedaron a escasos centímetros de mi cuello, y bese la punta de tus dedos para que continuaras. Poquito a poco, milímetro a milímetro seguiste bajando tus manos, yo no dejaba de mirarte a los ojos desesperada porque llegaras a tu recompensa. La espera me estaba matando, tanto que cuando por fin posaste tus manos sobre mis pechos se me escapo un pequeño suspiro de placer, me costaba aguantarme, no sabes cuánto,  e irremediablemente me abalance sobre tu cuello lamiéndolo, besándolo y mordiéndolo a partes iguales. Sin darme cuentas tus manos dejaron de estar fijas y empezaron a hacer y deshacer a su gusto sobre mis pechos, empezaste a jugar con mis pezones, los rozabas primero, luego empezaste a mover tus dedos entorno a ellos, e incluso a pellizcarlos. No sabes lo bien que lo hacías, me costaba no abalanzarme contra ti, no hacerte el amor ahí mismo; mis besos empezaron por fin a bajar por tu cuerpo, y mis manos poco a poco comenzaron a desabrochar tu bikini. Notaba tu miedo, te habías vuelto a poner completamente tensa, y tus manos volvieron a quedarse paralizadas sobre mí. Estaba decidida a seguir avanzando y cuando por fin conseguí desatarte el bañador te lo quite, y volví a tu boca.  Te bese lo más profundamente que pude y poniendo mi frente contra la tuya solo te pedí que confiaras en mi y te relajaras.

Recorrí toda tu cara con mis labios, tu cuello y proseguí bajando hacia mi recompensa; mis manos seguían ese recorrido un poco por delante llegando a acariciar tus pechos solo por sus alrededores. Cuando mis labios por fin llegaron, empezaron a alternarse de uno al otro sin parecer decidirse por ninguno en particular. Tus manos volvieron a la vida y se empezaron a enredar en pelo apretando ni cabeza sin darse cuenta contra tu cuerpo, ese era el momento que estaba esperando para empezar a jugar con tus pezones que, ya para ese momento se habían endurecido muchísimo. Lo atrape entre mis labios, besándolo primero y dándole pequeños mordiscos después, siempre ni lengua seguía jugando con él y mis manos hacían su trabajo en tu culo... Tu respiración empezaba a subir, y pequeños suspiros salían ya de tu boca; por mi parte la situación me estaba excitando demasiado, tanto que me estaba empezando a costar controlarme como te había prometido.

Fue la campana la que me salvo, mejor dicho la megafonía que anunciaba que en 5 minutos se iban a cerrar las instalaciones y con ello los vestuarios. Nosotras vestidas no estábamos, ni mucho menos así que con un último y apasionado beso nos pusimos la ropa encima del bikini ya seco y salimos del vestuario. Mi regalo tendría que esperar de nuevo, aunque no tardaría demasiado en vérselo puesto... Y sobre todo poder quitárselo.

Justo antes de salir, te giraste hacia mí y dándome un pequeño beso me dijiste -Gracias por esta sorpresa cariño, ¿Sabes que me encantas verdad?-

-Tu también me encantas ASALTAASILOS, aun nos quedan muchas cosas por descubrir juntas te lo prometo.-