Prostituta de hotel

Cuando llegué me sorprendió ver a mi esposa ataviada de la manera más ardiente que se pueda uno imaginar...

La puta de mi esposa

Somos un matrimonio joven de 30 años, mi esposa Gabriela es instructora de yoga y durante algunos años yo le estuve insistiendo en que se implantara unos senos grandes, finalmente me hizo caso y quedó con una figura excelente, 105-55-100. Ella es alta de 1.70, con unos ojos color miel y una piel clara que hacen que resalte su cabello negro. Yo tenía una fantasía, coger con una chica vestida de estudiante de colegio, con minifalda a cuadros y un pequeño sweter, con trenzas o colitas, pero en un hotel donde pudieran verme acompañado con una jovencita y envidiarme por la suerte que tengo.

El día de mi cumpleaños ella me dijo que se haría realidad mi sueño, que nos veríamos en un hotel lujoso donde se hospedaban ejecutivos de viaje. Quedamos de vernos a las 6pm en el lobby.

Cuando llegué me sorprendió ver a mi esposa ataviada de la manera más ardiente que se pueda uno imaginar, son una minifalda roja a cuadros que más que tapar sus piernas las resaltaba más, una blusa blanca y un sweter rojo con un escudo heráldico, con dos trenzas y unos lentes de estudiante, maquillada como prostituta. Estaba sentada en un sillón del lobby de espaldas a mí, de manera que no me vió llegar, comencé a caminar hacia ella cuando vi que un tipo se le acercó y la saludaba, yo me puse de espaldas a una columna para escucharlos sin que ellos me vieran.

Hola, ¿Cómo estás? –le dijo el tipo

Bien… ¿te conozco?

Soy Carlos, me sentaba atrás de ti en la universidad, ¿no te acuerdas?

Oooohhh, sí!!!! ¿Qué haces aquí? – dijo ruborizándose y tratándose de cubrir los senos con el pequeño sweter

Trabajo para una compañía en la capital y me envían muy seguido para acá, ¿esperas a alguien?

N…nnnno, no, de hecho ya me iba – dijo turbada

¿Quieres ir a ver una fotos de mi familia? Las tengo en mi cuarto, solo un momento, ¿si?

Mmmm, no sé – dudaba mientras sonaba su celular, era yo, le dije que llegaría una hora tarde por una junta urgente, pero que me esperara en el hotel. Quería ver que hacía ella, ya que sin duda el tipo quería algo más que recordarla, pues notaba como no le despegaba los ojos del escote- Ok, solo un momento

Vamos, tengo un cuarto con vista al mar

Le pasó el brazo por la cintura, mi esposa no hizo mucho esfuerzo por sacarse, los seguí sin que me vieran, se metieron en un cuarto a un lado de otro que aseaban en ese momento, entré y le dije a la persona de limpieza que quería ir al baño y si me podía dejar solo un momento, ella no sospechó y se salió. Yo salí a la terraza compartida y desde la ventana que estaba solo cubierta con el mosquitero pude ver y oir lo que pasaba dentro.

¿Quieres un trago? – le dijo Carlos

MMM, no, sólo quiero ver las fotos… ¿hay alguien bañándose? Escucho la regadera

Sip, es mi compañero de cuarto, Roberto –dijo acercándose al baño- ¡ROBERTO, TENEMOS VISITAS! –gritó

Creo que mejor regreso en otra ocasión –dijo Gabriela

No, no te vayas, dime cuanto quieres por quedarte

¿Perdón? –dijo extrañada Gabriela, sin duda la había confundido con una prostituta

Sí no te hagas tonta, ¿Cuánto me cobras por un rato?

Mejor me voy, déjame salir –dijo ella tratando de apartarlo de su camino

Mira, no te hagas la santa conmigo, vestida así en un hotel solo puedes ser una puta. ¿Eso fue en lo que te convertiste después de la Universidad, eh? En una puta de hotel

No, te equivocas, esperaba a mi marido

Vamos, no te hagas la graciosa, te daré 200 dólares, ¿está bien?

No, te digo que me dejes salir

Bueno, vamos a hacer esto de la forma difícil

Suéltame o grito, te acusaré con la policía

¿Y que dirás? ¿Que un cliente te obligó a acostarte con él y te pagó?

En ese momento no supe que hacer, me excitaba el pensar que otro hombre tomara a mi esposa, pero no deseaba que le ocurriera nada malo, así que esperaría y si las cosas se ponían pesadas las detendría.

Quiero chuparte los senos – dijo Carlos mientras la jalaba hacia sí y ponía sus labios contra un hermoso seno que apareció al bajarle la blusa

¡No! Por favor, por haber sido amigos, déjame ir, no se lo diré a nadie y así tu esposa no se enterará

No soy casado, y si le dices a todo mundo me harías muy feliz, ya que todos sabrían la clase de hembra con que me acosté –dijo empujándola a la cama

No, déjame, mi esposo llegará en un momento – dijo mientras él le chupaba un seno y le metía los dedos entre la falda buscándole la raja de la vagina

¿Y como sabrá donde estás? – dijo mientras le rompía la breve tanga que traía debajo de la falda

MMMM, nnnooo déjameeeeee – con menos decisión que al inicio – tu compañero saldrá y nos verá

No importa, él es muy abierto de mente –dijo mientras se escuchaba la puerta del baño abrirse y Roberto salía completamente desnudo

¿A quien trajiste? ¡Oye está mujer si que está buena! No se parece a las que hemos encontrado antes – vi como la media erección que tenía debía medir al menos 25 cm, era todo un animal

No soy quien usted piensa, ya me voy –Dijo Gabriela tratando de safarse del abrazo del otro

Te pagaremos bien, ¿no te dijo Carlos? –dijo mientras se acomodaba cerca de su cara para ponerle el pene en la boca

MMMmmmm, MMMmmmmm –dijo mi esposa mientras trataba de escupir la tremenda masa de carne que le llenaba la boca, dejó de empujar a Carlos para tratar de alejar a Roberto.

Carlos aprovechó para desnudarse, también su verga era enorme pero no tan gruesa como la de su amigo.

Te voy a lamer la rajita –dijo acomodándose entre las piernas de Gabriela levantándoselas sobre su espalda

Vamos métete mi verga más adentro, tú puedes –dijo Roberto jalándola de la cabeza con una mano mientras que con la otra le apretaba un seno

AAAAggghhhh!!! –se atragantó Gabriela cuando sintió que le entraba hasta la garganta la verga del tipo

Después de casi 10 minutos de mamarle la verga a Roberto y de ser chupada en la raja por Carlos, los tipos se levantaron y la obligaron a ponerse de perrito. Carlos ahora le metió la verga en la boca y comenzó a bombear en los dulces labios de mi esposa, ella tenía los labios en blanco, se notaba que estaba disfrutando los más de 25cm de Roberto en su apretada vagina.

Mmmmgggg!!!, Mmmmgggg!!!!, Mmmmmgggg!!!! – gemía tratando de agarrar aire con una verga que le llegaba hasta la garganta mientras que otra le hacía sentir que la partían en dos

Es deliciosa esta perra! La próxima semana la buscaremos otra vez

Te dije que yo siempre consigo putas ricas – rieron los hombres mientras le inflingían un castigo tremendo a mi sudorosa esposa, que lo único que podía hacer era detenerse de las piernas de Carlos mientras Roberto le taladraba por detrás dándole nalgadas sumamente sonoras

Carlos se separó y pude escuchar entonces los quejidos de mi esposa al ser penetrada salvajemente por Roberto.

AAAAAAAaaahhhhh!!!! AAAAAAaahhhhh!!!!! MMMaaaassssss, MMMaaaassss!!!! – gritaba la muy puta

Cambio de posición –anunció Carlos acostándose en la cama, Roberto acomodó a mi esposa sobre su amigo cabalgándolo

SSSSSiiiiiii!!!! SSSSiiiiii!!!! SSSSSiiiiii!!!!! – gritaba Gabriela mientras saltaba sobre la verga de su compañero de escuela – ¡quiero que me metas la verga en la boca! –le ordenó al otro, quien obediente se subió a la cama y de pie le metió la enorme verga en la boca, la que ella chupó como si fuera una golosina

Ella era una verdadera fiera, parecía que podía estar así por todo el tiempo del mundo. Tuvo varios orgasmos sumamente ruidosos, los tipos estaban emocionadísimos de encontrar una puta que gozara tanto con su trabajo.

Ahora me toca a mi –dijo Roberto yendo hacia el sofá y sentándose en él. Carlos se separó de mi esposa y la llevó para que ahora montara de frente a Roberto de manera que su pies tocaran el piso y pudiera moverse más animadamente.

Que rica verga tienes cabrón!!!! Es enorme!!!! AAAyyyyyyy!!!!! –chilló cuando la pesada verga le entró hasta el tope, poniéndose a saltar inmediatamente sobre el enorme mazo que la empalaba – AAAyyy, AAAyyyy, AAAAyyyy!!!! No te quedes viendo, has algo – le imploró a Carlos – ¡quiero volvertela a chupar!

MMM, no! Tengo algo mejor para ti – dijo mientras apuntaba su tolete al pequeño ano de Gabriela, ella nunca había cogido por allí, estaba a punto de abrirle su virginal ano, de romperle el agujerito tan apretado que guardaba

¡Nnnooo, espera por ahí no! –dijo ella abriendo los ojos desmesuradamente, tanto como ella pensaba que se le abriría el ano- AAAAAAARRRRRGGGGGHHHHHH!!!!!!!!! – pujó tratando de sacar de su ano el poderoso ariete que peleaba por entrar cada vez más adentro

¡Que apretada estás!, ¿Eras virgen? –preguntó él orgulloso de ser el primero en entrar a un ano tan apretado como el de mi esposa

SSSSSiiiiiiiiii!!!!!!!!! AAAAAAhhhhhh!!!! AAAAAAAhhhhhh!!!! Más! Quiero más verga!!!! Muévanse más rápido!!! –les exigió Gabriela

Los dos estuvieron cogiéndose a mi esposa durante un tiempo que me pareció que no acabaría, yo tenía ya una erección que no cabía en mi pantalón. Durante ese tiempo solo se escuchaban los gritos de ella mientras los dos sementales la perforaban.

Ok, ¿te parece que hagamos el dos en uno? –preguntó Carlos

Me parece excelente –contestó Roberto, levantándose y regresando a la cama

¿Qué es eso? –preguntó temerosa Gabriela

Ahora lo verás, siéntate de espaldas a Roberto –le ordenó Carlos, mientras ella se acomodaba con las nalgas presionando a Roberto y su vagina se llenaba con su verga.

Carlos entonces apuntó al agujero de mi esposa que ya estaba lleno con la verga de Roberto y comenzó a empujar tratando de entrar al precioso hoyo ocupado por un garrote que parecía no dejar entrar nada más.

OOOOhhhhh, AAAAAhhhhhh!!!! –gritó Gabriela cuando sintió el par de vergas llenar su vagina - SSSSSiiiiiii!!!!!! SSSSiiiiiii!!!!!!!!

No todas las putas se atreven a esto, pero tu amiguita sí que es una tremenda perra

Carlos se vino primero dentro de mi esposa, Roberto se levantó y puso de rodillas a mi esposa para terminar en su boca, vi como los chorros de semen le escurrían por las comisuras de los labios tratando de tragar todo lo que salía.

Te portaste bien, aquí está el dinero – le dijo Carlos a mi esposa – ¿te podemos buscar la semana siguiente?

Pero a las 3pm para no estar ocupada – dijo coqueta y fatigada Gabriela que sabía que a esa hora yo estaría trabajando

Cuando la encontré en el lobby, simplemente me la lleve al cuarto que teníamos reservado y la gocé de todas las maneras posibles. ¡Me excitaba que fuera una puta!