Provocadora Escarmentada

Una joven acude a la playa con su amiga, vistiendo ambas lo más provocativas posible. Conocen a uno chicos y continúan flirteando. Hasta que ella se queda sola con tres y el juego se le va de las manos.

El relato que les voy a contar me pasó el último verano, una noche salí con una amiga a provocar y recibí mi castigo, pero tal vez recibí mas de lo que me merecía. Antes de empezar me gustaría decirles que soy lesbiana, aunque me excita muchísimo el morbo y la provocación.

Antes de todo les digo que me llamo Marta y tengo 20 años. Soy pelirroja, tengo los ojos azules, y soy alta, 1,76, más o menos, mis piernas son muy largas y creo que tengo un buen tipo (94- 62-92). Me gusta vestir provocativa, llevar minifaldas muy cortitas, con tacones, para lucir mis piernas, y escotes o tops ajustados.

El verano pasado, me fui con mi amiga de viaje y con nuestros padres. Ella también es mi vecina de abajo, y con ella me llevo fenomenal, nos conocemos, desde que nacimos prácticamente, y no tenemos ningún secreto, bueno sí, sólo uno, y es que soy lesbiana y ella no lo sabe. No se lo he dicho porque a ella le encantan los hombres, y me da miedo que deje de ser mi amiga. Bueno, el caso es que me fui a la playa con ella y sus padres, cenamos, y decidimos salir de fiesta. Hablando en la playa me decía que iba a ser una noche increíble, y que íbamos a salir a buscar tíos. Después de cenar con nuestros padres, subimos a la habitación y empezamos a arreglarnos y a hablar. Como estábamos en una playa donde no nos conocía nadie, decidimos provocar al máximo. Mi amiga se puso unos pantalones ajustadísimos y un top mucho más ajustado todavía, era de esos palabra de honor, sin tirantes y por supuesto sin sujetador y un tanga negro. Yo me puse una minifalda que me había comprado esa mañana en los hippies, muy curiosa, porque se abrochaba con un lazo, un tanga rojo y daba vueltas a la ropa, sin saber qué ponerme, porque quería ir mas sexy que mi amiga. Al final decidí ponerme la parte de arriba del bikini, como era exagerado, me puse una blusa negra casi transparente encima. Pedimos un taxi, y salimos a la calle. En el taxi mi amiga no dejaba de hablar de lo bien que lo íbamos a pasar y el taxista no dejaba de mirar por el retrovisor. De repente mi amiga se empeñó, en que llevaba el nudo del bikini mal y me lo desabrochó para hacerlo de nuevo, y justo en ese momento el taxista se volvió para mirar, y vio prácticamente mis pechos, nos fuimos del taxi riéndonos pero diciéndole de todo al taxista.

La noche había empezado como queríamos, provocando.Nos dirigimos a un bar que tenía una terraza y nos sentamos y empezamos a beber, cuando ya llevábamos un buen rato bebiendo, y empezábamos a ir bastante borrachas se nos acercaron 4 tíos, los cuatro estaban muy bien,y nos preguntaron si podían sentarse, enseguida mi amiga les dijo que sí. Pidieron varias rondas mientras hablábamos como si fuéramos amigos de toda la vida y es que eran muy simpáticos, y se notaba que mi amiga les volvía locos. Y es que es preciosa, tiene una cara muy dulce, y un autentico tipazo.

Así que seguimos bebiendo y hablando y nosotras íbamos ya bastante suaves. De repente uno de ellos dijo, la verdad es que nos gustan las mujeres como vosotras, y otro añadió, "bueno, pero sin ropa interior". Todos nos echamos a reir.Al rato nos levantamos y nos fuimos al baño, a hablar,ella me dijo que le gustaba uno de ellos,y yo le dije que estaba bien.Y ella sugirió dar un paso más, ya sabes lo que les gusta, ¿Qué dices?. Me dijo que me quitara el tanga, y se lo diera, y que ella me daría el suyo, y así lo hicimos,y los guardamos en el bolso.

Yo había salido perdiendo, porque llevaba una minifalda y decidí aprovechar eso, se lo dije, y bajándole el top le dije, vamos a equilibrarlo, ¿no quieres volverlo loco?. Empecé a jugar con sus pezones, ella me miraba sorprendida, yo cogí un cubito del vaso y empecé a jugar con él en sus rosados pezones, restregándoselo por todo su pecho y después empecé a chuparlos, la verdad es que estaba disfrutando muchísimo de aquello, pero sabía que tenía que dejarlo. Le puse en su sitio el top, la miré y le dije que así estaba mejor, ella me miró y sonrió. La verdad es que iba increíble, la excitación que tenía, unida con el frío del hielo,y la humedad de sus pechos, hacían que sus pezones se marcaran muchísimo y al mojarse la fina tela, también se entreveían ligeramente sus pezones. Estaba deliciosa, y lo mismo pensaron los chicos, que en cuanto llegó no pudieron dejar de mirar sus pechos. Mi amiga se dio cuenta de eso, y se puso a hablar con Marcos, el que le gustaba a ella, pero él no podía evitar desviar la mirada hacia el escote de mi amiga. Ella se dio cuenta, y pidió un botellín de agua, cuando estaba bebiendo,y hablando con él, dejó que se le cayera agua que deslizó por su cuello, y mojó todavía más la tela, ella, Marcos y yo, estábamos muriéndonos de la excitación y las miradas que se echaban lo decían todo.

Al final ella se levantó, lo cogió de la mano y se fueron, no volví a saber nada de ella, hasta un buen rato después. Yo me quedé allí, con los otros tres tíos, hablando, y bebiendo un poco más, la verdad es que consiguieron ponerme muy borracha.

Al rato, uno de ellos dijo de ir a bailar, idea que me gustó muchísimo, me llevaron a un bar donde había mucha gente y hacía mucho calor. Estuvimos bailando un rato, y enseguida yo empecé a sudar porque hacía mucho calor. Uno de ellos se acercó a la camarera y le dijo algo. Ella me llamó y me puso un cubata, y me dijo que le diera la blusa, que ella me la guardaba. A mí no me convencía mucho. Me dijo, vamos no seas tonta, llevas un bikini precioso, además del calor y el alcohol y me convenció. Ese fue mi error, enseguida mis amigos me dijeron de subir a la tarima a bailar, a lo que accedí encantada.Era una tarima muy rara, cabían dos personas a lo ancho, pero era muy profunda,y acababa en un hueco bastante grande debajo de la escalera que había para subir al piso de arriba. Empezamos a bailar,y pasado un rato,acabamos en primera fila. Juan se puso delante mío, de espaldas a la gente y los otros dos chicos estaban detras. Empecé a bailar con Juan, la verdad es que el chaval no estaba nada mal. Sus amigos estaban detrás de mí. En un momento, Juan cogió mis manos, para bailar, algo normal, pero justo en eso momento, sus amigos me desataron el bikini, los dos a la vez, uno me desabrochó el nudo del cuello y al mismo tiempo el otro me quitó el de la espalda.Cuando fui a reaccionar para impedirlo Juan tenía cogidas mis manos muy fuerte,y no podía soltarme.Vi sin poder hacer nada cómo uno de ellos se bajaba de la tarima y le llevaba el bikini a la camarera.Yo lo único que pude hacer fue abrazarme rápidamente a Juan, para que no pudieran verme. Le miré y le pregunté que qué hacían, que de qué iban y el rió y me dijo, procura que no me enfade o me voy de aquí. Le pregunté que qué querían, y me dijo bailar un rato. Estuvimos así un par de minutos, los dos abrazados, y de repente me dijo, ya sabes que soy lo único que impide que la gente de abajo te vea, así que no me sueltes.Justo cuando le contestaba, vi a uno de sus amigos, sonriendo, y noté cómo el otro, me desabrochaba el lazo de la minifalda, y noté cómo ésta deslizaba por mis piernas, la cogí con una mano, y Juan hizo el gesto de separarse de mí, tuve que volver a cogerlo con los dos brazos,y entonces noté cómo la mini caia.Y otra vez lo mismo, uno de ellos la cogió y se fue a la barra con ella.Yo empecé a llorar un poco, y me dijo.No llores, sólo vamos a bailar contigo,a no ser que dentro de un rato tú quieras algo más. Yo accedí, la verdad es que estaba convencida de que harían algo más así que sólo bailar... Me llevaron al fondo de la tarima, yo ya no podía ver la gente desde allí, y me dijo, ahora vamos a bailar.Estuve bailando con ellos una hora,más o menos, cada vez con uno, mientras dos de ellos, tapaban y miraban.Al rato empecé a notarme excitada, pero yo no quería,y no dije nada.Ellos lo notaron, y empezaron a manosearme todavía mucho más, antes se limitaban a manosear mis pechos, y sobarme el culo, pero después pasaron a jugar con mi coño, y a hacerme bailar con una pierna suya entre las mías. Empezaron a jugar con mi clitoris,a meterme un dedo,primero,esperaban que yo cediera, pero no lo hice. Estaba que me moría, pero no abría la boca. No iban a salirse con la suya. Poco a poco empezaron a enfadarse, y a bailar conmigo de dos, en dos, notaba los dos cuerpos, apretándome a ellos con fuerza. Mis pechos aplastados contra el tórax de uno de ellos, mi culo igual, contra la pelvis del otro, y siempre con un par de dedos dentro de mi entrepierna.Yo tuve un orgasmo, que fingí como pude apretando mi cara en el pecho de uno de ellos, y ellos siguieron, de repente noté como uno de ellos me metía un dedo en mi culo y empezaba a moverlo, y mientras el otro seguía jugando con mi sexo. Yo no pude resistirlo y tuve un orgasmo bestial, me vine abajo con mi cara hundida en el pecho de Juan. Después de esto me soltaron, y destrozada me senté en un rincón en el suelo, con las piernas abiertas. Uno de ellos, decidió ir un poco más allá y empezó a masturbarse al lado mío y otro se tiró al suelo y empezó a mordisquear mi clítoris, la verdad es que sabía cómo hacerlo, me estaba volviendo loca, y tenía esa polla junto a mi cara, pero me prometí no tocarla, pero de repente me vino otro orgasmo y lo único que se me ocurrió para amortiguar mis gritos fue meterme ese pedazo de carne en mi boca. El tío que estaba comiéndome mi coño lo dejó y el otro sacó su polla de mi boca y se corrió sobre mis pechos. Al final se dieron por vencidos, me pidieron perdón y me trajeron mi ropa, toda menos mi bikini, me dijeron que así iría mucho mejor. Al final me dio igual, salí de allí, con mi blusa transparente, con mi cara totalmente transpuesta y sin limpiarme el semen del tío.

Ya fuera me encontré a mi amiga, llevaba arena en el escote, y una sonrisa de oreja a oreja y cuando me vio aparecer me dijo, vaya parece que no soy la única que se lo ha pasado bien, ¿no? a lo que yo contesté que sí, que ella era la única que había disfrutado aquella noche. Se lo conté todo y nos fuímos, ella se moría de envidia y no se explicaba cómo podía haber salido de allí sin tirármelos. A lo que le respondí, tal vez sea lesbiana y no lo sepa. Nos echamos a reír,y nos fuimos al hotel.

Bueno, esto ha sido sin duda lo más fuerte que me ha pasado nunca. Pero desde aquel día decidí que nunca más estaría con un tío. Así que si alguna chica quiere hablar, contarme alguna historia, algo de lo que se arrepienta, y no se atreva a contar a nadie, por favor decírmelo, y si alguna chica quiere mandar alguna foto junto con sus relatos. Prometo contestar. Me llamo Marta y mi e-mail es: martjimmar@mixmail.com