Proyecto 2420. Una mamada felina.
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Proyecto 2420
Capítulo 2
Aviso legal :
Los hechos y eventos descritos en este texto, forman parte única y exclusivamente al mundo de la ficción . Ninguna de las situaciones aquí relatadas son aconsejadas por el autor y la lectura del presente texto es y será íntegra responsabilidad del lector .
La intención de este texto es meramente entretener al lector y el autor se deslinda de cualquier situación derivada a partir de este texto , en el entendido de que es publicado en calidad de ficción y para lectura de personas mayores de edad en entero uso de sus capacidades mentales.
Mensaje del autor
: Tus comentarios siempre serán importantes y en ocasiones, tus consejos pueden ser tomados en cuenta dentro de la trama, a fin de convertir este texto en uno interactivo. Deben existir al menos 5 comentarios para poder continuar la historia, que será escrita en los tiempos libres del autor, los cuales son pocos y podría retrasar las publicaciones en ocasiones. Disfruta de tu lectura.
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Capítulo 2
(8^_^)8 Con el fin de hacer los capítulos más cortos, evitaré dar un resumen de lo vivido en el capítulo anterior. Por favor, si es tu primera vez en este relato, revisa los anteriores (Están en mi perfil). Así comprenderás mejor los hechos. 8(^_^8)
El Bloque Latino había decidido utilizar la tecnología a su favor. La situación mundial se había tornado de tal manera en que el valor más preciado no era el oro, el petroleo (Que ya no existía) o el agua, sino la fertilidad.
El planeta estaba convirtiéndose en uno cuya población era cada vez más vieja y no tan solo el poderío de los bloques se verían mermados, sino el futuro de la humanidad misma estaría en juego si esta misma no buscaba la solución a la pérdida de la fertilidad.
El bloque latino había raptado a más de las 100 hermosas mujeres de los años 40's del siglo 1900, en sus edades más fértiles de la juventud iniciada y estas fueron llevada unos 500 años en el futuro con la esperanza de encontrar en sus vientres, curvas y sensualidad el secreto que regresaría el poderío al Bloque Latino y salvaría a la humanidad de su senectud.
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El Dr. Engorement hablaba al frente de los muchos otros doctores que conformaban el selecto grupo a cargo del estudio de las 'Fertiminas', nombre con el que se referían a las más de 100 jovencitas que flotaban desnudas dentro de cilindros hechos de vidrio. Flotaban en una sustancia que les llenaba los pulmones, que les regresaba a la sensación de encontrarse en el vientre materno, permaneciendo en une estado de conciencia reducida, como bebes.
- No estamos seguros de qué es aquello que despierta la fertilidad en nuestros hombres y mujeres. Como ustedes de sobra saben, hemos investigado una y otra vez, por todos los medios posibles, a los aparatos reproductores masculinos y femeninos. Hemos gastado mucho dinero en analizar las sustancias químicas, feromonas...
Nuestras mujeres al perder su función reproductiva están tendiendo a reducir aquello que antaño las diferenciaba. Sus caderas se han reducido, sus pechos han reducido su tamaño y poco a poco se han convertido más en pequeñas versiones masculinas de sí mismas...-
Entonces rió suavemente y los demás doctores continuaron su risa más por obligación. Después continuó.
-Nuestro mundo se ha convertido en una verdadera falacia. Vemos en la calle a los seres que hemos creado a partir de nuestra propia ciencia. Seres clonados, hemafroditas, que desarrollan las característica de ambos sexos y sin embargo son tan infértiles como cualquiera de nosotros y hasta peor, porque ellos no tienen solución. Seres que desarrollan un pene tan sano como el de cualquier varón, pero por testículos tiene una vagina tan profunda como la de una mujer. Con caderas levemente ensanchadas que bien podrían ser del tamaño intermedio entre un hombre y una mujer.
Generalmente sus traseros son tan llamativos como los de una mujer de antaño, pero en una cadera más estrecha. ¡Como la de intermedia de un hombre y una mujer! - repitió. Los demás escuchaban con atención.
- ... desarrollan pequeños pechos, como de adolescente y cintura ceñida, además de una espalda estrecha. Su estatura es promedio, la mitad entre la de un hombre y una mujer... ¿Cómo es que hemos creado seres así?... No es culpa de la ciencia, sino del hombre que osó jugar con la ciencia. Y sin embargo, son seres hermosos... es como el equilibrio perfecto entre los dos géneros. ¿Cuántos de ustedes no han probado a un hemafrodita en la cama?...-
Se oyeron murmullos entre el público. Era verdad, todo hombre y toda mujer tenían el deseo secreto de probar a uno de esos escasos y hermosos seres.
-¡Claro!... teníamos en nuestras manos su genética y decidimos hacerlos hermosos... seres envidiables, mascotas sexuales y objetos de estudio. Tan bajo cayó la raza humana que quiso regresar a la época de la esclavitud. Pero resultaron inteligentes, resultaron nobles, resultaron con un enorme nivel de feromonas y un control de ellas a placer. No importando cuan fuerte fueses, cuanto control de tus emociones tuvieses... ellos, con esos ojos hermosos, enormes y esa piel de bebé, que con un gesto amable pidieron ser integrados a la sociedad, a nuestra casta, de una manera casi infantil y nosotros se los hemos permitido, presas de nuestras propias creaciones...
Es por ello que tenemos a estas Fertiminas detrás de nosotros. Es por ello que hay hemafroditas entre ustedes, es por ello, por jugar con la genética, que el señor Lámides está presente, al frente de los Animatis que forman parte de nuestro grupo selecto de científicos y doctores.
Tienen juguetes nuevos y podrán divertirse con ellos tanto como lo deseen. Sin embargo, si 'rompen alguno de ellos', saben bien lo que deberán pagar. Se les dijo bien cuando decidieron formar parte de esto. Tienen, como ya saben, un hablaescribe frente a cada una de las cápsulas de sueño profundo. Imaginen historias donde el elemento sexual sea lo principal. Historias lo más perversas posibles donde se traten los temas más duros en la época de 1940. Hoy día, las violaciones, el incesto y la zoofília no son más que otras formas del sexo, pero entonces, tener sexo con tu padre o disfrutar de un buen canino eran temas muy mal vistos, traumáticos, dignos de un arrepentimiento que durase la vida entera.
Buscamos crear historias en sus subconcientes que ellas creerán como reales. Si ustedes les inducen que vivieron una orgía a los 15 años, donde vivieron penetraciones dobles por horas... ellas, ellas no tendrán otra opción más que creerlo como cierto y sus recuerdos será tan nítidos como los detalles que ustedes otorguen a sus subconcientes.
¿Cual es nuestro fin?... inducirlas a tener sexo cuando sean liberadas al mundo civil. Deseamos que despierten en los varones, mujeres, hemafroditas y Animales un deseo sobrehumano de tener sexo con ellas... y ellas probarán tantas perversiones como sus recuerdos del subconciente les manden. Aún así, enfoquen sus esfuerzos al sexo vaginal y al disfrutar de una manera orgásmica el hecho de recibir eyacuaciones en su vientre. Pueden inducir el sexo anal, el sexo lésbico y el deseo de probar a los animales, también es nuestro fin conocer sus reacciones al ser penetradas por un Caballo humanoide de pene imponente... pero, ante todas las situaciones, deseamos embarazarlas y conocer qué lo ha provocado.
Sí, ellas son fértiles, pero en teoría todos aquellos que follen con ellas no lo serán, así que un embarazo será prueba de que un deseo más allá de la mente producirá 'algo' que favorece la fertilidad y... ese 'algo', es lo que nos interesa.
Por ahora les dejo... tienen trabajo por hacer, está el señor Lámides con ustedes, podrán apoyarse en él si les surge alguna duda o incoveniente.
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Una doctora hablaba con emoción frente al micrófono del hablaescribe, cuando fue interrumpida por uno de sus compañeros.
-Suena interesante... pareces emocionada...- Dijo un joven que lucía de unos 25 años, a pesar de sus más de 50.
-Lo sé... es que esto me está quedando muy bien...- sonrió con sus enormes ojos.
-¿De que trata?- sonrió el apuesto científico.
-Ah... pues, la enfoqué en el año 1990. Es porrista y le he creado una historia que si fuese comida, chuparías tus dedos...-
-¿Porqué no chupo los suyos, doctora?- sonrió, insinuantemente.
La hemafrodita se sonrojó y escondió sus hermosos ojos angelicales tras su cabellera castaña.
-Y... bueno, un mal día cuando se va a duchar por la tarde al finalizar las prácticas como porrista, el grupo de Futbol le sorprende desnuda bajo el agua y es violada por los once integrantes. Lo que al final le producirá un deseo inmenso y secreto por ser penetrada por delante y atrás, siendo observada por gente y mantener estas relaciones por un muy largo tiempo...- y sonrió la hemafrodita con belleza adolescente.
-Me parece que ella no es la única con dos orificios aquí a la que le gustaría revivir penetraciones dobles...- volvió a insinuarse.
La doctora pareció sorprenderse.
-Hay una larga fila... doctor. Espero que no le moleste, pero quisiera seguir con mi trabajo...- y volvió a colocar la cara en el visor y el micrófono cerca de sus hermosos labios carnosos.
-Muy bien doctora, que tenga éxito... como yo lo tendré el día en que sea mía... de nuevo.-
-Hasta ese día entonces...- susurró y empezó a narrar los hechos de su historia.
El doctor siguió caminando por el lugar con interés, mirando a los distintos científicos realizar su trabajo con avidez erótica. El grupo era selecto, pero a su vez muy diverso. Había humanos comunes, de ambos géneros. También hermosas hemafroditas y Animatis como Lámides, encargado del grupo.
Pero la hemafrodita con la que había hablado llamaba su interés de manera especial. Entonces se les llamaba de esa manera y no 'hermafroditas' debido a que su creación era distinta a la natural que sucedía en el pasado y con ese simple cambio, hacían la diferencia.
Mekeila era el nombre de aquél ser. Tenía cabellera mediana de un color castaño caoba tan vivaz que parecería imposible 500 años atrás. Sus ojos eran de un verde muy vivo y de un tamaño grande, como toda hemafrodita. No estaba seguro de su edad, pero su juventud prolongada le daba una apariencia de una joven de unos 17 a 19 años.
Ella poseía un trasero más amplio de lo común en las hemafroditas, lo que le daba un aspecto más cargado hacia el lado femenino de antaño. Se le hubiese considerado una puta 500 años atrás, pero ahora era de lo más normal que ella se acostara con quien se lo pidiese, por lo que las lenguas decían que todas las noches era penetrada o bien, penetraba con su pene.
Los hemafroditas eran seres admirables y a su vez, razón de envidia por los humanos comunes. Eran nobles por naturaleza, así que generalmente adoptaban una posición sumisa en la cama y solían cumplir la gran mayoría de las peticiones de con quienes tenían sexo. Incluso era considerado una grosería si una hemafrodita no bebía hasta la última gota de semen o bien, no dejaba seca la vagina de su acompañante.
Mekeila era popular en su grupo de trabajo y ya era seguro que todos sus compañeros y compañeras habían probado su juvenil erotismo. Incluso Lámides, el Leopardo. Legalmente el sexo entre humanos y Animatis era prohibido, pero debido a que Mekeila no era humana, sino hemafrodita, había facilitado una noche que el leopardo poco podía olvidar.
Así, Mekeila susurraba con el visor ante sus ojos y el micrófono muy cerca de sus labios de cereza, labios en los que había escurrido semen incontables veces, labios que habían probado la piel de tantos penes y vaginas, como de otros labios.
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El leopardo siguió su recorrido con desinterés, supervisando, caminando... pensando en Mekeila lamiendo su enorme pene felino, mirándolo con ese par de enormes gemas de expresión casi infantil, sorprendida ante el tamaño de aquél miembro.
Sacudió la cabeza bruscamente, en un intento por alejar aquellos pensamientos de su mente. ¿Violarla? El no quería volver a hacer eso...
En esta época las violaciones no eran tan mal vistas como 500 años atrás. En realidad, legalmente era posible pedir un 'Permiso de violación', el cual era otorgado al interesado o interesada y otorgaba el poder de violar en 10 ocasiones, de manera mensual, a distintos objetivos, todo escudado en la posibilidad de un eventual embarazo producido del éxtasis frenético del violador al cumplir con su demencial deseo.
Pero los Animatis no tenían derecho a ese permiso y Lámides ya había forzado en el pasado a mujeres y hemafroditas para saciar sus deseos sexuales. Una de ellas había sido una de las Fertiminas, que abombaba su abdomen ante cada penetración anal del gigante miembro, que llenaba las entrañas de la adolescente.
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La noche cayó en el bloque latino. Los científicos empezaron a retirarse a casa y Lámides también preparaba su chaqueta, creyéndose el último por salir.
Cuando estuvo por bajar el switch eléctrico general, se percató de una luz proveniente de la sala de grabado y miró con sorpresa a Mekeila, grabando aún sobre el hablaescribe.
Caminó lentamente hacia ella, como si fuese a comérsela ahí mismo.
-Doctora... es hora de ir a casa...- gruñó suavemente el gran gato.
-¿Eh?... Oh... sí, es verdad... pero qué tarde se ha hecho ya...-
-Puedo acompañarte a casa... ya sabes que después del toque de queda de facto es peligroso andar por las calles. Más para una hemafrodita como tú...-
-Agradezco su intención doctor, pero creo que me quedaré hasta terminar mi trabajo, estoy a muy poco...- y regresó el rostro para colocar sus labios en el hablaescribe.
-¿Porqué no posa sus labios en este micrófono?- respondió el gran gato, con un enorme miembro erecto.
Mekeila sintió un escalofrío ante sus palabras y no giró el rostro.
-Doctor... Lámides... no me obligues... por fa%%#%...- respondió sin volver su cabeza hasta las últimas dos palabras, donde quiso usar sus ojos hermosos como arma para librarse de esta. Lámides introdujo su pene en la boca de Mekeila sin permitirle terminar su frase.
La hemafrodita se quedó en silencio con el pene en la boca. Lámides le tomó por la cabeza y apretó su pene para obligarla a lamer.
-&%$&!!- Palabras inteligibles producía la garganta obstruida por el pene del felino. Si no empezaba a lamer, no podría quitarse ese molesta sensación de ahogo. Así que empezó a hacerlo.
Lámides cerró los ojos, disfrutando del suave tacto de la lengua de Mekeila. Por fin dio más espacio a la hemafrodita, que pudo respirar un poco más. Esta siguió lamiéndolo con interés, actitud común en las de su género, de actitud sumisa.
Después de minutos que parecían pasar lento. Lámides ordenó que la mamada aumentara en velocidad. La intención era clara, deseaba ver semen en la boca, labios, mejillas y el rostro de Mekeila. Ella seguía sentada, con Lámides de pie frente a ella.
-No me eyacules... por favor... no quiero explicar esto en casa...- pidió la hemafrodita.
Lámides le miró en silencio.
-Respira profundo...- ordenó. Mekeila sabía qué significaba eso. Penetración oral.
Lámides sujetó la cabeza de la hemafrodita y empujó su pene, acomodándolo en la garganta del bello ser. El pene era muy grueso. Mekeila empezó a soltar lágrimas de nauseas.
El forcejeo siguió hasta que la garganta cedió y entonces fue penetrada por los 30cms del pene felino. El bulbo apareció en la garganta de ella, aparentando al menos el doble de su normal diámetro.
Lámides cerró los ojos, disfrutando de la calidez y presión que la garganta producía. Mekeila empezó a golpearle en un desesperado intento de liberarse. Podía morir asfixiada.
Lámides retiró el pene casi por completo, sólo para penetrar una vez más hasta el fondo de manera brusca. Mekeila empezó a golpearlo con desesperación propia de la muerte. Lámides accedió, pero antes de hacerlo, recordó el trasero de Mekeila siendo penetrado de manera anal por ese pene que ahora ella tenía en la garganta y tal erótico fue el recuerdo, que empezó a descargar todo su semen en lo profundo de la garganta de Mekeila.
La hemafrodita no vaciló en tragar todo el semen. Su intención era volver a respirar y ya habían pasado más de 30 segundos que habían pasado sin el vital gas. Lámides al fin sacó su pene, que había empezado a reducir su tamaño y por fin, liberó la garganta y boca del hermoso ser, que inmediatamente se tiró al suelo sobre sus rodillas en posición perruna y empezó a toser con desaparición dando grandes bocanadas de aire.
Toció algo de semen en su intento de respirar, que cayó hacia el suelo. Lámides miraba el espectáculo con orgullo masculino. Caminó hacia la hemafrodita, aprovechando su posición que dejaba sus caderas al descubierto y tocó su trasero, presionando con presión el ano de Mekeila.
Esta subió el rostro con expresión de terror, suponiendo que ahora vendría un sexo anal forzado.
-Cuando yo te diga que quiero sexo, no me importa cuantos estén en la lista... me vas a dar prioridad...- le dijo Lámides seriamente.
Levantó la falda de Mekeila y movió su ropa interior con facilidad, debido a que era pequeña. Escupió con precisión animal y la saliva cayó en la entrada trasera de la hemafrodita.
-¿Quedó claro Mekeila?- gruñó Lámides.
-Sí...- respondió ella, bajando la cabeza, dispuesta a recibir el pene en su trasero, sumisamente.
Lamides se arrodilló y acomodó de tal forma que su pene hizo contacto con el ano de la que esa noche era su hembra.
Presionó suavemente y el ano de apariencia adolescente le dejó entrar con relativa facilidad. El gato sólo introdujo la cabeza.
Permaneció así unos segundos, produciendo el deseo oculto de Mekeila de sentir en su esfinter el pene grueso de su raptor.
-Buenas noches doctora... tenga cuidado de regreso a casa...- susurró el gato, retirando su pene del ano de su presa. El agujero quedó dilatado, contrayéndose, como deseando que él perpetrara su interior.
-¿Pero... porqué...?- preguntó sorprendida Mekeila, rápidamente poniéndose de pie, con intenciones de detener a Lámides y asegurarse de recibir su pene en sus entrañas.
-Quiero que lo desees... así que hasta mañana...- dijo, colocándose su chaqueta y dejándole ahí, a la hermosa hemafrodita, con el trasero fuera de su ropa interior y la falda levantada. En la parte delantera un pene de tamaño humano completamente erecto, en clara prueba que aquello le había resultado muy exitante.
CONTINUARÁ...