Prostituta en mendoza por una noche

Me decidí a concretar otra fantasía, que siempre la tuve, ser prostituta callejera, que es muy distinto a ser escort VIP, en todo sentido, en la preparación, los tipos de clientes, ademas me produce mucho mas morbo que prostituta VIP por el solo hecho de prostituirme por muy poca plata.

El relato que les voy a contar comenzó un jueves 17 de noviembre y duró hasta las 6:45 am del viernes 18.

Todo comenzó cuando fui a visitar uno de mis clientes que tengo, por quien no lo sabe soy diseñadora gráfica (esta es una de las vidas que llevo), y me pidió que vaya a la sucursal de Mendoza, que necesitaban modificar el sitio web de esa sucursal para lanzar una nueva campaña. No era la primera vez que iba allí, de lo que iba del año era la tercera vez.

Me mandaron por mail el voucher del avión. El vuelo partía el jueves a las 8:30 am.

Durante la semana adelante trabajos que tenía con mis otros clientes y deje todo listo para poder irme tranquila. Durante el martes pasado, sin meditarlo mucho me decidí a concretar otra fantasía, que siempre la tuve, ser prostituta callejera, que es muy distinto a ser escort VIP, en todo sentido, en la preparación, los tipos de clientes, ademas me produce mucho mas morbo que prostituta VIP por el solo hecho de prostituirme por muy poca plata. La verdad siempre me calentó la idea, pero como llevo una doble vida, totalmente separadas una de la otra, me es imposible prostituirme en Buenos Aires, no sea cosa, que un día me encuentro con un conocido, sería fatal para mi.

El lugar donde lo haría, ya lo conocía. En mi viaje anterior a Mendoza, me habían invitado a comer el equipo de marketing y terminada la cena me fuí con uno de ellos a su casa. En el camino pasamos por una zona, que habían entre 3 y 4 putas por cuadra, de cada mano, eran cerca de 5 o 6 cuadras, esta zona roja. Me acuerdo que en ese momento desee ser una de ellas. Pero al final no hice nada.

Finalmente llegué a Mendoza, cerca del medio día, el vuelo se retrasó por unos problemas gremiales. Me pasaron a buscar por el aeropuerto. Pasamos por el hotel, dejé mis maletas, me refresqué y fuí a ver al cliente. El trabajo fue rutinario, estuve como 5 horas, miraba constantemente el reloj, quería irme, tenía que prepararme para mi noche. Cuando terminamos me despedí de todos, quedamos que pasaría el viernes antes de partir para terminar con unos detalles que nos habían quedado pendientes. Cuando salí el chofer ya esperaba por mí. Tenía ordenes de dejarme en mi hotel, pero le pedí que me deje por un centro comercial.

Estuve visitando unas tiendas, finalmente terminé comprando en una tienda de ropa para adolescentes. Por último pasé por una farmacia, compré una caja de 24 preservativos, lubricante para mi cola y unas toallitas húmedas para limpiarme luego de las acabadas.

Una vez en el hotel, descancé por un par de horas, cené muy liviano y comencé a prepararme.

Me dí una ducha, limpié bien todos mis orificios. Me miré en el espejo mis pechos, que realmente me encantan aunque debo admitir que me los operé a los 26 años, mi vagina completamente depilada y mi cola parada, tenía 31 años cuando me prostituí en Mendoza, pero le dedico mucho tiempo a mi cuerpo para que se vea muy bien. Por si no leyeron mis relatos anteriores, les cuento como soy fisicamente. Soy rubia, pelo largo y lasio por la mitad de la espalda, mido 1,78, ojos color marron, delgada, tez blanca. Tengo varios tatuajes.

Me puse una tanga hilo dental, realmente diminuta, la parte de adelante apenas cubría mi concha, dejando ver parte de mis labios vaginales, aunque esta era la idea. Una minifalda negra muy ajustada y que apenas cubría mi cola, aunque cuando caminaba un poco, comenzaba a levantarse mostrando la unión de mis piernas con mi nalgas, no usé medias, tacos negros altos y una camisa blanca sin corpiño, con varios botones abiertos, para lucir mis pechos.

Para salir del hotel me puse un saco de media estación que me cubría hasta las rodillas, aunque no funcionó demasiado bien, porque me llevaba todas las miradas. Pedí un taxi en la recepción del hotel, y a los minutos me anunciaron que había llegado. Me abrieron la puerta e ingresé al taxi. Le dije a donde me dirigía, el taxista me preguntó si conocía la zona y le dije que sí. No me hizo mas comentarios. Durante el viaje no paró de mirarme mis piernas por el espejo retrovisor, estuve a punto de ofrecerle sexo oral, pero preferí reservarme de llena para la noche, además no veía la hora de llegar a prostituirme.

A las 23:35 pm, el taxi me dejó en la zona roja. Me acerqué a una de las chicas, le comenté que venía a prostituirme y me dijo que me fuera inmediatamente. Seguí caminando 2 cuadras y volví a preguntarle a otra de las chicas, era una morocha muy linda, estaba cerca de los 40 pero los llevaba muy bien. Además, muy simpatica. Me contó que la zona la manejaba una señora llamada Laura, que tenía que hablar con ella primero. Me dijo que espere que ella pasaba durante toda la noche con su auto, controlando la zona. Me dijo que espere en la esquina, que Laura me iba a ver. Así fue. A los 20 minutos un auto blanco paró en donde estaba y me preguntó que estaba haciendo. Le conté que quería trabajar y me explicó las condiciones. Ella manejaba la zona y que nos brindaba protección, nos evitaba problemas con la policia, pero que cobraba una parte. Para empezar debía dejarle $150 por noche, adelantado porque no me conocía, pero una vez que ya sea conocida podría pagarle al terminar la noche. Me preguntó si tenía la plata, se la dí. Me pidió que suba al coche y me llevó a mi lugar de trabajo, a unas dos cuadras. Me recalcó que no salga de ese sector, para no tener problema con las otras chicas. Me ofreció preservativos, lubricantes, pastillas, pero le dije que tenía todo. Por último me dijo que a las 6:30 am tenía que irme para no tener problemas con la policía y los vecinos.

Empecé mi turno a las 12:15 am. El primer cliente no tardó en aparecer. Se acercó con su auto. Me pregunto cuanto cobraba por un anal, le dije $80. Me preguntó si podía ver que estaba pagando. Me dí vuelta y le acerqué mi culo a su ventanilla y me agaché sin flexionar las piernas.

Escuché: - Subite ya, que te estropeo el culo. Tiró el asiento hacia atrás, sacó su pija que ya estaba casi dura, le acraricié sus huevos y la chota hasta que la tenía a full, saqué un preservativo, se lo puse yo misma, y me metí adentro del auto. Me acomodé como pude encima de el dandole la espalda y yo mirando hacia el volante, le agarré la pija y lo acomodé en la entrada de mi ano. Su cabeza me iba penetrando lentamente y con dificultad. Me dí cuenta que no lo había lubricado, ni su pija, ni mi culo, pero decidí seguir para no quedar como tonta, lentamente su pija entro toda en mi culo y empecé a montarlo fuertemente, me agarré del volante y empecé a saltar, realmente me dolia la cola pero ya me habían pagado y tenía que cumplir, por suerte en menos de 3 minutos lo escuché dar un grito de desahogo. Había acabado, me acomodé en el asiento del acompañante, le saque el forro y le chupé su pija hasta dejarsela limpita. Me despedí y volví a mi sector esperando el siguiente. Apenas me reincorporé ya había alguien esperandome, por lo visto ya me había visto antes, y esperaba que me desocupe.

Era un muchacho de unos 20 años, timidamente me preguntó cuanto salía el pete. Son $40 con globo y $60 sin globo, le contesté. Aceptó y fuimos al porton de un garage que estaba donde yo paraba, la puerta estaba metida un metro y medio de la vereda por lo que nos daba algo de privacidad. Me arodillé, le desabroché el jean y saque su pene flacido, para metermelo en la boca. Comencé a petearlo, de apoco su chota iba creciendo en mi boca, con mis labios apretaba fuertemente su tronco y me lo introducia hasta e fondo para volver hacia atrás hasta su cabeza, mientras le apretaba los huevos con mi mano. En 5 minutos me largo su leche dentro de mi boca, la cual me tragué toda.

Durante la noche llegué a hacer entre 10 y 11 petes todos sin globo menos 2, que lo pidieron de esa manera. Por lo visto y por mi experiencia de esa noche el sexo oral es lo mas solicitado, seguido del sexo anal. Mi cola la pidieron 6 veces esa noche, de las cuales 2 fueron en un telo que quedaba a unas cuadras a pedido de los clientes, 3 anales en el auto y uno me pidio hacerme la cola en el porton de garage donde estaba parando. Fue un anal excelente este último, era un flaco de unos 40 años muy piola. Me arrodillé, le desabroche su pantalon, ya la tenía bien erecta, me puse el preservativo en mis labios y le calcé este con mi boca. Me puso contra la puerta, dandole la espalda a el, me levantó la minifalda, dejando mi culo desnudo, ya que para ese entonces ya había guardado mi tanga en la cartera, porque estaba podrida de sacarmela y ponermela una y otra vez, y sentí su poderosa verga entre mis nalgas, tenía un miembro gordo y largo, aunque no fue muy doloroso, porque para esa altura ya tenía mi ano bien dilatado de los pijazos anteriores, me penetró completamente el culo hasta sentir sus huevos chocar contra mis nalgas y empezó a embestirme, eran penetradas largas y profundas, sentía como me la sacaba y volvía a meter de golpe, mi cuerpo chocaba contra el porton de chapa, haciendo un ruido metalico muy fuerte que me calentaba demasiado. Fueron unas 20 0 25 embestidas en total hasta que el acabó, me besó mis hombros y cuello y cuando su pija estaba flacida, me dí vuelta, me arrodillé ante su chota y me la metí en mi boca, aunque no me lo pidiese me había dejado tan caliente que quería seguir, me costó remontar que su pija vuelva a estar erecta pero al final pude, me la tragaba completamente, sus 20 cm de carne aproximadamente, que llenaban mi boca y garganta, me tomo de la cabeza y con su pija violo mi boca de lo duro que lo hizo, fueron unos pocos minutos hasta que acabó pero yo estaba completamente mojada, sentía la humedad entre mis piernas. Me dejastes sin leche nena, me dijo. Quiso pagarme el sexo oral que no había pedido, pero no se lo acepté. Por dentro pensaba yo debería pagarte por como me hicistes mojar. Se despidió y me dijo que la semana proxima me buscaba, yo lo saludé y no le contesté que solo estaría esa noche.

Otra cosa que me pidieron esa noche fue una turca, que se la hice en el telo. Le cobré $50 por el servicio. Nada fuera de común, solo que demoró 2 minutos a lo maximo en acabar y me eyaculo como si tuviese una pija de 30 cm, no sé de donde sacó tanta leche, me llenó el mentón, la cara, ojos, pelo de semen, tuve que bañarme mas que nada por el pegote que me dejó en el cabello.

Tuve 3 servicios vaginales, el primero me cogió de parado en el portón y los otros dos me llevaron al telo, todos los cobré $50.

El último servicio fué una eyaculación sobre mi cola. Era un hombre de unos 50 largos diría que casi 60 años. Me pidió que le dé la espalda mostrandole la cola y que el acabaría sobre esta. El servicio le salió $35. Aunque debí cobrar mas por el tiempo que me llevó. Me levanté la minifalda hasta la cintura, flexioné mis piernas, apoyé mis manos sobre mis muslos, sacando colita afuera, el hombre se puso detras mio, y lo sentí masturbandose detrás mio, me tuvo en esa posición mas de 20 minutos hasta que su pija descargó unas pequeñas cantidades de semen muy espeso.

Para todo esto, ya estaba amaneciendo. Y decidí que esa noche había hecho felíz a varios hombres y decidí pasar a ver a la chica que había conocido esa noche que me había tratado tan bien. Por suerte estaba, conversamos un poco, y le ofrecí mi dinero recaudado, no quiso aceptarlo, pero le conté que solo lo hacía por cumplir una fantasía, me dijo loca de mierda y se empezó a reir, me aceptó el dinero y me despedí. Caminé unas 7 cuadras para encontrar un taxi. Mientras caminaba, sentía mi cuerpo pegoteado y sucio de la transpiración y semen de esa noche. Me hizo sentir muy puta. Finalmente un taxi paró y me senté, le pedí que me lleve al hotel en el que estaba parando y me recosté en el asiento, completamente agotada. Fueron muchas horas parada y los nervios también me dejaron algo cansada. Una vez en el hotel, eran cerca de las 8:45 am, me duché y cambié. El remis ya estaba hace unos 40 minutos esperando por mí, habiamos quedado que pasaban por mi, para llevarme a terminar unas ideas que nos habían quedado pendiente el día anterior.

A las 15:45 pm, ya me encontraba en el avión de regreso a Buenos Aires.

Bueno, esta fué mi primer experiencia prostituyendome en la calle.