Provocadora

Un encuentro con un viejo conocido lleva a una buena noche de sexo

Hola de nuevo.

Ha pasado un largo tiempo desde que te compartí una historia. Hoy vengo con una nueva aventura.

Todo empezó de una manera inocente a decir verdad, encontrarte con un viejo conocido. Realmente no lo reconocí al principio pero luego recordé de dónde lo conocía. Tuvimos amigos en común aunque el y yo realmente no tuvimos mucho en común.

Nos saludamos, hablamos un poco de nuestras vidas actuales y compartir nuestros datos de contacto. De ahí un saludo y una pequeña charla y era todo.

Ayer el me invitó a dar una vuelta, para mí no significaba nada esa salida solo salir y platicar, distraerme un rato. Tan así que ni siquiera me arregle, mi ropa bastante simple nada sexy ni con la intención de atraer su interés. Un pantalón verde, una playera manga larga negra algo suelta, unas sandalias, nada de maquillaje y un pequeño recogido en el cabello. Eso sí, nunca salgo sin perfume. Es el único “accesorio”que usé, ni siquiera aretes.

¿A ti te parece que era simple?

Pues bueno, llegó por mí, y ahí ví una ligerisima oportunidad de algo más, pero no le di mayor importancia, cabe mencionar que tenía que compartir espacio personal pues el traía una moto.

Fuimos a pasar el rato a un mirador, un par de cervezas, el mar, poca gente alrededor y eso sí, mucha oscuridad excepto por la luz de la luna….

En determinado momento el hizo una pequeña demostración de su fuerza, y bien, ese momento cambio por completo el ambiente entre los dos. Así empezamos con un beso aquí, un roce, miradas, sonrisas.

Me encanta sentir las manos de un hombre sobre mi cuerpo, cálidas y firmes.

Me estaba excitando rápidamente a decir verdad, ya podía sentirme húmeda y el sin miedo metió s mano bajo mi ropa y acaricio mi clítoris y siento lo mojada que estaba y eso lo excito a el más. Sin importarme mucho donde estábamos comencé a gemir con su toque dejando que me escuchará, que sintiera lo mucho que me estaba gustando lo que me hacía, mirandolo a los ojos.  La oscuridad era nuestra aliada, el ruido del mar ocultaba mis gemidos a oídos indiscretos o quizá no. Yo lo besaba, pasaba la punta de mi lengua muy despacio y levemente por sus labios para después succionarlos entre los míos y morderlos, el comenzó a temblar con eso, sentí lo mucho que le gustó, pase mis manos bajo su playera y acaricie su torso, pasaba mis uñas de arriba abajo hasta llegar a la cintura del pantalón y bajar solo un poco y acariciar esa zona muy ligeramente. Eso le encantó, se me quedó mirando y en ese momento me llamó provocadora , yo solo reí y lo hice de nuevo pero esta vez mis uñas fueron con más fuerza. El tocaba mi cuerpo, besaba mi cuello, mi rostro, me tomaba entre sus brazos con fuerza y eso me excitaba a mi.

Ambos estábamos perdidos el uno en el otro y de no ser porque había gente quizá habríamos tenido sexo ahí mismo.

Fuimos a su casa. Nos duchamos juntos, debo confesar que nunca había hecho algo así, tener tanta intimidad con alguien a quien prácticamente acababa de conocer. Oh, pero fue muy excitante. Intentamos que me penetrara en la ducha, pero no fue sencillo para mí así que salimos, nos secamos. Nos besábamos, acariciábamos nuestros cuerpos y en ese momento lo hice acostarse boca arriba y me subí sobre el, eso le gustó mucho, creo que no se lo esperaba y la verdad nunca había sido tan decidida. Puse mi coño sobre su verga dura y comencé a moverme, no me costó mucho recuperar mi lubricación. Lo tenía dónde y cómo lo quería, así que lo disfruté, debo decir que debimos parar una o dos veces, el estaba al límite, en ese momento me sentí más excitada que nunca, ver cuánto placer era capaz de dar y no solo recibir. Le dije que se acomodara el mismo, lo quería dentro, y fue lo más delicioso del mundo. Uff. Sentirlo entrar, y luego montarlo y sentir mi cuerpo temblar de placer y verlo disfrutar, en algún momento de mi vida perdí inhibiciones, esta vez no me importo que viera mi cuerpo o que me viera disfrutar, disfruté mirándolo a el. Por mucho el encuentro más íntimo que he tenido y sobre todo muy placentero. El gemía, me tomaba de las caderas y arremetía contra mi con más fuerza, me lamía los pezones, los chupaba, y yo lo montaba más rápido hasta que llegamos al primer climax.  El se vino fuera, si, lo hicimos sin condón. Diablos, ni siquiera me importó. Me acosté mientras el iba a limpiarse ya que todo elgemían cayó sobre el.

Cuando volvió, el se posó sobre mi, y empezamos con los juegos de nuevo. El estaba encantado, podía verlo, hubo muchos besos, caricias, miradas. Yo solo quería más y más.

Me envolvió entre sus brazos y me penetró de nuevo, con movimientos suaves al principio pero pronto se volvió más salvaje, el es un hombre tierno pero bien que puede volverse dominante cuando quiere y eso me excitó muchísimo. Fui a su encuentro en algunas embestidas, podías escuchar nuestros cuerpos chocar, el sonido húmedo de la penetración y nuestros gemidos sin control.  Yo rápidamente estaba alcanzando mi clímax por segunda vez, me abracé a el, lo besé y me dejé llevar. El de nuevo salió de mi para eyacular y esta vez su semen cayó sobre mi. Estaba siendo delicioso. Me relajo muchísimo, el se acostó a mi lado y me acarició, ambos desnudos solo medio cubiertos por una sábana ligera. Poco a poco caímos en un sueño tranquilo.

Yo no puedo dormir cuando estoy en otro sitio, en una cama ajena, he de decir que está vez quede K.O por un rato.

Una o dos horas después me levanté para ir al baño y tomar una ducha rápida, el se levantó también y cambiamos de habitación pues donde estábamos no había aire acondicionado y estaba haciendo calor.  Esa habitación tenía una cama aún más grande. Y con el aire acondicionado estábamos más frescos.

Nos acostamos y dormímos un poco más. Yo me voltee boca abajo y lo sentí moverse y subirse sobre mi, con sus manos acaricio mi coño hasta dejarme húmeda de nuevo, yo subí una de mis piernas para permitirle la penetración pero por alguna razón mi coño no estaba cooperando así que intentamos poner una almohada debajo de mi pero aún así nos fue difícil y el terminaba saliéndose. Pues me puse a 4, ya sabes, el culo al iré y el pecho en la cama, una de mis favoritas. Dios, que rico se sintió cuando me penetró y comenzó a moverse, me tomo por el cabello y me jalo hacía atrás con la fuerza suficiente, eso me encantó a mí. Cambiamos de posición para que el tuviera un mejor ángulo porque mi cuerpo no estaba cooperando mucho.

Me arrastró a la orilla de la cama y el se quedó de pie, mientras dejaba mis piernas sobre su torso y me penetró de nuevo, yo estaba gozando esos momentos, pero lo necesitaba más cerca, le pedí que se pusiera sobre mi, no sé cómo nos acomodamos pero el término penetrándome mientras me tomaba por el cuello, nada violento solo con cierta sensación de dominio, puse mi mano sobre la suya, aceptando ese dominio y eso lo excitó mas, sus penetraciones se volvieron más rápidas y luego lo tenía de nuevo sobre mi y lo abrace con mis piernas mientras el entrelazaban nuestras manos y nos llevaba a un tercer orgasmo.

Ambos quedamos complacidos, agotados y relajados, no se porqué constantemente me preguntaba por mis pensamientos, yo no pensaba en realidad, solo sentía. Se acostó junto a mi, me besó en la frente y me abrazó, así nos quedamos dormidos de nuevo.

No sé si vaya a repetirse. Lo que si sé es que valió la pena tanto esperar. Hace mucho que no tenía sexo.

Aun me duelen las piernas, las ingles. Y un pequeño escozor ahí, ya sabes dónde. Jajaja.

Y tú ¿Qué piensas?

Nos vemos en el próximo relato