Propuesta deshonesta

Una vendedora a domicilio con un cuerpo que ni dibujado, rechaza una propuesta deshonesta, pero tiempo despues regresa para aceptarla. Acabara por convertirse en una puta, aceptando propuestas sin condiciones.

Narro lo sucedido con una mujer con la que muchas veces soñaba:  una mujer cercana a los 40, con un cuerpo que ni dibujado sale mejor, que recorre casa por casa vendiendo productos innecesarios.

Primera parte:

PROPUESTA DESHONESTA

Desde hacia tiempo corría por mi cabeza, o más bien por mi polla, la idea de hacerle un propuesta deshonesta a la vendedora que cada mes pasaba por casa.

Deseaba que llegase primeros de mes para ver a esplendida hembra entrando en mi casa, me encantaba verla contoneando su tremendo pandero al subir las escaleras, mientras su falda se balanceaba tratando  de cubrir lo incubrible a la vez que lo mostraba.  Con disimulo unas veces y otras no tanto, trataba de aclararme con lo que veía, no sabía si era producto de mi imaginación, que en cuanto esa hembra llamaba a la puerta se ponía a imaginar, no dejándome claro si bajo esa falda había o no alguna otra prenda, que cubriese su encantos.

Trataba de ser amable con ella, la invitaba a algún refrigerio en los días más calurosos o  un cafecito caliente con sacarina los días fríos. Se sentaba en el sofá, donde le colocaba premeditadamente la bandeja, se las arreglaba para a pesar de lo corta de su falda y sus largas piernas, de no mostrarme apenas nada, nada de lo que quería ver, porque muslamen no me faltaba a la vista.  Cuando me sentaba a su lado, si se presentaba ocasión, o si no la buscaba, dejaba caer mis manos sobre sus muslos, a lo que ella no parecía molestarle yo me quedaba bien contento

Con un poco de conversación y bastante de muslo cada vez que venía, salida de casa con un pedido de tonterías innecesarias, los hombres somos así.

Un día, que andaba un poco mas alterado de lo normal, llego Mar, la vendedora con un nombre muy corto para todo lo alta que era, pasaría de largo del 1,8m con los tacones que solía llevar, que hacían sus piernas todavía mas largas y realzaban más si cabe su atractivo, siempre reforzado por unas blusas ajustadas que marcaban su fina cintura y sus turgentes pechos,  todo como complemento perfecto de su pandero, pedazo de culo, culazo, como quieran llamarlo.

Entre lo alterado que estaba y el efecto que produjo en mi su presencia en ese momento, mi lengua decidió tomar la iniciativa, diciéndole a Mar.

-        Te propongo un trato

-        ¿Un trato¿, ¿que trato quieres proponerme?

-        Recibirás 6000€si pasas un fin de semana conmigo

Me quede sorprendido yo mismo cuando dije esto, no sabía si realmente lo había dicho o solo pensado

-        ¿Que está diciendo? ¿Por quién me ha tomado?

Sus palabras aclararon mi duda, así lo había dicho, así que a lo hecho pecho

-        Únicamente tendrías que acompañarme a un viaje, te recogería el sábado por la mañana y volverías el domingo por la tarde

-        No le entiendo, le tendría que acompañar únicamente? Solo eso?

-        Exactamente,  como si fueses mi amante

Se hizo un silencio, oía el tic tac del reloj de pared, esperaba la respuesta afirmativa en segundos

-        ¿Se piensa que soy una puta? ¿por que tenga dinero cree que puede tener a quien quiera? Eres un viejo verde, ya estoy cansada de tus miradas y tus roces, siempre intentando sobarme, gástate ese dinero en putas baratas y llénate de ladillas cerdo baboso!

-

Así acabo la conversación, no dio tiempo a reacción, salió sin más, se despidió con un portazo, eso fue todo.  Lo que si me quedo claro ese día fueron dos cosas,  una: que hubiera pagado 6000€ por una noche con ella y otra: que no usaba, al menos ese día, ropa interior, al recoger sus catálogos del suelo, que con el susto se le cayeron, no tuvo el cuidado de otras veces al agachare, mostrándome una magnifica vista de su estupendo culazo y no solo eso, su sexo se mostro asomando con autoridad entre sus nalgas.  No sabía cómo soportaría el que no volviese por aquí más veces, para colmo después de haber visto aquello. Como dije antes a lo hecho pecho, salió mal.

Tiempo después me cruce con ella por la calle, la salude, eso fue todo, no hubo respuesta.  Me pase con la proposición, no llegaba al 1.000.000  de mi tocayo, pero 6000€ es 1.000.000 de la santiguas pesetas. Que es pasta.

Pensé bastante en que la ofendí, la verdad es que no pensé lo que dije, pero también es verdad que no me arrepentí de decirlo, incluso esperaba un si, por respuesta. Lo que lamenté mucho tiempo fue que no pude ni disculparme, en ningún momento tuve la intención de ofenderla, aunque si  reconozco que lo hice.  Es una mujer de bandera, ni dibujada sale asi, no solo cuerpazo, también guapa, unos ojazos que te derriten al mirarte, sus labios, su lengua, cuando habla, cuando desliza su lengua por sus labios, …, su melena , da lo mismo como lleve, suelta o recogida, con moño y traje chaqueta… más excitante todavía…, la recordaba muchas noches.

Un día, al contestar al telefonillo de la puerta exterior, escuche una voz que me resultaba familiar, no me quitaba a Mar de la cabeza, cuando abrí la puerta después de tres timbrazos que no me resultaban desconocidos me quede a cuadros, era ella.

Amablemente pero permaneciendo a la defensiva la invite a pasar, antes de nada me apresure en pedirle disculpar por mi proposición,

-        No al contrario, se que su intención no fue ofenderme, no reaccione adecuadamente, son muchas veces las que aguanto maleducados, ese día salte con usted, cuando no tenia culpa

-        los dos no equivocamos , por mi parte te falte al respeto, no era mi intención pero si lo hice

Le tendí la mano , la estrechamos y nos dimos un abrazo,. Mo pude evitar deslizar mi mano por si espalda hasta debajo de si cintura, fue un reflejo.

-y que te trae pro aquí?

Pero déjame que te vea, estas mejor que antes todavía,  aunque me acuerdo mucho de ti, no recordaba tantos detalles date la vuelta que te vea.

Traía un vestido corto ceñido, muy ceñido, escotado, parecía que venía a disculparse, todo mi sentimiento de culpa se me paso en esos segundos y mi diablillo interno comenzada de nuevo a susurrarme, me costó trabajo tenerlo apartado durante los minutos que estuvimos charlando de temas intrascendentes.  Mis ojos escudriñaban  tratando de adivinar la presencia de tanga bajo su ajustado vestido, al no encontrar rastro, mi temperatura subía por momentos, viniéndome a la cabeza el recuerdo de la ultima gloria visón de Mar agachándose enseñándome involuntariamente todo su tesoro.

-        Volveré a ser tu cliente?

-        Si, uno de los mejores clientes que tengo, no puedo perderte.

-        Cuando quieras, ya sabes dónde encontrarme.

La notaba extraña, nos estábamos despidiendo pero no salía, seguía sentada, como si no pudiese levantarse,

-             ¿podemos hablar? ; me dijo,

-             te escucho; me quede intrigado

  • respecto a la proposición que me hizo

  • ya hemos zanjado el tema, olvidado esta, no lo volveré ni a pensar

  • no no es eso, es que ¿aun sigue en pie?

-             ¿qué estás diciendo? Creo que no te he entendido bien

  • que estoy dispuesta a aceptar su proposición

El diablillo que había estado meses reprimido tomo el control

-        Que estas dispuesta a aceptar que?

-        A pasar un fin de semana con usted

-        A  ser mi amante un fin de semana, a complacerme en mis deseos

-        Si

-        A ser mi puta un fin de semana

-        Si

-        Bien, hablemos.  Eres muy atractiva, un monumento de mujer, pero es mucho dinero, lo he pasado estos meses por tu respuesta

-        Ya hemos hablado que fue un mal entendido

-        Está bien, pero primero quiero conocerte como amante, como puta

-        ¿Cómo?

-        Vendrás aquí esta tarde, como si fueses una puta, para demostrarme que vales los 6000€ que hablamos, por el servicio de esta tarde te pagare lo normal.

Se quedo callada, la notaba muy nerviosa, ni se movía

-        Venga tranquila, es solo un juego, relájate, solo es un pequeño anticipo

-        No se que decir

-        No tienes que decir nada, ¿tienes el mismo teléfono?

-        Si

-        Ve a tu casa, descansa, arréglate y espera mi llamada. Otra cosa, quiero ver algo con más detalle que la ultima vez

-        Que?

-        Levántate y levanta tu vestido¿ llevas tanga o bragas?

-        No

-         Ya te ayudo

Pase las manos desde sus rodillas hacia arriba, lentamente, su respiración cada vez se hacia mas fuerte, estaba muy excitada, cuando llegue a su culo, al levantar el vestido ajustado se subió solo para arriba dejando  todo a la vista.

Me deleite acariciando sus glúteos, carnosos, muy suaves, grandes, su pubis completamente depilado, con su trasero, fueron unos segundos, suficientes para excitarme a mas no poder.

Le agarre los glúteos con fuerza, la levante, la empuje sobre el sofá, le di la vuelta, acaricie sus labios, mojados muy mojados, casi chorreaban, no costo deslizar un par de dedos en su vagina, comencé a masturbarla con los dedos a la vez que le comía los labios y clítoris, rezumaba.

Sabroso muy sabroso, gemía como una yegua, la volvía voltear, quería ver su espectacular pandero bien abierto para mi, separe con mis manos los glúteos para ver su ano, parecía palpitar.

Metí un dedo son problema, al contrario, se abría y se cerraba a voluntad, lo mismo con un segundo dedo, parecía engullirlos, así se deleito su año unos minutos, mientras sobaba su tremendo pandero.

No aguante mas, mi polla fue directa a su culo, sin contemplaciones, como si de un campeonato se tratase, ver el movimiento de sus carnes en cada embestida  los gemidos que la muy zorra daba, como  apretaba el  ano cuando empujaba, hacía que mi escitacion aumentase mas y mas, de pronto comenzó a correrse como una loca, casi tirándome, soltando un chorro de placer que hizo que me corriese al instante, dentro de su culo en mas embestidas de lo normal,

No sabía si era real, la saque de su ano, le di unas palmadas, muy fuertes, dejaron marcada mi mano en cada palmada, si era real!

-        Buena chica, prepárate para esta tarde como te he dicho. Espero ver todo lo puta que puedes ser.

Le baje el vestido con dificultad, sin lavarse, la acompañe a la puerta.

Me despedí con un beso en los labios y un buen pellizco a manos llenas en su pandero

Continuara